El cura medita un momento.
Bueno, la biblioteca del principe es muy completa... quiza encuentre lo que busco en ella. De acuerdo, provemos en la biblioteca.
Dicho esto el hombre sale de la habitacion y se dirige hacia las escaleras.
El joven Constantine, se queda en silencio sin saber muy bien que decir o hacer. Finalmente mientras observa como el padre sale de la habitacion lanza una pregunta al aire.
Pero... mi hermana sigue desaparecida. ¿Van a perder el tiempo con libros?
Parece que todos estan decididos a ir a la biblioteca y ninguno a buscar a la joven y bella Katia.
-Yo iré con vos a buscarla, Constantine. Aunque le advierto que no soy muy bueno en caso de que haya que pelearse, lo mío es curar las heridas de las batallas-trato de decirle amigablemente mientras termino de guardar mi último utensilio.
Luego, me levanto y sacudo mis ropas.
No, no fue el instinto de Thomas quien agarró el brazo del doctor Heideck impidiendo que se marchara
Emm... No dejaré que vayais solo señor intentó disimular ante el principe su anterior reacción por alguna razón que aparentemente quería ocultar en ese momento. Parece que hay más peligros entre estos muros de los que podriamos imaginar mi estimado doctor. Permitame que les acompañe.
- Espere Padre Berky, le acompaño digo mientras le sigo mientras va hacia las escaleras. Mientras hago esto, me vuelvo hacia mis compañero creo que puedo serle de ayuda al Padre, y no haremos nada si encontramos a la joven y no sabemos como ayudarla, lo entienden ¿verdad?... si ocurre algo, den una voz, tal vez les oigamos... me paro un segundo buena suerte y sin más me pongo a la altura del cura.
Parece que la situación se resuelve en un tres y tres: tres a buscar a Katia y tres a la biblioteca. Sigo sin sentirme seguro pues nunca he sido hombre de peleas, mi especialidad es el diálogo y la sanación. Por lo pronto igual hago más falta aquí que en la biblioteca pues nunca se sabe qué vas a encontrar.
-Vayan con cuidado-les sugiero a mis compañeros antes de darme la vuelta y seguir a Constantine con mi maletín en la mano y buscando con los ojos algo que pueda servirme de arma por si las moscas.
Tú me dirás si veo algo o no^^
¡Amigos, tengan cuidado! - Me despido de aquellos que van en busca de la señorita Vadja, y me apresuro a alcanzar a Frederick y al Padre en camino a la biblioteca. Todavía dudaba si no debía unirse al otro grupo y salir a buscar a Katia, había sido tan encantadora durante la cena que no podía imaginarsela como un monstruo. Parte de mi me impulsaba a hacerlo. Pero sin una respuesta para salvarla no tendría mucho sentido.
- Padre, espero que este usted en lo cierto y podamos encontrar una respuesta entre los libros.