Partida Rol por web

La Maldición de Mirgorod

5. Domingo Negro.

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10/07/2012, 19:45
Frederick Abberline

Veo sorprendido como Modesto lanza la lampara de aceite prendiendo fuego a la bruja. Me aparto estrepitosamente de la mujer en llamas, intentando por todos los medios de que no me alcance con sus movimientos descoordinados. ¡Atrás, Thomas! Estando tan cerca como estamos, en mi huida intento separar también a Thomas de las llamas y caemos al suelo.

Me doy la vuelta para observar la escena dantesca, ¡llamas y polvo!

Y de pronto se deshace, como si nunca hubiese existido. Muere bruja, muchos daños has causado ya...

Bien hecho, Modesto digo mientras me incorporo y ayudo al señor Holzer a levantarse (principalmente a causa mía).

Me fijo en Katia ante la mirada de sorpresa del Doctor. La vida vuelve a ella, ¡un milagro!. Veo como se levanta y se echa en brazos de Modesto, su salvador. Bien esta, lo que bien acaba. Y esta pesadilla ha acabado...

Después de todos estos acontecimientos solo queda volver a casa, junto con mi amada Elaine.

Notas de juego

Me he tomado la libertad de tirar al suelo al señor Thomas para salvarle, espero que no te importe.

OH, yo no sabia eso del pintor, jejejej, como se lo tenía callado :D

Las despedidas y eso se las dejo al director.

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11/07/2012, 09:27
Thomas Holzer

Por todos los santos dijo Thomas santiguandose espasmodicamente desde el suelo. Al fin la verdad, la terrible verdad, se habia desvelado. La verdadera bruja había ardido para siempre al fin condenda para toda la eternidad. Thomas se levantó pesadamente aun con un leve dolor en la cabeza como resultado de las artes mentales de Asa.

Nadie creerá esto dijo a sus compañeros, No pudo evitar sonreir de felicidad al ver como la princesa abrazaba a Modesto.

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12/07/2012, 18:11
Dr. Lenhard Heideck

Las cosas ocurrieron rápido, demasiado, tanto que casi no percibí nada, pero realemnte vi absolutamente todo. Esa mujer tirada en el suelo era la señorita Katia y ahora que veía como sus arrugas y su expresión volvía a ser la de siempre me tranquilicé.

Las llamas quemaron a esa malvada bruja y devolvieron la vida a la hermosa Katia.

Mi satisfacción se juntó con la incógnita de qué había ocurrido allí realmente. Una vez más, esta vez gracias al señor Modesto, habíamos conseguidor salvar la vida de alguien, al fin y al cabo ese es mi trabajo.

Ahora, con la señorita Katia abrazada a su salvador y con nosotros sanos y salvos miro al futuro con alegría, iniciativa y con positivismo. Mañana será otro día y aunque nunca sabremos de dónde provino esa bruja, seguimos respirando aire, riendo alegres y viviendo la vida.

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16/07/2012, 17:03
Modesto Arrabbiati

Una vez más el fuego nos había librado de la maldad, sin duda aquello era una obra del Señor. La imagen de la bruja consumiéndose por el poder del fuego nunca se borraría de mi mente, menos al ver como Katia recuperaba su vitalidad.
Todavía estaba absorto en lo que quedaba del fuego y en las cenizas cuando los brazos de la señorita Vadja se cerraron sobre mí. El cálido abrazo, el perfume de su cabello que aún se mantenía fresco como el primera noche en el castillo, aquella noche en la que su corazón se había entregado a ella sin siquiera oponer resistencia.

- Ya todo a pasado… - fue lo único que pude decirle a la mujer que sostenía entre brazos, quería contarle el horror que había sentido al ver que podía perderla en manos de aquella criatura infernal. O como había tenido que combatir con sus propios temores enfrentando a cada instante la tentación de huir de aquel castillo maldito, solo para poder verla una vez más – ¡Todo ha pasado! - Volví a repetir, solo como una invitación a salir de allí y viajar hacia otro sitió juntos, Florencia era acogedora en primavera o tal vez Paris, Katia encajaría perfectamente con la belleza de parís.  - Paris es un bonito lugar para olvidar… - Murmure en su oído – ¡Salgamos de aquí!.


Me encamine hacia el interior del castillo con Katia aún entre mis brazos.

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18/07/2012, 09:40
Director

Aciago domingo este en el que tanto se ha perdido. El padre Berky, un buen hombre, cuyo recuerdo permanecerá en la memoria de los habitantes de Mirgorod, y el joven Constantine, impulsivo pero aun así valeroso, que di su vida luchando contra un mal que ni siquiera llego a comprender.

Las lágrimas de la princesa corrieron por sus mejillas durante toda la tarde, y la noche siguiente, mientras tras retrasar de nuevo vuestro viaje, os reunisteis con el resto del pueblo para dar sepultura a los fallecidos.

Pero no todo es triste y oscuro. Etelka, la joven hija de la posadera, desaparecida durante la noche en el cementerio, volvió a casa tras pasar varias horas escondida, contando a sus padres una historia sobre un hombre oscuro, con la mirada muerta, que salio de una tumba para llevar en su carruaje a tres viajeros con destino incierto.

Los rumores de esta historia llegan a vuestros oídos, atando algunos de los cabos que habían quedado sin atar.

Pero aun es mas feliz la noticia que si bien no proclamada, se hace evidente mirando a la feliz pareja. Puede que la tristeza perturbe el ánimo de la joven, pero un brillo en el fondo de sus ojos evidencia el amor que aviva su corazón.

La noche pasa tranquila, esta vez, sin sueños ni pesadillas, y por la mañana llega la hora de las despedidas. Modesto se queda en Mirgorod, solo unos días, no desea separarse de su amada. Os cuenta que han decidido cerrar el castillo, ella recogerá el dinero que tenia su familia, y si bien no vivirán con grandes lujos, si podrán recorrer Europa durante algunos años, hasta que encuentren un lugar en el que instalarse.

El doctor por su parte, asegura que proseguirá con sus planes de visitar a su colega, y quizá descubra que cierta cuñada, es en realidad una mujer dulce, pero también curiosa, una pareja dedicada y entregada con una pasión por la ciencia como la que siente el mismo.

Frederick por su lado, asegura tener plena confianza en que su empresa entenderá el retraso, y aunque quizá no lo sabe, le aguarda un futuro brillante en su profesión, pues desde Londres ya han decidido convertir al joven en socio. Pero estas cuestiones sin duda no importan al joven abogado tanto como volver con su amada Elaine, con la que planea casarse, y a cuya boda espera que acudan sus ahora grandes amigos.

También Thomas decide quedarse, aceptando la propuesta de la princesa Vadja. El castillo permanecerá cerrado, pero seria una tragedia que todos esos libros, pinturas y tapices se perdiesen. Sin esperarlo, el señor Holzer ha encontrado una de las mayores colecciones de arte antiguo que se conserva en la Europa oriental, una pequeña fortuna en comisiones quizá suficiente para poder retirarse, si es que en algún momento su corazón lo desea.

Cuando una historia termina, otras comienzan.