Partida Rol por web

La entrada del sol era una de las cuatro zonas por donde se podía acceder a la mazmorra de los elementos. Las leyendas indicaban que el anillo del deseo estaba en el interior de ella, pero para ello había que resolver cantidad de desafíos y derrotar a innumerables enemigos.

El camino no iba a ser fácil, eso estaba más que claro, pero había que luchar para lograr el objetivo, había que moverse rápido, en silencio y evitar morir allí dentro. Esa era la oportunidad que siempre se había deseado para cumplir el mayor deseos de todos los tiempos. Pero para eso debía tomar el camino correcto.

CD BUSCAR 20: 

Si estás leyendo esto es que no he salido con vida. He dejado este mapa aquí escondido para poder orientarme la próxima vez que entre o por si tenías suerte tú y lo encontrabas antes que yo, cariño. Este maldito lugar más que una mazmorra parece un laberinto. Todas las salas parecen iguales y todo parece ser exactamente lo mismo. He hecho un pequeño esquema de qué es este lugar y como está distribuido. No quiero poner demasiadas pistas pues no quiero dar demasiados detalles a cualquier posible enemigo que tengamos. 

He dejado indicado los peligros y las runas que necesitamos. Hay que llegar al centro, pero ese maldito lago me lo ha impedido. Sé que el anillo está ahí, pero hay que resolver el acertijo de los molinos, sé que son la clave.

Fdo: U.A.

Tras mucho tiempo viajando las historias sobre aquél lugar le habían llamado poderosamente la atención, hasta el momento nadía había logrado saquear sus tesoros, y no es que fuere precisamente difícil de encontrar, tras seguir unas cuantas indicaciones en un pueblo cercano no había tardado en encontrar una de las entradas.

Al penetrar en el interior el olor a moho inundó sus fosas nasales, el lugar era viejo y nedie se había encargado de cuidarlo, justo el tipo de sitios que más le gustaba explorar al mediano, ante él se abrían tres caminos, tres opciones igual de inciertas, con una sonrisa decidió avanzar de frente sin preocuparse de trazar un plan o estrategia, simplemente caminó mientras comenzaba a silbar una pegadiza canción de su tierra natal.

La entrada del sol era una de las cuatro zonas por donde se podía acceder a la mazmorra de los elementos. Las leyendas indicaban que el anillo del deseo estaba en el interior de ella, pero para ello había que resolver cantidad de desafíos y derrotar a innumerables enemigos.

El camino no iba a ser fácil, eso estaba más que claro, pero había que luchar para lograr el objetivo, había que moverse rápido, en silencio y evitar morir allí dentro. Esa era la oportunidad que siempre se había deseado para cumplir el mayor deseos de todos los tiempos. Pero para eso debía tomar el camino correcto.

Al día siguiente, Kruh se levanta del lugar de donde se resguardo la noche anterior. Coge sus pertenencias y se prepara, luego se dirige a lo que parecía ser la  entrada de la mazmorra.

(Recordaba que ya hace tiempo el Sabio de su tribu les mostró un grabado que mostraba la entrada a la mazmorra)

La mazmorra contenía tres pasillos, uno central, uno a su izquierda y otro a su derecha. Kruh sin pensarlo un segundo decide cruzar el pasillo y se adentra al interior de la mazmorra.

La entrada del sol era una de las cuatro zonas por donde se podía acceder a la mazmorra de los elementos. Las leyendas indicaban que el anillo del deseo estaba en el interior de ella, pero para ello había que resolver cantidad de desafíos y derrotar a innumerables enemigos.

El camino no iba a ser fácil, eso estaba más que claro, pero había que luchar para lograr el objetivo, había que moverse rápido, en silencio y evitar morir allí dentro. Esa era la oportunidad que siempre se había deseado para cumplir el mayor deseos de todos los tiempos. Pero para eso debía tomar el camino correcto.

Fares finalmente se encontraba frente a la puerta del sol.

Sabía que aunque era el comienzo del viaje, lo más probable es que también significaría el fin para él. Miró a Evas intranquilo; tenía poco de conocerlo y ya le tenía bastante cariño, el búho ladeó su cabeza de un lado a otro, como apurándole.
-¿Qué camino deberíamos tomar? -Le preguntó al ave mientras tomaba una piedra. Evas examinó atentamente los pasillos y se quedó mirando al que estaba en el centro.
- Lo que diga el señor Evaristo - Dijo el druida, y con la piedra que había tomado intentó dibujar un símbolo druídico (el de su nombre) en la entrada, haciendo la analogía de que aquel lugar no era otra cosa que el fin de la existencia del druida llamado fares; pues aunque no muriera, saldría como un nuevo hombre.

Al terminar de escribir su simbolo, Fares se dirigió al pasillo central, como lo había convenido con Evas, el búho. Y esa fue su elección, y la tomó y entró, voluntariamente, aunque la mitad de él no quería hacerlo ya.

La entrada del sol era una de las cuatro zonas por donde se podía acceder a la mazmorra de los elementos. Las leyendas indicaban que el anillo del deseo estaba en el interior de ella, pero para ello había que resolver cantidad de desafíos y derrotar a innumerables enemigos.

El camino no iba a ser fácil, eso estaba más que claro, pero había que luchar para lograr el objetivo, había que moverse rápido, en silencio y evitar morir allí dentro. Esa era la oportunidad que siempre se había deseado para cumplir el mayor deseos de todos los tiempos. Pero para eso debía tomar el camino correcto.

Aquella entrada no le sonaba de nada. Había accedido a la mazmorra por un lugar que nombraban "La entrada del ocaso" y no era el lugar donde se encontraba el grupo en aquel preciso momento.

-Veamos, otra nueva entrada y otra nueva decisión. Conocéis este lugar?-preguntó el enano, esperando que alguno de sus compañeros hubieran descubierto el cruce antes de su encuentro.

En caso de negativa a su pregunta, cualquier camino podría ser bueno para adentrarse en las entrañas del templo.

-Os parece bien comenzar por el pasillo central?

Owel miró a Diann, con semblante pensativo.

No. - contestó rápidamente. - es la primera vez que llego a esta entrada. - entonces señaló al pasillo que tenían enfrente y dijo. - SI el patrón se repite, por este camino encontraremos al elemental.

Owel revisó los agarres de su escudo mientras avanzaba hacia adelante, con semblante serio. - Será mejor que sigamos. - dijo. Quería adentrarse en la mazmorra cuanto antes, pero sospechaba que primero deberían derrotar al resto de elementales.

Apretó su arma entre sus dedos y avanzó, la adrenalina corriendo por sus venas y los nervios a flor de piel, dispuesto a vencer a cualquier amenaza.

Rice había notado nada más llegar la presencia de un búho, al que en seguida miró amenazadoramente. Un gruñido comenzaba a sonar en su garganta cuando Owel notó su reacción y le dio unas palmaditas en la cabeza.

- Vamos, Rice. - dijo su amo. - No te entretengas. -

Algo desalentado, Rice siguió a Owel con la cabeza agachada.

La entrada del sol era una de las cuatro zonas por donde se podía acceder a la mazmorra de los elementos. Las leyendas indicaban que el anillo del deseo estaba en el interior de ella, pero para ello había que resolver cantidad de desafíos y derrotar a innumerables enemigos.

El camino no iba a ser fácil, eso estaba más que claro, pero había que luchar para lograr el objetivo, había que moverse rápido, en silencio y evitar morir allí dentro. Esa era la oportunidad que siempre se había deseado para cumplir el mayor deseos de todos los tiempos. Pero para eso debía tomar el camino correcto.

Owel finalmente alcanzó el cruce por el que había venido. No había señales de Vincent.

- Lo siento, enano. - dijo, apesadumbrado. La decisión pesaba en Owel, pero no tenía claro que hubiera podido abatir al elemental por sí solo.

Tras echar otro rápido vistazo a su alrededor, decidió avanzar por el pasillo que parecía adentrarse en la mazmorra. Al parecer, era la única zona que no habían explorado aún. Agarró su cimitarra con fuerza y preparó el escudo.

- Vamos, Rice. - dijo, aún jadeando por la carrera anterior.

La entrada del sol era una de las cuatro zonas por donde se podía acceder a la mazmorra de los elementos. Las leyendas indicaban que el anillo del deseo estaba en el interior de ella, pero para ello había que resolver cantidad de desafíos y derrotar a innumerables enemigos.

El camino no iba a ser fácil, eso estaba más que claro, pero había que luchar para lograr el objetivo, había que moverse rápido, en silencio y evitar morir allí dentro. Esa era la oportunidad que siempre se había deseado para cumplir el mayor deseos de todos los tiempos. Pero para eso debía tomar el camino correcto.

-Completamente desorientada, Caldith accede a lo que parece ser el vestíbulo de otra de las entradas de la cueva.-Bien, parece que la mazmorra tiene forma circular y seguramente el premio estará en el centro.-Los ojos de la exploradora brillan al pensar en el botín que podría obtener.

El elemental de agua seguramente custodiaba el acceso a otro nivel de la cueva, pero no parecía buena idea volver allí todavía, al menos no hasta haber descifrado los códigos de runas. Caldith echa un vistazo por la estancia buscando cualquier cosa interesante antes de entrar en la sala de la derecha.