Gruñó.
– ¿Por qué no rompes la cerradura y ya está?
Luego, el gorjeo de su garganta se silenció y, simplemente, negó con la cabeza.
– Luego podremos movernos de aquí. Si quieres venir, hazlo, pero tendrás que curarte solo.
No tenía ganas de perder el tiempo allí. Dos de los guardianes ya habían caído, los elementos le decían que solo quedaban otros dos, en otras dos salas como aquellas. Dos más para abrir el camino, debían darse prisa.
Notando la impaciencia en la voz de Vincent, y sintiéndose algo incómodo allí parado sin hacer nada, Owel decidió tomar cartas en el asunto. Agarrando su fiel garrote en su mano derecha, se dirigió rápidamente hacia el candado, casi abalanzándose, perdiendo toda la precaución que antes había mostrado.
No había ignorado la petición del enano a posta, pero su falta de medios para ayudarle y su impaciencia le habían hecho olvidarse por completo del tema.
A ver, deseo, abrir, aéreo, ábrete, ... murmuraba como poseído intentando probar todas las combinaciones posibles. En su impaciencia, no se dio cuenta de que la última no tenía 5 letras, lo que no hizo más que impacientarlo más.
Si puedo, pruebo todas las combinaciones. Si ninguna tiene éxito y aún tengo "turno", Owel, en un ataque de ira, intenta abrir el candado a garrotazos.
Cuando el enano colocó las letras del candado señalando la palabra "deseo" una descarga eléctrica le estalló en las manos. Había algún tipo de trampa o magia que guardaba al cofre.
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 4
Diann, TS de Ref 11, si la superas recibes 2 puntos de daño, de lo contrario 4.
Owel, tras lo que le sucede a Diann, dudo que te pongas a probar a lo loco. ¿No?
-Mierda!-gritó el enano al experimentar la descarga de dolor después de probar una de las combinaciones en aquel candado.
Diann notó como el dolor recorría todo su cuerpo y animaba el recuerdo de sus heridas anteriores. Era momento de descansar unos segundos y utilizar una de sus pociones. Había comprobado que sus nuevos compañeros no podrían prestarle ayuda en aquella situación.
Agarró el botellín y bebió su contenido. Aunque el sabor era amargo, el enano notó como una fuerza revitalizante le recorría su cuerpo y se centralizaba en aquellas zonas más perjudicadas: las quemaduras, los moratones, las magulladuras, etc. Se sentía mejor y preparado para afrontar nuevos peligros. Y de nuevo su atención se centró en el cofre.
-Si tiene una protección, es que dentro existe algo importante. Pero es un riesgo volver a probar sin tener la seguridad de que tengamos éxito. Esa maldita descarga... Podríamos avanzar y volver más tarde, qué os parece?
Motivo: TS reflejos
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 10(+2)=12 (Exito)
Motivo: Poción heridas leves
Tirada: 1d8
Resultado: 4(+1)=5
Utilizo una de mis pociones.
+5 de PG.
Equipo actualizado.
Se encogió de hombros, resopló, se dio la vuelta: había hecho bien en no tocar la cerradura, en no probar a lo loco. No había creído que hubiera una trampa, pero se había equivocado. Suspiró. Sin alguien entrenado en esos temas, era una pérdida de tiempo arriesgarse a ser herido de manera estúpida.
– Está bien. Sigamos adelante, y ya probaremos aquí.
Sin esperar respuesta, se dirigió, con el rostro serio y una mirada de recelo al enano, hacia la salida contraria por la que habían llegado, presumiblemente por dónde habría llegado Diann un poco antes que ellos a aquella sala.
Al ver como su compañero y guía empezaba a moverse, gruño por lo bajo, se levantó de sus cuartos traseros, y se puso a caminar con largos pasos hasta estar a la altura del orco. Su blanco pelo, erizado a causa de la electricidad del ambiente, denotaba la ansiedad de estar parada en un entorno como aquél. En cierto modo, agradecía volver a ponerse en marcha.
¡Por Tutatis! - exclamó Owel, cogido por sorpresa por la descarga que había recibido el enano. Prácticamente de milagro se había salvado de no sufrir el mismo destino. Owel se sentía algo mal por el ya bastante magullado enano, aunque no había nada que pudiera hacer por él a estas alturas.
Sin decir mucho más y pensando que ya habían malgastado demasiado tiempo siguió a Vincent y a su loba por el camino que habían elegido.
La exclamación de Owel había sobresaltado a Rice, que por lo demás parecía haber estado reposando tranquilamente en un lado de la sala. Tras soltar un bostezo enorme se puso en pie y siguió a ambos aventureros.