Despertáis, estáis en el paso alto pero noches antes de que entrarais en batalla con los dos grupos de orcos que os encontrasteis. Todo parece haber sido un sueño desde aquí, no tenéis ninguna herida y estáis descansados y sin sangre en las armas, contáis las flechas quienes habéis usado arco y están todos los proyectiles no falta ninguno.
Pero como puede haber sido un sueño si lo recordáis los cuatro y además coincidís en lo que ha pasado por la mente de todos. Algo mágico hay oculto en todo esto. Thudim era quien en ese momento estaba haciendo la guardia, pero lo último que recuerda es la batalla que estabais teniendo, sabéis que estaba haciendo la guardia porque lleva la armadura puesta (cosa que los demás no) y estaba en el lugar que considerasteis mejor para vigilar.
Es entonces cuando se acerca a vosotros un elfo que aparenta unos 25 años de edad, de 195 cm de altura, piel clara, orejas puntiagudas, delgado y musculoso. Va equipado con un espadón a la espalda, un vestido que parece confundirse con el entorno, un arco largo y un par de brazaletes.
Perdonar la confusión y la intromisión en vuestra lucha y cometido. Mi nombre es Andraax y cuando he oído de vuestra misión no he podido evitar acercarme a vosotros. Veréis hay una forma de conseguir el martillo de Durin sin necesidad de entrar en Moria. ¿Por qué me preocupa esto? pues veréis no quiero perder la oportunidad de que consigáis vuestra reliquia de una forma diferente. Y si lo veis posible ayudarme a mi y al pueblo élfico.
Voy al grano, al igual que vosotros necesitáis conseguir el martillo de Durin, yo necesito conseguir una cimitarra llamada Cortaelfos y ambas se pueden conseguir en un mismo sitio. Este lugar es un templo de un dios maligno, pero al que le gustan mucho los juegos de azar y en una de sus habitaciones se pueden pedir deseos, esta habitación es la cámara de Baaler, es ahí donde podéis reclamar lo que es vuestro y lo que no debería estar en manos equivocadas.
Para llegar hasta allí lo único que tenéis que hacer es seguir ese camino dice mientras señala un pequeño desvío tras ese desvío encontraréis un camino hecho de gemas verdes octogonales y al final de este el templo que os he comentado.
Hummmm, magia pienso, esto debe de ser magia. Tras ello miro al alto elfo y su ofrecimiento, para que querrá un arma que se llama cortaelfos, ¿ para destruirla ? no se me ocurre otra cosa que hacer con un arma así, o al menos es lo que yo haría si encontrase un arma que se llamase machacaenanaos. Me acerco hasta el alto elfo, posicionándome casi a la altura de su ombligo y con el dedo le doy en la tripa - " Mire maese Andraexe lo que sea, tengo una duda ¿ para que quiere un elfo a cuatro poderosos enanos eh..... ? seguro que algo malo se esconde en ese templo, ¿ a que hay más de una cosa que no nos ha contado ? ¿ que creéis hermanos, es una trampa ? " -
Magia élfica...
A Dalbur no le gustó la intromisión de este tal Andraax. -Nuestro cometido era entrar en el Hogar del Enano, el lugar más sagrado para nuestro pueblo. Y recuperar lo que era nuestro. Lo que nos propone, señor elfo, es ... ¿un atajo?
El enano se mecía la barba, pensativo. Luego miraba de reojo a sus compañeros. -¿Qué opináis?, les preguntó.
Thudim despierta de repente, sigue dando golpes a diestro y siniestro. Mira a su alrededor y todo parece haber cambiado. Se ha quedado dormido en su guardia, eso no puede ser. Y aparece un elfo haciendo un extraño ofrecimiento. Este elfo parece mas extraño de lo normal, quien sabe si no es él, el que ha provocado que me duerma piensa para si.
-Disculpad señor ... Andraax, todavía no estoy muy despierto, nos ofrecéis ayuda, y un atajo para conseguir lo que hemos venido a buscar, a cambio de ... poder obtener ¿algo para ti?. Perdonar mi desconfianza, pero el trato parece demasiado bueno, y yo desconfío demasiado de las gangas. ¿podéis explicaros mejor?
Gramj aún tenía la mente en el combate y al encontrarse con un elfo ... no era lo normal.
- ¿Qué porras ha pasado? Se preguntó a si mismo. Estaba inquieto, desubicado y sin tener idea de lo que había sucedido. No lo hachaba a la magia, sino que igual habían perdido y algo los había rescatado.
En cuanto preguntaron su opinión contestó con lo mismo que decían los viejos barba gris: - Los atajos son para los caminos, no para las misiones. Nada más que con eso mostraba su descontento. Si conseguían el martillo de una manera u otra, podría ser que se considerase por cumplida su misión, pero...el no haber entrado a la Estancia Enana, será considerado como una traición. Incluso su voz denotaba que no estaba por la labor de desviarse y buscar un templo extraño embaldosado de manera extraña. - Si no entramos en Moria romperemos los lazos de confianza y perderemos el prestigio ante los nuestros y la honra ante nuestros propios ojos.
¿ a que hay más de una cosa que no nos ha contado ?
Podéis preguntar lo que queráis y si lo sé os responderé sin dudarlo
-Nuestro cometido era entrar en el Hogar del Enano, el lugar más sagrado para nuestro pueblo. Y recuperar lo que era nuestro. Lo que nos propone, señor elfo, es ... ¿un atajo?
Podéis llamarlo como gustéis pero la recompensa será mayor y las posibilidades de sobrevivir también.
-Disculpad señor ... Andraax, todavía no estoy muy despierto, nos ofrecéis ayuda, y un atajo para conseguir lo que hemos venido a buscar, a cambio de ... poder obtener ¿algo para ti?. Perdonar mi desconfianza, pero el trato parece demasiado bueno, y yo desconfío demasiado de las gangas. ¿podéis explicaros mejor?
Esa cimitarra llamada Cortaelfos es un arma fabricada expresamente para asesinar a los de mi raza, y mi deber como señor de los elfos es proteger a mi pueblo, de hecho si conseguís además del martillo de Durin la cimitarra os daré una recompensa acorde por ello.
- Si no entramos en Moria romperemos los lazos de confianza y perderemos el prestigio ante los nuestros y la honra ante nuestros propios ojos.
Disculpar señor enano, pero no estoy de acuerdo con vos, si me ayudáis a mi ayudáis a los elfos y por tanto el pueblo enano forjará una alianza con mi pueblo, no creó que perdáis prestigio, confianza y honra si no más bien lo contrario.
Dalbur estaba pensativo. La claridad y la convicción de emprender el cometido sagrado de recuperar el martillo de Durin se tambaleaban ante las palabras del señor elfo, y ante ellos se abría la posibilidad de recuperar el artefacto y al mismo tiempo forjar una alianza con los poderosos elfos. Los enanos eran conscientes de las fortalezas de sus rivales ancestrales, y era verdad que les unían lazos de todo tipo y, sobre todo, un enemigo común.
-Ambas razas luchamos siempre contra la Oscuridad. En la Última Alianza, hubo hombres en ambos bandos. Pero entra las fuerzas de la Sombra no se vieron ni elfos ni enanos. Eso es lo que nos une, comentó Dalbur y aunque con su mirada seguía escudriñando a Andraax, su semblante se mostró algo más suave.
-Recuperar dos artefactos y crear una nueva alianza no son un premio menor, ni una tarea menos legendaria. Con ese cometido cumplido, bien podemos volver con la cabeza alta a nuestros hogares. Por mí lo hacemos.
-Bien, entonces solo hay que seguir el camino de gemas verdes hasta llegar a un templo de un dios maligno, encontrar la sala que dices y pedir 2 deseos para conseguir esos objetos ¿no?, ademas de acertijos y trampas, ¿sabes que mas podemos encontrar allí? ¿orcos o cosas peores?. Thudim parecía haberse espabilado y preguntaba deseoso por saber mas aunque todavía desconfiaba de este fortuito encuentro.
Andraax sonrió satisfecho de que al parecer los enanos iban a colaborar, después ante las preguntas de Thudim respondió no sé con exactitud qué os podéis encontrar allí, lo que sí sé es que quién entra puede no salir nunca, salir rico, arruinado o incluso más fuerte o más débil. Eso sí, recordad que es en la cámara de Baaler donde debéis pedir el Martillo de Durin y Cortaelfos. Suerte tras estas palabras desaparece dejando a los pies de cada uno 20 monedas de oro metidas en saquitos y escuchando desde la lejanía como se pierde su voz diciendo una muestra de mi agradecimiento y buena fé
Cogéis cada uno vuestro saquito y partís en dirección al desvío que os indicó. En breve empezáis a ver las baldosas de gema esmeralda octogonales y subís siguiendo el camino Gramj Haia va el último, no sabéis bien si por vigilar o porque ha aceptado con desgana el último giro de los acontecimientos. Al llegar a un rellano veis un edificio de una sola planta, hecho de una sola pieza de gema esmeralda de forma octogonal con ocho escalones que suben a una puerta doble con una anilla para tirar de ella y poder abrir.
Todos sospechando lo peor inspeccionais desde lejos y de más cerca y no parece haber trampas. Uno de vosotros sube los escalones y tira de la anilla, la puerta se abre con facilidad, sin embargo lo único que se ve tras ella es una densa niebla. Si queréis entrar debéis atravesarla...
Gramj lo tenía claro: - Nos han engañado. Se paró en seco cuando ya hacía un rato que se habían alejado de él y sentenció: - Eso no era un elfo.
Habrán baldosas octogonales y cuadradas.
Aquel era sin duda un lugar extraño y singular. Las gemas llamaban la atención de Dalbur, como a cualquier enano. Pero no parecía real. Era como un sueño, o una ilusión.
O una trampa...
-Esperad un momento, les dijo a los presentes. -Estad preparados, no sabemos con qué nos podemos encontrar allí dentro.
A continuación, recitó unas palabras arcaicas y cerró los ojos. Quería ver si podía haber enemigos al otro lado de aquella niebla.
Motivo: DetectarEnemgos
Tirada: 1d100
Resultado: 37
Hechizo de la lista de Comunión, nivel 10. Detecta enemigos 30 metros durante un minuto por nivel.
Las baldosas de gema esmeralda le llamaban la atención como a cualquier enano, quién dejaría semejante riqueza a la intemperie, la curiosidad le hizo tocar una, parecían estar en un sueño, quien sabe si pronto se tornaría en pesadilla.
Estaba ya dispuesto a cruzar la niebla, cuando Dalbur le hizo detenerse. -Bien, maese enano, ¿detectáis algo?.
Lanzas el conjuro con normalidad, sin embargo no obtienes respuesta ni afirmativa ni negativa.
-No logro ver más allá de la niebla, no hay respuesta a mi oración. Algo lo impide, lamentó Dalbur. -La niebla es como una barrera que no deja ver más allá. Por lo tanto, estamos ante un asunto de ... fe.
La fe en Mahal era inquebrantable en Dalbur. Pero todo esto no parecía obra del Hacedor. -Somos los Elegidos para la reconquista del Martillo de Durin. Un suceso extraño nos ha traído hasta aquí, pero nunca pensamos que iba a ser fácil nuestro cometido. Al otro lado de esa niebla puede esperarnos la muerte, pero del mismo modo podía estar esperándonos en las salas de Khazad Dûm. Yo digo "entremos", pues es nuestro destino lo que nos aguarda. No temo a la muerte, pero sí a la renuncia o al fracaso. Al otro de este umbral hallaremos la gloria o la muerte, pero entremos con nuestros martillos y con nuestras hachas y forjemos ese destino nosotros mismos. ¡Baruk Khazad!
Motivo: InspiracionesIII
Tirada: 1d100
Resultado: 79
Hechizo Inspiraciones nivel 15, +30 BO y MM.
- No le tendré miedo a la muerte en estos momentos, y si a la derrota o al deshonor.
- Cuando llegue el momento de la "verdad" a ver como reaccionamos. Ninguno somos pelagatos, que como otros imberbes aún no tienen experiencia. Somo veteranos. De los mejor que pueden dar nuestros clanes, pero ... ¿Y si hemos sido engañados por algo que se disfraza de elfo?
Los pensamientos funestos se notaban en su voz. Y así lo hizo saber: - Pero sigo pensando que ese tipejo nos ha "timado".
Baruk Khazad
Hachas de los enanos, o lo que es lo mismo: ¡Vamos Enanos!
Me mola el inciso.
¿No tienes nada para percepción o algo así, y anticiparnos a "sorpresas"?
El discurso de Dalbur trajo viejos recuerdos a la mente de Thudim, he hincho su corazón con valentía. -¡Baruk Khazad! hermanos, no hemos venido aquí para pararnos ante la primera puerta que veamos y volvernos. Ahora como ese elfo nos haya engañado, pensó para si Thudim se va a enfrentar a 4 enanos cabreados, y no creo que quiera eso.
Abro escena nueva
SALA UNO: La Habitación de la Fuente Esmeralda