Partida Rol por web

♀ Ingela / ♂ Radigis

Procedencia: Nemedia.
Trasfondo: Vienes de una familia de granjeros afincada muy cerca de la frontera con los Reinos Fronterizos. Aunque la tierra era fértil, cada temporada era una auténtica lucha por la supervivencia. Lo poco que quedaba después de satisfacer el precio del señor de las tierras, casi siempre era robado por los incursores fronterizos. Una noche oíste a tus padres que hablaban de venderte a un noble de Belverum. A la mañana siguiente ya estabas a muchas leguas de distancia y sobreviviste un puñado de años en los Montes Graaskal, bebiendo agua de nieve y escuchando el aullido de los lobos.

♀ Zohara / ♂ Keidar

Procedencia: Zingara.
Trasfondo: Te criaste con el ideal de tu familia de defender la causa de Zaid el Protector, durante la segunda guerra civil zingara. Al ser derrotado Zaid por su hermano, el actual rey Sarban el Piadoso, conseguiste huir de la purga a las islas Barachas, donde te enrolaste en la flota de Lamont Booker, uno de los piratas más respetados en Tortuga. Durante unos lustros, fuiste marinero de su buque insignia, el Malasombra, donde aprendiste de sobra que nunca te tienes que fiar de nadie.

♀ Philea / ♂ Melanthios

Procedencia: Argos.
Trasfondo: Tu madre y tu padre eran comerciantes de casta alta que empezaron a preocuparse por tu rebeldía desde que eras casi una criatura. Te internaron en un monasterio de los Montes Evangelos, al norte de tu país, con la débil esperanza de que la mano dura y la religión doblarían tu actitud desafiante. Por contra, allí aprendiste lo necesario para transformar tu visceralidad en astucia. Después de diez años internada, lo primero que hiciste al ver a tus progenitores, ya ancianos, es escupir en el suelo ante sus sandalias. Lo siguiente, enrolarte en un barco mercante y no pisar suelo firme durante cinco años. Desembarcaste en el puerto kushita de Napata y desde entonces no has vuelto a meterte en una embarcación.

♀ Ntombi / ♂ S’Bu

Procedencia: Zembabwei.
Trasfondo: Naciste en una familia de esclavos del rey Ntokozo IV del glorioso reino de Zembabwei, cuyo trabajo era construir el mausoleo piramidal en el que tenía que ser enterrado. Tus progenitores tenían la espalda llena de cicatrices de látigo y pronto las empezaste a tener tú. Cuando el rey fue asesinado, cientos de esclavos aprovecharon para provocar un alzamiento en el que murió casi la totalidad de ellos, incluidos tus progenitores. Luchaste valientemente y huiste en canoa por el río Estix hasta Shem, donde aprendiste a sobrevivir en el desierto zuagir y a reconocer a un violador tan solo mirándole a los ojos.