Partida Rol por web

Como hijo menor de una humilde familia de hombres de los Salones del Bosque poco futuro me espera en la granja familiar. Mis hermanos y hermanas sí tienen unas tareas asignadas pero poco a poco hemos visto como las cosechas han decaído, a los animales les cuesta engordar y los mercaderes han optado por otras vías comerciales y llegan a los Salones en cuentagotas.

Es por ello que decidí acompañarme de mi perro y tratar de buscar fortuna. Quizás a mis padres les costó aceptarlo. No lo sé, pero no me pusieron trabas, lo aceptaron sin más. Una boca menos que alimentar y, quizás en un futuro, pueda volver a casa con nuevos recursos que ahora no llegan a imaginar.

Pero es cierto que lo que creía que podía ser un buen augurio ha quedado en nada. El valle del Anduin se alarga en todas direcciones como prados interminables, algún bosque desperdigado y marismas repletas de insectos. Estos días, llevo días deambulando sin rumbo concreto, he visto muy poca gente: un mensajero a caballo, un pastor y una feria ambulante que se dirigía al sur. Nada más. Seguiré en mi empeño. Si todas estas personas venían del norte, quizás allí haya más opciones. Más allá del Viejo Vado del que tanto me han hablado estos viajantes.

Te has acercado a las proximidades de las Montañas Nubladas, todavía quedan lejos pero a tu alrededor todo son colinas escarpadas y terreno yermo y vacío. Apenas has visto algunos animales y ya hace dos días que no ves a nadie, aún asi hoy te has levantado con una sensación extraña, un rumor diferente en la forma de soplar el viento y te pones en camino más vigilante que de costumbre.

A finales de la primavera el tiempo es agradable y si no fuera por los continuos rodeos que tienes que hacer para no estar subiendo y bajando por las colinas sería hasta un paseo agradable.

El día transcurre con la misma calma que los anteriores, más pendiente de tus pensamientos y dándole vueltas a qué hacer los días siguentes. Tras comer algo ligero reemprendes la marcha y el viento te trae el sonido de aullidos de lobos, no muy lejos de aqui está el Bosque de los Lobos pero es raro que se alejen tanto, por otra parte, casi a la misma distancia está la amenazadora presencia de las Montañas Nubladas y sabes que los trasgos que las habitan muchas veces lo hacen en compañia de lobos e incluso huargos según te han contado los guerreros del clan.

Hay todavía distancia entre vosotros y eso te tranquiliza, despistarles entre las colinas no sería difícil y siempre puedes trepar por algún risco confiando en que tu compañero de cuatro patas sea capaz de escapar por su cuenta. Pero un cambio de tono, una sílaba, casi una palabra acompaña a uno de los aullidos que aumentan de intensidad. Algo pasa junto a esos lobos y ese algo no es animal. No sabes si será amigo o enemigo, pero está claro que esos lobos ahora mismo no están solos.

¿Hacia dónde vas a dirigir tus pasos?

Está claro que soy el hijo menor de un granjero y ahora mismo lo único que quiero es llegar al Viejo Vado o a una población cercana para buscar algo de trabajo. Y los lobos, o lo que sea que va con ellos, no me lo van a dar. Los lobos son seres de mal augurio, no creo que traigan ningún buen futuro para mi viaje. Trataré de despistarlos entre las colinas y si lo viera posible, incluso me atrevería a esconderme si es que esos lobos se acercan demasiado. A ver si así sorteo la amenaza. Quizás así incluso llegue a ver qué es eso que les acompaña.

Giras tu camino para alejarte de la zona de donde oias los aullidos y de forma más inteligente llevas tus pasos hacia la parte por donde ya habrán pasado sabiendo que es muy raro que vayana retroceder por el mismo lugar tanto si están persiguiendo a alguna presa como si están cambiando de territorio.

A tu espalda vas dejando las colinas escarpadas que tanto te han complicado los últimos días y ya puedes subir y bajar sin problemas pudiendo ver a cierta distancia todo lo que te espera por delante. Tu perro se distrae con una madriguera de conejos y tú sientes cómo el sol gana en fuerza y no hay muchos lugares donde protegerse, caminar es más fácil pero han desaparecido las sombras. Gotas de sudor recorren tu frente y empiezan a meterse en los ojos, cuando pasas tu mano para aclarar tu vista te sorprende lo que ves ante ti, tras terminar de subir un breve promontorio ves a poca distancia uno de los escasos árboles de la zona y a su alrededor un grupo de 3 lobos de tamaño superior al que estás acostumbrado que están intentado atrapar con sus dientes a una persona que se oculta entre sus ramas.

Me veo realmente en apuros y sin ningún lugar donde resguardarme así que solo me queda esperar a recibir el embate y tratar de aguantar y asustar, si es posible, a ese grupo de lobos.

No no, relax que no van a por ti :D.

Ves que estan rodeando un árbol, posiblemente pendientes de algo que haya entre sus ramas, posiblemente algo que igual que tú no quería encuentros con la manada o lo que fuera que hacía tanto ruido.

Por suerte para quien esté ahí arriba puedes ver cómo un enano aparece entre las colinas y carga contra los lobos, derriba a uno y los otros dos se revuelven contra él. Del árbol baja un niño que intenta torpemente atacar a los lobos sin conseguirlo y cuando los lobos empiezan a rodear al enano un hombre de Valle sale de entre unos arbustos para cargar por un lateral y abatir a uno de los lobos. El lobo que queda en pie salta sobre el enano lo que a su vez libera al que estaba caido en una confusión de brazos, patas, piernas y hocicos

El combate parece igualado, un lobo herido, otro sobre el enano amezando su garganta y el hombre del lago y el niño sin ninguna herida aparente. De repente el enano golpea con el escudo al lobo que lo tiene contra el suelo que se ve obligado a apartarse y a pesar de la distancia oyes el ruido del hacha enana cortando limpiamente la cabeza del lobo.

El hombre de Valle se enfrenta al lobo herido que queda pero tropieza con una rama suelta del suelo quedando a merced del lobo que intenta morderle y fallo su intención para después caer desplomando al suelo. Sobre el cuerpo del lobo ves al niño, que quizá no sea tan niño, empuñando una espada que ha clavado hasta la empuñadura en la espalda del animal.

Queda el silencio en la zona, ya ni siquiera el eco de los aullidos que escuchastes pueden oirse en la lejanía.

- Hola! Buenos días, ¿Estáis todos bien? Acabo de llegar y he visto que os han atacado unos lobos. No he podido hacer nada.