Ultimamente no todo son buenas visitas en los valles, la soledad ya no es un bien tan común y los encuentros tampoco son siempre amistosos. Cuando dos grupos se ven en la lejanía se oye más el entresacar de aceros que las llamadas de alegría y eso antes no era asi. Tal vez antes del dragón... pero no en los últimos años y ahora las cosas parecen haber vuelto a cambiar.
No te gusta que tu familia, tus amigos, tu ciudad tengan que preocuparse de viajar hasta estas tierras y tal vez una batida para asegurar ciertas zonas sea la mejor manera de ayudar.
Has atravesado todo el Bosque Negro y te encuentras en los Valles Occidentales, al norte del Salón de la Montaña.
¿Porqué estás aquí precisamente y qué vas a hacer después?
Ingolt es el único hijo de Ingelt, mercader y constructor de juguetes en la ciudad de Esgaroth, Ingelt decidió acompañar a otro mercader; Balgor, amigo íntimo de la infancia, el cual iba a cruzar el Bosque Negro con la intención de venderlos a los hombres del Bosque que viven en el valle del Anduin.
Un buen negocio- pensaba su padre, pero no siempre todo sale cómo uno desea.
Su padre Ingelt, cayó enfermo los días previos de la expedicción y fue Ingolt, quién se prestó a ocupar su lugar en el caravana comercial.
Fueron con una carreta: Balgor, sus tres hijos, dos ponys e Ingolt, la ruta que tomaron fue a través del camino élfico, y aunque hubo momentos donde la oscuridad les rodeaba, no abandonaron el sendero, logrando cruzar el Bosque Negro.
Una vez cruzado, Balgor y sus tres hijos abandonaron a Ingolt la noche siguiente, dejándole en un lugar tan apartado como desconocido para él.
Se habían llevado la mercancía que cargaba uno de los ponys, la cual pertenecía a su padre, aunque tan lejos de Esgaroth, cualquier atisbo de ley y orden era un espejismo.
¿A quién le pediría ayuda? Si aquí nadie me conoce.- se lamentó Ingolt.
Su objetivo es encontrar la manera de volver sano y salvo a Esgaroth y, si puede, vengarse de Balgor y sus hijos.
A tu espalda están las amenazantes Montañas Nubladas y a tu alrededor escarpadas colinas que te impiden ver más allá y que además te obligan a cambiar la dirección de tu camino continuamente para evitar tener que treparlas. Han pasado dos días y estando a finales de la primavera agradeces las sombras ocasionales que dan las rocas elevadas sobre ti, el agua no es problema porque es sencillo encontrar pequeños riachuelos o pozas de agua y el alimento por el momento no es urgente porque aunque te han dejado abandonado a tu suerte no se han llevado tu equipo.
Cuando por fin empiezas a dejar atrás las zonas más agrestes y comienza a poder verse hacia el horizonte ves muy a lo lejos dos personas corriendo a gran velocidad siendo perseguidas por unos hombres y unos lobos. En un momento algunos de los lobos se giran y dan media vuelta y ves una figura pequeña, tal vez un niño, que les ha gritado y cómo empieza a huir en dirección contraria intentando escapar de los lobos... si es un niño quizá tenga muy pocas posibilidades de sobrevivir ahora que no parece que haya muchos sitios donde refugiarse... aunque parece que se dirige a uno de los escasos árboles de la zona. Si consigue llegar quizá tenga una oportunidad... quizá....
Pasaron varios días buscando un camino por la ladera de las Montañas Nubladas, por suerte, Ingolt pudo encontrar agua fresca y algunas bayas que salían de las rocas- podría ser peor- pensó intentando animarse mientras golpeaba con el pie una piedra.
Pero, su situación era complicada, se encontraba lejos de cualquier punto civilizado y podía ser objeto de ataques de bandidos u otras bestias salvajes. Aún conservaba sus enseres personales, armas y ropa, eso le daba cierta seguridad, pero los días y las noches eran duros si dormías solo bajo el manto de las estrellas.
Intentó guiarse mirando al horizonte e intentando ir hacía el Sur, hacía el valle del Anduin, allí es donde se había dirigido Balgor y sus hijos.
- Si llego de seguro que encuentro una manera de volver a Esgaroth- dijo mientras miraba a lo lejos, fue en ese momento cuando vio algo insólito, un grupo de hombres y lo que parecían lobos, perseguían a dos personas.
Ingolt aceleró el paso para descubrir que una de estas dos personas se desviaba- parece un niño, si lo alcanzan los lobos, no tendrá ninguna posibilidad-pensó mientras arrancaba a correr hacía él.
Eran bastantes metros los que les separaban, pero el bárdido corrió como si la vida le fuera en ello, hasta llegar a una distancia prudencial.
Sus pulmones le ardían, moviendo los brazos, pudo decir...
¡¡¡¡EHHHHHH!!!! AQUII- gritó el hijo de Ingelt intentando llamar la atención del lobo que perseguía al niño.
MUCHACHO CORRAS MÁS, VENGO A AYUDARTE- le dijo al niño para que se estuviera quieto.
Su mano derecha se posó en el pomo de la espada y con la izquierda se quitó el escudo que llevaba a la espalda colgado.
Hay que estar preparado, el único idioma que entienden estas bestias, es el de los golpes...- pensó esperando que el lobo se lo pusiera fácil y huyera hacia la campiña.
Corriendo con la seguridad de que unos segundos podrían ser la diferencia entre la vida y la muerte llegas a ver cómo el niño salta al árbol instantes antes de que los lobos lleguen hasta él y comienzan a acosarlo. Ahora también te das cuenta de que no son lobos normales, son más grandes de los que has conocido en los alrededores de Vale y parece que también más furiosos.
Mientras decides qué hacer a continuación por un flanco de tu visión ves cómo un enano armado con un hacha y un escudo pesado carga contra los lobos, uno de ellos se ha dado cuenta de su presencia y avanza veloz a su encuentro para acabar tirado por el suelo y con el escudo del enano sobre su cuerpo impidiendo que se levante.
Después de eso los otros dos lobos ignoran al niño y se acercan por los flancos del enano intentando atacarle a la vez y esa distracción es aprovechada por el niño...bueno... quizá un hombre pequeño para atacar a los lobos, o al menos intentarlo porque está claro que el combate no es lo suyo y su golpe queda muy lejos del objetivo.
Sin dudar, ataco a uno de los lobos que están flanqueando al enano.
Al final, son aventureros en peligro y tal y cómo a Ingolt le gustaría que le ayudaran en esa situación, èl se presta a hacerlo ahora sin titubeos.
¿He de realizar alguna tirada?
Tiradas:
1) Iniciativa no hace falta porque la tenéis ganada
2) Guerrear para tener D6s adicionales según el grado de Exito (Exito 1D6, Gran Exito 2D6 y Exito Excepcional 3D6) estos dados los puedes gastar tú en cualquier tirada del combate o cedérselos a un compañero para que los use
3) Elegir actitud de combate (lo que en el juego llaman posición y a mi no me gusta el nombre)
Y tirar tu ataque con una dificultada (NO) en función de la actitud elegida a lo que hay que sumar el valor de parada de los lobos que es 4. Si luego te atacan a ti el NO para golpearte será el mismo NO + tu valor de parada
Vanguardia NO6+Parada (4)
Abierta NO9+Parada (4)
Defensiva NO12+Parada(4)
Ataque de proyectiles NO12+Parada(4)
Ingolt corrió hacia el enano, poniéndose a su izquierda, aprovechó que el lobo no le prestaba atención para atacarle con la espada.
-Déjame este a mi..- dijo a modo de presentación hacia el naugrim.
Motivo: Guerrear
Rangos de habilidad: 3
NO: 14
Tirada: + (2, 3, 3)
Éxito
Motivo: Ataque en abierta
Rangos de habilidad: 2
NO: 13
Tirada: 9 + (5, 3)
Total: 9 + 8 = 17
Éxito
Ataco en posición abierta a uno de los lobos gigantes que flanquean al enano.
Me guardo el dado de éxito de Guerrear para después.
Pasamos a la escena del combate de los lobos donde ya se estaban pegando con ellos
Perfecto.
Pensaba que eran PNJ xD