Partida Rol por web

La gnoma asiente severamente con la cabeza ante las palabras del mago y la clériga, enseguida os ponéis en movimiento, preparando vuestros enseres y ocupando un lugar en el carromato que os tienen preparado para vuestro viaje a Sharn.

Mientras veis pasar el paisaje con el traqueteo recibís más detalles:

-Embarcaréis en el Señor de las olas, es un comerciante que colabora con la corona llevando personal, pero sólo es un transportista, no es un luchador ni informador, pero es discreto, en lo que respecta sois gente que no está interesada en la guerra y prefiere jugársela en Q'barra, una vez allí ya sabéis lo que hay que hacer.

El viaje siguió sin incidencias, mientras intentaís echar una cabezada y pensar en el viaje.

En un momento se ve el gran espectáculo del puerto de Sharn del río Daga:

Sus grúas mágicas cargan y descargan sin parar mercancías sin parar y hay gran cantidad de estibadores y marineros como hormigas pululando en una gran multitud.

Como podéis os abrís paso entre el olor a sudor, bebidas diversas y el aderezo de un montón de maldiciones en idiomas que no conocéis.

Al punto llegáis a un tranquilo embarcadero donde os espera vuestro barco.

Es una nave sencilla, de unos veinte metros, pero se la ve sólida y bien mantenida. Os recibe un humano algo rechoncho, calvo y muy moreno por la piel curtida por la acción del sol y el mar.

- Bienvenido al Señor de las olas, como podéis ver no sobra el espacio, así que espero que colaboréis en lo podáis mientras dure la travesía.

La magia siempre estaba presente en todos los lugares de Eberron, pero poder apreciar como las gentes  habían conseguido encauzarla en lugares como este resultaba impresionante. Lamentablemente, no podíamos dejarnos distraer por sus efectos, a pesar de las muchas preguntas que asaltaban mi cabeza y que algunas veces deducía por pura lógica aunque no llegara a entender por completo cómo se originaban, mientras que en otros momentos directamente terminaba formulando mis preguntas en voz alta en busca de respuesta.

El problema ahora radicaría, no sólo en la bocaza de Arraman, sino también en la presencia de una gnoma a la que nada impediría traicionarnos y desaparecer, pero que quizás nos sirviera de ayuda en nuestra misión. Pronto lo descubriríamos y, ¿quién sabe? quizás supiera  de barcos, porque visto lo que nos esperaba en el Señor de las Olas, íbamos a tener que trabajar.

- Personalmente, no se mucho de barcos, así que agradecería alguna directriz al respecto y querría solicitar que nadie decidiera aprovecharse de nuestra ignorancia.

Respondí al capitán diplomático. No veía mal que nos pidieran ayudar, pero tampoco que decidieran aprovecharse de nosotros.

Arraman contempló las torres flotantes de Sharn una vez más. La ciudad fue su hogar cuando durante muchos años y fue donde se convirtió en arcanista. Pensó en su maestro y frunció el entrecejo. Desde que entrron en la ciudad se echó la cabeza sobre el cráneo rapado y procuró no abrir mucho la boca.

Al llegar al puerto, el olor salado de la mar le entró por las fosas nasales y recordó su largo viaje iniciático, cuando no era más que un jovenzuelo lleno de fantasías. El mar le agradaba y su humor mejoró.

-Ayudaremos en lo posible, por supuesto -mintió.

Fornax se sentía inquieto conforme se acercaban a la nave. Al forjado le desagradaban sobremanera los lugares pequeños, la sensación de confinamiento. Pero esas sensación se multiplicaban hasta lo insospechado cuando hablábamos de una pequeña prisión que se balanceaba sobre el inmenso mar como un insignificante garbanzo a punto de ser engullido en una inmensidad. Sólo de pensarlo le entraban mareos.

Por supuesto, se abstuvo de hacer comentario alguno. Los forjados no debían mostrar debilidad alguna.

- Cuanto antes alcancemos nuestro destino, menos problemas surgirán- bramó por lo bajo.

Yo hare todo lo que este en mis pequeñas manos para echar una mano, incluso si no hubiera echo falta claro esta- digo mientras saludo con mi mano al capitan del barco y me quedo mirando el tamaño de semejante barco, en mi comparacion de estatura y tamaño.-  ¿Porcierto si no es mucho problema, en que vamos a poder echar una mano? lo digo ya que creo que ninguno de aqui es marinero, creo yo, o sabe desempeñar algo relacionado.

El capitán os miro sonriente, no os preocupéis, siempre hay que apretar alguna cuerda, mover la carga, o simplemente vigilar.

Sin más os invita a embarcar mientras un puñado de marineros terminan de preparar las velas y los aparejos del barco, Arlan se queda en la pasarela y os desea suerte.

- Recordad que si lo hacéis bien la recompensa será generosa, pero id con cuidado, la gente de Q'barra va de civilizada pero esa zona es salvaje.

En lo minutos siguientes vuestro barco sale del puerto hacia mar abierto y os acercáis a otros barcos que van en vuestra misma dirección.

- Vamos a organizarnos todos los barcos que vamos con el mismo rumbo, así es más seguro, no hay muchas naves de la armada real para proteger estas rutas. Bueno veamos que tal os defendéis.

El que no supiera sobre barcos no llegó a significar nada en absoluto, pues con apenas cinco minutos de navegación, ya me había hecho al vaivén de las olas, lo que sumado a mis diversos conocimientos que iban desde unas nociones básicas de cartografía a una buena habilidad con las cuerdas de las que hice demostración cuando ni siquiera habíamos comenzado a movernos, pronto demostraron ser de gran utilidad en el navío pese a la nula experiencia de la que hacíamos gala.

mientras mi estomago se adapta bastante bien al movimiento de las olas, voy mirando por el barco a quien echar una mano, sea ayudando desde tirar de cuerdas a limpiar el suelo.

Arraman se paso el viaje en la borda, satisfecho de volver a sentir el mar en el rostro y escuchar el romper de las olas contra el casco de madera. El mago, ademas, se las apaño para encontrar una ruta mas eficiente, que aprovechaba mejor las cartas de navegacion del capitan

La gnoma da un salto y trepa hacia el mastil para ayudar a desplegar las velas, no se ve que el mar le afecte.

El Forjado se animó a ayudar a los marineros con el transporte de algunos bultos de peso que había que recolocar. Fornax se sentía seguro en ese tipo de tareas.

Con lo que no contó el forjado, para chanza de sus compañeros de a bordo es con que en un barco, había de todo menos suelo firme y puntos fijos de referencia.

Confiado en su potencia, quiso demostrar su poderío cargando un peso excesivo y, en el primer bamboleo del barco, el equilibrio le jugó una mala pasada y fue a dar con sus huesos en el suelo mientras parte de la carga le caía por la cabeza y el pecho.

¡Harina!

Fornax abandonó la sala de carga, tratando de limpiar los restos de harina, enfurecido pero, sobre todo, herido en su orgullo mientras las risas de los marineros todavía resonaban en sus oídos.

El capitán os mira gratamente sorprendido.

- Vaya es impresionante para gente que no es de mar, no querréis enrolaros como marinos?

El resto del día transcurre tranquilamente, los barcos del convoy surcan el ligero oleaje sin problemas y enviándose mensajes mediante curiosos movimientos de banderas que no llegáis a entender.

Cuando empieza el anochecer se organizan los turnos para el timón y la vigilancia, os deja a vuestra elección cuando queréis hacer a vigilancia, y os indica donde encontrar bebida y mantas para que no se os haga muy pesada la tarea y sin más se dirige a su camarote, ya sabéis ventajas de ser capitán.

Lo siento capitan pero mi vida ya esta dedicada a la hueste, pero le agradezco el ofrecimiento. Por cierto si no importa yo hare la ultima guardia para poder rezar mis oraciones matutinas.

Las guardias siempre resultaban odiosas, especialmente cuando teníamos que compartirlas con diferentes invocadores de magia, es por ello que ya me había hecho a la idea de comerme el turno central y había empezado a rezar por tener una guardia tranquila.

Tu guardia pasa tranquilamente escuchando el ruido de las olas y hablando con el timonel sobre la vida en el mar.

Queda poco para el amanecer y te estás desperezando mientras comentas con el timones sobre que habrá para desayunar cuando de repente un flecha se clava en el pecho del humano y este cae al suelo.

Al volver la vista a proa ves que 5 elfos valenar han abordado el barco, 3 portan escudo y cimitarra y dos llevan arcos, han asaltado el barco gracias a ganchos con cuerdas.

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=199842

mirando si viene directamente hacia nosotros, si es asi lo primero que hago es decirle al timonel que vaya a pedir ayuda y lo segundo es invocar un arma espiritual. Sino vienen directos para nosotros, mantengo lo primero y lo segundo es hacerle fatalidad al primer arquero mas cercano.

eres consciente de que el timonel está tirado en el suelo con una flecha en el pecho como ya puse arriba?