Tras haber tenido que preguntar varias veces a sendos paisanos sobre la ubicación exacta del Registro(pues nunca ninguno os habíais visto en esta tesitura) llegáis a un edificio relativamente moderno, de ladrillo visto , grandes puertas de hierro macizo abiertas de par en par, con un seguridad en la puerta.
En el interior del edificio, un hall principal y dos ventanillas de información. En ambas ventanillas hay dos mujeres ya cincuentonas, de aspecto descuidado.
En la ventanilla de la izquierda un hombre con un porte excelente que rondará los sesenta y muchos, ojea un gran libro bastante antiguo de esos mohosos que seguramente daten del siglo pasado, mientras la mujer intenta entablar conversación con él , a lo que éste no parece hacerle mucho caso a la mujer y sigue ojeando el libro a lo suyo.
La mujer de la ventanilla de la derecha está mirándose la pedicura (horrible por cierto) cuando entráis.
Tras tardar mucho más de la cuenta y su humillación en la biblioteca pública de Boston, llegan a al registro Herbert y Nigel. Tras los hechos acaecidos Herbert ha decidido tomarselo con buen humor y entra en hall principal seguido de Nigel y con una sonrisa en la boca. Bueno, Nigel parece que por fin hemos llegado al lugar adecuado, vaya bien que hemos dejado a nuestra patria en el día de hoy eh?? Y se rie mientras se aproxima a la ventanilla. Mejor que esto no lo vayamos comentando mucho por que vaya desastre, por lo menos espero que tengamos suerte.
Se dirige a la señorita, mientras apoya su bastón en la parte inferior de la ventanilla y se quita su sombrero, exhibe una de sus mejores sonrisas ante la mujer que parece no muy ocupada.
Perdone señorita, me gustaria hacerle una pregunta, venimos buscando información sobre un terreno, no conocemos su propietario actual, pero si a quien pertenecio hace unos años ejem, bueno bastantes años. Nos podría ayudar o facilitarnos donde encontrar esa información.
Perdón por el retraso, pero estoy de vacaciones por mi tierra y tengo mucho menos tiempo, entre visitas familiares, amigos, fiesta y todas esas cosas.
La señorita os sonríe, se ve que es una de las pocas funcionarias simpáticas que hay en Boston -Claro , no hay ningún problema, díganme la dirección de ese inmueble y el propietario del que hablan y en un plazo de una semana, quince días les notificaremos la información por correo a la dirección que me indiquen. Las Notas Simples tienen un coste de 5$.
Nigel prefería sonreír y dejar que fuera Herbert quien pusiese palabras a sus deseos. Al fin y al cabo todo aquello quedaba un poco grande para alguien como Nigel y el británico se sentía al borde del precipicio de manera permanente... un paso en falso y muy probablemente fuese descubierto el ardid que se traían entre manos. ¿Qué pasaría si alguien del Registro notificaba al John Scott que un par de tipos con acento británico se interesaban por la granja de sus antepasados? Eso abriría todo un mar de sospechas muy complicadas de explicar en caso de que efectivamente hubiese un trasfondo oscuro tras el máximo dirigente de la Logia.
De cualquier manera ya era tarde y una vez metidos en harina poco se podría hacer con una actitud cobarde o pusilánime.
- Oh, señorita... excúsenos pero no conocemos la ubicación exacta del inmueble. Como adivinará muy probablemente por nuestros pintorescos acentos, no somos bostonianos y no conocemos esta ciudad o las tierras que la circundan. Pero sabemos que la granja que estamos buscando perteneció a un tal John Scott en la década de 1720. Confío en que los registros estén fechados... de ese modo no debería ser muy complicada su identificación.
Nigel asintió a sus propias palabras con una sonrisa que mostraba más dientes de los que las buenas maneras habrían recomendado. Miró a Herbert buscando aprobación y luego se corrigió a sí mismo de manera atropellada.
- Por supuesto... lo de las... vaya... las tasas... es algo evidente... no pretendemos más que... cinco dólares... tampoco es como para... no hay problema...
La Señorita no se amilana lo más mínimo y contesta - Si de tan fácil identificación es tardará una semana en lugar de los quince días habituales, a ver muy bien, John Scott- dice mientras apunta -1720, humm ha llovido sí... ya que no saben la dirección exacta sacaremos una nota de todas las propiedades a nombre de ese John Scott, de esas fechas y las notas de las propiedades actuales. No hay problema.
Herbert chasquea la lengua, al oir a la señorita decir el tiempo que deberan esperar, su gesto es contrariado. Mire señortia, la verdad es que como bien puede y seguro que ya lo ha hecho usted, no somos de por aquí y no tenemos tanto tiempo. Mostrando una sonrisa encantadora, Herbert, desliza su mano por la chaqueta hasta llegar a la billetera, mientras continua hablando. Esa información es muy importante para nosotros y sería desastroso para nuestro trabajo, volvernos a Inglaterra sin ella, se que esta usted muy ocupada, tal vez nosotros podamos ayudarla y acortar ese tiempo lo maximo posible, incluso esto también podría ayudarla. Herbert muestra unos 15$ de manera que solo lo pueda ver ella y Nigel. Manteniendo la sonrisa ya casi de manera forzada, esperan la respuesta. Vamos señorita es realmente importante para nosotros.
Perdonar por el retraso, he tenido días de despedidas familiares y de amigos y un viaje de vuelta a casa. A partir de hoy estoy a pleno rendimiento otra vez.
La mujer parece indignada - Mire caballero, yo vivo de mi sueldo , no de sobornos. Y no le denuncio a la policía porque hoy estoy de buen humor. Pero o se esperan lo que les corresponde como a todo el mundo o se largan a otra parte.
Podíais haber tirado Elocuencia, Charlatanería o incluso Discusión antes del soborno...
Con un sobresalto ante la reacción de la empleada, Herbert retira rápidamente del mostrador el dinero y se lo guarda en la cartera, mira con disimulo a ambos lados, esperando que nadie se hubiera percatado de los hechos acaecidos. Con la cara roja por la vergüenza se disculpa con palabras atropelladas y entrecortadas.
Lo lo sient siento señorita, no no era mi intención, discúlpeme, entiendo su reacción, ha ha sido una medida desesperada, de verdad señorita, necesitamos esa información, pero pero sino queda más remedio, es esperaremos, perdone ha sido una actitud inexcusable. Volveremos en unos días, per perdone las molestias.
Herbert va dando pasitos hacia atrás según va acabando la frase, con gesto apesadumbrado y resignado.
Ups, yo pensaba que tu me mandarias tirar las habilidades, si lo hubiera sabido si que lo hubiera intentado eso directamente, antes de ofrecer la pasta jeje. He utilizado la tecnica de dar pena, si te parece bien tirar por algo? Sino tendremos que volver en unos días, jeje.
La mujer tiende una hoja de papel a Herbert -Acepto sus disculpas.Apúnteme aquí una dirección donde enviarle la documentación, y en cuanto nos sea posible se la remitiremos a esa dirección.
Muchas gracias, señorita, le dejo mi dirección. Coge una bonita pluma de su chaqueta y apunta con una excelente caligrafía el lugar donde reside.
De nuevo muchas gracias y le vuelvo a pedir disculpas por mi indecorosa actitud. Ya sabe que si se puede acelerar esta información se lo agradeceriamos eternamente. Espero que pase una buena mañana.
Dirigiendose a Nigel, Mi buen amigo, aqui ya hemos hecho todo lo que podíamos hacer, salgamos si le parece bien.
De reojo Herbert mira a la señorita por si les sigue con la mirada y exagera su cojera e incluso llega a emitir un pequeño quejido mientras se agarra del brazo de su amigo.
A Nigel le brillaba la frente por el sudor que provocaba el nerviosismo que estaba pasando. La mujer parecía querer colaborar pero, o bien aquel proceso de búsqueda de información no comenzaba y acababa en manos de la funcionaria o quizá adicionalmente era ciertamente perezosa... lo que estaba claro era que su honestidad estaba por encima de toda duda. Su desaire ante la posibilidad de recibir un "extra" había sido notoria y, aunque Nigel no había movido su sonrisa lobuna de lugar (haciéndole parecer aún más imbécil de lo que ya asemejaba de entrada) la situación le estaba provocando una desazón imposible de disimular.
- Bueno pues... hasta... pronto. - dijo como despido abriendo los ojos como platos. - Jijijiji...