—Oui —respondió la pequeña, y asintió también con la cabeza—. Siempre tengo hambre. Es que no me dura —explicó.
La idea de ir a casa de Remi pareció complacerla, pues esa sonrisa lánguida que se había instalado en sus labios se hizo un poquito más grande.
—Oh… no me he traído pijama —dijo frunciendo los labios con un mohín por no estar preparada como se debía para una fiesta de pijamas—. Me tendrás que dejar uno si nos quedamos a dormir. Y pedimos unas pizzas, ¿vale? —dijo, subiendo la mirada hacia Sasha con clara diversión.
Se coló de nuevo entre los asientos para ir al del copiloto y trató de ponerse el cinturón, pero era imposible: estaba arrancado. Miró los restos con cierto desconcierto y empezó a reírse por lo bajo.
—No pasa nada —cuchicheó, como si se lo explicase a alguien que la mirase desde el salpicadero—. Me lo pongo por encima y ya. No es como si me fuese a morir, tu sais1. —Y le dio la risa otra vez.
Como había dicho se colocó el cinturón sin atar, solo por encima del hombro, y ladeó la cabeza hasta apoyar la frente en el cristal.
—He conducido très bien2. —A saber a quién le decía eso.
1Ya sabes.
2Muy bien.
Si los otros dos le dicen que tienen hambre, Sasha llamará comida a domicilio, pero él no beberá. Si no, insistirá en irse a la casa de Remi para poder investigar con más calma a la gente del service por medio del móvil o algún portátil.
¿Si uno dice que sí y el otro que no? xD
Si solo tiene hambre Mire, les dirá de hacer una parada por el estudio de su rebaño para que ella beba y luego irse a la casa de Remi.
Bien. Podéis narrar el encuentro en la madrugada. Mireille debe hacer su tirada de Consciencia como de costumbre al beber del recipiente.
En caso de complicaciones, las narraremos. Si todo sale bien, pues continuaremos al final de la noche.
La imagen de la niña nadando en un pijama de Remi le sacó una sonrisa que no tardó en ampliarse al escuchar los planes que armaba la pequeña.
—Peut-être, on verra1... —contestó, con una mirada divertida, antes de reír.
Cómodo en su sempiterno y amplio asiento trasero, esperó a que su compañero comenzara a conducir.
—Vamos a hacer una parada, por pizza —anunció, y tras eso procedió a darle indicaciones al político para que condujera hacia donde se encontraba la tercera pieza de su rebaño. Al llegar, Sasha los instó a todos a bajarse, y tan pronto lo hicieron se colgó del brazo de Remi para caminar.
—Aún me siento un poco torpe —explicó, tendiéndole la mano libre a la pequeña.
Tuvo que soltar a Remi un momento para tocar el timbre del portal, y tras eso volvió a tomarlo, para subir juntos hacia la tercera planta. Ahí golpeó suavemente con la punta del pie, y pronto salió a abrirle una chica pelirroja de pelo ondulado que no debía superar los veinte años. Tan pronto la vio, soltó a ambos de sus compañeros y la saludó con un abrazo apretado, compartiendo amplias sonrisas.
—¿Como fue la sesión de fotos, ma rayon de soleil? Magnifique, como siempre, de seguro —le dijo mientras le acariciaba la mejilla con dulzura. Y aunque su pregunta sonó sincera, se interrumpió él mismo de obtener respuestas con un sobresalto al recordar que aún no presentaba a sus acompañantes.
—Bon sang! Lo siento, mes amours —se disculpó enseguida con Remi y Mireille —Mélodie, Remi, Mireille —señaló uno a uno con la mano abierta.
—¡Encantada! Pueden llamarme Mel —contestó la muchacha con una sonrisa que parecía iluminar la habitación incluso en plena noche, inclinándose hacia ambos para repartir besos —Pasen, adelante, s'il vous plaît —dijo haciéndose a un lado para dejarlos pasar.
Dentro había un estudio fotográfico. El suelo frente a la cámara estaba lleno de pintura y cenizas, interrumpidos solo por lo que parecía huellas de cuerpos, y hacia la derecha había un espacio que hacía de salón, con sofás, parlantes, y una mini nevera bien aprovisionada. Un poco más adentro estaban el resto de las habitaciones, la cocina, un baño, y un dormitorio pequeño que hacía también de despacho.
Motivo: Conciencia
Tirada: 2d10
Dificultad: 7+
Resultado: 4, 8 (Suma: 12)
Exitos: 1
El viaje hasta la primera parada fue tranquilo para Mireille, que parecía entretenida contemplando las luces de la ciudad danzar para sus ojos en un baile lento y entrelazado. Estaba un poco despistada cuando el coche se detuvo y se bajaron, en un primer momento creyó que estaban en casa de Remi, pero luego resultó que era un sitio mucho mejor… ¡un estudio de fotografía! Los ojos de la pequeña vampira se abrieron con curiosidad. Aún caminaba con languidez, como si sus movimientos fuesen con un segundo de retardo, pero le gustó la amiga de Sasha.
—Hola —saludó simpática, aunque desde que lo dijo hasta que levantó la mano para completar el saludo pasaron dos segundos—. Tienes un sitio de fotos, es genial. ¿Me dejas hacer alguna luego? Yo soy como una foto, tu sais. Eso dice Stanislas, que soy como un instante perfecto detenido en el tiempo. —Frunció la naricilla—. Bueno, lo decía antes. Ahora dice otras cosas.
Su mirada se desplazó horizontalmente por el aire, mirando algo que solo ella podía ver, y empezó a reír por lo bajo antes de empezar a caminar siguiendo lo que fuese durante tres o cuatro pasos. Entonces recordó lo que hacían ahí y miró a la chica con otros ojos, fijándose en el punto de su cuello donde el pulso latía con más fuerza. Las puntas de sus colmillitos asomaron entre sus labios entreabiertos y miró a Sasha pidiéndole permiso con los ojos antes de acercarse a ella y extender los brazos hacia arriba.
—¿Me das un abrazo, porfi? —pidió con una mirada adorable.
Cuando la chica la abrazó, un destello salvaje pasó por la mirada de Mireille el instante antes de que la niña abriese la boca y le clavase los colmillos en el cuello profundamente. Bebió con fruición, sin avergonzarse porque los dos hombres la viesen, sorbiendo y rechupeteando con un sonido húmedo.
Y de nuevo la invadió esa sensación gloriosa de estar saciada. Soltó a la chica cuando llegó y le lamió la herida antes de separarse ella.
Tenía los labios rojos y se los empezó a chupar para no desperdiciar ni una sola gota. Envuelta en el éxtasis de haberse alimentado hasta la satisfacción, caminó despacio al sofá y se dejó caer en él con un suspiro que se sintió innecesario.
—Ah, así está mucho mejor —murmuró, aún relamiéndose.
Tenía toda la intención de quedarse ahí hasta que los otros dijesen que era hora de marchar a casa de Remi.
Bebo 3 puntos.
El regreso a casa de Remi* al menos fue más tranquilo que las últimas horas de la noche. Vuestras bestias se regodean, satisfechas y vuestros instintos más oscuros parecen dar lugar a pensamientos más tranquilos, cargados de la serenidad de la sed satisfecha y de lo que hay en juego.
A esta hora, la ciudad duerme intranquilamente, dando coletazos en forma de pequeños grupos de malencarados transeuntes fumando y observando con atención, de sombras acechando desde la oscuridad, de borrachos y drogadictos maldiciendo a los aires palabras e incantaciones ininteligibles que parecen los gruñidos guturales de las pesadillas mismas de Lyon. Detrás de cada mirada, a estas horas de la madrugada, se refugia la certeza de los secretos siniestros que esconden las catacumbas, las viejas casonas y los apartamentos amplios. Los monstruos que acechan a sus presas.
Por hoy, no más mortales estarán en riesgo. Por hoy, estáis en lugar seguro y con una intención muy clara. Quedan algunas horas para el amanecer y con probabilidad, algo de disposición para prepararos para vuestra misión.
*Puedes describir tu casa.
Tenéis a lo sumo unas 3 horas para continuar investigando. Normalmente os diría usar Investigación, pero como será únicamente digital, lanzaréis Informática.
El sistema es el siguiente. Elegiréis vuestro objetivo (p.ej alguno de los mortales) y haréis una tirada de Astucia+Informática. La dificultad contra la que tiraréis es variable y depende de la presencia digital del sujeto. Si además vuestro objetivo ha tomado acciones para cubrir su rastro, será una tirada enfrentada.
Cada éxito neto os dará una pista menor. Cada tres éxitos os daré una pista o pieza de información importante. Cada tirada toma una hora y podéis usar las reglas de trabajo en equipo y acumular éxitos entre todos. Una pifia os dará falsos indicios y aumentará la dificultad para todos, un fallo es tiempo perdido.
Las tiradas son todas ocultas. Si no la hacéis oculta, volvedla a lanzar, a dificultad 6, aunque el valor real lo determino yo de acuerdo a vuestro objetivo. Quien no tenga puntos en Informática sumará 3 a la dificultad.
Han pasado tan sólo cerca de 3 horas en total (para que toméis en cuenta los penalizadores que podáis tener).
Remi condujo hasta su casa y metió el coche en el garaje. Vivía en un edificio que a simple vista parecía normal pero en cuanto atravesaron la puerta se dieron cuenta de que era una vivienda muy por encima de las posibilidades de un político de su rango. Tenía dos pisos y una enorme terraza. El salón era abierto a la cocina y una isla de mármol separaba ambas estancias. En cuanto entraron, dejó las llaves colgadas en la puerta, se quitó el chaleco, se abrió los botones de la camisa y se tiró en el sofá con su móvil.
Le costaba concentrarse pero tenía que encontrar todo lo relacionado con su padre. Todavía le duraban los efectos del alcohol por lo que a veces olvidaba que estaba con Mire y Sasha ahí. Ni les había enseñado la casa, ya si eso la descubrirían ellos.
—Tienes los pijamas en mi cuarto, arriba. Coge lo que te vaya bien.—le dijo después de estar en completo silencio desde que se puso a conducir al volante.
Tirada oculta
Motivo: Tirada padre Remi
Tirada: 4d10
Dificultad: 6+
Resultado: 25 (Exito) [7, 9, 2, 7]
Tirada oculta
Motivo: Tirada padre Remi
Tirada: 4d10
Dificultad: 6+
Resultado: 23 (Exito) [8, 3, 5, 7]
Tiradas para el padre
Luego de hacerle una señal con la mano a Mireille para instarla a lanzarse, Sasha se fue a sentar junto a la pintura fresca. Mientras esperaba a que la niña bebiera, pintó a lo largo de su antebrazo distintos motivos en tonos azules y violeta, sin patrón ni temática aparente.
Cuando luego del Beso llegó Mel a su lado medio aturdida, la guió hasta que se recostara con la cabeza en su regazo y le dibujó garabatos similares en el rostro. Al terminar, le dio un besito en la frente, y pidiéndole un segundo a Remi y Mire, la cargó hacia el dormitorio, para dejarla durmiendo al salir de su estudio.
Aún tenía los labios pintados con manchas azuladas cuando llegaron a la enorme casa de Remi. Se bajó del coche con el folio en la mano, que en algún punto había quedado dentro del coche. Al entrar al edificio, Sasha abrió los ojos sorprendido. No impresionado, porque esa casa le recordaba a las de los amigos de , pero sí sorprendido.
—No sabía que los políticos ganaran tan bien... —comentó, con el ceño ligeramente fruncido. Sin embargo, en realidad, no esperó respuesta —Como en casa, ¿no? —dijo mientras se adelantaba hacia el salón. Mientras andaba, se fue quitando el sombrero, el kimono y la camiseta, que dejó tirados en el suelo a su paso. Por último, se descalzó, y se echó a lo largo en un sofá — A ver, vamos a buscaaaaar... —tiró el folio abierto en la mesa de café más cercana y sacó el móvil, disponiéndose a hacer de FBI casero —Clarisse Thibault y Dominique Perez...
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Informática (Clarisse)
Tirada: 4d10
Dificultad: 6+
Resultado: 7, 8, 2, 2 (Suma: 19)
Exitos: 2
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Informática (Dominique) 1
Tirada: 4d10
Dificultad: 6+
Resultado: 5, 9, 4, 7 (Suma: 25)
Exitos: 2
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Informática (Dominique) 2
Tirada: 4d10
Dificultad: 6+
Resultado: 9, 10, 8, 5 (Suma: 32)
Exitos: 3
Mireille entró en la casa mirándolo todo con mucha curiosidad y esa sonrisa lánguida y tranquila en los labios. De nuevo tenía buen color en el rostro, como cuando estaba viva, y empezó a pasearse por la vivienda en cuanto los dos hombres se acomodaron en los sofás.
—¿Tienes piscina? —preguntó, pasando los dedos por los muebles y las paredes.
Al final subió al piso de arriba y estuvo curioseando por todas las estancias. Probó las camas, abrió armarios y cajones, y hasta olfateó los botes con perfume u otros productos que pudiera haber. Tardó bastante rato, porque también se entretuvo con esos peces de colores que ahora parecían flotar por todas partes.
Cuando bajó de nuevo lo hizo vestida con una camisa de pijama blanca con rayas azules, de hombre, que le quedaba enorme y le llegaba hasta más abajo de las rodillas. Se había remangado las mangas para que no le colgasen y en los pies llevaba unos calcetines que tampoco eran suyos y le llegaban hasta media pantorrilla.
Dejó su ropa en una silla bien doblada junto con su abrigo y se sentó en el suelo al lado de donde estaban los dos hombres.
—Te he cogido algunas cosas. ¿Tienes un ordenador para dejarme? —pidió, aunque tenía su teléfono en la mano por si acaso no había ordenador.
En cuanto Remi respondiese, se pondría manos a la obra, lista para investigar, pero a su ritmo.
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Informática para Clarisse
Tirada: 3d10
Dificultad: 6+
Resultado: 10, 3, 8 (Suma: 21)
Exitos: 2
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Informática para Clarisse
Tirada: 3d10
Dificultad: 6+
Resultado: 4, 2, 9 (Suma: 15)
Exitos: 1
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Informática para Dominique
Tirada: 3d10
Dificultad: 6+
Resultado: 3, 7, 9 (Suma: 19)
Exitos: 2
Condiciones generales:
Clarisse Thibault: 2 éxitos de Sasha+3 éxitos de Mireille: total, 0 éxitos. No encuentran información.
Dominique Pérez: 1 éxito de Sasha + 0 éxitos de Mireille: total, 1 éxito. Una pista menor.
Jean Barbier: (dificultad 6 para Remi): 5 éxitos para Remi. Una pista mayor, dos pistas menores.
El amanecer se acerca y con él, el final de la noche. El letargo diurno lentamente os anuncia que no podréis resistir mucho más. Habéis pasado las últimas horas concentrados y concentradas en intentar buscar información de vuestros objetivos con diferentes grados de éxito.
Quizás vuestro peor resultado era Clarisse. Simplemente no habíais dado con ningún rastro, indicio, nada: nadie en redes sociales parece corresponder al perfil, su nombre no parece ligar a nada en Lyon y no existe mención alguna en ninguna parte. Incluso vuestras astucias y estrategias más agudas para tratar de dar con algun indicio simplemente dan resultados nulos.
Luego, Dominique. Pasáis una cantidad importante de tiempo tratando de desentrañar algún indicio y finalmente encontráis en la página de una association1 artística una nota de prensa que contiene una fotografía pixelada en blanco y negro de una mujer que os parece suficientemente similar a la que buscáis. Esta nota explica que se hará una exposición de los trabajos de varios miembros e incluye una foto de una pintura al óleo. No se trata de nada espectacular: un paisaje nocturno en una calle oscura y bajo la luz amarilla de una lámpara hay una silueta de espaldas. El título de la pintura es "fils de la nuit2" y está atribuida a Dominique Pérez. La nota de prensa es de hace 5 años.
El mayor éxito de la noche por otro lado lo obtiene Rémi. En poco tiempo logra deducir la clave del correo de su padre y revisar entre los diferentes mails de su Jean Barbier. Encuentra uno que le llama poderosamente la atención, titulado "Il vie3" que contiene un video adjunto y una frase. El video muestra 5 segundos en el que se muestra un acercamiento que revela el rostro reconocible de un Remi pálido en una ubicación no discernible. La frase del cuerpo contenía "filmé récemment. Place Bellecour prochain Jeudi 17h4". El remitente del correo parece una dirección temporal con varias letras y números. El correo es de hacía aproximadamente 3 meses. No había una respuesta en la bandeja de la parte de Jean.
Revisando hacia atrás, encuentras también un correo que se sale de la normalidad de cosas que maneja tu padre vía correo: una notificación automática de su banco banco que confirma un giro hecho desde su cuenta por 300 Euros a un destinatario marcado como HIDP. Las siglas no sólo no le dicen nada a Remi, sino que ningún otro correo vuelve a hacer referencia a ellas. Finalmente, en la bandeja de correos entrados y de hace casi 4 meses, Remi logra llegar a un correo cuyo destinatario es una dirección conformada de letras y números, en una distribución similar al del mensaje del video pero diferentes cada una. Este mensaje, de la parte de Jean Barbier, tiene un archivo adjunto comprimido que al descargarlo revela varias fotografías recientes de Remi en donde se aprecia su rostro, de cuerpo entero y en encuadros detallados. Fotografías que Remi reconoce inmediatamente como suyas en vida.
1. Un club, por decirlo de otra manera..
2. hijo de la noche
3. El vive.
4. Grabado recientemente. Plaza Bellecour próximo Jueves 5pm.
Mireille se entregó a la tarea con ánimo, pero para cuando pasaron las horas y los resultados fueron tan escasos, ya estaba aburrida, tumbada en la alfombra y mirando hacia el techo. De tanto en cuando alzaba una mano para acariciar algo en el aire que solo ella podía ver. Con la otra mano le daba vueltas al móvil, jugando con él. Tenía la sensación de haber olvidado algo en esa nube de algodón en la que flotaba desde hacía rato. Algo… algo que tenía que ver con el móvil. ¿Pero qué podía ser?
—¡Ah! ¡Chloé! —exclamó de repente, incorporándose hasta quedar sentada—. Chloé es policía, ella nos puede ayudar a encontrar esa gente… si es que primero consigo encontrarla a ella —recordó, frunciendo los labios en un mohín.
Pulsó la tecla de marcación rápida en la que tenía registrada a Chloé y se llevó el teléfono a la oreja, esperando respuesta. De no obtenerla, llamaría después a Éléonore.
—¿Chloé es policía? —preguntó con el ceño fruncido por la extrañeza —Pero no es chivata, ¿no? Porque lo que vamos a hacer con estos es bastante ilegal.
O al menos, la parte del secuestro lo era. Lo que sucediera después ya no tenía que ver con ellos... excepto, quizás, con Remi, dado que era su padre el que iba a experimentar lo que ocurriera cuando cumplieran con el service. Pobre Remi. Debía sentirse fatal luego de ver todas aquellas cosas relacionadas a él en el portátil de su padre.
—Quizás podemos averiguar quien es ese HIDP, o preguntar de quien es la cuenta de la transferencia —le ofreció algún consuelo, por mínimo que fuera — O ir a la Plaza Bellecour y ver si en alguna de las terrazas hay alguna cámara que dé hacia allí. Así podemos ver quien le mandó esas cosas a tu padre, o al menos con quién se encontró.
Frunció un poquito el ceño. No estaba muy seguro de qué podría ayudar a Remi, además de encargarse de su padre llegado el momento.
—Clarisse, Clarisse... —masticó las palabras, frustrado por no encontrar nada sobre ella —Ojalá nos pusiera las cosas tan fáciles como la otra revolucionaria del arte moderno—resopló, ladeando una sonrisa —Menuda mierda de cuadro. Normal que quieran matarla.
Remi sonrió satisfecho porque su tarea había sido la más eficaz. Que su padre hubiera estado buscándolo con tanto interés es algo que le generaba cierto orgullo y a la vez acrecentaba el temor por lo que iba a suceder. Nada bueno.
Les dejó sus ordenadores, tenía varios portátiles y un ordenador de sobremesa a su disposición para que pudieran entrar a buscar lo que consideraran.
—No hay piscina.—le dijo con un tono paciente. Lo había pensado y mirado pero no tenía mucho sentido por el clima y luego estaban los problemas de humedades.—Pero sí hay un jacuzzi.—matizó señalando la terraza.
Se encogió de hombros. No iba a ser tan fácil como pensaba.
—No tenemos mucha información, a mi padre será fácil encontrarlo, estará en casa con mi madre, o tal vez mi madre tiene turno por lo que no está en casa. Pero a las otras dos... no sabemos como encontrarlas. Hay que seguir buscando.
Una vez más, Chloé no respondió al teléfono, y la llamada se fue al buzón de voz. De su lado, Éléonore tampoco respondió, pero dada la cercanía del amanecer, aquello se podía explicar más fácilmente. Probablemente mañana podrías intentar nuevamente.
El amanecer, como un líquido viscoso y pesado que intentaba escurrirse por entre las ventanas, empezó a ejercer peso sobre vuestras almas inmortales. El refugio de Remi estaba pensado para vástagos y por lo tanto podríais pasar el letargo diurno allí, hasta que una nueva noche rompa la maldición que os obliga a dormitar mientras el sol esté en el cielo.
Vuestras bestias empujan, tiran y halan, hasta que la inercia a la que empezáis a acostumbraros os arroja a las tinieblas, las muertes intermitentes en la que vuestros cuerpos se parecen más a cadáveres reales que a aquella antinatural fuerza que os deja mover, hablar y sustentaros de los vivos. Los murmullos del exterior empiezan a convertirse en arrullos y vuestros sueños, fríos y pálidos pronto darían paso a la segunda noche de vuestro Service.
Fin de la escena.