Arcadia no puede evitar sino sonreír ante la franqueza del Mantis Tsuruchi. Con un gesto de cabeza, niega levemente ante lo que dice.- No, no. Me refería a que siempre sabe todo, tiene planes y cosas así. Parece que siempre tiene preparado todo lo que va a hacer o puede ocurrir. ¿No has conocido a alguien así tú?- Ladea la cabeza con las manos juntas delante suya.- Y... La verdad es que no lo hecho demasiado de menos. Echaba de menos a mis amigos, pero ya están casi todos aquí... Así que no importa.- Suspira un poco, como si estuviera a punto de decir algo pero se para en el último momento.
-Aunque no niego que algún día me gustaría regresar, jaja. Es mi hogar al fin y al cabo. Aunque sea verlo alguna vez más.- Baja la cabeza un poco a mirar de nuevo los nenúfares, algo perdida en sus pensamientos.
-Uhmmm... No, bueno, no sé si realmente he llegado a conocer a alguien así. La verdad es que yo no he tenido digamos una vida social muy extensa, hasta que fui a la ciudad de Tsuma. Y ya luego porque al encontrarte a ti nos aventuramos en esta misión- observó como se quedaba callada por un momento. -¿Sucede algo? Quizá he hablado de algo inapropiado o he preguntado algo desagradable de recordar- se colocaba una de sus manos en la barbilla.
-Supongo que al principio es duro, pero luego te acostumbras a estar lejos de los tuyos y vas forjando tu propio camino. Yo en mi caso, por un lado me gustaría regresar a mi casa, entre las cordilleras y un extenso bosque, pero por el otro...- levantó la mirada para observar las cascadas de los alrededores, quedándose un tanto pensativo también.
-Qué difícil parece hablar del pasado, ¿eh?- volvía a dirigir su mirada a Arcadia, riéndose de manera natural y restándole dramatismo a la situación.
Arcadia niega rápidamente con la cabeza cuando escucha a Yusei preocuparse por ella, apartándose un poco el pelo de la cara y sonriendo de vuelta hacia él.- No, nada... tranquilo. Simplemente he recordado a alguien. No pasa nada, no es tu culpa ni muchísimo menos. Jaja.- Asiente luego, escuchando un poco lo que dice.- La verdad es que ya llevaba de viaje un tiempo antes de venir aquí, pero como te dije, estaba con mis amigos, no tenía mayor problema. El problema vino cuando los perdí a ellos y a Tiara.- Vuelve a dedicarle una sonrisa amable.
-La verdad es que sí, sobretodo cuando realmente no ha pasado tanto tiempo desde aquello. Solo han sido meses... y casi parece que hubíesemos tardado casi un año desde que empezó toda esta aventura.- Y se ríe. Maldita rompeparedes.
Yusei se ríe junto a ella. La verdad es que se siente en un ambiente muy cómodo junto a Arcadia.
-Bueno... lo importante es que ahora estás bien. Y que parece que vamos encontrando a algunos de tus amigos, o a Tiara. Aunque aún no entiendo muy bien qué significa... Tiara, en sí. Veo como incluso a veces vuelves a una forma como más... infantil y conversas con ella. Aunque entre eso y que eres una Caminante... Supongo que hay muchas cosas de tu mundo que no entiendo- se rascaba ligeramente la cabeza, algo confuso.
-¿Crees sentir a algunos amigos más por este mundo?- preguntaba pensativo. -Aún no hemos decidido a dónde ir, y tampoco sabemos si aún quedan más amigos de los que hablas-.
-No debería haber nadie más. No había ninguno en la batalla en la que todos fuimos absorbidos por la explosión.- Dice mientras se rasca un poco la cabeza, tocando concretamente durante unos instantes su tiara.- Tiara es parte de mí, pero a la vez es contiene parte de mi poder. Cuando me separo de ella, parte de mi voluntad y mi propio poder que queda en ella se manifiesta en forma de yo pequeña. Para buscarme claro. Es como si la mitad de mi persona estuviera dentro de la Tiara, y no estamos completas hasta que estamos juntas.- Dice algo liada incluso ella misma.
-Eso decía Halona, nunca lo he entendido muy bien. Simplemente ocurrió cuando me separé por primera vez de ella. Jajajaja.- Se ríe un poco inocente.
-Parece realmente... complicado jajaja. Pero, en cualquier caso, ten cuidado, ¿eh? No quisiera que te pasara nada malo. Bueno, ni yo ni ninguno de nosotros claro- asentía Yusei mientras explicaba sus pensamientos. -Aún no sabemos bien cuál será nuestro siguiente objetivo, pero... Trataremos de mantenernos unidos. Además... aunque pueda sonar algo frío en un principio, a pesar de que perdemos a algunos de los nuestros... es como si la suerte nos sonriera y nos mandase nuevas ayudas en las que confiar. Sobre todo por el tema de... La Mancha, o Caos, según el... mundo- decía algo confuso todavía, pero más o menos era algo así.
-¿Recordaste a alguien importante que se quedó en tu mundo? No sería descabellado pensar en la posibilidad de ir en algún momento, de alguna manera. Quizá tengas algo que quieras arreglar allí- le comentaba preocupado, queriendo saber más de Arcadia. -En mi caso... me gustaría tratar de volver en algún momento a mi hogar. No he podido saber nada de mis padres, y en realidad estoy preocupado por ellos... Sin embargo, ahora que estamos puestos en busca y captura, quizá aún teniendo la alternativa de ir, puede que no lo hagamos- hacía una pausa algo dramática. -Ahh... me encantaría volver a ver a mi padre... y saber qué opinaría de mi en estos momentos. Para bien... o para mal. También es algo complicado- suspiraba y mirada a todo su alrededor, como si por un momento buscara a alguien. Lo cierto es que hace ya bastante tiempo que no lo ve... ¿quizá era parte del hecho de controlar el Caos interior?...
Arcadia se rasca un poco la nuca algo extrañada cuando empieza a hablar tanto de sí mismo o a hacerse tantas preguntas que quizás ella no puede responder. No tenía a Yusei por alguien tan hablador sin duda, sobretodo con lo modosito y tranquilo que solía ser con ella cuando era una niña. Sonríe nuevamente ante él.- No descarto que volvamos algún día, pero por ahora no hay prisas. Hay cosas que hacer aquí.- Mueve la cabeza hacia los lados, cruzándose de brazos mientras piensa.
-Hay gente importante, pero creo que están mejor allí. Y la verdad es que si alguien más ha venido no sabría como saberlo. Valga la redundancia. Jajajaja. De todas formas, algún día me gustaría visitar de dónde venís cada uno y poder entenderos así mejor. Jeje.- Comenta contenta mientras mantiene su típica sonrisa de niña, pero esta vez con algo más de madurez en ella.
-Sí... sería genial poder visitar los lugares de todos nuestros amigos. Además, siempre he pensado que viajar enriquece a la persona. Pero, no me imagino cómo sería en tu mundo... ¿cómo es? ¿Hay más... cómo era, ¿sofá? ¿hay muchos por allí? Esta casa está llena de... mobiliario muy sofisticado. ¿También hay más amigos tuyos que sean... Caminantes? ¿Todos tenéis algún tipo de... hmm... ¿poder? Todo eso resulta como muy... guay- Yusei trataba de hablar de una manera más relajada, a fin de cuentas... sería bueno que tratase de recordar que poco a poco debería de dejar de ser un samurái en todo su esplendor. La miraba lleno de curiosidad y fascinación. Yusei siempre quiso viajar y con ello hacerse fuerte y ser un mejor heredero a ojos de su padre pero... ¿todo esto? Para él resultaba algo increíble, y aún le costaba dar crédito de todo lo que pasaba.
-La verdad es que todas estas cosas no son tan normales en mi mundo. Sí que hay cosas cómodas y todo eso... Pero este estilo de arquitectura y modernidad está más basado en los sueños y cosas que le enseñó Raijin a Halona sobre su mundo. Nuestro mundo es algo más antiguo, pero moderno a sus formas también. Jejeje. Aunque no hay tanto sofás como tal. Es otro rollo.- Niega levemente con la cabeza y con la mano, restándole bastante importancia al asunto.
-Y la magia es algo más común en mi mundo, pero dominarla y ser bueno con ella es complicado. Y no... Según Halona los caminantes son muy raros. Hay muy pocos en los mundos. Raijin también es algo raro dentro de nuestro universo, es un Caminasueños. Un hombre que puede ir al Mundo Onírico y protegerlo. Hay también muy pocos en cada mundo.- Asiente convencida, repitiendo palabras probablemente de Halona.
Yusei permanecía en silencio escuchando las palabras de Arcadia. No se hubiera imaginado todo aquello ni por asomo.
-Entiendo... bueno, para mi es complicado adaptarme al hecho de que hay otros mundos y con ello, otra arquitectura, otras comodidades... y otro tipo de magias. ¿No hay mucha gente que sepa dominarla entonces? ¿Y no hay ninguna forma de hacer controlar eso? Quizá mucha de las personas que hacen daño con su magia sea porque no pueden controlarla...- decía Yusei de manera un tanto ingenua.
-¿Entonces, tanto Raijin-san como tú estáis en peligro? Quizá lo que se pretenda es utilizar la magia de esos poderes que poseéis de manera exclusiva casi- fruncía los labios un tanto preocupado. -Ojalá y ahora sí podamos protegeros de mejor manera... porque con todo el tema de la Mancha, o el Caos pues...- no evitaba mostrar su preocupación. -Ojalá esté a la altura y pueda dar lo mejor de mi- negaba ligeramente la cabeza y miraba sus propias manos, entrelazadas. -¿Crees que la hermana de Halona es quien está detrás de todo lo que ocurre en Rokugan?-
Arcadia se lleva un par de dedos a la barbilla y al labio, pensando un poco mientras mira hacia arriba.- La verdad es que no sé. No creo que estemos en peligro de momento aquí, pero de lo que estoy segura es que no sólo Raijin y yo estamos en peligro ahora. Lo estamos todos. Vosotros estáis siendo perseguidos y es probable que quieran silenciaros o algo por los conocimientos que habéis adquirido.- Mueve la cabeza de un lado a otro, pensativa y elucubrante.
-Pero no me hagas mucho caso. Jejeje. Sobre la hermana de Halona, puede que esté de lleno en todo el problema, o quizás no... Pero si no lo está totalmente, te aseguro que algo sí que tiene que ver ella en todo esto. Un mínimo seguro. Jeje.- Asiente frunciendo el ceño bastante decidida y convencida de sus palabras.
-Tendremos que cuidar todos de todos entonces- le sonreía a la chica, amigable. -La verdad es que es una auténtica pena que hayamos perdido a tantos en este viaje que apenas ha durado unos meses. Ojalá no tengamos más bajas, aunque es difícil ser positivo después de tantas cosas- asentía lentamente.
-A fin de cuentas, ahora somos todos un mismo equipo, pues ya no somos los Vigilantes del Cielo- se encogía de hombros. -Se ha decidido también que vendrá la monje Togashi con nosotros. Espero que sus visiones nos ayuden en nuestro viaje. Me temo que lo peor está por llegar, Arcadia-san...- le cogía de las dos manos y la miraba fijamente a los ojos.
-El viaje será duro. Por ello... si algo se te llegase a pasar por la cabeza, si sintieras que no te sientes bien, si te gustaría compartir algo y poder así sacarlo hacia fuera... quiero que sepas que cuentas conmigo. A fin de cuentas, ya no somos simplemente una guardia personal de samuráis. Ahora todos debemos recibir apoyo de todos- decía de manera suave y reconfortante.
-Hehe. Cuantos más seamos mejor, la verdad es que no me gusta ver morir compañeros, pero si aún siguen persiguiéndonos y buscandonos necesitaremos cuanta más ayuda mejor.- Sonríe amable hacia Yusei, riéndose un poco. La verdad es que sigue manteniendo ese espíritu animado y bastante jovial que la caracterizan.- Ya... Ahora... ¡Somos todos amigos!- Y vuelve a reírse de la tontería que ha dicho.
-Lo mismo digo Yusei-San. Si necesitas algo sabes que puedes venir a decírmelo. Hehe. Gracias por protegerme hasta entonces.- Y vuelve a reírse bastante mona, cerrando los ojos.
Yusei sonreía ante Arcadia, contento de poder compartir con ella su tiempo, que ante todas las situaciones que habían vivido, nadie podría decir con certeza que podrían compartir muchas más. El peligro era demasiado eminente, y a saber cuándo podrían estar de nuevo a solas.
-Pronto nos marcharemos. Estate preparada para cualquier cosa que pueda sucedernos. Y ten por seguro que te protegeremos siempre, no solo yo, también todos. Te has ganado el aprecio de todos, Arcadia-san-sonreía amablemente mientras se levantaba poco a poco.
-Trata de disfrutar un poco más de la estancia de Halona-san y sentirte como si estuvieras de nuevo en casa y alejarte un poco de todo lo que ha pasado...- negaba ligeramente la cabeza. -Nos vemos en otro momento, Arcadia-san. Gracias por el tiempo que me has dedicado. Me hace sentirme mejor el hecho de poder expresar lo que siento con las personas... Bueno, las pocas personas que estamos aquí. Deberíamos conocernos todos más y mejor. Nos espera lo peor, lamentablemente- se despedía de ella moviendo ligeramente su mano.
Arcadia sonríe bastante contenta y asiente con la cabeza ante el entusiasmo y el sentimentalismo de Yusei.- Sí, lo haré. Gracias Yusei. La próxima vez os protegeré yo a vosotros también. Jeje.- Comenta riéndose mientras se acaricia la cabeza de forma despreocupada.
Poco después, Yusei se iría tras despedirse de la chica Gaijin, marchándose hacia dónde el quisiera, cómo quisiera y cuando quisiera. La pregunta es, ¿Quiere?
Finalizada esta de momento. Dime qué quieres hacer, o si no quieres hacer nada privado de momento, pero dímelo cuando puedas. Si quieres algo introdúcelo con normalidad. Saludos.
Yusei volvía a su habitación a descansar y tomar algo de té, reflexionando acerca de todo cuanto ha acontecido y esperando un nuevo rumbo para él y todo el grupo.
"¿Cómo estará Inori-san...? Ojalá pueda saber de ella pronto, o al menos, saber que está sana y salva..."
De momento no voy a hacer nada más en privado, con los dos npcs que tengo contacto ya he hablado, así que de momento no haré nada más en privado. ¡Saludos!
Pongo entonces este mensaje para recordarme que está de momento en suspensión esta parte hasta que quieras hacer algo más. Si nadie te invita a alguna grupal o no inicias una, estarás en espera hasta entonces. Un saludiño extremediño.
PD: No respondas a este mensaje.