Partida Rol por web

La Ciudad de la Tierra, la mas situada al sur de las cuatro principales ciudades del reino de Meridial, está cubierta por preciosos bosques formados por todo tipo de árboles, cada uno mas hermoso que el anterior. Es una ciudad que vive en armonía con la naturaleza y sus habitantes así lo confirman, orgullosos de ello. Abundan los agricultores y los cazadores, pero estos últimos nunca cazan mas de lo necesario (aunque no hay ninguna ley física que lo impida). También abundan los mineros, de las minas de la Ciudad de La Tierra, donde se extraen los mas preciados minerales que se comercian por todo Meridial (cuentan las leyendas que antaño los enanos, una raza olvidada, habitaban las minas y son los responsables de su actual prosperidad). La ciudad no es demasiado grande (y menos si la comparas con sus tres hermanas) aunque sumando la amplitud de sus bosques gana en tamaño a cualquier lugar de todo Meridial.

En la Ciudad de la Tierra, los edificios mas abundantes son las cabañas; también podemos encontrarnos con varias tabernas (destacando “La taberna de Rica” donde, además de servir la mejor cerveza de Unour (o al menos eso dicen sus clientes) se producen peleas con frecuencia en las que la propia Rica suele intervenir, con nefastos resultados para los involucrados en la riña), posadas (la mas famosa y que mas viajeros suele albergar a lo largo de todo el año es “El Caminante Dormido” ) y diversas tiendas (a diferencia de otros lugares, en estas tiendas hay múltiples productos, hierbas y demás componentes necesarios para hacer ungüentos y todo tipo de materiales que resultan de gran utilidad a los curanderos). En la ciudad no hay ni una sola herrería (todas las armas se exportan de otras ciudades) y presenta un hermoso templo de adoradores del Dios Supremo.

Te habían dicho que la Ciudad de la Tierra sería un buen lugar para lucir tus dotes como lanzacuchillos, que allí apreciaban mucho a los extranjeros y que quizás podrías sacarte unas cuantas monedas. Así que aquí estás, dispuesto a conseguir dinero de la mejor forma que sabes: como sea.

Antes de que pudieras entrar en la ciudad viste a un grupo de Caballeros arrastrando a un hombre hacia el bosque. Por sus armaduras parecían Caballeros Reales, pero ¿que hacen aquí tan lejos de la Ciudad del Fuego?

Lo que está claro es que una nueva ciudad para ti te espera, es hora de que comience el espectáculo.

Magnus tomó aire con fuerza mientras echaba un vistazo a su alrededor. Aquella aparición estelar de los Caballeros Reales le sorprendió, pero ya pensaría en ello cuando tuviera unas monedas en el bolsillo y el estómago lleno. La primera opción que se le ocurría era dirigirse a la taberna de Rica, donde buscaría alguna manera de sacarse algo de dinero. ¿Pelear? Ojala fuera la última opción...

Paseó por la ciudad mirando con discreción a la gente y cómo seguían sus vidas. Algunas debían ser muuuuy aburridas, o eso le parecía al lanzacuchillos. Les compadeció por ello hasta que se dió cuenta que su vida, aunque más intensa, no era en asboluto mejor y dejó de compadecerlos. Es más, quizás ellos se llevaran más a menudo comida caliente al estómago.

Pero la vida de ciudad no era lo suyo, lo suyo era el espectáculo, aunque no siempre le sirviera. Si tenía que robar o hacer alguna otra cosa de dudosa legalidad, podía aceptarse. Excepto el asesinato... eso eran palabras mayores.

Tras preguntar por dónde se encontraba exactamente la taberna, Magnus se dirigió allí con parsimonia, disfrutando del paseo.

Pasas por delante de una tienda llamada "Azure´s Emporium". Parece una joyería, un sitio de esos inútiles donde los ricos se dejan su fortuna. Y ni siquiera la opción de "tomar algo prestado" sirve de nada, pues un tipo enorme y con cara de pocos amigos custodia la puerta.

Pero hay algo que llama mas aún tu atención: Una chica. Una preciosidad de largo cabello castaño... Pero parece estar ¿metiéndose entre unos matorrales? No parece haber nadie cerca, aparte del tipo enorme... ¿Estará buscando algo que ha perdido? ¿O se trata de algo mas perturbador?...

Nadie parece haberse percatado de tu presencia así que podrías pasar de largo o quizás tu curiosidad sea superior a tu raciocinio. Tu decides.

Magnus pegó un frenazo en su marcha para echar un vistazo desde fuera al interior de la atractiva joyería. Tan cerca y a la vez tan lejos... ay. Entonces algo llamó su atención. ¿Una... chica...? ¡Una chica! Y vaya pinta que tenía... ¿Qué hacía ahí metida? Dónde te metía yo... y el qué...

Se acercó mirando de reojo un segundo al hombretón, asegurándose de no llamar mucho la atención. Se inclinó un poco para intentar ver mejor lo que hacía aquella chica. ¿Buscas algo? Puedo ayudarte a buscar, si quieres.