Partida Rol por web

El joven cae al suelo, aparentemente inconsciente, con un sonoro golpe.

¿Que haces a continuación?

Antes de que decidas que hacer con el joven, oyes una voz que dice:

¿Buscas algo? Puedo ayudarte a buscar, si quieres.

No muy lejos de ti, se encuentra un muchacho de cuya presencia ni te habías percatado, ni siquiera Dasan parecía haberlo hecho.

Daba la sensación de que el muchacho no había visto lo que acababas de hacer ni se había fijado en el joven inconsciente entre los matorrales, o al menos eso parecía...

Un poco sobresaltada, normal al escuchar una voz a sus espaldas, Azure se voltea de cuerpo entero para encarar a esa supuesta alma dadivosa.
Detallándolo de arriba abajo, toda información tenía  utilidad: “Tiene armas? Viste uniforme de solado?..Acaso su vista se dirige inconscientemente a donde yace el otro?...Me vio? ..A la fregada de donde salió este?”
Estas y algunas preguntas más formulándose en su mente y en su rostro la sorpresa da paso a una sonrisa tímida y cual adolescente turbada ante la presencia de alguien del sexo contrario retuerce las manos en un  pliegue de su vestido que luego quedaba oculto; aprovechando para limpiar vestigio de suciedad de la piedra. –Buscando? Si, flores para decorar el despacho de mi padre pero por aquí no hay muchas, lo que ten cuidado..Tienes botas altas? Hay víboras por aquí y te pueden morder, hay que ir espantándolas. Mi guardaespaldas siempre me reprende.
Confiesa aparentemente en medio de la tímida sonrisa, pero asegurándose en demostrar que a todas luces es la hija de un acaudalado noble con guardaespaldas y que hay gente que sabían de su paradero. En caso de que el joven la hubiera visto solo lanzar, de lo contrario estaba metida en serios problemas aunque siempre podía argumentar la anterior excusa; de alguna forma tendría que averiguar quién era ese sujeto y el otro que había noqueado y qué relación guardaban con el pronto fallecido Albert. Casualidades? Azure no creía en eso. Todavía tenía un as bajo la manga pero prefirió esperar.
-Y tu quien eres, qué haces aquí? Pregunto, segura de sí misma y distraídamente arrancando una brizna de hierva.