Henry aún estaba emocionado y perplejo. La emoción se debía a las palabras de su tía Piper, que fuerno simples, dulces, delicadas y directas. Su templanza asombró a su sobrino, que en ese momento comprendió sin ninguna dificultad porqué ella había sido la cabeza de la familia.
La perplejidad era debida a la situación mágica que se desarrolló segundos después. La visión de Penny, la reacción de sus primos y cómo se estaban desarrollando el asunto. Cuando quiso reaccionar, ya era tarde.
¿Qué demonios hacen orbitando a mi casa sin mi permiso? pensó con cierto mosqueo. Henry no vivía solo, estaba Bryan. Y, fijándose en el reloj, su amigo estaría en esos momentos en casa.
La ira empezó a inundar su cuerpo, pero se relajó al ver la reacción de su prima pequeña. Sonrió, no pudo evitarlo. Penny siempre había sido temperamental, expresando los sentimientos de todos en voz alta. Se acercó a ella tras las palabras duras de Melinda.
Ya basta dije sin levantar la voz, simplemente imponiéndome. PJ y Chris son unos imprudentes. Saben que no vivo solo y seguramente hayan metido la pata. Bryan está en casa afirmó con seguridad.
Yo también he traido el coche. Penny se viene conmigo dijo con un tono de voz que no admitía réplica. Miró a su prima con seriedad, para dar más firmeza a sus palabras. No conviene que vayamos muy separados. Tres y tres, así que que una más se venga con nosotros y las otras tres en otro coche terminó la frase sacando las llaves del bolsillo y comenzando a caminar.
Con la decisión ya tomada fueron saliendo hacia los dos coches, Pat se acercó a Cass y le susurró algo al oído a modo de despedida, dirigió una mirada hacia sus padres cargada de sentimiento, y luego se apresuró para seguir a Henry hasta su coche, si iban a ir de tres en tres ella se montaba con ellos.
- Nos tenemos que ir, los asuntos de la familia ya sabes... - le dijo haciendo alusión a lo que le había contado en casa - no sé cómo acabará esto. Estarías más segura en tu casa, te llamo luego.
Melinda asintió decidida y miró a las gemelas Kat y Tamara.
-Está bien, vosotras venís conmigo.-dijo buscando las llaves del coche en su bolso y saliendo del lugar mirando antes a sus padres para despedirse de ellos. Después se dirigió a su primo, Henry, y le dijo:-Te sigo, Henry. Vamos, chicas.
Finalmente tomais una decisión y os marchais del P3 para enfrentaros a vuestro destino. Debíais ayudar a vuestros hermanos y primos. Ellos habían decidido actuar de forma rápida e imprudente y vosotros debíais marcharos para allá para salvar la situación. Era cierto que la premonición de Penny os había alterado a todos, lo que hacía bastante comprensible la reacción de Chris y P.J.
Justo en el momento en que los motores de los dos coches se pusieron en marcha, el reloj del coche marcaba las 20.00. Eran justamente las 8, la misma hora que Penny creía haber visto en el reloj de su premonición. No llegarían a tiempo. La casa de Henry no estaba lejos de allí, apenas 10 minutos en coche, pero tenían que llegar y algo aún peor... ¡buscar aparcamiento! Algo nada sencillo tan cerca del Golden Gate.