Partida Rol por web

El explorador se acerca al grupo y se aleja del mismo en varias ocasiones para ir protegiendo la retaguardia del grupo. Se aleja y borra rastros a la vez que crea otros que pudiesen si no confundir, al menos entorpecer a los perseguidores.

De vez en cuando algún chaval cae al suelo rendido. Knavar lo recoge del suelo y lo lleva en brazos el tiempo suficiente para que se recupere un poco. Algún anciano desespera por agua y el explorador le cede su cantimplora y algo de comida. Lo que sea necesario para que el grupo avance de forma continua y sin pausa.

De nuevo volvía a retrasarse y borraba el rastro como podía.

Aunque tardais un poco y por momentos creeis haber perdido el rastro finalmente lo conseguis localizar de nuevo aunque por lo que podeis comprobar lso trasgos se estan moviendo mas despacio y parecen ser mas cuidadosos. ¿sea que esta zona es peligrosa? ¿o sospechan que alguien les sigue?

El clérigo se paró durante todo un minuto. Aquello le daba mala espina. Tal vez aquellos trasgos habían descubierto su rastro o estaban a punto de atacarles. Buscó señales de una posible emboscada.

Cuidado Susurró a Tristan. Tengo un mal presentimiento.

Paré ante ña advertencia del clérigo y de notar que los trasgos avanzaban con menos velocidad. Así que intenté ocultarme entre la espesura para ver si escuchaba alguna cosa o veía algo extraño.

Cada vez vuestros perseguidores parecen estar mas cerca hasta de repente un silbido seguido de un fuerte chasquido os hace enmudecer. Una lanza acaba de salir volando de la espesura y se ha clavado en un tronco proximo a la cabeza de Whilhem. Entre la maleza podeis percibir el movimiento de los trasgos y el brillo de los relucientes ojos de los lobos.

LA gente comienza a gritar e intenta esconderse mientras los niños lloran desconsolados.

Knavar nota una lanza pasar cerca suya y casi arranca la cabeza  de Whilhem. En ese momento se gira y coloca una flecha en su arco y apunta hacia la retaguardia.

-Ogión, guíales. Whilhem, Wulfwaif, tenemos que pararlos. Dice mientras deja que la flecha vuele en dirección a uno de los lobos.

-Atacad a los lobos. Les informa. A parecer de Knavar eran más peligrosas las monturas que los trasgos en sí. Si acababan con las criaturas, los trasgos serían más sencillos de combatir.

Uno de los trasgos montado en uno de lobo se adelanta hacia vosotros con las manso en alto como si quisiera parlamentar, pero sus palabras se cortan en seco cuando la flecha de Knavar se clava en la cabeza de la bestia sobre la que cabalga derribandolo de golpe. El resto de sus compañeros comienzan a gritar y avanzan con el oido brillando en sus ojos.

Whilhem escucho un silbido no dando le importancia por si era el sonido de algún animal del bosque pero el chasquido era sospechoso y por eso al girarse en dirección al enemigo vio una lanza clavada en el tronco de un árbol.

Sabiendo todos que estaban tan cerca Whilhem dijo a sus compañeros "Defendamos la retaguardia". Con el ambiente tan tenso Whilhem olvido durante unos segundos que tenia a los ladrones a su lado. El paladín desenvaino su espada y corto las cuerdas y les propuso "si nos ayudáis a defender a los refugiados, seré benevolente con vosotros y hablare a vuestro favor a la guardia o juez".

Whilhem tambien sujeto fuertemente el escudo y se puso en posición defensiva a la espera de que se acercara algún lobo o trasgo para asestarle un golpe o desplazarse a un lado para no ser atropellado por la carga del lobo.

En total silencio escuchais hasta que traidos por el viento os parece escuchr sonidos mas adelante. Parece que simplemente los trasgos estan siendo mas cuidadosos que antes, quizas porque sospechan que estan mas cerca de vosotros que antes. Asi que sin mas y procurando no hacer ruido continuais tras ellos esperando que os conduzcan hasta las minas escondidas.

- Danos un arma pro favor.- gritan los hombres - Ayudaremos o nos mataran tambien a nosotros -

- Venid malditos que pagareis con sangre por nuestras vidas - grita el guerrero envalentonado mostrando su afilada espada al grupo de trasgos que se os acercan.

Whilhem no veía muy inteligente el armar a los bandidos pero tampoco usarlos como escudos humanos o peleles contra los trasgos por eso con rapidez desenvaino la daga y se la lanzo a lo pies de los dos bandidos. Whilhem se preparo en la posición anterior, les comento "Espero que le deis un buen uso a la daga por la supervivencia de todos". Después refiriendo se a sus compañeros dijo "los bandidos nos apoyan y están armados" "si veis que realizan alguna acción sospechosa o agresiva no dudéis en darles muerte" "por la victoria y Bahamut".

Cuando la situación parece estar perdida y los trasgos estan a punto de llegar a vuestra posición un enorme griterio se escucha a vuestras espaldas y de entre la espesura surge la figura salvadora de la Hermana Nalha acompañada de un nutrido grupo de acompañantes, un monton de refugiados armados con hachas, orcas, guadañas y cualquier utensilio parecido a un arma. Ademas entre ellos tambien se encuentran varios soldados del monsaterio provistos de armas de buena calidad y armaduras de mallas.

- ¡A ellos! - grita Nalha - ¡Acabemos con los trasgos! - y con un rugido de furia el grupo os sobrepasa y se lanza contra los trasgos los cuales sorprendidos intentan darse la vuelta y escapar.

Knavar al ver a la mujer animar a su grupo de acompañantes, hace que el explorador se reafirme en su actitudo y dejé salir volando otra flecha directa a otro de los lobos. Sin montura el jinete caiga y con suerte la caida lo inutilice para combatir. En el peor de los casos, sería un trasgo si la ayuda de su montura.

Otra flecha precisa de vuestro explorador atraviesa el aire y se clava profundamente en el cuerpo de otro de los lobos derribandolo junto a su montura. Mientras los campesinos se lanzan a deguello contra los trasgos y aunque no pelean bien sus ansias de venganza pronto superan la poca resistencia de los pieles verdes que escapan sin disciplina alguna hacia las profundidades del bosque.

Whilhem fue hacia Nalha le comento "Me alegro de verte Nalha y tus huestes" "hace unas horas encontramos el campamento de estos trasgos y liberamos a sus prisioneros que estan a un par de minutos de aquí" Whilhem señalo en la dirección hacia donde huían los refugiados después le propuso a Nalha "te agradeceríamos que los escoltarías hasta el Monasterio de Rocagris  que es donde nos dirigíamos para que les ofrecierais refugio" "en el campamento se quedaron por su voluntad un par de compañeros para desvelar el problema del agua envenenada" "aparte de escoltar a los refugiados ¿podéis poner a un par de guardias a nuestras ordenes o que apoyen nuestra misión?".

Avanza el dia y finalmente empieza a oscurecer. Os encontrais bastante cansados ya que los trasgos a los que seguis llevan un ritmo bastante rapido a pesar de sus sigilo y aunque no sabeis si seguiran viajando por la noche no os impòrta demasiado. Ahora mismo solo pensais en poder comer algo y descansar un poco pero claro estais en una zona desconocida y sin saber muy bien si hay mas trasgos cerca.

- Me alegro de haberos encontrado sanos y salvos - responde la hermana abrazando a Whilhem - No podia quedarme de brazos cruzados mientras arriesgabais la vida por esta gente asi que reuni a lso refugiados y a unos cuantos valientes del monasterio y salis en vuestra busqueda a pesar de las ordenes en contra del Prior. Pero asumire las consecuencias sabiendo que el Hacedor esta conmigo, en cuanto a ayudaros no puedo hablar por el resto pero por supuesto que llevaremos a los refugiados al monasterio y curaremos a cualquiera de vosotros que se encuentre herido -