Partida Rol por web

De regreso al hospital, la hermana había mostrado su apoyo en cuanto a pedir permiso para visitar el castillo se tratara. Sin embargo, sus dotes burocráticas no eran precisamente las mejores. Quizá otros miembros del equipo pudieran ser más persuasivos en esas lides.

La burocracia siempre me había fastidiado, muchos de mis artículos se habían perdido en horas y horas de papeleo inútil, para al final ser descartados, todo ese proceso me irritaba sobremanera y por eso preferí hacerme aun lado, dejando a otros mas capaces de lidiar con este sistema que simplemente no soportaba.

El Teniente saludó con saludo militar al Teniente Xenon, después se acercó a los demás. - ¡Saludos camaradas!, ¿cómo vais?, ¿recordáis algo del incidente? Si queréis podíamos sentarnos por aquí y hablarlo, os he estado buscando, todo esto me parece muy estrambótico. Comentó el Teniente intentando mantener la calma y el buen gesto en su faz.

Con algo de torpeza pero reuniendo suficiente confianza se dirigió hacia el teniente
- Cree que podría buscar algo de información sobre el castillo Tournoir cerca de Seizassons ? O en su defecto...- entonces tragaría un poco tomando aun mas valor- permitir que alguno de nosotros lo investigue personalmente...ciertamente esta situación es surrealista...y su propia naturaleza podría tener algo que ver con algo más turbio y grande de lo que podríamos pensar...como por ejemplo alguna secta que nos haya capturado...no lo se...pero por su historia es todo lo que tenemos...- suspira desesperanzada

El Teniente Alan había sido ignorado, ya que a todos les urgía hablar con Xavier, fue la temerosa señorita Kenedy la que se armó de valor y comenzó a hablar con temor e inseguridad, durante toda la conversación Alan Xavier había estado negando con la cabeza y con rostro severo, por eso os sorprende cuando responde:

-Tenéis 12h más, en vez de presentaros a las 9:00 debéis hacerlo a las 21:00, vuestro permiso solo está permitido para esa zona de Reims, si intentáis salir hacia otro lugar sin permiso os pararán y detendrán en las salidas fronterizas

Alan Xavier extiende un documento que acredita que tenéis permiso para ir a Reims. ¡Lo habíais conseguido! Podéis poneros en marcha al castillo

— Bien bien ¡lo tenemos! — se alegró al reunirse con el grupo, aunque luego pensó por que demonios se alegraba tanto.

— Mmm, ¿creéis que sería necesario llevar algún arma? No creo que nos dejen llevar nada del equipamiento oficial, pero.. quien sabe. Entonces vamos a partir cuanto antes, aprovechemos el tiempo que tenemos.

Kurt se fue a buscar sus pertenencias, las pocas que tenía, e intentó agenciarse con algún tipo de arma que fuera fácil de coger, no quería arriesgarse, aunque fuera un cuchillo.

Increíblemente, la Srta. Kennedy se las había arreglado para conseguir el permiso, por lo que el teniente le dedicó una gentil sonrisa. Por otro lado, la pregunta de Reed lo dejó ligeramente pensativo. Después de todo, el castillo estaba abandonado... pero algo los había llevado hasta ese lugar. Xenon resolvió buscar algún arma también, aunque primero hablaría con el teniente Parker.

— Saludos, Parker. De momento nos estamos dirigiendo al castillo donde fuimos encontrados, a ver si podemos... no lo sé, ver algo más. Hemos encontrado un par de cosas preocupantes en una librería cercana y queremos revisar por nuestra cuenta. Diría que eres bienvenido de unirte —después de todo, el permiso no tenía un número determinado de personas.

Reunió sus escasas pertenencias y se dispuso a salir en el mismo coche.

— Toda precaución es buena —respondió a Kurt.

Lynn Marie se hizo a un lado al ver que no iba a conseguir nada. Por suerte, Samantha logró el dichoso permiso para acudir al castillo a investigar o, por lo menos, esclarecer algo de lo sucedido.

La monja aguardó a que el Teniente Richardson hablara con Alan Parker y, cuándo éste preguntó por lo sucedido, intervino.

—Me temo que ninguno recordamos lo sucedido, Alan— dijo la hermana —, aunque todos coincidimos en haber tenido grotescas y desagradables pesadillas— se persignó, recordando la morgue de sus sueños.

La atención de la monja se dirigió a sus otros compañeros, escuchando a cada uno atentamente, aunque arrugó el ceño ante la mención de las armas, ya que ella no era demasiado amiga de ellas. Sabía empuñar alguna de fuego porque así se lo enseñaron, pero prefería no portarlas.

—Si nos acompaña, con gusto le informaremos de los hallazgos que hicimos en la biblioteca— le dijo a Parker —. A fin de cuentas, esto nos atañe a toda la Compañía.

Dicho esto, se dirigió hasta donde estaban sus pertenencias, pues le urgía encontrar su crucifijo de madera. No necesitaba más arma que esa para luchar contra el mal.

Superando las expectativas la señorita Kenedy logro que obtuviéramos el permiso de ir a revisar, ya contábamos con un trasporte, pero no teníamos ningún medio de defendernos en caso de que las cosas se torcieran.

Tenia serias dudas que nos proveyeran con cualquier tipo de arma dada nuestra situación legal -En caso de que no podamos hacernos a algún arma por la vía legal- les dijo de forma que solo ellos escucharan -Tengo algo de familiaridad para moverme por los bajos fondos de ser necesario, en mi tiempo de periodista debía buscar las historias en lugares poco agradables-

Cuando miráis en vuestras taquillas no encontráis nada, solo vuestra cartera con algo de dinero y vuestros papeles identificativo, ni siquiera una muda de ropa limpia. Para satisfacción de la hermana Lynn su crucifijo si estaba allí.

Vuestros intentos de conseguir armas tampoco habían servido de mucho, estabais siendo investigados de deserción, no iban a daros armas para poder escapar, por lo que por todos lados la respuesta era siempre la misma, un no. Ni siquiera un pequeño cuchillo que poder conseguir. Por suerte para el grupo, James, se manejaba bien en los bajos fondos y consiguió un vendedor que podría proporcionaros algo de armamento.

Pero había otro problema, si el teniente Parker accedía a ir con vosotros, no había sitio, en el coche había plaza para cinco, por lo que tendríais que intentar conseguir otro coche, ya fuese pidiéndolo a las autoridades*, comprándolo o rezar para que el viaje en taxi no saliese muy caro. Aunque también estaba la opción de ir en tren

- Bueno yo sí recuerdo algo después más adelante os comentaré... Por ahora como no quepo en el coche voy a hacer los trámites para que me den otro vehículo. Nos vemos fuera... si queréis ir a tal sitio yo os acompañaré.