Las oportunidades se le acababan a la líder de los Exiliados. Cuando Kitsune la amenazó con encerrarla para siempre en la oscuridad se le heló la sangre.
La luz era su misma esencia. Karolina era luz, no podía vivir sin ella. En aquel momento tuvo miedo.
Podía huir, abandonar a Cable y escapar de aquel fatal encuentro. Una retirada a tiempo sería un movimiento inteligente. Habían subestimado el poder de Kitsune. Venir a enfrentarla de cara había sido un error. Con lo que sabían ahora quizá podían trazar un plan para vencerla más adelante…
Pero no podía hacerlo. Abandonar a Cable significaría abandonar a la única familia que tenía ahora. Karolina estaba cansada de huir, de ser una fugitiva. Había pasado toda su vida huyendo de su mundo, todo por haber tomado una decisión incorrecta.
No le sucedería una segunda vez. Karolina haría lo correcto, aunque le costase la vida.
En medio de aquel desesperado momento, Karolina atisbó un destello de esperanza en el corazón de Kitsune. La oscuridad de su enemiga surgía de aquella pequeña gema. Quizá… quizá había una oportunidad.
Su luz era inútil en aquel enfrentamiento, pero le daría un último empujón.
Acumulando toda la energía que le quedaba, Karolina se propulsó hacia Kitsune. Directa al agujero negro que amenazaba con privarla de sus poderes. Mientras avanzaba, observó con tristeza como su luz multicolor perdía sus intensas tonalidades, tornándose primero grisácea y luego negra antes de desaparecer completamente.
Cuando estuvo cara a cara con Kitsune, a distancia suficiente para apreciar mejor su objetivo, cayó pesadamente al suelo, desprovista de luz. Se mantuvo en pie lo suficiente como para alzar el arma y, apuntando al corazón de Kitsune, disparó.
Motivo: Disparo al Corazón (Postura agresiva)
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+10)=28
Me acerco a Kitsune lo máximo posible antes de perder mis poderes. Entonces disparo mi arma de nuevo, esta vez apuntando a la cosa brillante de la que surge la oscuridad. Se me había ocurrido tratar de agarrarla, pero creo que es más seguro tratar de destruirla.
Ahora mismo no sé qué tipo de penalizador podría tener la maniobra. Te dejo la tirada hecha y tú juzgas si tengo éxito o no. Por si vale de algo, hago de nuevo el ataque con postura agresiva. DC 20.
La era de Apocalipsis representa una de las facetas más oscuras de los mutantes y de la propia humanidad. Reducidos a la simple supervivencia, ambas especies han combatido hasta transformar el mundo en un lugar plagado de radiación y muerte. Los más fuertes, los más aptos según el dogma de Apocalipsis son los únicos que realmente merecen sobrevivir.
Cable y Karolina han combatido codo con codo desde el principio. Arrastrados fuera de sus propias realidades, se han visto obligados a soportar toda clase de penurias por el mero hecho de salvar incontables vidas. Ahora, son ellos quienes se enfrentan a la muerte.
Kitsune, una mutante de clase Alpha los mantiene entre la espada y la pared. Poseedora de la capacidad de adaptarse y evolucionar para contrarrestar los poderes de sus enemigos, se alza sobre los Exiliados como un portal de oscuridad, desesperación y muerte.
El cuerpo de Cable se agita, envuelto por las sombras, tratando de tomar una bocanada de aire que le permita seguir viviendo. Su tiempo se agota y Karolina sabe que su siguiente movimiento será decisivo. Huir ya no es una opción para ella, contrarrestar el poder de Kitsune tan solo alargará la vida de ambos un poco más de tiempo. Así que opta por aferrarse a lo imposible. Como Exiliada, no, como líder de los Exiliados se ha visto obligada a tomar decisiones imposibles día tras día. Ahora se enfrenta a una decisión con la que apuesta no solo su propia vida, sino también la de la única familia que conoce, Cable.
Incapaz de contener por más tiempo su brillante aura, el traje medioambiental queda reducido a jirones cuando Karolina libera por fin cada pizca de poder que aún posee en su interior. En un acto de gran valentía y locura, se alza en el aire y se arroja contra Kitsune como si de un haz de luz se tratase.
Cada centímetro que se acercaba a la élite de Siniestro, Karolina puede sentir cómo su poder se desvanece más y más a cada instante. El frió toque de la oscuridad la asfixia y debilita, provocando que finalmente, caiga a pocos pasos de Kitsune, enferma y agotada.
Lo que siente va más allá de perder el poder que el sol la otorga. Aquella despreciable mujer la está arrebatando todas sus fuerzas, puede que incluso, hasta su juventud. De seguir así, está segura de que se consumirá hasta los huesos y hasta que finalmente estos, caigan también reducidos a cenizas.
Su visión se torna doble y siente la garganta seca. Las fuerzas la abandonan con más rapidez de lo que podía imaginarse. Por ello, el alzar su pistola de plasma la provoca terribles calambres en los brazos. Ahogada a su vez por la propia oscuridad, siente que aquel va a ser el disparo más difícil de toda su vida. Aún así no se rinde, sabe que si ahora fracasa, ambos morirán.
Con un esfuerzo monumental y todo guiado por su propia voluntad, alza finalmente su arma y dispara. La esfera esmeralda de la pistola de plasma se muestra como algo pequeño e insignificante contra la gran oscuridad que Kitsune está desprendiendo sobre ellos en aquellos momentos.
Un esbozo de sonrisa se forma en el lugar donde deberían de estar los labios de Kitsune al recibir el impacto de la pistola de plasma. Nada, eso es lo que Karolina ha logrado con su sacrificio, absolutamente nada.
-Admirable, inútil, pero admirable. Nada puede dañarme o destruirme, mi poder es absoluto, pequeña mujer luminosa. Ahora serás arrastrada a una celda y jamás volverás a sentir la luz del sol. Morirás sabiendo que has fracasado y lo harás completamente sola.
Las sombras se extendieron por todo el corredor, devorando cada pequeño rastro de luz, sumiendo todo en la más profunda y abismal de las oscuridades. Tan solo quedaron los ojos brillantes de Kitsune, ellos y la pequeña gema situada en su corazón.
Karolina ya no puede ver a Cable, ni tan siquiera puede escuchar su lucha por seguir respirando. Ya no queda nada, salvo el vacío. La líder de los Exiliados a fracasado...
¿O no?
Un grito de dolor sacude a Kitsune cuando la gema, agrietada por el disparo de Karolina comienza a desmoronarse.
-¡No! ¡Nooooo! ¡NOOOO ES POSIBLEEEEE!
Pese a que no puede verlo, Karolina siente cómo la oscuridad repta regresando de nuevo hacia Kitsune. Pero hace mucho más que eso, sin el cristal que potenciaba sus poderes hasta niveles cósmicos, Kitsune es incapaz de controlar toda aquella energía y de pronto, se ve siendo devorada por todo aquel poder incontrolado.
El grito de dolor es desgarrador y durante largos segundos, Kitsune siente el mayor de los dolores recorrer cada fibra de su ser y después, simplemente nada. La luz regresa tímidamente y el cuerpo sin vida de Kitsune, consumido hasta ser poco más que una anciana esquelética, cae al suelo.
El sonido más dulce y agradable que Karolina puede sentir en aquellos momentos, la otorga unos instantes de felicidad. Se trata de Cable, quién tomando una gran bocanada de aire, muestra que sigue con vida.
Debilitados como nunca antes lo han estado, ambos exiliados se buscan con la mirada. Parece que ambos vivirán para ver un nuevo amanecer y no serán los únicos.
Las dos grandes puertas de vibranium comienzan a vibrar y lentamente, se abren ante la voluntad del señor del magnetismo. Magneto, libre de la influencia de Ktisune, por fin es libre.
Los Exiliados al completo aparecen en la sala de teleportación de la Oshosi.
Calavera, desnudo de la cintura para arriba, se muestra agotado y cubierto de sudor y sangre. Su respiración agitada deja bien presente para todos que ha alcanzado su límite físico. Seguramente pase los siguientes días con dolores musculares o con una terribles agujetas.
Cable y Karolina están tendidos en el suelo, ambos se muestran también agotados y aunque Cable tiene un buen dolor de cabeza, está seguro que desaparecerá tan pronto como recupere el aliento. Karolina por su parte se muestra, vulnerable. La líder de los Exiliados, siempre se ha mostrado como una hermosa y fiera guerrera que de alguna manera, deslumbraba allá por donde pasaba incluso cuando mantenía sus poderes ocultos. Pero ahora es como si simplemente toda esa luz de su interior hubiese desaparecido.
She-Hulk se alza en pie, aunque cubierta de pies a cabeza de polvo y con gran parte del uniforme dañado por las descargas de energía que la han acertado una y otra vez. Algunas partes de su cuerpo aún muestran feas quemaduras, pero su poderosa regeneración está ya en ello. Así que no tardará mucho en volver a estar al 100%.
Spiderman muestra también su uniforme completamente dañado, casi destruido por completo. Pero no muestra más que algún que otro arañazo y cortes superficiales.
-Habéis estado a punto de matarme de un infarto en al menos, cuatro o cinco ocasiones.
Durante un instantes todos sienten una sensación de ingravidez, pero saben perfectamente que significa, acaban de saltar a otra realidad.
-Habéis logrado realizar un trabajo impresionante. Magneto ha sido liberado y el vacío destruido. Esa realidad está a salvo o al menos tan a salvo que puedan estar.
Karolina comienza a sentirse mejor al ser bañada por los cálidos rayos de sol que atraviesan el gran ventanal que Oshosi forma en una de las paredes de la sala. La nave puede rediseñar por completo su interior y ha creído conveniente tomarse aquella pequeña licencia.
-Hemos vuelto a la realidad donde descansamos la vez anterior. Playa, sol, aguas cristalinas y el mejor servicio de habitaciones que el dinero puede comprar. He pensado que os vendría bien un descanso.
Karolina no está segura de en qué momento extendió la mano y aferró lo que quedaba del cristal que Kitsune portaba en su corazón. Pero de alguna forma, ha logrado recuperar un trozo del mismo. La pequeña gema, pese a estar rota, parece desprender poder. De hecho, busca fundirse con ella, tomar una pequeña porción de su poder para asimilarla y así, ser capaz de potenciar sus dones, tal y como hizo con Kitsune.
El cristal puede dotarla de unos poderes mucho mayores de lo que jamás ha imaginado. Tal vez sea lo que necesite después de todo, para vencer a los enemigos que no paran de acumularse ante las puertas de los Exiliados.
-Jenn, eso ha sido asombroso! dijo Peter mientras le chocaba la mano, adolorido pero, a pesar de todo, contento No puedo creer que lo hayamos logrado!
Antes de poder siquiera perfilar para la direccion donde estaban el resto de los Exiliados, fueron transportados ambos dos una vez mas a la base/nave del equipo. Un rapido vistazo lo alivio: Al menos todos estaban vivos. No sabia que habia sido de la mision, sin embargo... Hasta que Hank hablo.
-Que ha pasado exactamente cuando nos separamos? pregunto por fin, al prestar mas atencion al estado de sus compañeros.
La oscuridad se fue de sus ojos y el aire volvió a llenar sus pulmones. Estaba de nuevo consciente, le costaba respirar pero poco a poco se iba recuperando, se recostó y buscó con la mirada a Karolina y vio que había perdido su brillo que ya no brillaba como antes. Un como le vino a la boca pero supo que aquello no importaba y de su boca acabó saliendo un: - Gracias. No se como lo has echo pero eres genial jefa. dijo con el poco aire que aún llenaba sus pulmones. y dejándose caer de nuevo sobre el suelo. Que bueno era sentirse vivo y que bien se sentía apoyado en aquel frío suelo.
Sus últimos pensamientos fueron que había fracasado que no había podido ayudar a Karolina, sin embargo ella se pudo sobre poner a todo. una sonrisa se le dibujo en la boca y volvió a mirarla con algo de preocupación. Había perdido mucho de si misma en aquel combate. - ¿Estas bien?. La preguntó
De pronto su mirada se volvió hacia las puertas de vibranium que se abrieron dejando aparecer al dios del magnetismo, magneto en todo su esplendor. Entonces sintió como viajaba...
Mañana escribo la parte de la nave. Genial Karolina en el desenlace y narración frenetica de los echos por parte del master. Una vez más he quedado encantado con la narración.
Cable continuaba recogiendo aire e introduciéndolo poco a poco en sus pulmones volviendo en si. Su mirada preocupada se posó sobre Karolina, no estaba bien. Kitsune se había llevado mucho de ella. - Y yo sino fuera por la jefa, no lo habría contado. Contestó a Hank. - Nos metimos en algo que nos superaba con creces, nunca me sentí tan vulnerable, tan ... desnudo.
Su mirada ahora se posaba en Calavera, le alegró de sobremanera el verle con vida después de lo que había presenciado. Pensaba que había desaparecido para siempre liberando a aquella criatura. - Buen trabajo Calavera, pudiste con más de lo que prometiste. Me alegra verte de nuevo.
Se paró de nuevo para tomas aire de nuevo y escuchó las preguntas de Spiderman pero ante la invitación de Hank a poder descansar en aquel paraíso solo pensaba en llevar a Karolina al exterior a que la diera la luz del sol, sabía que aquello le ayudaría. - Me alegra veros bien, la última vez que te vimos Spiderman estabas en muy malas condiciones y lanzamos el pelotón directo sobre Jennifer. Buen trabajo manteniendolos a raya. Pero ahora antes de seguir contando lo sucedido e intercambiar impresiones, necesito llevar a Karolina al exterior, unos rayos de sol la vendrán genial.
Estaba con ella agradecido por devolverlo a la vida que tenía que ser suave con ella ahora que estaba tan vulnerable. Creo con su mente una cómoda silla, al lado de ella y se levantó para ayudarla a ponerse sobre ella. - Si nos disculpas Hank. le dijo y se alzó en el aire elevando la silla con él y llevándola con cuidado hacia el exterior, a menos que ella se negara.
Aquel último combate había drenado a Karolina de todo lo que disponía. Su luz, su energía e incluso sus ánimos.
La oscuridad asfixiante de Kitsune se había llevado una parte de la majesdaniana, una que quizá no volvería jamás.
Al principio no pareció oír las palabras de Cable, pero cuando este se acercó para preguntarle si estaba bien ella se giró lentamente.
Aún estaba algo confundida por el desenlace, su rostro era una muestra de ello. Sin embargo, al ver a su compañero sano y salvo no pudo evitar sonreír levemente. Sin decir nada más, Karolina se encaró hacia las puertas de vibranium para ver emerger a Magneto.
“Misión cumplida” fue todo lo que pudo pensar antes de dejarse llevar por el teletransporte de la Oshoshi.
Karolina, tendida en el suelo, apenas hacía amago de moverse. Tenía una mano sobre el pecho, cerrada en un puño. En la otra sostenía con fuerza su vieja y confiable pistola de plasma. A pesar del cansancio se negaba a soltar el arma.
“Cuántas veces me habrá salvado la vida…” pensó.
Abrió los ojos para ver a Hank y al resto de sus compañeros. Se alegró de verles a todos a salvo, aunque evitó decir nada. Estaba tan cansada que podría quedarse en el frío suelo metálico de la Oshoshi por lo menos durante un día entero.
Su luz se había extinguido. Lo sentía en su interior. No era la primera vez que le pasaba algo así. En más de una ocasión se había quedado sin energía en medio de una batalla, consecuencias de no tomar el sol lo suficiente. Pero aquella vez había sido diferente. Horrible y asfixiante. Una oscuridad que esperaba no volver a ver y que, sin embargo, tenía la sensación de que se volvería a encontrar en algún momento.
Cuando la Oshoshi se tomó la licencia de abrir una ventana para que los rayos de sol la bañasen alzó la voz por primera vez.
- Adoro esta nave - dijo con cierta dificultad, aun respirando pesadamente.
Al oír a Cable alabarla Karolina comenzó a reír, aunque su risa pronto se convirtió en tos. Lo que le resultaba divertido no era lo que acababan de vivir, sino lo extraño de la trayectoria de su vida. De fugitiva a líder de un equipo. De mirar solo por sí misma a cuidar de los demás.
Qué caprichos tenía el destino…
Con la ayuda de su compañero, Karolina se levantó y se dejó caer sobre el asiento que había creado para ella. Dejó la pistola sobre su regazo así como su otra mano, que seguía cerrada en un puño.
- No es muy cómodo, en realidad… - dijo, tratando de suavizar la situación con una sonrisa.
Antes de que Cable la llevase fuera, Karolina alzó una mano para que se detuviera.
- Un momento - pidió con un hilo de voz -, quiero decir algo.
Karolina, desde su “trono” miró a los presentes. Sus ojos azules parecían desprovistos de la intensidad de la que habían gozado en el pasado. La imagen que ofrecía Karolina no era imponente, ni mucho menos. Se la veía abatida, sin fuerzas, incluso puede que algo más vieja.
La majesdaniana carraspeó.
- Hemos tenido éxito en nuestra última misión - dijo en tono solemne -. Y os felicito por ello. Pero… Hemos estado a punto de fracasar.
Miró a Spider-man, quién había preguntado específicamente por lo sucedido.
- Tras separarnos, Cable y yo llegamos al interior de la Ciudadela. Allí Calavera estaba luchando contra dos de la élite de Siniestro: Atlas y Elixir - Karolina miró momentáneamente a Calavera -. Nuestro compañero logró entretenerlos, por lo que nosotros fuimos directamente a enfrentarnos con Kitsune, quién guardaba la puerta al laboratorio de Siniestro.
Karolina agachó la cabeza.
- Kitsune resultó ser un rival demasiado poderoso para nosotros. Es el tipo de enemigo que deberíamos haber enfrentado todos juntos, como equipo. Nuestra victoria hoy ha pendido de un hilo. He tenido que tomar una decisión imposible, arriesgar nuestras vidas por una mínima posibilidad de ganar - a medida que hablaba, el tono de Karolina se volvía más violento. La majesdaniana terminó su discurso dando un golpe sobre el reposabrazos del asiento que Cable había creado para ella.
- Hemos derrotado a Kitsune y Magneto ha podido liberarse. Ese era nuestro objetivo, y lo hemos cumplido.
El rostro de Karolina era la pura expresión de la frustración. Esa era su vida ahora. Tomar decisiones imposibles para salvar realidades, el multiverso entero y a su propio equipo. Hasta aquel momento no había sido consciente de la gravedad de su cargo.
Sintió la tentación de renunciar. De pasarle el marrón a otra persona. Pero, ¿podía hacerlo en realidad?
Cuando alzó la cabeza de nuevo, Karolina parecía más vulnerable que antes - si es que era posible.
- Descansemos por el momento - dijo finalmente -. Nos lo merecemos.
Karolina se recostó en su asiento y dejó que Cable la llevase al exterior.