Partida Rol por web

Desprendiendo poder puro, el mismísimo poder del infinito, la gema del alma reposaba sobre la mano de Karolina, levitando a escasos centímetros de su palma. El cuerpo de Karolina, bañado de un amplio espectro multicolor, adoptó una tonalidad más anaranjada a medida que canalizaba a través de ella el poder de la gema.

No podía creerlo. La tenía, la gema del alma.

Había estado allí siempre, a la espera. Tan solo en su momento de máxima desesperación, cuando se había abocado a un terrible destino, había aparecido su salvación.

Con este poder… Karolina era capaz de recuperar todas las almas que los Gibborim habían arrebatado.

Siete billones de almas.

Karolina tenía muy claro lo que debía hacer. Se secó las lágrimas con la mano que tenía libre y alzó la gema sobre su cabeza.

- ¡Estáis perdidos, Gibborim! Es hora de que devolváis todo lo que le habéis quitado a este mundo.

En aquel momento, recuperar tan solo la mitad de las almas o incluso huir no eran opciones viables para Karolina. Había esperado aquel momento durante gran parte de su vida, y no iba a echarse atrás ahora que tenía en sus manos el poder de redimirse.

Canalizando el poder de la gema, Karolina trató de arrebatar a los Gibborim todas las almas que habían robado a la humanidad.

Seguía sin entender lo que ocurría, ¿Porqué Karolina se estaba disculpando? Si le había salvado y de pronto el grito de los Gibborim. ¿Qué tenía Karolina para que los Gibborim sintieran tanto miedo? ¿QUé estaba pasando? ¿Porqué Karolina ya no irradiaba con la misma intensidad de antes? Muchas preguntas se volcaban en la cabeza de Cable que estaba perdido en todo lo que estaba sucediendo.

Todo sucedía demasiado rápido, cuando tres haces de luz pura estallaron encima de los cuerpos caídos y los devolvieron a la vida. Cable seguía sin entender nada pero algo había sucedido para que sus amigos volvieran a la vida. Parecía que estaba siendo agónico para ellos pero estaban allí, habían recuperado la vida que habían perdido. Entonces lo comprendió, Karolina lo había conseguido, sus emociones la habían delatado y fue cuando vio una imagen en su mente de Silver Surfer. Fue él quien poseía la gema del infinito y la había sellado en Karolina. Pero que gran sacrificio había echo ella para desencadenar la liberación del poder. Aquello siguió sin entenderlo pero ya no importaba. El equipo estaba de vuelta y la gema reposaba en las manos de Karolina.

- Exiliados, es hora de vencer a los Gibborim, hemos retomado el control de la batalla. Debemos recuperar a los Vengadores para que nos ayuden en la lucha contra los Gibborim. dijo giñandole un ojo a Karolina para recuperar lo antes posible esas almas como había echo con la de los Exiliados, mientras él se disponía a entrar en la mente de Thor para ganar tiempo y tener un gran aliado de su parte lo antes posible.

-¡Habíamos muerto! ¡Por todos los átomos del universo, habíamos muerto!

Hank, disparando sus armas a la vez que vuelve a retomar el tamaño de una pulga, grita aquellas palabras sin comprender bien lo que acaba de pasar.

-No te emociones, no es para tanto. La primera vez es divertido, el resto, aburre.

Sin parar ni un instante de moverse y disparar, Calavera comparte con sus compañeros su visión sobre la muerte. Algo que conoce bien, pues ha muerto al menos, un par de veces que los exiliados sepan.

Oshosi, quien duda al principio sobre lo que hacer, finalmente decide extender la mano y transformarla en decenas de monofilamentos que acaban atrapando a Visión. Inmovilizándolo por completo, pese a su forma de intangibilidad, Oshosi comienza a manipular sus núcleos de memoria.

Visión carece de alma, por lo que si sirve a los Gibborim, sin duda debe de ser porque alguien lo ha manipulado para que así sea. Si ella logra borrar ese código de su banco de memoria, es probable que cuenten con un nuevo aliado.

Spiderman está demasiado ocupado combatiendo contra Pantera Negra como para pronunciar palabra alguna. Aunque está claro que al igual que Hank, está increíblemente impactado por su resurrección.

Cable, a sabiendas del buen resultado que su poder ha tenido en Iron Man y hulk, decide hacer lo mismo con Thor. Si logra recuperar la consciencia de uno de los vengadores más poderosos, puede que la cosa se torne mucho más fácil para ellos. Pero cuando apenas está comenzando a tocar su mente, esta simplemente se desvanece...junto con la del resto de vengadores.

Karolina, resplandeciendo con un poder imposible de medir, simplemente alza la mano que contiene la gema y hace su voluntad. Los Gibborim gritan desde los cielos, rugen de dolor, frustración e impotencia cuando el poder de billones de almas les es arrebatado  con suma facilidad.

Los Vengadores y demás héroes allí reunidos por los Gibborim, gritan de dolor y al igual que poco antes sucedía con los exiliados, sus cuerpos caen consumidos. Sus almas, libres ahora del control de los Gibborim, están bajo el control de Karolina. Pero el poder de la gema es demasiado incluso para ella. Su control sobre la misma se extiende únicamente a unos pocos segundos, en especial, tras absorber semejante cantidad de almas. Ahora, antes de que deba de sellar la gema de nuevo, al menos temporalmente para así evitar ser consumida por su poder, debe de tomar una última decisión antes de iniciar la lucha final contra los Gibborim.

En el interior de la gema del alma, existe un mundo donde han sido trasladadas todas las almas que anteriormente estaban en posesión de los Gibborim. Karolina puede sacar de allí a quienes le plazca y dotarles de nuevo del don de la vida. Pero aquellos que mueran, quedarán más allá de su alcance.

Los tres Gibborim, son seres de inmensos poderes pese a la derrotaba que acaban de sufrir. Al combatir juntos, son además capaces de protegerse los unos a los otros de las posibles debilidades que posean. Cada uno de ellos, es considerado un maestro en las artes arcanas, pero a su vez, cada uno posee una especialidad que le hace destacar sobre los otros. El primero de ellos, posee una fuerza y resistencia capaz de poner en órbita a Hulk. El segundo de ellos, es un psionico con un poder incluso superior al de Onslaught. El tercero y último, es una fuente de energía inagotable, capaz de proyectar descargar de energías tan intensas, que derriten el adamantium.

Con un último respiro antes de iniciar la confrontación final, los Exiliados se miran los unos a los otros preparados para lo que está por llegar. Frente a ellos, se alzan las tres colosales figuras de los Gibborim, tres demonios de treinta metros de altura cuya apariencia, casi ridícula oculta un gran poder.

El dominio sobre siete billones de almas era suyo. Podía hacer con ellas lo que quisiera. Dejarlas en la Gema del Alma. Esclavizarlas para sí. Incluso liberarlas…

Pero en aquel momento las necesitaba para luchar.

Karolina era consciente de que el resultado de aquella batalla podría terminar con muchas vidas. Sería un enfrentamiento duro como jamás lo habían tenido. Tres colosales dioses se alzaban ante ellos.

Para hacer una tortilla… había que romper algunos huevos.

Convocando parte de las almas que poseía, Karolina invocó a los Vengadores y a los Cuatro Fantásticos. Los mismos soldados que los Gibborim habían tratado de emplear contra ellos.

Karolina los trajo consigo, recreando sus cuerpos. Sin embargo, no les devolvió su libertad.

Ella misma había sido una de las lugartenientes de los Gibborim. Lo hubiese deseado o no, la verdad era aquella. La majesdaniana temía que, si devolvía a los héroes más poderosos de la Tierra su libre albedrío, estos podrían tratar de detener también a los Exiliados.

“Lucharéis una vez más como esclavos. Pero esta vez para liberar la Tierra de los Gibborim. Luchad, héroes. Combatid conmigo y, una vez hayamos derrotado a nuestros enemigos, seréis libres de nuevo…”

Con estas palabras, Karolina recibió a los héroes que había invocado para luchar a su lado. Sus órdenes estaban claras.

“Derrotad a los Gibborim. Que no quede ni uno.”

Ella misma se preparó también para la batalla, refulgiendo con intensidad.

Karolina dirigió una mirada a Cable, y luego le ofreció una triste sonrisa. Aquel poder era temible, Karolina se sentía tan tirana como lo habían sido los Gibborim. Pero era un pequeño precio a pagar por la salvación de aquella realidad.

No le importaba ser una paria, si al menos lo era por una buena causa.

Desplegó todo su poder para tocar la mente de Thor pero una explosión de luz superintensa hizo que perdiera la mente de Thor, y no sólo eso, ya que por arte de magia los Vengadores se habían desvanecido por completó. Con las manos tapandose los ojos para protegerlos vio como Karolina y la gema resplandecían. Lo había conseguido, más rápido de lo que hubiera previsto. El poder de aquella gema era asombroso al igual que Karolina que era capaz de dominarla.

Observaba atentamente lo que restaba ante ellos, los tres Gibborim que se alzaban en toda su monstruosidad. Uno de ellos era un psíquico por lo que para proteger a su equipo Cable lanzó su protección mental sobre sus compañeros para evitar que estos fueran derrotados por los poderes mentales del Gibborim psiquico. Miró a Karolina que volvía a brillar y entendió que estaba reclamando ayuda para combatir contra aquel enemigo. Sin duda les haría falta aquella ayuda. 

Desafiante y protegiendo al grupo Cable se alzó en los aires tras cruzar una mirada con Karolina dispuesto a hacer lo que fuera necesario por acabar con lo que habían venido a realizar. - ¡Pagaréis por vuestros crimenes! les gritó y con su mente alcanzó la rodilla o lo que fuera aquella articulación del psiquico para doblegarle a caer y poner más fácil al equipo sus ataques.

Uno tras otro, los grandes héroes del mundo comienza a ser invocados bajo la voluntad de Karolina. A su diestra, el capitán América se alza como el gran paladín de la justicia. Tras él, no tardan en unirse a la cruzada Iron man, Thor, Mercurio, La bruja escarlata, Pantera negra, Visión (cuya mente es reprogramada por Oshosi), la capitana Marvel, un confundido bruce banner, rayo negro y el equipo de los cuatro fantásticos.

Doblegados ante la voluntad de Karolina, ninguno duda sobre la batalla a la que van a enfrentarse. Algo que en lo más profundo de sus corazones, todos desean, pues después de los horribles crímenes que han cometido en nombre de los gibborim, sienten que por fin es hora de devolverles todo el dolor que les han causado.

Cable, impaciente por terminar la batalla, es el primero en actuar desatando su potencial psionico. Los Gibborim, que aún se encuentran a una distancia prudencial, rugen ante el impacto de Cable, aunque resulta imposible saber si se trata de dolor o de simple odio. Sea como sea, su respuesta  no se hace esperar.

Uniendo sus fuerzas y actuando como uno solo, los Gibborim lanzan una devastación sin precedentes. Como si de un tsunami de energía se tratase, su ataque avanza arrasando cuanto toca, reduciéndolo todo a cenizas.

El capitán América, toma la palabra coordinando de inmediato las fuerzas allí reunidas.

-No podemos permitir que ese ataque nos alcance. Iron man, capitana, Thor y Jonny, retener el avance de esa energía cuanto podáis. Wanda, crea un muro de contención, Sue, refuerzalo con uno de tus campos de protección. Mercurio, el cuerpo nova tan solo hacía su trabajo, ponlos a todos a salvo.

Actuando como uno solo, los vengadores saltan a la batalla cumpliendo las órdenes del capitán sin dudar. Alzando su martilo, Thor invoca una gran tormenta, cuyos rayos comienzan a golpear el tsunami de energía, a su vez y en una jugada ya ensayada, varios rayos caen sobre Iron Man, quién absorbiendo la energía de los mismos, la desvía al cañón de su pecho proyectando un poderosísimo haz de luz. Jonny Storm, tras concentrarse durante varios segundos, arde con gran intensidad hasta desatar finalmente una lluvia de bolas de fuego contra el tsunami. Por último, la capitana Marvel vuelva directa hacia el ataque de los Gibborim, aunque poco antes de llegar, se eleva pasando por encima del ataque, momento en el cual usa su prodigioso don para absorber parte de la energía proyectada por los gibborim.

Mientras tanto, Wanda, envuelta en un aura carmesí, desata su poder provocando que la propia tierra se alce casi como si de una pequeña montaña se tratase. Una que no tarda en quedar cubierta por uno de los escudos proyectores de la mujer invisible. Mientras tanto, Mercurio, convertido en apenas un borrón, se desliza por todo el lugar reuniendo a los soldados caídos del cuerpo nova y poniéndolos a salvo tras el muro alzado por las dos heroínas.

-Me alegro que estés de nuevo con nosotros Visión. ¿Qué puedes contadnos de los enemigos a los que nos enfrentamos?

Pese a todo el poder y recursos reunidos por los héroes, el tsunami de energía golpea con tanta violencia la montaña, que durante unos instantes casi parece que no va a ser suficiente. Por suerte, el esfuerzo conjunto de Wanda y Sue, logra ser más justo lo que hace falta para resistir el ataque y pese a que media montaña ha desaparecido, nadie sufre daños.

-Yo también me alegro de volver a ser yo mismo, capitán.   -Añade mientras agradece con un gesto de la cabeza a Oshosi por liberarlo.    -Mis sensores indican que los Gibborim están combinando sus poderes, logrando que sus ataques se multipliquen. De no haber sido por la provocación del sujeto desconocido y de ojos brillantes, habrían acumulado más energía y no habríamos sobrevivido. Calculo que tardarán 67 segundos en reunir la energía suficiente como para lanzar un ataque lo suficientemente devastador como para matarnos a todos. La mejor opción de supervivencia y victoria, es separarlos.

Pese a que todos están bajo las órdenes de Karolina, la líder de los Exiliados sabe que la mejor forma de combatir a los Gibborim, es dotarles de cierta libertad de acción. Después de todo, nadie mejor que ellos mismos para conocer sus propias debilidades y puntos fuertes.

-Reed, nos vendría bien algo de ese gran ingenio tuyo. ¿Alguna idea de cómo vencer a esos tres seres?

Un minuto no es demasiado tiempo, aún así todos se reúnen bajo lo que queda de la montaña, mientras que Wanda la reforma y trata de hacerla más grande y resistente. Reed Richards se lleva la mano al mentón con aire pensativo.

-Con tiempo y los recursos necesarios, podría hacer algo, pero me temo que carecemos de ambas cosas...

Su ataque pudo surtir efecto sobre todo por la reacción que tuvieron los Gibborim tras realizarlo. A su vez los Vengadores y cuatro fantásticos aparecían a su lado liberados por Karolina y empezaban a organizarse para realizar una defensa sobre el devastador ataque lanzado por los Gibborim. Para un combate así había estado entrenando duramente y a pesar de estar malherido aguantaría lo que fuera necesario.

Visión había informado que lo más efectivo sería separarlos para que dejaran de hacer ataques conjuntos por lo que Cable se dispuso a ello. - Voy a tratar de separar a uno de ellos. gritó a la desesperada alzándose en los aires hasta ponerse a la altura de los ojos de los Gibborim desafiante y haciendo brillar sus ojos mientras haciendo uso de todo su poder kinético creaba una enorme cárcel hermética alrededor del Gibborim psíquico. Sería una cárcel impenetrable con la que trataría de sacar de allí al enorme Gibborim y desplazarlo lo más lejos posible del resto. Sabía que él solo no podría contra el Gibborim pero haría todo lo que pudiera para luchar contra él mientras el resto se ocupaba de los dos Gibborim restantes.

Karolina, aún algo aturdida por el gran poder que acababa de emplear, observó sin moverse cómo los Vengadores y los Cuatro Fantásticos se organizaban para defenderse del gran ataque de energía de los Gibborim.

Como era de esperar, la magnitud del poder de los titanes era inmensa, colosal. Un solo ataque había requerido del esfuerzo combinado de todos para poder salir ilesos, por poco. Los Gibborim también estaban combinando sus fuerzas, por lo que las palabras de Visión cobraron un especial significado para Karolina.

- Así que hay que separarlos… - musitó mientras dejaba que sus nuevos aliados discutiesen entre ellos.

La majesdaniana miró momentáneamente a Cable. Quizá los Exiliados podían ayudar. No eran lo suficientemente poderosos como para enfrentarse a todos los Gibborim, pero si lograban enfrentarlos uno a uno… quizá podrían derrotarlos.

En su forma actual, Karolina no creía ser mucho más poderosa que aquellos héroes. Abusar del poder prestado del Vacío le había dado las habilidades de un ser bastante superior a su antiguo yo, pero seguía siendo incapaz de enfrentarse mano a mano contra los Gibborim.

- No podemos estar todo el combate a la defensiva - dijo en voz alta, incluyéndose en la conversación -. Debemos seguir la sugerencia de Visión. Por separado podemos derrotarlos.

Mientras decía aquello, se dio cuenta de que Cable había salido volando de la protección que los héroes habían alzado.

- ¡Cable! - gritó, sorprendida.

Pero, en lugar de quedarse quieta, salió volando detrás de él.

- ¡Seguid así, lo conseguiremos! - les gritó a sus nuevos aliados mientras se alejaba, dejando una estela luminosa tras de sí.

Si Visión tenía razón, los Gibborim estaban ahora acumulando energías para su siguiente oleada de energía. Quizá aquellos segundos eran el mejor momento para salir y dar un ataque relámpago.

Mientras volaba rauda por el cielo, Karolina se separó de Cable, situándose en una posición que la apartaba tanto de su compañero como de la pequeña montaña-fortaleza que habían levantado los héroes.

Extendió una mano hacia sus enemigos y lanzó un haz de energía sobre el Gibborim más fuerte, el que podía rivalizar con She-Hulk. Esperaba que fuese vulnerable a los ataques a distancia. También esperaba poder sobrevivir a lo que estaba por llegar.

Dejando atrás la seguridad  de las defensas alzadas y sin tiempo a trazar un plan de acción, Cable se alza en los cielos dispuesto a no dar ni un respiro a los Gibborim. Extendiendo su poder, forma alrededor de uno de aquellos terribles seres una barrera de energía telekinética que lo separa del resto. Pero las represalias no tardan en llegar.

Si la anterior batalla contra una legión de cerebros psionicos fue dura, lo que ahora se ve obligado a soportar es simplemente imposible de medir. La energía psionica de aquel ser es tan sumamente poderosa, que el propio aire vibra con el paso de sus ondas mentales.

Como si de un castillo de naipes se tratase, las defensas mentales de Cable son derruidas bajo la fuerza de un huracán. El estallido psionico le hace cerrar los ojos y sentir como la cabeza le va a estallar. La sangre, aún más abundante que antes, cae por sus oídos y nariz. La fuerza o más bien, el poder mental del Gibborim es incluso superior al del profesor X.

Karolina, quién no tarda en unirse a su compañero Exiliado, tan solo logra atinar a escuchar una maldición por parte de algunos de los vengadores. Después de años combatiendo juntos, saben cuando se debe de tomar un momento para la estrategia y cuando entrar en batalla, pero los Exiliados, ansiosos por acabar con los Gibborim, se lanzan a la muerte sin dudar.

En tierra, un pequeño insecto que sobrevuela alrededor de Hank comienza a aumentar de tamaño hasta que no tardan en descubrir que se trata de la Oshosi. A sabiendas de lo que está en juego, Hank invita a Mr fantástico, a Spiderman y a Pantera negra a unirse a él en el interior de la nave. Juntos, son algunas de las mentes más brillantes del multiverso y con los recursos de la nave, están seguros de que algo podrán hacer que les ayuden en aquella lucha.

Resplandeciendo como si una estrella se tratase, Karolina extiende las manos proyectando un haz de energía tan sumamente poderoso, que todos se ven obligados a apartar la mirada por temor a que sus pupilas ardan. El estallido que se produce cuando el ataque impacta al gibborim se torna ensordecedor y el mundo se torna cubierto de polvo y rocas.

Un rugido de puro odio resuena a lo lejos cuando el más grande y poderoso físicamente de los gibborim, atraviesa la nube de polvo adelantándose a sus hermanos y cargando cual bestia enfurecida contra ellos.

Un nuevo grito se alza en el campo de batalla, salvo que en aquella ocasión proviene de las propias filas de Karolina. Dejando atrás la montaña de un poderoso salto, Hulk acaba de unirse a la fiesta y lo hace de la única forma que sabe, aplastando. Tras él, Thor lo sigue de cerca haciendo girar su martillo dispuesto a tumbar al titán que carga contra ellos. Junto a él, Rayo negro surca los cielos en absoluto silencio.

-Chico vudú mental, será mejor que dejes de actuar como un vengador, ese tipo de entradas son más propias de hulk. Claro que él es imparable y casi inmortal.     -Colocándose a la altura de Cable, Iron man se prepara para apoyarlo en su lucha.   -Activando los psi-escudos.

Alzándose sobre una plataforma de energía invisible, Sue Storm se une a Cable, pero no sin antes, dar un empujón a la Cosa contra el titán de los Gimmborin. Proyectado por la fuerza de las artes de la mujer invisible y con los brazos y las piernas recogidos, Ben sale disparado como si una bala de cañón se tratase.

Por último, Visión, el único que no posee una verdadera mente, se une a la cruzada de Cable. Después de todo, nadie mejor que él para hacer frente a un psionico.

Una estela azulada se desplaza por el campo de batalla con tal velocidad, que decenas de pequeñas rocas comienza a quedar atrapadas por su poder, las cuales usa para proyectar contra el gibborim capaz de manipular la energía. Pero pietro no lucha solo, su hermana, extendiendo sus poderosas artes sobre el gibborim, trata de arrebatarle parte de sus inmensas energías. La capitana Marvel también se une a ellos, dispuesta a absorber cada pizca de energía que pueda arrebatar al gibborim y retornarla en su contra.

Proyectando una lluvia de fuego, Jonny Storm también participa en el grupo que se encargará de derrotar al controlador de energía. Gracias a la intensidad de sus llamas, está seguro de que muchos ataques no podrán dañarlo, solo espera no equivocarse.

La batalla comienza y pese a que pronto queda claro que los Gibborim son mucho más poderosos, todos saben que nadie huirá de la batalla. Las fuerzas combinadas de la Cosa, Hulk, Thor y Rayo negro golpeando al titán, es algo digno de ver. Sus ataques bien podrían partir montañas, puede que incluso, fuesen capaces de desintegrarlas. Pero por más que lo golpean, el gibborim no cede. Su fuerza y resistencia son tales, que le basta un solo golpe para enviar a Hulk volando varios kilómetros. Pero lo más aterrador de todo, es su invulnerabilidad. No importa lo fuerte que lo golpee, su piel parece impenetrable y en los pocos casos en los que logran dañarlo, demuestra una capacidad de curación superior incluso a la del propio hulk.

Cable, junto a sus nuevos compañeros, no tardan en desencadenar todo cuanto tienen. Pero el Gibborim posee una capacidad única para alterar sus percepciones, crear decenas de dobles ilusorios y un poder devastador, que a duras penas sus mentes son capaces de soportar. Por suerte, sus poderosas voluntades, unidas a las capacidades defensivas de Cable, ayudan al grupo a sobrevivir el tiempo suficiente.

Mientras tanto, algo se desliza por el suelo a gran velocidad, dejando a su paso una estela de llamas. Calavera, a sabiendas de que allí de poca utilidad puede ser, ha optado por liberar al ángel/demonio que hay en su interior. Un ser de fuego cuyas ansias por destruir a los Gibborim tan solo son superadas por las de Karolina.

La batalla contra el controlador de energía se torna en la más vistosa de todas. Las descargas de energía que surcan los cielos, apartando la oscuridad y dejando a su paso grandes cráteres, está resultando sencillamente devastadora.

Karolina, gracias a sus nuevos y grandes poderes, resulta una fuerza vital en la lucha contra los Gibborim. Sus ataques los debilitan y sus defensas se alzan siempre en el momento justo. Pero en el fondo sabe que les falta algo para poder vencerlos. El lazo que les une a esos tres monstruos es demasiado poderoso. De alguna continúan compartiendo sus dones y protegiéndose los unos a los otros sus debilidades.

Cada segundo que los héroes permanecen en pie, es una agonía. Aquella es una batalla de desgaste y todos lo saben, salvo que los Gibborim tienen la ventaja en aquel encuentro. Los héroes les superan en número, pero ellos simplemente son más poderosos.

Poca a poco, los héroes comienzan a ceder terreno. El cansancio comienza a hacer mella en ellos, pero pronto descubren que no luchan solos.

El cuerpo nova, bajo el liderazgo de su campeón, se ha reagrupado y se unen a la batalla sin dudar ni un instante. La mirada del campeón se cruza con la de Karolina antes de ponerse a su lado y lanzar su descarga más poderosa contra los gibborim.

La Oshosi reaparece por fin para unirse a la batalla, sus armas, modificadas por los grandes genios que hay en su interior, comienzan a dispersar por la atmósfera pequeñas partículas plateadas. Cuando por fin están seguros de que es suficiente, emiten una descarga de energía que tras rebotar en cada una de que aquellas partículas microscópicas, crea un efecto que rompe por fin la conexión entre los Gibborim.

El dolor, el verdadero rostro del dolor deforma los ya de por si horribles rostros de los gibborim. Vulnerables por fin y debilitados, llega el momento de actuar de los héroes. Pero eso momento no llega a tiempo...

Sin que ninguno fuese consciente de ello, los Gibborim estaban reuniendo energía desde el principio del combate y al sentir que el lazo entre ellos se rompía, simplemente la liberan en forma de un apocalíptico y devastador ataque de energía.

El silencio se alza por doquier, roto tan solo por las pesadas pisadas de los tres gibborim. Como dioses indestructibles, caminan por el campo de batalla hasta encontrarse de nuevo. A su alrededor, todo es destrucción y ningún héroe queda en pie.

Karolina, con la vista borrosa y el sabor de su propia sangre en los labios, se siente aturdida y malherida. Si ella apenas ha logrado sobrevivir a aquel ataque, no quiere pensar en lo que habrá sido de los demás. Tal vez dejarse abrazar por el suave toque de la muerte sea lo mejor, pero algo en su interior la obliga a seguir luchando, por lo que y casi de forma inconsciente, su aura vuelve a resplandecer a la vez que sus heridas sanan por completo.

Cable yace lejos de allí, sin más vida que apenas unos pocos suspiros. Su cuerpo, cubierto de quemaduras y mutilado está al borde de la muerte. Sus sentidos le han abandonado y su poderosa mente se alza demasiado extenuada como para sentir si hay alguien más a su alrededor. La muerte lo reclama, pero entonces lo siente...

Una luz brillante y cálida que desciende sobre él, para abrazarlo y hacerlo arder desde dentro. El dolor es atroz, pero apenas dura unos instantes después, simplemente jamás se ha sentido mejor en su vida.

Su uniforme, completamente reformado, se alza sobre su propio cuerpo. Un cuerpo que se ha recompuesto y sanado de una forma simplemente milagrosa.

Frente a Karolina y Cable se alzan los Gibborim, las tres oscuras fuerzas de poder infinito, se alzan agotadas y vulnerables por por primera vez en su historia.

Karolina resplandece con el poder del sol, hermosa y mortal, su determinación es lo que realmente alimenta su poder. Cable, quién se posa a su lado, arde también con un nuevo poder adquirido. Uno que pese a ser temporal, sabe que es un regalo que debe de tratar con sumo cuidado.

La fuerza fénix, creadora y destructora de mundos, se ha unido a él en aquella batalla para salvar aquella realidad. Juntos ahora, Karolina y Cable se alzan como verdaderos dioses sobre aquel mundo desolado por la lucha. Frente a ellos, todo lo que se interpone en la paz que buscan, son tres despreciables seres.

El tiempo de los Exiliados ha llegado.

Su vida pendía de un hilo, había echo todo cuanto había podido, había dado todo su potencial pero había sido imposible incluso con la ayuda de los héroes más poderosos de la tierra. Parecía que todo estaba contra ellos, que no podrían superar aquellas magníficas defensas. Sin embargo la Oshosi apareció en el cielo y comenzó a atacar desequilibrando el balance que sostenía a los Gibborim. Con un alarido de dolor y rabia parecía que había llegado el momento del contrataataque, pero no fue así en un instante la alegría se convirtió en desesperación. El ataque había sido brutal. 

Tendido en el suelo no sentía ni sus brazos ni sus piernas. Un dolor intenso le atenazaba estaba carbonizado y se le habían quemado parcialmente los ojos, sólo veía oscuridad y de sus labios salió un último suspiro con una palabra. - Karolina. Entonces su mente quedó en negro como nunca antes la había tenido. Imágenes de sus padres acudían a su cabeza. Que feliz había sido con ellos hasta que les separaron. Ahora por fin quizá volvieran a encontrarse en otra vida. Abrió los ojos por última vez, la oscuridad reinaba su vista sin embargo un punto de luz descendía hacia él. Karolina, volvió a pensar Cable pero comenzó a sentir una calidez que había sentido con anterioridad, una calidez familiar.

El rostro de su madre inundaba ahora sus pensamientos. No podía ser estaba muerta. No podía acudir a él. Sin embargo allí estaba aquel pájaro de fuego que descendía directamente hacia él. Hasta que le penetró entró en él. La calidez del recuerdo de su madre se desvaneció para sorprenderle un dolor puro y asfixiante. Le quemaba el cuerpo mientras que su cuerpo mutilado se alzaba en los aires. Apenas era capaz de ver más que puro fuego  pero comenzaba a sentirse reconfortado. Puro. Entero. Dejó que sus pies tocaran el suelo, sus ojos comenzaron a brillar con un color rojizo. Su cuerpo era puras llamas mientras se miraba los brazos que acababa de recuperar. Entonces su mente se completó y lo sintió todo. No era su madre la que había acudido al rescate. Había sido la fuerza fénix. La de aquel multiverso la que había acudido para ayudarles a vencer a aquellas ya no tan imponente figuras. Como su madre ahora era el poseedor de la fuerza fénix y la utilizaría para ayudar a Karolina a liberar a todas las almas que le corroían el alma. Ahora era FÉNIX.

Había renacido desde sus cenizas, de su segura muerte con un sólo objetivo hacer arder a aquellos seres. Se acercó volando a Karolina que había sobrevivido al ataque de los Gibborim.

- Estoy a tu lado la dijo mientras concentraba su energía Kinética, energía que ahora era puro fuego. Su objetivo era el ser que controlaba la energía, sería el primero en caer, facilitando así el trabajo a Karolina. Sus ojos comenzaban a brillar con alta intensidad dirigiendo su ataque directo al cerebro del Gibborim, su comenzaba a deshacerse por el fuego puro que conllevaba el Fénix y poco a poco comenzaba a descender por el interior del cuerpo de este calcinando sus órganos uno a uno para el horror de sus dos camaradas.

La batalla fue cruenta. Una verdadera demostración de poder y habilidad. Las explosiones de energía se sucedían por gran parte de la superficie de aquel planeta, dejando el terreno yermo y erosionado.

Karolina luchaba con ansia y determinación. Lanzaba rayos de luz tan intensos que parecía que el sol salía y se ponía continuamente, iluminándolo todo con efímeros pero intensos fogonazos.

Llegado cierto punto de la batalla, cuando parecía que los héroes iban a acabar perdiendo, Hank y el resto de genios pusieron en marcha su plan.

Karolina miró hacia el cielo, esperanzada, mientras las partículas plateadas cubrían la atmosfera. Entonces hubo una descarga y, tras una corta pausa, todo se llenó de luz.

La majesdaniana se hizo un ovillo, recubriéndose con una burbuja de luz sólida mientras trataba de encajar el impacto.

Cuando abrió los ojos de nuevo se encontraba aturdida, sentía un sabor metálico en la boca. Karolina se encontraba tirada entre las rocas, dentro de un pequeño cráter. Su cuerpo brillaba tenuemente, una muestra de su naturaleza majesdaniana.

Al darse cuenta de lo que acababa de suceder, Karolina intensificó la luz de su aura. Se despegó del suelo apresuradamente, y emprendió el vuelo en busca de supervivientes.

Todo había sido arrasado. Los héroes… ¿dónde estaban? ¿Y sus amigos? ¿Y Cable?

Entonces lo vio. Recubierto de llamas, como un espejismo. Cable se alzaba en el aire, envuelto en un aura que Karolina jamás había podido sentir. Ahora, Cable desprendía un aire de grandeza, de poder sin igual.

La majesdaniana, incluso con su poder aumentado, se estremeció ante tamaña visión.

Una vez se encontraron juntos, Karolina sonrió.

- Me alegro de que estés aquí conmigo - le confesó con calidez, aunque llena de pena.

Habían sacrificado tanto por culpa de ella...

Karolina se giró entonces hacia los Gibborim. Los tres titanes se encontraban, a lo lejos, erguidos y orgullosos de su ataque final. Pero aquello no hacía más que comenzar.

Cable inició el ataque, dirigiendo todo su poder hacia el Gibborim que controlaba la energía. Perfecto, así ella tendría menos problemas.

Mientras su compañero freía el cerebro a uno de los titanes, Karolina se lanzó hacia el frente surcando el cielo. Con un agudo silbido, la majesdaniana volaba a toda velocidad mientras dejaba una estela multicolor tras de sí.

Karolina voló hacia los Gibborim y, cuando se encontró relativamente cerca, liberó toda su energía en forma de un estallido cegador. La intensidad de la luz tiñó el horizonte de azul celeste durante unos instantes, y mientras los ojos de los titanes trataban de acostumbrarse a la intensa luz, Karolina viró su trayectoria para ascender.

La majesdaniana sentía sobre su cabeza la luz de las estrellas, todas ellas. La radiación del cosmos canalizada a través de su cuerpo. Durante los escasos segundos que duró el ascenso, Karolina se permitió cerrar los ojos y disfrutar.

Entonces se detuvo, justo encima de sus enemigos, y extendió las manos hacia lado y lado. Sus palmas se llenaron de energía centelleante y, con un brusco, pero significativo, movimiento Karolina descargó una cantidad ingente de luz contra los Gibborim.

Un pilar de luz multicolor descendió hacia la tierra, chocando fuertemente contra el suelo y derramándose alrededor de la zona de impacto como un mar de arcoíris. El pilar de luz trajo un nuevo amanecer sobre el planeta, aunque esta vez el horizonte se tiñó de tonalidades pastel. El rayo de luz comenzó a desintegrar los enormes cuerpos de los titanes, que se encontraban desprotegidos de aquel ataque gracias a que Cable se estaba encargando del controlador de energía. Los aullidos de los Gibborim resonaron por el yermo.

Cuando el pilar de luz se desvaneció finalmente, todo pareció sumirse en una innatural oscuridad. Karolina descendió, proyectando varias descargas de energía contra sus enemigos. Los Gibborim, aturdidos por la intensidad del anterior ataque, recibieron de lleno los impactos. Las explosiones de luz se sucedían a lo alto y ancho de sus cuerpos calcinados, deshaciendo poco a poco sus formas físicas.

Los contraataques de los Gibborim resultaban inútiles, pues chocaban contra las poderosas defensas energéticas de Karolina. Volando por el aire a gran velocidad, la majesdaniana ejecutó una elegante y ágil danza de destrucción. Evitaba los ataques de sus enemigos, y a gran velocidad disparaba sus propios ataques contra sus puntos débiles.

Descarga tras descarga, ataque tras ataque, Karolina redujo a los Gibborim a masas informes de músculo y hueso ennegrecido. La majesdaniana siguió atacando con vehemencia, invocando de nuevo grandes pilares de luz, erosionando y agrietando la superficie de aquel desolado planeta.

Durante aquel ataque final, Karolina descargó toda la ira y frustración que había acumulado durante toda su vida.

La catarsis fue tal que la majesdaniana, incluso después de acabar con sus enemigos, siguió flotando sobre sus restos, mirando hacia el cielo. Su cuerpo desprendía una luz pura y blanca, apenas mancillada por unos leves tonos amarillos y cian.

- Lo he hecho… - dijo para sí, mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos -. Están muertos…

El cabello de Karolina ondeaba en el aire, danzando al son de una brisa inexistente. En aquel momento, su belleza era tal que bien podría haber sido un ángel.

Un ángel que volaba sobre una tierra calcinada y destrozada. Un ángel de muerte.

Los restos de los Gibborim se desvanecen como pequeñas motas de polvo arrastradas por el viento. Nada queda de ellos, salvo el amargo recuerdo de todo el mal que han arrojado sobre aquella realidad. La devastación y la oscuridad que envuelve a ambos exiliados, otorgan a la victoria un aire de lo más siniestro. Pero como bien han aprendido ambos, la luz siempre logra abrirse paso a través de la oscuridad.

Los primeros rayos de sol comienzan a atravesar el mar de oscuridad que cubre al planeta y en poco tiempo su poder, logra extinguir la oscuridad que reinaba, dotando al lugar devastado por la batalla de un nuevo aspecto, uno lleno de esperanza.

Las llamas que envuelven a Cable, comienzan a disiparse también a medida que la oscuridad se disipa, privándolo del poder que corría por sus venas y que sabe que no le pertenece.

Ninguno de los dos es consciente del tiempo que pasan allí, observando algo tan sencillo y hermoso como el amanecer. Agotados, pero satisfechos con la victoria, se toman ese momento para saborear su gran victoria. No están seguros de cuantos héroes han podido caer, pero lo que sí están seguros, es que ninguno de ellos habría preferido estar en cualquier otro lugar.

Una realidad ha sido reparada y miles de millones de almas volverán a la vida gracias a ellos. La palabra héroe es algo ya tan insignificante para ellos, que no logra describir lo que realmente han logrado aquel día.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!

El propio multiverso tiembla ante el grito que sacude sus propios cimientos. Cable puede sentir el desgarrador poder al que una vez se enfrentó en aquel planeta desolado, donde rescataron a Alexander Von Doom. El planeta en el que combatieron contra las copias de cristal de los antiguos miembros de los Exiliados.

Karolina en cambio, siente como cada célula de su cuerpo grita de forma agónica. Su mente se ve asaltada por cientos, puede que miles de imágenes que amenazan con arrebatarla la cordura.

Odio, un profundo y ardiente odio comienza a extenderse en su interior. Una emoción que no la pertenece, pero que el Vacío está haciendo suya ahora. El multiverso es un virus que debe de ser erradicado, un mal que crece con cada nueva elección en un mar infinito de posibilidades que la arrebatan la cordura.

Ahogada por ese mar de emociones y pensamientos, su mente comienza a desquebrajarse dispuesta a sucumbir ante la voluntad del Vacío y unirse para siempre a él. Pero algo reclama su atención, algo pequeño y brillante que resplandece con una tonalidad anaranjada en su mano, la gema del infinito.

Todo el dolor que ha soportado a lo largo de su vida, todo el arrepentimiento y todas las batallas que ha librado, la han llevado hasta aquel momento. La han otorgado la posibilidad de elegir y de salvar a todo el planeta tierra, así como a los muchos mundos que los Gibborim han conquistado.

En un último acto de rebelión, antes de que el Vacío la ahogue por completo en su maldad, Karolina libera las almas atrapadas por la gema del infinito, otorgándolas una nueva oportunidad de vivir.

Cable, contempla con horror cómo la mano de Karolina, aquella que sostenía la gema de infinito es castigada por el Vacío, transformando su composición y dotándola de un aspecto cristalino. Dotado a su vez de sus increíbles poderes mentales, siente como la mente de Karolina  comienza a disiparse siendo engullida por aquel mal que desea ver el multiverso destruido.

Actuando como un ancla para ella, Cable extiende su mente tratando de ayudar a su compañera. Por separado ninguno de los dos es rival para el Vacío, pero juntos, tras todas las  batallas que han librado y los poderosos lazos de amistad que los ha unido, logran abrirse paso a través de aquel mar de odio.

Sus mentes quedan expuestas al terrible poder del Vacío, pero como pronto descubren los exiliados, también sucede lo mismo a la inversa. Es por ello que logran descubrir el motivo por el que el ahora se muestra tan abiertamente.

Tras un elaborado plan en el que ha ido plantando diversas semillas por el multiverso, el Vacío logró infectar varias realidades que actúan como puente y pilar para decenas de muchas otras. La realidad de Karolina, era uno de los pilares más poderosos y de haber seguido bajo el control de los Gibborim, habría provocado una onda que acabaría destruyendo decenas de realidades más.

Privado ahora de esa oportunidad, ruge enojado y harto de permanecer en las sombras, está despertando a cada agente infectado por su poder, para que acudan hasta él y preparen su renacimiento. Las sutilezas han quedado a un lado, ahora se prepara para alzarse como algo más que una deidad capaz de arrasar realidades con sus propias manos.

El esfuerzo por la batalla contra los Gibborim, así como el poder escapar del control del Vacío es demasiado para ambos y finalmente, caen inconscientes.