Hank Pym se encontraba tremendamente sorprendido por el desenlace que estaban viviendo. Tal vez los Exiliados no viesen aquello como una victoria, pero habían logrado detener al Juggernaut no con sus poderes, sino con la fuerza de su determinación. Lo más difícil de todo era ahora despedirse de Coloso, en teoría estaba allí para salvar el multiverso, pero el amor que sentía el gigante de metal por su familia le obligaba a dar aquel paso.
Fiel a su palabra, el Juggernaut no intentó tomar el control de la nave. Se limitó a cruzarse de brazos y a sonreír al ver que todos quedaban como amigos con Coloso. Tal vez habían sido compañeros por poco tiempo, pero aquellos que luchan y sangran juntos crean rápidamente poderosos vínculos. Por lo que sería una lástima que los Exiliados se despidiesen como enemigos o con un amargo sabor en la boca.
Finalmente Hank logró activar el Tallus del renegado y lo envió a otra realidad junto con Coloso. En un primer momento se le pasó por la cabeza la idea de enviarlo a algún lugar peligroso. Pero sabía que pocas cosas podían detener al Juggernaut y menos aún si contaba con la fuerza de Coloso de su parte. Así que decidió enviarlos hasta un lugar paradisíaco donde podrían descansar tomando piñas coladas hasta que Cifra los localizase.
Hank soltó un gran suspiro de alivio al ver desaparecer a los rengados de la nave. Le había llevado varios minutos poder hacerlo, pero ahora por fin la nave les pertenecía...o casi. Primero tuvieron que deshacerse de una treintena de soldados Kree que aún quedaban en la nave. La lucha contra las fuerzas invasoras fue rápida y de lo más liberadora. El poder simplemente machacar unas cuantas cabezas sin nada en que pensar les sentó genial. Apenas media hora más tarde todos los Kree fueron enviados a su realidad y la nave por fin estaba en manos de los Exiliados.
Calavera no parecía muy contento con el resultado de todo aquello, habría preferido que matasen a los Renegados por su asociación con Kingpin, pero decidió no pronunciarse y limitarse a eliminar aliens de piel azul. Salvo que alguien lo evitase, no se limitaría a noquearlos, sino que les daría muerte de las formas más brutales.
Una vez eliminado el problema de los Kree, los Exiliados pudieron tomarse un momento para respirar profundamente y recapacitar sobre todo lo que acababan de vivir. Sus vidas jamás habían sido tan complicadas, el multiverso dependía de sus acciones y habían perdido a dos de sus miembros en muy poco tiempo. Con Samson apenas habían tenido trato, pero la perdida de Coloso podía suponer un duro golpe para ellos.
-Habéis hecho un gran trabajo, podéis estar orgullosos. Sé que esto puede no pareceros una victoria, pero sin duda lo es. Ser un Exiliado no es sencillo y a veces la carga que portamos puede hacernos creer que todo esto no vale para nada. Pero cada vez que resolvéis un problema en una realidad, salváis miles de millones de vidas. -Hank arrojó un botellin de agua a cada uno de sus compañeros. -Lo has hecho muy bien antes, Karolina. Creo que si alguien debe de liderar a los Exiliados, esa eres tú sin duda. En lo que a mi respecta, el control de la nave y de las misiones es tuyo. Aunque antes de irnos de vacaciones o seguir salvando el multiverso, quizás deberíamos de explorar la nave. Hay muchas zonas selladas y desconozco realmente su verdadero tamaño. Pero si esta nave va a ser nuestra base de operaciones y nuestro hogar, creo que sería mejor hacer un reconocimiento. Aunque primero quizás prefiráis descansar, creo que todos necesitamos un buen descanso.
Seis realidades, seis malditas realidades combatiendo y arrastrándose por el barro para tratar de alcanzar su hogar. Sin apenas descanso e impulsado por el deseo irrefrenable de encontrarse con su familia, Coloso había viajado de una realidad a otra tratando de arreglar lo que estaba mal en ellas para así poder volver a su hogar.
Pero jamás combatió solo, siempre uno o varios miembros de los renegados le acompañaban en sus misiones. Perder la esperanza era fácil, pero de alguna forma Cíclope siempre lograba motivarlo y ganarse su confianza. Finalmente, el esfuerzo de su sudor y la sangre derramada dio su fruto.
El brillante intelecto de Cifra logró dar con las realidades clave que les impedían alcanzar el hogar de Coloso. Por lo que una vez arregladas aquellas seis realidades, por fin pudo regresar a su hogar. Le había llevado casi tres semanas de continuó conflicto, pero por fin había regresado a su hogar.
Todo el dolor sufrido, todo combate librado y todo momento de desesperación que llegó a dominarlo de pronto simplemente desaparecieron cuando su pequeña corrió hasta sus brazos y por fin, pudo abrazarla. Su esposa no tardó en reunirse con ellos y así los tres se fundieron en un abrazo que duró varios minutos pero que para Coloso, apenas fue un suspiro.
A lo lejos, los Renegados al completo le observaron satisfechos con aquel reencuentro. Habían cumplido con su parte del trato, le habían ayudado a regresar a su hogar y ahora se marcharían para siempre. Coloso había tenido la oportunidad de salvar el multiverso o de convertirse en un emperador de realidades, pero eligió la vida que sin duda le hacía más feliz. La de marido y padre. Él era el héroe de su familia ¿Por qué cambiar eso? No, su lugar estaba allí, con su amada esposa y su preciosa pequeña.
Aquella fue tan solo una de las grandes aventuras de Coloso, pero no sería la ultima. Su realidad aún le tenía muchas sorpresas preparadas, pero las afrontaría junto a su familia.
Fue una despedida triste, pero lo que hicieron a continuación fue en cierta forma liberador para Loki, simplemente tenían que detener a unos cuantos Kree, estaba molesta por todo lo que había sucedido y aunque no es alguien que use su fuerza física sí que contra algunos de estos seres lucho físicamente, usando sobretodo su gran fortaleza, pero a casi todos los terminaba usando su magia, solo que no esforzándose demasiado.
Cuando terminaron Hank les hablo. Loki estaba apoyada en una pared con el botellín de agua mirando los controles de esta y dice:
¿Y esta nave cuenta con alguna clase de base de datos? Supongo que sería bastante interesante poder echarle un vistazo para ver qué información podemos obtener
Una vez Juggernaut y Coloso se hubieron ido, Karolina volvió a respirar, en cierto modo, tranquila. Fue a recoger su pistola de plasma y se la colgó al cinto. Aún quedaba trabajo por hacer…
La fugitiva se permitió enfrentarse al resto de fuerzas kree sin usar sus poderes. Tampoco es que le quedase mucha energía después del ataque desesperado contra Juggernaut. Sin embargo, le gustaba pensar que no era completamente inútil cuando se encontraba desprovista de su luz.
Disparó con precisión y dio algún que otro puñetazo. Al igual que alguno de sus compañeros, se permitió dejar la mente en blanco durante aquel “ejercicio sin dificultad”. Luchar de aquella manera era extrañamente relajante. Al ver a Lana disparando su amplio surtido de flechas se preguntó si valdría la pena aumentar su surtido de cachivaches. Todo era plantearlo.
La manera de proceder de Calavera se le antojó un poco extrema a la majesdaniana, pero ella no dijo nada al respecto. No quería más problemas en aquel momento.
Cuando hubieron acabado, Hank les dio una especie de charla inspiradora.
“Salváis miles de millones de vidas”
Eso es lo que Karolina quería pensar.
Alzó las manos para tomar la botella de agua que Pym le había lanzado, pero le rebotó entre los dedos y cayó al suelo estrepitosamente.
- Perdón – musitó sin más – Estaba distraída, continúa.
Entonces el rubiales la propuso como líder del grupo. Karolina estrujó la botella entre sus manos.
- ¿Qué? – alcanzó a preguntar, con las cejas levantadas, mientras miraba a sus compañeros -. Eh…
Lo había dicho en serio. Ser líder de los exiliados, llevar el Tallus encima.
Karolina apretó la mandíbula. Aquel había sido el trabajo de Coloso. Y mira dónde está ahora…
La muchacha no recordaba jamás haber sido líder de nada. Ni siquiera se podría considerar líder de su propia vida.
En otras circunstancias habría rechazado automáticamente. “Cárgale el muerto a otro, a mí no me mires” habría dicho. Pero quizá la responsabilidad podría mantener su mente ocupada. Era como una especie de cambio de aires.
- Vale – respondió finalmente.
Volvió a mirar a sus compañeros. ¿Debía decir algo en aquella ocasión? ¿Una especie de discurso de toma de posesión? No estaba de humor para una cosa de esas.
- Por el momento podéis descansar… - dijo tentativamente, siguiendo la sugerencia de Pym – o explorar la nave a vuestro gusto, yo qué sé.
En el fondo Karolina se sentía agotada, tanto del combate como de las emociones. Pero no quería quedarse quieta.
- Que Pym trastee con los ordenadores a ver qué encuentra – propuso mientras echaba a andar, en respuesta a las palabras de Loki – yo voy a explorar un poco.
Se detuvo junto al marco de la puerta.
- Ehm… Podemos como tomarnos un día para descansar y descubrir qué tenemos aquí… - improvisó – Luego decidiremos cómo continuamos. ¿De acuerdo?
Dándose por explicada, Karolina fue a perderse por los pasillos de la nave. Aunque descubrir una nave nueva siempre había sido un deleite para la majesdaniana, aquella vez tan solo quería estar sola.
Coloso y el renegado abandonaron la nave. Suspiró un tanto aliviado aunque aún no podían relajarse aún había soldados de los renegados en la nave por lo qué sin ningún pudor desató todos sus poderes ofensivos sin contemplaciones, necesitaba un deshaogo.
Escuchó a Hank con atención, sus creencias eran comunes y estaba de acuerdo con todo lo que acababa de comentar. Se acercó a Karolina le puso una mano en el hombro y le dijo: - Has brillado como nunca, me alegro que seas tu quien nos dirija.
Para Cable la exploración podía esperar estaba agotado psíquica, emocional y físicamente. Necesitaba soledad, silencio y meditación.
- Si me disculpais, me gustaría retirarme a una de esas habitaciones, este último viaje dimensional me ha sobrepasado. ¿Podéis indicarme donde debo ir?
No doy para mucho más estos días sorry.
Después de la despedida hacia Coloso tocaba patear traseros azules. En más de una ocasión estuvo a punto de tirarle una flecha a Calavera, pero tendría (quizás) que darle explicaciones al grupo y no le apetecía mucho. Por fin la nave fue conquistada.
Ya una vez acabada la batalla, se encontraba con sus compañeros descansando. Sentada en el suelo, con las piernas cruzadas, escuchó a Hank y a los demás. No le parecía mal que Karolina fuese la líder ahora. Suspiró por lo que la nave ahora sería su nuevo hogar - Salgo de 4 paredes metálicas para meterme en otras 4...- Cuando se dio luz verde para hacer cada uno lo que quisiera, se puso de pie de un salto. -Yo voy a practicar...- entonces dejando su equipo en el suelo, decidió hacer la araña literalmente. Había descubierto eso de ella hace poco y quería ver cuales eran sus limitaciones.