Partida Rol por web

La verdad era que enviar solo a una tropa sería demasiado estúpido, además de que esa sombra/clon mío no usó las llamas negras que había visto en el salón del trono.

Además, estaba claro que había prisioneros de temer por como había reaccionado Elric...y si quizás las llamas y la sombra habían sido una distracción para llegar a los calabozos y liberar a alguien realmente peligroso?

No podía dejar al príncipe solo.

Apoyado en la pared, observando como este se retiraba miré hacía el pasillo y luego hacía los calabozos.

Sintiendo como mis heridas se iban cerrando decidí hacer un último esfuerzo y comencé a ir tras el príncipe, si realmente había una amenaza en los calabozos, tenía que estar allí.

Las llamas quemaron al caballero, si, pero también a algunos presos…y finalmente cuando el humo se esfumó, el hombre estaba ardiendo, momento en el que le amenazó y finalmente, antes de que pudiera hacerle más daño al pobre muchacho, falleció por culpa de las heridas…y un tentáculo que le atravesó el corazón, provocando que Ethan se estremeciera.

Aquel libro era peligroso y la magia que contenía más aún. Esos tentáculos, el fuego…practicó con magia en su tiempo libre, si…pero…toda aquella magia, los hechizos que se lanzaron, incluso las esquirlas, era algo que nunca había probado, y desde luego estaba penado con la muerte o algo peor.

El chico se sentía mal por lo ocurrido, incluso por los prisioneros que fueron calcinados por el fuego, pero…no tenía otra opción, ¡querían matarle!.

Fue entonces cuando los tentáculos desaparecieron y…Frey apareció en escena, con la gata del príncipe entre sus manos y…bueno, una cara de situación.

-¡Frey!.-Gritó el chico incorporándose como pudo y fue corriendo a abrazar a aquel hombre que era su tutor.-¡Pensé que estabais muerto señor!-Comentó con voz infantil, pero alegre de ver que su mentor estaba de una pieza.

Entonces no pudo evitar hablar.-¡Antony me intentó engañar!, dijo que estabais aquí abajo, pero al llegar sacó su espada y estaba dispuesto a asesinarme.-Explicó con honestidad.-Tuve que defenderme…p…pero creo que alguien le envío o le pagó señor, creo…no, estoy convencido de que ha sido así

Tal vez el príncipe estaba muy ocupado pensando en lo que encontraría en los calabozos, o confiaba en que a pesar de tu estado podrías actuar si era necesario, pues en ningún momento mostró intenciones de detenerte. De esa forma, ambos terminaron dando en el calabozo...

Durante el camino, tus heridas empezaron a sanar poco a poco a causa de ya llevar un tiempo sin haber sufrido daños. Necesitarías más tiempo para curarte por completo, pero era indudable que estabas mejor que como estabas antes.

El príncipe te dirigió una última mirada antes de que ambos bajasen por las escaleras al calabozo, encontrándose aquella escena...

Como un padre que deseaba proteger a su hijo de cualquier temor, Frey correspondió el abrazo para ocultarte en su pecho, no sin antes dejar que la gata bajase de sus brazos, y permitir que te desahogases, escuchando tu explicación de los acontecimientos con sorpresa y preocupación a partes iguales.

-¿Tu... hiciste todo esto? -ciertamente, no habían rastros de fuego o quemaduras en la estructura del calabozo, pero el olor que emitían los cuerpos calcinados dentro de las celdas era inevitable. -. Ethan...

Entonces, se vieron interrumpidos por unos veloces pasos que bajaban por las escaleras. Frey se dio la vuelta para ocultarte detrás de él, viendo bajar a aquel par de individuos que seguramente fueron llamados por el alboroto sucedido...

Bajando velozmente por las escaleras, Sir Elric IV y Liones llegaron a los calabozos dispuestos a ver que era lo que estaba sucediendo. Allí se encontrarían, parados junto a la gata del príncipe, al consejero real Frey y a su estudiante ocultó detrás de él, Ethan. Ambos se veían preocupados o atemorizados por algo, más que todo el pequeño aprendiz, y es que bastaba con echar un ojo a la sala para deducir un poco lo que había sucedido...

Había un extraño olor a quemado proveniendo de las celdas más cercanas, seguido de gritos de dolor y agonía en las más lejanas. Donde antes habían prisioneros ahora solo habían restos calcinados de personas, o mitades aún conscientes atrapadas en un sufrimiento indescriptible. A solo unos pasos detrás de los consejeros había una figura tirada en el suelo, con el cuerpo totalmente quemado al punto de que era imposible de reconocer; además de abrasado, el cuerpo, si es que se le podía llamar así, también tenía perforado el corazón.

-Frey, Ethan, ¿que ha sucedido? -quiso saber el caballero, quién a pesar de ahora tomar una postura más relajada continuaba empuñando su lanza mientras miraba la escena.

-Antony, uno de los mandamientos, fue comprado por alguien para asesinar a mi alumno... -Frey miró nuevamente el calabozo. No habían señales de quemadura en ninguna parte de la estructura, pero el estado de los presos y el cuerpo tirado en medio del pasillo dejaban en claro que algún incendio tuvo que haber. -. El Mandamiento de la Virtud utilizó magia de fuego. Por los resultados, parece que la brujería se puso en su contra y terminó quemando todo menos a su objetivo -refiriéndose a Ethan, por supuesto. -. La roca anti-magia del calabozo se encargó de apagar el fuego, pero no fue capaz de salvar a los prisioneros que estuvieron al alcance de las llamas, y tampoco al brujo que las invocó... -nuevamente, Frey se volteó, esta vez para fijarse en los restos quemados que habían en el suelo. Aquella figura irreconocible eran los restos de lo que una vez fue un Mandamiento.

Un mandamiento siendo comprado o corrompido? Extraño, muy extraño y el consejero Frey se veía demasiado calmado.

-No se puede hacer nada por los prisioneros, su alteza deberíamos retirarnos todos los presentes a fin de recaudar la información que cada uno de nosotros posee a fin de poder hilar que fue lo que realmente pasó- dije mirando de reojo al consejero para luego mirar directamente al príncipe Elric.

En las mazmorras aparecieron Elric IV y Liones, los cuales…bueno, se encontraron con la escena que acababa de ocurrir claro. El olor a carne quemada y los gritos desde otras celdas eran cuanto menos agobiantes, el propio Ethan se llevaba levemente las manos a las orejas intentando acallar esos gritos.

Fue cuando Elric preguntó por lo ocurrido que el chico iba a abrir la boca, pero Frey fue quien contestó, comenzando con lo ocurrido, el mandamiento que intentó asesinarle y el fuego en el calabozo. Cuando terminó de hablar Ethan asintió con suavidad.-S…si, es…eso es lo que pasó…quería…quería asesinarme y no se porque…-Murmuró por lo bajo mientras echaba una rápida mirada al caballero muerto en el suelo.

-El gato me salvó…y el fuego.-Comentó al final. Estaba claro de que era una situación complicada, ¿pero que otra explicación se le podía dar al asunto?, desde luego ese caballero no era trigo limpio y buscó eliminarle, ¿porque?, esa era la cuestión.

Ciertamente, Ethan no se veía capaz de dar argumentos lógicos más allá de los que Frey comentaba. Todos miraron a Liones cuando menciono su opinión de como debían proceder al respecto, y ciertamente tenía razón.

-Nos reuniremos en el la sala del escudo real donde resguardan a los reyes. Allí podremos hablar todo con más calma -declaró el caballero dispuesto a partir.

-Liones, Ethan, su alteza... -les llamó a los tres Frey. -. Pido como consejero real que no se mencione lo sucedido en este calabozo a personas ajenas a la corona o altos cargos. Seria un gran golpe para la iglesia si se corre la voz de que un mandamiento fue corrompido; conque los reyes estén enterados podrán decidir como actuar -y tenían algo de razón sus palabras. Lo mejor era investigar un poco lo sucedido antes de soltar cosas que pudiesen desestabilizar los poderes de Betestal.

Sin nada más que hacer en los calabozos, siguiendo a Elric IV por los pasillos del castillo hasta llegar a una nueva sala, esta custodiada por varios guardias y una puerta visiblemente gruesa y grande. La simple presencia de Elric y Frey fueron suficiente para que los guardias les abriesen las pesadas puertas y les permitiesen la entrada. Allí acompañarían a los medianamente recuperados reyes e informarían de lo sucedido, siendo que luego solo tocaría esperar.

Un par de horas después la tranquilidad había regresado a la ciudad. La reconstrucción de la sala del trono había comenzado inmediatamente, y los reyes se encontraban actualmente dando un discurso al pueblo. El príncipe, por su parte, había regresado al castillo y se encontraba descansando en los aposentos reales. Al mismo tiempo se estaba llevando a cabo una reunión entre caballeros de alto rango en alguna sala del castillo: allí, Sir Elric IV buscaba que se desvelase un poco los misterios sobre el ataque a los reyes. En la reunión estaba presente Liones, pues pasó a ser asunto de la iglesia cuando un mandamiento se involucró, aunque la traición de Antony no pareciese tener relación directa con lo sucedido. Por otra parte, Ethan tomaba el lugar de Frey como consejero en la reunión, pues el verdadero consejero se encontraba atendiendo otros asuntos de la corona.

-El castillo se encuentra limpio de amenazas. Aún investigamos como un enemigo del reino pudo meterse a la sala del trono, pero concluimos que se trataba de un demonio de Nekrodum. Liones mismo le enfrentó y neutralizó. Dudamos que las acciones de Antony, el ex-mandamiento, tuviesen algo que ver, por lo que tal vez fue simple coincidencia que se aprovechase de la situación para llevar a cabo su plan: también pensamos que seguramente la criatura que causó las llamas también corrompio la mente del mandamiento para hacerle parecer un criminal. Además, muchos vieron a una sombra huir volando poco luego de la explosión en la sala del trono: suponemos que lo que sea que salió volando, lo hizo para huir de la ciudad, pero algunas personas aseguran haberle visto caer cerca del sector pobre de la ciudad. La corona esta considerando realizar un toque de queda durante un par de días para asegurarnos de que no tenemos enemigos moviéndose por la ciudad... -concluyó el príncipe, posando ambas manos sobre la mesa para luego dirigir su mirada a todos los presentes. -. ¿Alguna opinión? ¿Algo que informar?

-Doy fe de que alguien o algo salió volando, también de que las llamas que asolaron la corte real eran de índole demoníaco, las llamas no son negras como todos lo sabemos, además la presencia que me empujó y a la que neutralicé tenía mis mismas facciones como si hubiesen hechizado mi sombra con ese propósito, una magia claramente con malas intenciones- guardé silencio para que procesen mis palabras antes de continuar - el asistente del consejero Ethan y yo llegamos antes al castillo, Anthony nos dió un envión para no perder tiempo, quedándose detrás, si bien en el tiempo que investigamos el castillo y yo batalle con esa sombra puede haber entrado por otro lado dudo de que sea un traidor, puede ser volátil en su carácter pero ha demostrado más de una vez su fe y lealtad a la iglesia y por ende a la corona, por lo que me gustaría intervenir por él y pedir que se hagan las investigaciones pertinentes, si el enemigo fue un demonio lo suficientemente fuerte como para afectar la mente de un mandamiento no sería raro entonces pensar en las llamas negras y en hechizar una sombra. Por otro lado si van a hacer alguna clase de incursión al barrio pobre en busca de aquel ser que escapó, recomiendo hacerlo cuanto antes, no darle tiempo de recuperarse y me ofrezco a mi mismo para ser parte del grupo que se encargue de dicha tarea, eso es todo-

Las cosas parecieron calmarse después de aquello…tardaron horas, pero al final el fuego se había apagado, las construcciones y reparaciones del castillo estaban en marcha y…no había rastro de ningún criminal, demonio o lo que fuera que hubiera provocado todo aquello. El aprendiz de consejero estaba mejor, con alguna que otra tirita en el rostro y con cara de cansado, aquella noche dormiría como un tronco, estaba claro.

Pero no había descanso para el…no aún. Se celebró una reunión, con Sir Elric, Liones…y el, porque Frey tenía otros trabajos que hacer, así que decidió otorgar a Ethan la oportunidad de ocupar su puesto en aquel momento.

Todo comenzó con una recapitulación de los hechos, como un demonio fue neutralizado, como Antony a lo mejor no tuvo nada que ver con lo ocurrido y finalmente…la posibilidad de que la sombra siguiera en la ciudad.

Entonces preguntaron por opiniones o algo de lo que informar al respecto.

Ethan esperó su turno y se puso de pie tal y como le habían enseñado. Estaba haciendo un acta de todo lo que ocurría en el momento que le tocó hablar.-Yo…creo que el toque de queda sería un buen comienzo, pero algunos caballeros de alto rango deberían ir a la zona pobre de la ciudad…a…a investigar y así cerciorarse de que bueno…que no hay rastro de la sombra ni nada parecido.-Carraspeó mientras apartaba luego la mirada un tanto inseguro.

-Hay que proteger a sus majestades, al pueblo y a la iglesia…¿y si esa sombra vuelve a atacar?, ¿y si esta vez destruye el castillo?.-Murmuró por lo bajo.-¿Y si trabaja con alguien?...s…se que no es el momento más idóneo para hablar de posibles traiciones y demás…pero…¿y si es así?, no sería el primer caso ni sería extraño, ¿Cómo si no la sombra entró en el castillo?, ¿y cual era su objetivo?...yo…-Entonces enrojeció levemente.-Perdón, perdón…me estoy extralimitando con mis deberes, me he dejado llevar.

No tenía que olvidarse de cual era su trabajo, no podía entrar en pánico. Su misión y sus deberes eran para con el reino.

—Un noble? me encanta lidiar con nobles! —son los que tienen más dinero.

Despidiéndome con la mano del comerciante me dirijo a la taberna a ver qué se cuece, y lo primero que hago es preguntarle al que ha de tener más callos en los oídos por escuchar historias de gente que va y viene.
—Buenas tardes... noches? tardes.
Me siento delante del tabernero en la barra y... no sé qué pedir, no tengo mucha hambre ahora mismo, y a saber si sirven agua limpia. —Me ha contado un pajarito que están teniendo problemas con un noble ofendido. Qué les ha pasado exactamente? —le suelto así de primeras.

Todos escucharon detenidamente vuestras opiniones respecto a como actuar, siendo que más de uno alzó la ceja ante las fuertes declaraciones de Ethan de las cuales él mismo se arrepintió de haber comentado. Tras acariciarse un poco la barbilla, pensativo, Elric IV decidió romper el silencio nuevamente.

-Ciertamente, no podemos inculpar a Antony sin estar seguros de lo sucedido. Me encargaré de que se lleve a cabo una correcta investigación sobre el mandamiento; pero para estar seguros, también debemos dar con el verdadero responsable del ataque... -entonces, el príncipe abrió un mapa de la ciudad sobre la mesa, señalando el barrio pobre que se encontraba practicamente detrás del territorio del castillo. -. Liones, tu y unos caballeros investiguen los barrios en busca de algo sospechoso. Ethan, acompáñalos; necesitarán de alguien que registre los hechos y que sepa de leyes... Las personas de esas calles no son animales, pero muchas si lo parecen cuando tratan con servidores del rey...

El príncipe dirigió una última mirada a los presentes para ver si alguien se oponía, y por lo que se veía todos estaban de acuerdo con la decisión del caballero.

-También trabajaremos en el toque de queda. Me aseguraré de que toda la ciudad esté enterada -añadió. -. También trabajaré en que haya mayor seguridad en el castillo... Por si acaso... -al decir aquello, observó de reojo a Ethan recordando la preocupación del chico por un posible traidor en el castillo, más no parecía un tema que ni Elric IV ni los demás caballeros quisiesen discutir. -. Entonces, es momento de que se preparen. A las afuera del castillo deben haber algunos curanderos de la iglesia: les recomiendo pasar por ellos para recuperar fuerzas, sobre todo tu, Ethan -después de todo, a pesar del terrible estado en el que había quedado en el combate, Liones casi parecía estar como nuevo.

Los caballeros empezaron a levantarse y abandonar la sala. Elric IV se quedaría un tiempo más estudiando el mapa de la ciudad, siendo que si tenían algo más que comentarle era buen momento.

El comerciante te despidió alegremente, siendo que luego te dirigiste tranquilamente a la taberna para buscar información. Nada más llegar y acercarte, llamaste la atención del tabernero, quién alzó una ceja al escuchar el tema de tu interés...

-No eres de por aquí, ¿verdad? -empezó señalando el hombre que limpiaba una jarra con un pañuelo blanco. -. No deberías ir por allí preguntando por gente con poder... Más de uno te cortaría la cabeza para ir a entregarla al noble y que esté pague una generosa recompensa por callar a curiosos...  -seguida por aquella advertencia, la mirada del tabernero pasó por todos los presentes en la sala. Ninguno parecía prestarte especial atención a ti o a él. Por lo cual, tras suspiras, empezó a hablar de manera vaga. -. No es nadie especial: Es otro noble que quiere poder, y para eso intimida a los demás. No accedimos a vender estas tierras, así que algo habrá hecho para ponernos en esta situación; muchos se han largado, otros están considerando convencer al resto para vender e irnos todos... Los que quedamos somos los que no tenemos nada más que este pueblo, pero por los rumores que corren... Parece que el noble planea algo para sacarnos de aquí por la fuerza. Supongo que yo me quedaré aquí para verlo al igual que otros... -el bartender se dio la vuelta para tomar una botella y un vaso, llenándolo con algo de whisky antes de ofrecértelo. -. Si pensabas quedarte aquí creo que elegiste un mal momento... Dudo que este pueblo duré más de dos días con el noble apunto de actuar...

Escuché las órdenes del príncipe y asentí.

-Esta bien, solo necesito una camisa nueva y partiré de inmediato, asumo que en el caso de encontrar al culpable las órdenes son capturarlo con vida- dije mientras miraba el mapa del distrito pobre analizando los edificios y lugares dónde este ser podría estarse ocultando.

Ethan ya estaba deseando poder darse un baño, irse a la cama y descansar un buen rato…había sido un día complicado y tenía que hablar en privado con el sobre lo que había ocurrido y visto aquel día…tenía las notas suficientes en su cuaderno como para escribir un libro si se diera la oportunidad.

Pero no se había librado, ya que de repente le ordenaron que tenía que acompañar a los caballeros y a Liones, que necesitarían alguien que documentara lo ocurrido y además tratar con los ciudadanos. La verdad es que no era lo que más quería hacer en ese momento, pero se tomaba su trabajo MUY en serio…y lo cierto es que tomar más apuntes y redactar más sobre lo que ocurre era un gran incentivo para el joven aprendiz de consejero, el cual asintió con la cabeza lentamente.

-Si alteza, yo…haré todo lo posible señor.-Murmuró dando una rápida reverencia pero antes de poder decir algo más Elric le recomendó ver a los curanderos de la iglesia ya que tenía que recuperarse de sus heridas.

Nuevamente asintió ante las palabras de su majestad y esperó a que los demás comenzaran a levantarse y abandonar la sala para poner rumbo a donde se encontraban los curanderos. Necesitaba un buen remiendo, sobretodo después de lo ocurrido con el gato...el episodio en las celdas y...su caída al llegar al castillo. 

—En serio piensan quedarse de brazos cruzados así? Es tierra de ustedes! Viven aquí y trabajan aquí, y van a dejar que el payaso ese se los quite por un capricho suyo?
Me cuesta creer el desánimo de esta gente —Rechazaron la oferta de venderlo todo, y ahora no van a hacer nada para mantener la postura? Para eso hubieran aceptado el dinero en un primer lugar! Ahora se van a quedar sin nada por tercos.

Rechazo con amabilidad el whisky, si quiero estar averiguando lo que pasa necesito la cabeza fresca, además no me gusta, es demasiado amargo.
—Señor, planeo ir a darle una visita al noble, cómo se llama? Ah, y no me mire como una clase de héroe o algo así, nada más lejos. Mi interés es darle una paliza con la excusa de que tiene el "corazón endurecido" y luego quedarme con todo lo que me quepa en los bolsillos —y en la carreta el comerciante que me trajo, si es que me quiere seguir haciendo de carruaje.

-Ciertamente, si dan con el responsable de todo esto lo mejor es traerlo con vida para interrogarle, pero si les da muchos problemas pueden llevar a cabo una ejecución... -confirmó el príncipe antes de que Liones terminase de visualizar el mapa, tras lo cual, los dos partieron a prepararse.

Se reunieron en las afueras del castillo, donde Ethan esperaba ya curado por los sacerdotes de la iglesia; Liones, por otro lado, había salido del castillo ya como una lechuga. Allí también esperaban seis Caballeros que estarían bajo vuestras ordenes durante la busqueda. Sin nada más que esperar, empezaron su recorrido hacia el barrio pobre de la ciudad.

Durante el camino pudieron ver como las personas ya habían pasado el susto del ataque; cada quién estaba en lo suyo, aunque si que se escuchaban los normales rumores y teorías que sacaban las personas respecto a lo sucedido. Sin darle mucha importancia, siguiendo vuestro camino hasta finalmente adentrarse en aquel lugar.

El estado de las casas, de los caminos, de las calles.. Todo cambiaba notablemente. Las personas que por allí pasaban lo hacían vistiendo ropas sucias, o ropa improvisada de trapos que uno encontraría en la basura. En los rincones se acumulaba la basura, y algunas mujeres lavaban su ropa en los charcos dejados por la lluvia. Ciertamente, era un escenario que daba una imagen muy diferente de la ciudad...

Entonces, mientras avanzaban, se vieron asediados por un grupo de niños y niñas, todos con ropas rotas, corriendo y jugando por la calle, quienes por mera casualidad pasaron junto a vuestro grupo, chocando con todos ustedes mientras se abrían paso hacia otra calle entre risas.

Los sacerdotes le dejaron como nuevo, es decir…habían sido muy comprensivos y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba preparado para volver a la acción, incluso se sentía más descansado, aunque claro…aún tenían que ir a un lugar peligroso donde no tenían ni idea de lo que ocurriría.

Tenía una pequeña escolta de seis caballeros, además de Liones…y bueno, “escolta” por el simple hecho de que Ethan era un mocoso, ¿Cómo iba a poder defenderse de algún enemigo si la tomaban con el?, mejor dejarles las peleas a los más preparados.

Todo parecía haber vuelto a la normalidad en las calles, es decir…había gente hablando de rumores y teorías sobre lo ocurrido hace unas horas, pero en verdad parecían estar ¿relativamente tranquilos?, era cuanto menos extraño. La parte pobre de la ciudad era…tan decadente como había sido siempre, incluso en los documentos y viejos pergaminos que hablaban sobre la enorme ciudad ya se dejaba entrever que la decadencia había llegado a la ciudad y que la pobreza se estaba extendiendo.

Ethan no podía evitar sentir cierta pena por aquellas personas que caminaban de aquí para allá con ropas rotas o improvisadas con trapos.-Habría que hacer algo…esto no es bueno para la ciudad ni para nadie.-Murmuró en voz alta mientras hacía una pequeña mueca. El chico rebuscó entre sus ropas y de vez en cuando no dudaba en dar un par de monedas a algún necesitado.  Tenía un “modesto” sueldo como aprendiz de consejero, además de el dinero que su padre le daba reluctantemente por ser su primogénito, así que no le importaba compartir su sueldo con los necesitados, a fin de cuentas el castillo ya se ocupaba de darle ropa, comida y alojamiento, ¿para que necesitaba dinero?

Mientras caminaban por las calles un grupo de niños y niñas no tardaron en correr entre ellos, chocando en el proceso y yendo hacía otra calle. Ethan no tardó en hacer otra mueca y volvió a buscar en su túnica su monedero, preparado para seguirles y darles un par de monedas. “Al menos que tengan para llevarse algo a la boca…” Pensó.