Sin mas gestos ni mas dramatismo me dirijo a la puerta cruzandola sin ni siquiera volverme, espero que haya algún barco o algún lo que sea para salir de aquí sin perder mas tiempo.
Sí, genial... idos, seguro que así podéis hacer algo en contra de maremotos, tsunamis y huracanes...
Comenta irónicamente y poniendo los ojos en blanco.
Yo quiero noticias de mi casa. De mis compañeros. Y saber si van a estar seguros si me quedo aquí.
No formula preguntas... son órdenes. Estaba acostumbrada al liderazgo...
Miro la pantalla con una ceja arqueada y sonrio de medio lado - ¿Es decir que segun tu me tengo que quedar aqui tan tranquila sin preocuparme la gente de fuera? ¿Sin querer ir a ayudar o lo que sea a la gente que quiero? Parece que no conoces muy bien a la gente - Ahora mismo mi mente no podia dejar de dar vueltas, de pensar en las pocas personas que me importaban, en mis amigos, en Ed y Mike... Tengo que saber si estan bien como sea...
No sabía si lo que salía en aquel monitor era verdad o si no lo era, pero como ya había dejado totalmente claro, me resultaba repulsivo un ser que experimentaba con personas y que era capaz de secuestrar a la gente a su antojo, sin importarle nada más. Pensé por unos momentos si sería capaz de dejar mi conciencia a un lado, de olvidar de todo por aprender a utilizar eso que podía hacer, pero no tuve que pensar demasiado para saber la respuesta a mi pregunta, no, no podría vivir en paz sabiendo que me he vendido al mejor postor.
Negué con la cabeza, sin responder nada, ya que lo había hecho momentos antes, y me encaminé siguiendo a Elisabeth al exterior.
La diferencia entre un heroe y un villano esta en el momento en que decide hacer lo que es correcto no para el sino para el resto de la humanida. Digo mientras veo como mas gente va saliendo por la puerta y los miro.
Hare lo que pueda para parar eso, dare mi vida si es necesaria, pero lo que me importa esta fuera y no aqui. He visto lo que ha echo a otras personas y no me lo hara a mi.
Mi propuesta sigue en pie para el que quiera. Adios
Una debil sonrisa recorre mi rostro mientras salgo la ultima mientras la luz del sol me deslumbra a los ojos.
Muy bien. Dijo el conejo. No voy a retener a nadie que no desee quedarse, simplemente, me quedaré con los que desean saber más de lo que les sucede y con los otros, bueno, como ya os dije, esa es la puerta que os saca de la fortaleza. Claro está, que si os váis de aquí, no regresaréis y por supuesto no nos intentéis buscar, no salimos en las guías amarillas ni mucho menos.
El conejo parecía disfrutar de como el grupo se escindia en un par de grupos. Uno numeroso, el que se quiere ir, formado por Elisabeth, Alexis, Megan, Peter y Kenshiro y el otro, el que se queda, formado por Lucy Maria y Layla.
La verdad es que esperaba que se quedaran más a mi lado, pero bueno, es lo que tiene.
Los dos grupos se separan por fin. Los cinco traspasan la puerta, la cual se cierra detrás de ellos con un sonido metálico, mientras que las dos chicas se quedan frente a Rabbiteen como esperando alguna respuesta, respuestas que seguramente, no tardarán en llegar.
El jefe de HUMANS os despide con la mano cuando estás saliendo y mientras la puerta se cierra, podéis sentir la brisa marina que entra por unas rendijas pequeñas a ambos lados de las paredes.
Venid conmigo, preciosas, venid. Ahora es cuando comienza la verdadera aventura. Dijo el conejo mientras se acercaba a su trono y se sentaba en él.
Estoy seguro que tenéis muchas preguntas, y sobre todo, que queréis las respuestas sencillas y sin haceros esperar. No os preocupéis. Todo llegará pronto, mucho más pronto de lo que pensabáis.
Las puertas se cerraron detrás de los cinco, sin embargo, la luz que parecía natural no eran más que focos de luz artificial colgados del techo. También lo era la brisa marina.
Miráis hacia delante y lo único que podéis ver es una puerta, también cerrada, con algunas luces que centellean en ella. Cuando levantáis la cabeza hacia el techo, veis que una especie de loza se mueve a un lado, dejando a la vista una especie de tubo con muchos tubillos que salen y entran de él.
Rápidamente, ese tubo comienza a ponerse de un color verde azulado, y este empieza a brillar mucho, llenando la blanca habitación donde estáis con una luz verdosa, que os hace sentir mareados y poco a poco, vais perdiendo el sentido de la orientación, hasta que quedáis desmayados, tumbados sobre el frío y húmedo suelo de la sala.
[CAMBIAMOS DE ESCENA EN BREVE]
Falta resolver el otro grupo.
Black.