Partida Rol por web

Edie contuvo un suspiro. Aquello le sobrepasaba. PEro poco a poco fué haciéndose a la idea. Era evidente que allí pasaba algo raro, y aunque quisiera ya no podría volver a ser el mismo después de aquello.

Levantó la vista y clavó unos ojos gélidos en aque... conejo. -Joder, Roger Rabbit... ¿Que te hubiese parecido una puta targeta de invitación para traernos como personas y no como ganado?- Soltó el suspiro y negó con resignación. -Espero que almenos no nos devuelvan a aquellas celdas de mierda...-

Parece que el ambiente se iba calmando, y eso ayudaba que Lily estuviese más relajada.

Seguía haciendo movimientos infantiles y sonriendo.

Cuando menciona su poder, se queda completamente quieta. ¡Así que era verdad! ¡Lo de la azotea no había sido una casualidad!

¡Genial! Exclama emocionada sin poder contenerse.

Luego mira concentrada a José Luis, esperando ver su demostración.

¡Adelante! Le anima muy en serio.

El trono estalla en mil pedazos, pero alrededor del conejo aparece una esfera trasparente de energía que hace que los trozos reboten contra él y no le hagan daño. Tampoco a vosotros, por que él estaba en el medio y os ha protegido de todo lo que había salido desde allí.

El conejo aplaude a José Luis y sonríe.

Si queréis volver a ese mundo, podéis hacerlo. No me opondré. Creo que tendré cosas más importantes que hacer antes de intentar daros caza. Pero los que queréis quedaros, estaré abierto a lo que queráis preguntar, claro. Y los que queráis aprender a utilizar vuestros poderes, también podéis preguntar. Así que esta es la última oportunidad. ¿Quien sale y quién se queda? Dijo el conejo haciendo una floritura con su mano.

Sorprendido es decir poco. De un lado, confirmo lo que ya intuía y que me parecía un cúmulo de excesivas casualidades, por mucho que la razón se oponga a algo de este calibre, como mi potencial capacidad mental para llevar a cabo cosas como la presente. De otro, el puto conejo de los cojones parece saber de lo que habla y muestra habilidades tan extrañas como las mías, cuando menos. De las de los demás no puedo decir nada, pues salvo la declaración del roedor, no tengo nada ni he visto nada. Aunque tal vez aquellos aviones...

- Prueba superada, señor Conejo - digo con cierta admiración que no puedo evitar a pesar de todo -. Te diré que en el tema de las formas, te lo montas como el culo. Sinceramente, si te hubieras presentado en mi casa, aunque no te negaré que con esa cara me podía haber dado un patatús salvo que fuera Halloween, en vez de drogarme, encerrarme y hacerme pasar por un infierno, tal vez confiaría más en ti. No me gusta cómo te lo montas, pero hay algo que me queda claro. Soy una puta bomba de relojería. Si no aprendo a controlar mis supuestos poderes podría acabar montando la de dios y haciendo daño a quien no se lo merece. A inocentes. Lo ocurrido aquí es buena muestra de ello. Si no les hubieras protegido con tu burbujita de jabón mental, ellos podrían haber resultado heridos. Así que por el momento, lo que es yo, no me largo, si es cierto cuanto dices. Que me enseñarás a controlar esto. En cuanto a las preguntas, ¿por dónde empezar? - digo mientras miro una y otra vez la pantalla y las catástrofes que se suceden -. Primero, ¿quién o qué eres tú? Y no me digas que Rabbiteen, que eso ya lo has dicho. Segundo, ¿qué es eso de HUMANS? Tercero, ¿de qué va todo este rollo y a cuento de qué nos pones eso en la pantalla? Y cuarto, ¿por qué los clones? Creo que para empezar es suficiente, pero te dará para un buen rato de charleta.

Me quedo paralizada al oír las palabras del conejo ¿Drenar vida?, así que en el orfanato..... pobre..... Mi sorpresa va en aumento al oír los poderes de mis compañeros, ilusiones, control mental...

Ahora que sabia todo esto no podía irme sin más, ademas ¿donde iba a ir una huérfana?, el único hogar que había conocido era un edificio lleno de niños crueles y donde el único lugar donde podía encontrar paz era mi cuarto

Yo me quedo

-Esto es de locos...- Repitió de nuevo. Aunque mudó su tono obstinado hacia otro de resignación mientras observaba la devastación que se mostraba en la pantalla. Se acordaba de todas las personas que había conocido. La hermosa cabellera rubia de Winry, el canalla de Akon, asi como todos los mendigos que moraban en la calle mayor y las muchachas a la que había calentado las orejas con sus piezas de jazz.

Se miró las manos. Quizá fuese verdad toda esa locura.

-Deacuerdo. Me quedo.-

Muy bien. Dijo el conejo. No voy a retener a nadie que no desee quedarse, simplemente, me quedaré con los que desean saber más de lo que les sucede y con los otros, bueno, como ya os dije, esa es la puerta que os saca de la fortaleza. Claro está, que si os váis de aquí, no regresaréis y por supuesto no nos intentéis buscar, no salimos en las guías amarillas ni mucho menos.

El conejo parecía disfrutar de como el grupo se escindia en un par de grupos. Uno poco numeroso, el que se quiere ir, formado por Evgeny y Lily y el otro, el que se queda, formado por José Luis, Edie y Alejandra.

La verdad es que esperaba que se quedaran más a mi lado, pero bueno, es lo que tiene.

Los dos grupos se separan por fin. Los dos traspasan la puerta, la cual se cierra detrás de ellos con un sonido metálico, mientras que los demás se quedan frente a Rabbiteen como esperando alguna respuesta, respuestas que seguramente, no tardarán en llegar.

El jefe de HUMANS os despide con la mano cuando estás saliendo y mientras la puerta se cierra, podéis sentir la brisa marina que entra por unas rendijas pequeñas a ambos lados de las paredes.

Venid conmigo, preciosos, venid. Ahora es cuando comienza la verdadera aventura. Dijo el conejo mientras se acercaba a su trono y se sentaba en él.

Estoy seguro que tenéis muchas preguntas, y sobre todo, que queréis las respuestas sencillas y sin haceros esperar. No os preocupéis. Todo llegará pronto, mucho más pronto de lo que pensabáis.

Las puertas se cerraron detrás de los cinco, sin embargo, la luz que parecía natural no eran más que focos de luz artificial colgados del techo. También lo era la brisa marina.

Miráis hacia delante y lo único que podéis ver es una puerta, también cerrada, con algunas luces que centellean en ella. Cuando levantáis la cabeza hacia el techo, veis que una especie de loza se mueve a un lado, dejando a la vista una especie de tubo con muchos tubillos que salen y entran de él.

Rápidamente, ese tubo comienza a ponerse de un color verde azulado, y este empieza a brillar mucho, llenando la blanca habitación donde estáis con una luz verdosa, que os hace sentir mareados y poco a poco, vais perdiendo el sentido de la orientación, hasta que quedáis desmayados, tumbados sobre el frío y húmedo suelo de la sala.