Sales al exterior, aun queda noche por delante, tal vez un par de horas o mas quien sabe, pero tienes que volver y hablar con quien te pidio este favor, no sabes como es posible que te metas en tantos lios y todos en una noche.
La escena la supera por un momento... ¿Amenazas...?Las cosas empiezan a complicarse sin saber ni siquiera quien es el buenho y quien es el malo en la zona.
El joven de la espada se va de la escena después de la sarta de amenazas lanzadas sobre el, dejandolos solos.
Bueno parece que poco se puede hacer al respecto, así que comienza a caminar detrás de la mujer siguiendola, aunque de manera algo más cuidadosa intentando mancharse lo menos posible.
- ¿Qué más se debe saber acerca de dichas espadas?
Fue hace mucho tiempo, se usaron para parar a un antiguo que se alzo de la nada para destruirnos, pero fue aniquilado. Antes de morir descubrieron que solo era un peon de alguien mayor y al bloquearle su poder, solo dire que dijo que volveria. Todos los que usaron las espadas no volvieron, desaparecieron, sus esencia formo parte de su arma hasta el fin de los tiempos en que sera liberada.
Las palabras y historias de la mujer hacen que me entre un ligero escalofrio por la espalda, después intento tomarmelo con algo más de humor.
- Sinceramente, no se si quiero ser una de esas que deban tener una espada.
Después observo a mi alrededor intentando vislumbrar a donde nos dirigimos, no conozco esa parte de la ciudad (puag), tampoco es que quiera hacerlo...
- ¿Donde vamos?
A que veas a alguien, tienes que creer para saber que es verdad replico mientras camino con paso firme por los pasillos que configuran el laberinto de alcantarillas como si el camino estuviera en mi mente.
Tu no puedes decidir, la espada es la que decide si lo mereces o no
- No necesito ver para creer que las espadas son asesinas, el brazo de mi sire puede corroborar mi versión...
Continuo caminando mientras me dice la otra frase a la que no puedo evitar sonreir y soltar una ligera risita en la oscuridad.
- En el fondo... aunque me eligiera a mi, tendría que portarla yo... ¿o me seguiría flotando?
La sola idea de ver la espada detrás mía volando era de lo más divertido.
Me rio y niego
Hay cosas que no sabes, magia que se mueve y posiblemente la espada apareciera en tus manos sin que pudieras hacer nada al respecto. te miro
¿Quieres que lo comprobemos? por que ya te ha elegido
La sonrio ante la incredulidad que me generan sus palabras en alguno de los casos y la escucho la última frase para así contestarla.
- No soy una chica guerrera, no sabría que hacer con una espada... seguramente me haría daño...
O tal vez no, todo solo es probarreplico mirandote y sonrio mientras espero un segundo a que se abra una puerta delante de nosotras Pasa y descansa, la espada te sera revelada en el momento que necesites conocerla y si tienes alguna pregunta solo dimela
Solo asiento ante las palabras de la mujer y paso después de ella en la sala.
No se que se supone que tengo que hacer aquí, así que miro a mi alrededor para ver como es la sala y si hay algún sitio para reposar que no sea apoyada en una pared.
La habitacion es sobria, pero tiene una cama en la que dormir, una lampara a su lado en una mesilla. No pasaras ni humedad, ni frio, la habitacion esta caldeada por si acaso. TE saluda y sale de nuevo cerrando la puerta pero sin echarla pestillo.
Todo es muy extraño... será mejor que me prepare para lo que pueda suceder...
Me siento en la cama, Parece comoda... levanto las piernas y apoyo la espalda contra la pared.
Agradezco que la habitación esté caldeada, no es que me vaya a venir mejor o peor pero siempre ese recuerdo de algo calentito era bien recibido, además estaba preocupada... pero seguro que mi sire no dejaba que me pasara nada malo.
Para curarme en salud utilizo las sombras para apagar las luces del lugar, para quedarme completamente a oscuras y que nadie me pille desprevenido.
Cuando llegas a tu apartamento es tarde, es la hora de dormir para el siguiente dia. En tu buzon al dia siguiente hay una nota.
Cita:
Al dia siguiente sobre tu mesilla en la habitacion hay una nota
Cita:
Me despierto sobresaltada al ver la hoja en la mesa, no esperaba encontrarme ahí nada y menos que entrara alguien por el día a dejarlo.
¿Como habrá superado la barrera de sombras?...
Es una incognita que me quedará parece ser.
La carta es clara, una invitación para una fiesta privada del principe... que pena que ese tipo de ceremonias sean infranqueables....
¿Acompañantes?, no se quien...
Me levanto y me guardo la nota, camino hacia la puerta con la intención de salir. Mientras tanto voy acicalandome un poco el pelo para que de una visión aceptable.
Cuando anochece de nuevo la realidad parece golpearme. Es la misma sensación de siempre. ¿Dónde está el sol? Sólo había algo que se asemejaba a mis amaneceres... Algo sombrío y excitante. Mi hambre, lamiendo mi interior, deseosa.
Me pongo en pie, estirando mi cuerpo, como un animal aletargado que despierta tras un invierno de sueño y descanso. Esta noche era verano de nuevo, y la caza y la no-vida continuaba.
Frente a mí, en la sucia mesilla junto a mi cama, hallo la espada, aún envuelta. Pero aún hay más, una nota bajo mi puerta.
Cita:
Mi voz llena el silencio con sarcasmo, sin nadie que pueda escucharme.
- Que detalle de su parte...
La sensación de que mi refugio era conocido por todos, que yo mismo era localizable me irritaba considerablemente. Quedaba claro. Nunca estaría a salvo. Siempre en pugna, siempre caminando sobre la cuerda floja de esta existencia eterna.
- ¿Una espada mágica capaz de hacerle arder sería un buen regalo de visita? Sino siempre puedo recurrir a las típicas botellas de... ¿sangre?
Mi mirada observa con desprecio el mensaje, dejándolo sobre la cama. Estaba seguro de que tarde o temprano, si no lo sabían ya, mis antecedentes "gloriosos" con el Sabbat serían un problema.
Tengo entendido que a la Camarilla no le gustan los patricidas... Una pena. El pasado es lo único que no se puede cambiar.
Despacio, me visto, arreglándome un poco, despejando mi cuerpo con el nuevo tacto de las ropas. Tenía que ver a alguien. La única persona que podría ofrecerme algo de luz en todo este asunto... O...
Flashes de la noche pasada vienen a mí, arremolinados. ¿De verdad quería entregarle la espada a Elena? ¿Qué sabía realmente de ella? ¿Qué era una ex-Sabbat?
Francamente... Eso no hablaba bien en su favor. Como tampoco lo hacía en mi caso.
Tenía otra opción... Nueva... Y una moto que me permitiría cruzar la ciudad en pocos minutos. Recordé las palabras exactas de la vástago que ahora parecía ser mi mejor apuesta.
Cita:
Está bien... iré al Manthys esta noche, entonces. Las respuestas me gustan calientes, y arriesgadas. Si me juego el cuello me gusta apostarlo por mí mismo. Salgo a la calle, sintiéndo el aroma nocturno, siempre algo húmedo, con la espada metida en una mochila negra, y las llaves de la moto de Elena en la mano. Arranco despacio, y comienzo el nuevo episodio de mi propia aventura.
Al menos sabía algo de Irina, y el grandullón. Peleaban bien. Era algo que al menos teníamos en común.