Entre tanto caos, habría sido el momento perfecto de escapar, pero las pedradas enfurecieron a Olaf, que arremetió contra los campesinos intentando levantar su martillo, todavía con la máscara puesta.
-¡Ya os daré yo piedrecitas! ¡Raaaaargh!
Machacó a uno de aquellos desharrapados como especias en un mortero.
Motivo: Martillazo a campurros?
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 20(-2)=18 (Exito) [20]
Motivo: Daaño martillo
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
20 en el dado, doble de daño. 5*2= 10
Al ver la situación, Ramona se escondió lo mejor que pudo. No conocía a ninguno, y no iba a arriesgarse a elegir bando ya, y que fuese el incorrecto.
Motivo: Pergaminos diarios
Tirada: 1d4
Resultado: 3 [3]
Dire, ¿qué pergaminos extra tengo? He sacado 3 en el dado (2 pergaminos)
El primer golpe de Erika ya sirve para mandar al suelo a uno de los tres campesinos reconvertidos en involuntaria soldadesca. Su segundo golpe es seguido por Primus con su vara y Phil con su maza saqueada para acabar de moler a palos al segundo de los pobres desgraciados. El tercero está aun pensando en que dirección huri cuando Olaf con gran salvajismo le abre una brecha en la frente con su martillo de guerra, para luego abrirle una segunda y una tercera hasta que no queda nada por encima de los hombros reconocible como un ser humano.
Ahora que la sed de sangre ha sido satisfecha podeis ver como la batalla está en pleno apogeo. Os preguntais si deberíais lanzaros a la refriega en defensa de la Cruzada, quien sabe quizás no todo esté tan perdido como parezca.
Aunque una voz en vuestra cabeza os dice que la cosa está ya vista para sentencia y que hoy no va a salir vuestro numero en los dados de la Fortuna. Si ese es el resultado mejor salir por piernas ahora cuando aun la batalla no ha degenerado en un cacería de derrotados y fugitivos. Pero como al final la Amantisima Madre Iglesia se alce hoy con la victoría os espera una muy desagradable charla con la Inquisición.
¿Que hacer?
Motivo: Daño de Erika
Tirada: 2d8
Resultado: 7, 1 (Suma: 8)
Primus añoraba los tiempos en que realmente podía llenar su mote con la belleza y desparpajo del noble sepsi que un día fue, hasta Sir Brian de la casa Ferry había sucumbido a sus encantos poniendo a su alcance su trasero en flor, cuan placentero había sido rechazarlo, casi tanto como marcarlo con sus espuelas.
Y ahora poco más era que un fantasma enmascarado, como esos que se refugian entre bambalinas de salas de recitales o que son deformados para ocultar su casual parecido con aquellos que ocupan el trono.
No estaba él para luchar por causas perdidas. Se alegraba de haber roto unos pescuezos con sus liberadores, con los que chocaba nudillos y palmas sin saber de dónde salían aquellos amagos, pero prefería huir a volver a ser hecho prisionero o a morir apedreado por un grupo mayor de pordioseros.
Miró a aquella criatura peluda y algo en su pecho rompió.
- Moriría por ser vuestro espejo, hermosa maravilla.- Susurró antes de encarar al resto. - ¿Es esta vuestra cruzada? Pues sé que no es la mía y nada me impulsa a jugarme aquí mis tristes pelotas.
Mientras Basura miraba su martillo de guerra ensangrentado, y lo guardaba, miró a los que parecían ser sus nuevos compañeros. Tras observar la batalla y sonreír como desquiciado, dijo;
-Siempre podemos huir y luego hacernos pasar por personas que llegaron de los rastros de quién quiera que haya sido el ganador. Si fuera de la cruzada, no habría duda alguna, y si fuera de los campesinos, bueno, siempre podemos extendernos por los territorio de Fathmu para buscar una forma de sobrevivir. -
Dijo, mientras miraba lo despojos de los campesinos que habían matado y cual ropaje le quedaría mejor para cubrir los suyos, que estaban igual de andrajosos que los de los campesinos. Si logra ver un lugar por el cuál escapar, decide aprovechar de empezar a correr como puede hacia ese lugar, intentando salir lo antes posible del campo de batalla.
Motivo: Agilidad
Tirada: 1d20
Resultado: 10(+3)=13 [10]
El pobre Phil, cubierto de sangre tanto de amigos como de enemigos, miró el campo de batalla. Se encontraba muy cansado. Demasiado tiempo reptando en aquellos túneles. Demasiados compañeros muertos en la oscuridad. No tenía ganas de luchas, al menos no ahora.
- Huimos y nos escondemos. Esperemos que todo acabe, y ya veremos qué hacemos luego... Estoy agotado y necesito descansar, aún que sea un momento. Sugirió y Phil a sus nuevos compañeros de fatiga.
Olaf tanpoco quería arriesgar el pellejo. Aquello de la cruzada no le había convencido y estaba deseando tomar las de Villadiego una vez más. Era hora de volver a cambiar de aires.
-Yo también estoy de acuerdo. En esta batalla no vamos a conseguir nada, pero es el momento perfecto para alejarnos, buscar refugio, y luego ir a buscarnos las habas en otra parte.
Y buscó por dónde alejarse con el resto. Qué lástima que hubieran tenido que dejar de cebo al hombrecillo del otro enmascarado, le hubiese gustado oír un chiste para animar la marcha.
Erika mira la pila de cuerpos por encima del hombro y esboza una sonrisa, revelando la única parte de su rostro que no está cubierta de sangre: sus dientes. Ahora entiende ciertas cosas sobre su familia, pequeños detalles que no había terminado de comprender hasta ahora. Seguro que ellos vieron lo que ella está descubriendo ahora: que su destino augura grandes victorias y luchas. ¿No era por eso lo que la llamaban "la grande"? Pero, ¿debería dedicar su recién descubierto talento a esta cruzada...? Después de todo, su vida había sido arruinada por... Vaya. Erika frunce el ceño. ¿Por qué habia sido? Siente que lo tiene en la punta de la lengua, pero no consigue recordarlo. Que extraño.
Parece que deberá actuar con cautela hasta que se acuerde.
[-¿Adónde vais?-se dirige, quizás por primera vez, hacía esa panda de hombres y mona que se ha juntado a su alredededor.-Yo busco un lugar donde poder dormir y comer bien.-les echa un rápido vistazo, su nariz arrugada ante la pinta que tienen todos. No está segura de que alguno pueda entender al nivel de "bien" al que se refiere"...
- Yo comía más mejor que bien y vaya si dormía bien también, con unos y con otras, más fermosos que un potosí, pero ya ve, señora, con unos alicates y unos hierros al rojo el ser humano puede obrar las más oscuras cirugías.- Lloriqueó el guapo por debajo de la erecta nariz de su máscara. - Quiero comet bien y soñar con eso. Y si no despierto tampoco pasa nada.- Confesó mientras seguía caminando. -¿Creéis que habrá alguna posada abierta durante el fin del mundo? No soporto más el sabor de mi puta lengua.
Así pues nuestros protagonistas, sería errado llamarlos héroes, tomaron la decisión de dar la espalda a la Fe, a la Amantisima Madre Iglesia y a cualquier sentido del deber y el honor que pudieran tener para emprender una discreta retirada.
Así pues mientras se escurrían como ratas de un barco en aparente naufragio no llegaron a contemplar los dolorosisimos milagros y portentos de ese día. Pues está escrito que SUS devotos no habrán de sufrir sin sentido bajo la espada del ateo y del hereje pues la fuerza del Dolor los sostiene y ennoblece.
Así pues tras ver morir a la plebe de la cruzada a miles bajo los cascos de los corceles de guerra de Schleswig y deleitarse en tan santo miedo y terror el Basilísco Bicéfalo se regodeó en actuar a traves de sus siervos ¡ que indignos somos de su ardiente y dolorosa piedad!
Pues los Inquisidores de la Orden del Sello Amarillo liberaron sobre la hueste enemiga terribles hechicerías que desgarran la carne y hacen hervir los humores, los Cofrades de la Dolorosa Laceración guiaron a sus flagelantes contra el flanco enemigo y quebraron su ataque. Así pues guiados por SU mano la Amantisima Madre Iglesia arrancó una gran victoria de las manos de la traicionera derrota.
¡Que tiemblen todos aquellos que por un momento dudaron de la santidad de la misión de la Cruzada y su inevitable victoria!
Siguió la Cruzada hacia el Sur dejando tras de si un glorioso rastro de ciudades arrasadas, bosques de empalados y caballeros enterrados vivos en sus propias armaduras.
Pero vosotros, reprobos y falsarios, solo oisteis estas gozosas nuevas al cabo de unos cuantos días. Cuando ya vagabundeabais rumbo hacia el norte buscando cobijo y alimento. Y la certeza de que vuestra deserción no había quedado amparada por la derrota hizo que aquellos de más seso entre vosotros se estremecieran.
Nula es la tolerancia de la Amantisima Madre Iglesia con aquellos quienes como vostros abandonan su fe.
Motivo: ¿Quien ganó?
Tirada: 1d100
Resultado: 20 [20]
Fin del Segundo Epígrafe