| EXTERIOR |
Asentí con la cabeza, agradeciéndole que lo admitiera. Yo también sabía que lo sería, aunque me hacía falta práctica evidentemente.
- En fin, Aradan, deberíamos descansar. Mañana quiero que los soldados de Azael empiecen con un entrenamiento más intensivo y nosotros haremos lo mismo. Van a ser tiempos difíciles y es necesario hacerlo. ¿Me acompañáis?- le pregunté encaminándome lentamente hacia el castillo.
| Exterior - Castillo |
No dije nada, solo asentí y comencé a andar a su lado. Estaba dispuesto a entrenar bastante duro e incluso me apetecía bastante. No era un buen espadachín aún y eso había que solucionarlo. Por mi bien, el de Marenwën y el de todos los demás. Una buena estocada podía cambiar el rumbo de una batalla o de una guerra...
Guardé silencio, siguiéndola hasta los aposentos, para luego dirigirme al mío cuando ella entrase al suyo.