| ROWREN |
Asentí con la cabeza a la pregunta de Aradan y le dediqué otra sonrisa cómplice.
- Retirad a los caídos, puede que algunos aún sigan con vida- ordené, intentando transmitir positividad pues cuantos menos caídos hubiera mejor para Anárion. Lo último que hubiera querido para mi reino era una guerra entre vecinos. Después dirigí mi mirada hacia los redentores y les dediqué una reverencia-. Podéis volver a vuestro reino. Muchas gracias por vuestra ayuda, jamás lo olvidaré.
Me devolvieron la reverencia y se elevaron en el aire batiendo sus fuertes alas para desaparecer entre las nubes. Las águilas y el resto de criaturas aladas emitieron sonidos antes de marcharse, a modo de despedida. Poco a poco fueron desapareciendo todos excepto los soldados que se afanaban por recoger los cuerpos de sus compañeros. Entonces me abracé a Aradan.
- Por fin... Por un momento pensé que no lo lograríamos, que no volvería a abrazaros- le dije al oído para que no pudiera oírme el resto.
| Rowren |
Mis pensamientos sobre la muerte y la guerra desaparecieron notablemente al notar el contacto con Marenwën. Me sentí más aliviado.
-Juntos podemos con lo que sea, Marenwën, con lo que sea.-la abracé con fuerza y luego la miré directamente a los ojos, con una buena sonrisa en los labios.-Deberíamos retirarnos. Probablemente tengáis asuntos que atender, junto con tu madre. Incluso yo tengo los míos propios... Espero que mis padres sigan bien. Tengo ganas de que les conozcáis.-me imaginé la escena y la cara de perplejidad de mis padres al verme entrar con Marenwën agarrados de la mano a mi antigua morada.
| ROWREN |
Asentí con la cabeza aún con la sonrisa en mis labios. Le besé de forma apasionada durante unos segundos y después me separé. Le acaricié el rostro antes de despedirme.
- Entonces será mejor que nos pongamos en marcha. Ya sabéis dónde encontrarme- le dije, guiñándole un ojo.
Era comprensible que quisiera ir a visitar a sus padres. Desconocía si seguían con vida y eso era lo que debía comprobar primero. Yo tenía muchas cosas que hacer en el castillo, desde organizar a los sirvientes para empezar una limpieza general hasta restaurar el reino y devolverle la paz que nunca debieron arrebatarle.
De ese modo, desaparecí introduciéndome en el castillo.
| Antigua morada |
Me despedí de Marenwën y la vi marchar durante unos segundos. Luego saló disparado a casa de mis padres, a mi antiguo hogar, donde nací y me crié... No tardé en llegar a una modesta casa de madera, silenciosa, sin movimiento aparente en su interior. Disminuí el paso, raramente atemorizado por lo que podría encontrar. Mi vista se fijaba en la puerta de madera vieja que siempre me prometía a cambiar y que nunca hice. La escucharía rechinar en unos segundos al abrirla y comprobar si mis padres estaban bien en el interior o encontraría una cruda imagen. Mantuve la respiración, apoyé mi mano en la puerta y empujé...
| JUGADA MASTER |
Cuando Aradan llegó a la antigua casa donde vivía anteriormente con sus padres se dio cuenta de que todo estaba igual que siempre. Nada había cambiado y nada hacía presagiar que la casa había sido abandonada o que sus dueños llevaban tiempo sin visitarla. Estaba todo bien colocado, todo en su sitio como siempre había estado.
Aradan comenzó a caminar por la estancia intentando encontrar a sus padres hasta que finalmente una trampilla se abrió desde el suelo. Un tablón de madera cayó hacia un lado para mostrar la figura de sus padres ascendiendo desde el subsuelo. Fue entonces cuando recordó que gracias a su trabajo sus padres habían podido construir un refugio por si era necesario en caso de que estallara alguna guerra, pensando que jamás lo necesitarían.
Los padres de Aradan se apresuraron a abrazar a su hijo.
Eres libre de manejarles, dialogar y que te contesten lo que desees ;)
| Antigua morada |
Ver a mis padres aparecer del refugio que ya tenía olvidado fue todo un alivio. Los abracé, escuché como mi madre sollozaba y como mi padre me apretaba cada vez más, haciéndome creer que en cualquier momento me asfixiaría.
-Estoy bien, estoy bien...-comencé a decir, apartándolos y mirándolos bien, mi padre no tardó en contestarme que ellos también.-Tengo mucho que contaros...
Con aquellas palabras comenzó una conversación de casi tres horas. Conté todo lo que me ocurrió, todo lo que hice, los peligros que corrí, mi relación con Marenwën y el fin de la batalla. Muy a menudo me interrumpían y yo les contestaba las preguntas sin ningún problema. Mi padre bromeó respecto a mi relación con Marenwën y me dio un golpe en el hombro, mi madre en primer lugar se lo pensó, sabiendo como sería mi futuro, pero luego me abrazó y besó la mejilla, feliz por mi y con ganas de conocerla.
Después de esto pues pasa el tiempo si quieres :D