Partida Rol por web

Konrad avanzó con paso tranquilo, su objetivo, buscar información, lo que pasaba por la mente -No he hecho nada malo, no pueden detenerme, tu actúa con naturalidad, no sonrías al saludar solo mueve la cabeza...-

Cuando te acercas a la entrada de Pseudopolis Yard, ves que hay un guardia a cada lado, uno de ellos es un Troll con cara de pocos amigos (Si es que los Trolls pueden poner otra cara) en el otro lado, hay un guardia delgado con cara afilada que parece ojear algún tipo de panfleto

Cuando te acercas a la entrada de Pseudopolis Yard, ves que hay un guardia a cada lado, uno de ellos parece mas o menos normal, excepto porque tiene la piel de un color ligeramente putrefacto, junto a el, charlando animádamente, hay un guardia que parece ser poco mas que adolescente y que tiene un grave problema de acné

Angua te lleva firmemente agarrado hasta Pseudopolis Yard, pasáis junto a Dos guardias, Un Troll con cara de malas pulgas y un chico que parece demasiado joven para ser un guardia y con la cara picada de acné, el Troll os ignora pero el chico hace una señal de saludo a Angua tocándose el borde del casco, ella le ignora

Cuando entráis ves muchas mesas con personas de diferentes tipos y razas moviéndose atareádamente y revolviendo papeles, vais hacia una zona con varios asientos, ahora mismo solo hay en ella un hombre que parece inconsciente

- voy un momento a hablar con el comandante, ni se te ocurra moverte o te rastrearé y te atacaré mientras duermes, ¿entendido? - sin esperar respuesta se va por un pasillo y te deja allí sentado

Unos andares tranquilos se asomaron por Pseudópolis Yard. Fue hacia la puerta como el que no quería la cosa, cual rutina diaria se dispuso a abrir por su propia mano, mientras lo hacía añadió -Buenos días- uno de los secretos del robo estaba siempre en la naturalidad. Era muy fácil convencer a la gente de que estabas haciendo lo que debías estar haciendo. Pero cuanto extendió la mano se frenó en seco, como paralizado, con gesto pensativo se giró hacia el troll -¿Se encuentra el señor comandante de la guardía por aquí hoy?-

- ¿Y QUE SI SE ENCUENTRA?- te grita el Troll, lo que inmediatamente hace que su compañero se acerque y le reprenda amablemente - Vamos pedrisco, seguro que este pobre infiel no quiere molestar ¿ ha oido hablar de la palabra de Om?, casualmente tengo unos panfletos aquí que seguro le iluminaran y le harán abandonar el camino de pecado y maldad que seguro esta siguiendo ahora...

- Hola agentes- saludo,- la sargento Culopequeño me ha hecho llamar por eso de la expedición que esta montando el viejo- les cuento.- ¿Mucho movimiento por aquí?

El gesto de Konrad cambió al de una tranquila indignación, ignorando completamente los temas de los que le hablaban -Caballeros, me temo que no deberían importunarme ni robarme mi tiempo, el mismísimo patricio y el comandante de la guardia han solicidado MI presencia inmediatamente, si no puede ayudarme será mejor que lo busque por mi cuenta... ¿no querrán que llegue tarde pos su culpa verdad?- a Konrad le pareció que por muy enfurecido que estuviera segurametne obtendría más de ltrol -Y si no se encuentra aquí no tiene más que decirme donde se encuentra- concluyó. Todo el gesto gesto tenía algo de prepotencia, siempre era divertido ver las reacciones de alguien al amenazarle con cargarle con toda la culpa de algo gordo, normalmente no era arriesgado, pero si la cagaba igual tenía que salir corriendo. Era muy curioso poder hacer esto diciendo la verdad, inventar excusas creíbles era un arte que gastaba demasiada energía.

Que mal caracter tiene esta mujer... y que dientes filosos  piensa por dentro mientras la sargento se aleja.

Todos parecen estar distraidos en la sala, los que revisan los papeles y el hombre dormido. Asi que espera sentado, pacientemente. 1, 2, 3, 4 .... listo, ya espero mucho, mira a un lado y a otro, pero la oficial no ha regresado. me estara esperando fuera?

Mira al hombre que esta a su lado, le pasa la mano delante de la cara... nada... debe estar muerto.... le da impresion verlo, asi que toma un diario, lo abre y lo coloca sobre la cara de la persona, suevamente como para que no resucite de golpe.

Se vuelve a sentar... 1, 2, 3,... no volvio, seguro que esta afuera.

Asi que comienza a caminar en puntas de pie, para no despertar al muerto, hasta llegar a la sala con la gente buscando papeles... ups ... Señora, usted esta buscando esto? el comandante me pidio que les traiga estos diarios , dice que tienen información importante para que la analicen... tome señor, este es para usted... se queda unos segundo observandolos, parecen distraidos, aprovecha esa situación para ir hacia la puerta, caminando con total normalidad.

Konrad: El Trol refunfuña pero entiende que tiene que llevarte ante el comandante, te hace una seña indicándote que le sigas y se interna en el edificio

Jaime: Justo cuando llegas a la puerta la luz del exterior se apaga por la sobra que produce el Trol que guarda la puerta entrando, seguido de un hombre con traje oscuro

-¡TU! !DONDE VAS PEQUEÑO COPROLITO¡¿DONDE ESTA LA SARGENTO ÁNGUA?- sin esperar respuesta  coge del brazo a Jaime y os lleva hasta la oficina del comandante donde se encuentran él y la sargento Angua

-¡SEÑOR!¡ESTA LAGARTIJA INTENTABA ESCAPARSE!, AH, Y ESTE DE AQUÍ LE ESTABA BUSCANDO

El Troll sale de la habitación y os deja con el comandante y la sargento Angua, la cual mira a Jaime con furia

-Mentira !! Mentiraaa!! -  grita Jaime y se las ingenia para soltarse del Trol y pònerse detras de Konrad

- Estaba repartiendo diarios, vivo de eso!... se lo di al hombre muerto del pasillo, se lo di a los hombres que revisan papeles, ni siquiera les cobre! y cuando iba a darselo a los guardias de la entrada ...  este hombre feo me agarro! - mira a la sargento que continua enfadada con el, se esconde detras de Konrad y dice en voz baja, apenas perceptible - No me coma, por favor no me coma... -

Ignorando al chiquillo, aunque dejándole esconderse y agarrarse de sus pantalones, adoptó una actitud un poco más sumisa que con los guardias, nunca había conocido a Sam Vimes en persona -A mi me envía Lord Richard Bigbaggings, señor, me dijo que me estaban esperando-