Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Plaza de la Iglesia, Hallstatt

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24/05/2008, 22:58
El Buscador

Dos pasos más y el vano intento de escapar de aquella mujer termina de manera con un tremendo golpe en la espalda de la chica que corría, derribándola, con dos grandes zancadas la sujeta por al abrigo, girándola hacia él, guarda la pistola, ya no hay enemigos, pronto habrá cumplido la primera parte de su misión.

Las palabras de aquel hombre medio muerto, no parece prestarles atención no parece importarles, con su mano izquierda agarra del cuello a la austríaca, sus ojos fijo en ella, la levanta un par de palmos del suelo, así sujeta la respiración se hacia complicada, la puerta de la furgoneta se abre, y de ella sale otro hombre, armado con una escopeta, pero se le nota nervioso, el Buscador desvía su mirada hacia él, y entonces pronuncia las primeras palabras que la joven que se ahogaba le oía decir, en un idioma extraño, vagamente familiar, aunque nunca lo había escuchado.

Después, sin afloja su presión, caminó en dirección a la francesa, que permanecía con los ojos cerrados, por lo que no vio venir el impacto de el cuerpo de la otra mujer que las derribó a ambas, el ruido de la furgoneta al marcharse, las primeras puertas se abrían y algunas personas hicieron acto de presencia, horrorizadas antes el espectáculo de muerte que se ofrecía entre la plaza.

A la iglesia su tono no ofrece discusión, es imperativo y apremiante.

- Tiradas (3)
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25/05/2008, 00:00
La-Roux Solaine Cavaliê

A pesar del fuerte impacto que supuso el "recibir" a la joven encima, Roux hizo un enorme esfuezo por levantarse, ayudando después a Karin a pesar de que apenas podía tenerse en pie... No se podía creer que aquel asesino acabara de perdonale la vida.

Aaaaggghh... Me duele...

- ¡...Vamos! - la animó, tirándole del brazo en dirección a la Iglesia, obedeciendo a El Buscador...

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25/05/2008, 16:30
Karin Salzgeber

Una nueva caída, mucho más fuerte y violenta, no reacciono, levantada por mi asesino. Movida sin compasión, sin posibilidades, por favor que sea rápido….

La voz intenta salvarme, habla de eso, de eso que va a matarme y que odio con todo mi ser….

Los ojos de mi asesino aumentan mi terror, mientras noto una opresión, mi cuello, mirando ambos ojos, tan paralizada que no lloro, ¿Voy a morir sin llorar? No puedo suplicar, NO PUEDO RESPIRAR….. las manos al cuello, no consiguen nada, la mano me duele más… mirándolo aterrorizada mientras mi vida se va…. Con la boca abierta al máximo, intentando que algo se filtre, PERO NADA, NADA, por favor, aire…. el terror que aumenta, los zarandeos de mi cuerpo tampoco sirven de nada…. su rostro es lo último que voy a ver en mi vida, dios mío, su voz lo último que voy a escuchar…. SIGUE INTENTÁNDOLO KARIN.… no sirve….

Una liberación, brusca pero liberación, caigo encima de la muchacha mientras empiezo a sentir que mis pulmones funcionan DIOS MIO, NO ME HA MATADO, toso por el atropello del oxígeno en mi garganta, unos segundos sin creerlo, recuperando la vida mientras la mujer me ayuda a incorporarme…

Ahora sí, ahora sí voy a empezar a llorar, ¿Me voy con él? ¿Me están secuestrando otra vez? Niego con la cabeza, no, no, esta vez es diferente, Thomas está ahí, DIOS MIO THOMAS, miro hacia él, sin atisbar su rostro, se me está partiendo el corazón, es lo único que siento…. me desgarra saber no puedo ir a por él, pero, pero… NO SE MUEVE…. KRISTANA….. Giro mi cabeza hacia la casa de la que salí, mis manos haciendo de embudo en la boca y con todas las fuerzas que me quedan en el cuerpo, sin tener ni idea de cuantas son, grito ¡¡¡¡¡¡KRISTANAAAAAA THOMAS!!!!!! incluso contraigo mi cuerpo sobre mi, todo, toda mi vida va en ese grito, en esa desesperación, si muero gritándolo, si muero gritando su amado nombre, me parecerá bien, sí…….

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25/05/2008, 17:54
El Buscador

La voz de la chica se elevó en medio de aquel infierno, invocando a dos personas que se le antojaban las más importantes en este preciso momento, la desgarradora llamada fue interrumpida de forma violenta, como todo lo que ha sucedido allí desde que este hombre apareciera, un asesino buscando la paz, un juego más dentro del irónico destino que acompañaba a la vida de la joven en estos últimos días.

La-Roux sintió como el brazo que agarraba tiraba de ella hacia abajo, derrumbándose por el brutal impacto que había recibido la cabeza de la austríaca, se giró justo a tiempo para ver como la sangre manaba del rostro de aquella chica que sólo se preocupaba por intentar ayudar a aquel hombre que la había salvado con anterioridad, oyó el crujir de los huesos de la nariz, la vio caer con la mirada agobiada de quien teme más por la suerte de los demás, los párpados se le cerraron y su cuerpo cayó al suelo rebotando contra la nieve, aunque la sujeción que le proporcionaba Solaine minimizó las consecuencias de la caída.

El Buscador miró de nuevo a la francesa, con esa mirada que ya empezaba a conocer, esa intensa oscuridad que eran sus ojos, donde cualquier rastro de luz era absorbido, la espada volvía a señalar la Iglesia.

- Tiradas (2)
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25/05/2008, 18:49
La-Roux Solaine Cavaliê

La respiración parecía cortarse cuando una vez más cruzaba la mirada con el hombre de sus pesadillas. El trauma que suponía tanta violencia comenzaba a hacer mella en la pequeña mujer, que sólo entreabrió los labios, con los ojos cristalinos abiertos de par en par, desviándolos nuevamente al edificio...

Como si de un autómata se tratara, jadeando a causa del dolor, la joven volvió a ayudar a la austríaca que yacía sobre el suelo, tiñiendo la nieve de rojo...

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25/05/2008, 19:51
El Buscador

Sin saber ni siquiera si la joven continuaba viva, la francesa intentó de nuevo ayudar a la otra chica, pero está no se movía, no respondía a sus vanos intentos de conducirla al edificio, la arrastró durante un par de metros, sólo la Iglesia se dibujaba en su mente, si la dejaba vagar por otros pensamientos, puede que no regresara.

Entonces sintió una poderosa presión en su hombro, haciendo que se tambaleara, pero el Buscador no hizo más fuerza simplemente se limitó a apartarla de un empellón, Solaine se había convertido en una especie de complicada molestia a la que trataba de una manera un tanto particular, ese juguete que odias pero que no eres capaz de tirar, esa escena de la película que aborreces pero no puedes dejar de mirar cuando sabes que va a suceder, esa mezcla de sensaciones asaltaban a aquel violento hombre.

Agachándose con una mueca de dolor, agarro el abrigo de Karin y la levanto en vilo, aunque con los pies aún tocando el suelo mientras con pasos grandes y decididos acortó la distancia que le separaba del edificio con una velocidad considerable, mientras que no perdía detalle de la francesa, que caminaba a su lado con bastantes dificultades, parecía increíble que se tuviera en pie, seguramente no dudaría mucho.

De una fuerte patada, abre la puerta lateral de la iglesia y entra en la misma después de que lo haga La-Roux, envaina su espada manchada de rojo, y deja caer a la austríaca en el suelo, luego saca la “piedra” y mira a los ojos de la chica que quedaba consciente.

¿A dónde?

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25/05/2008, 20:04
La-Roux Solaine Cavaliê

Aquel apoyo en su hombro lo recibía nuevamente con pavor, pero acabó acompañándolo al edificio, no tenía otra...
Nada más quedar en el interior de la Iglesia, la francesa apoyó la espalda en la pared, entornando los ojos mientras hacía verdaderos esfuerzos por mantenerse medianamente firme, pero aún así encorvándose un poco... Jadeó a causa de la ansiedad y de el dolor que poco a poco la consumía, presa de una fiebre que amenazaba con su temperatura...

"¿A dónde...?"... ¿Dónde...? No lo sé... Ya no lo sé... No sé nada... ¿Está muerta...? No... No puede estarlo... - apenas negó un par de veces. Ya había perdido el control de sus sentimientos... de sus emociones... Y ahora iba a perderlo una vez más de la consciencia...

Echó la cabeza hacia atrás, sin poder calmar la respiración. El hombre volvía a preguntar una localización... Pero ella apenas sabía dónde quedaba en aquel instante. Todo era tan rápido, tan violento y doloroso... Y cuando parecía que la calma hacía presencia en ese cuerpo tan delgado y magullado, los párpados se cerraban, abandonando la visión de aquellos ojos azul grisáceo, carentes ahora de vida, dejando escapar una exhalación y escurriéndose por la pared hasta llegar al suelo... Vencida de nuevo, pero cada vez más lacerada...

Me muero...

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25/05/2008, 23:38
Director

Notas de juego

a la escena, Dawe