Ahora mismo me encuentro en Viena, junto al teatro, llamando desde el interior de mi coche. digo divertido... Los GPS del gobierno son bastante efectivos, la llamé desde el hospital pero parece que tenía el móvil apagado... me alegra saber que se encuentra bien... espero no tuviera incidentes en el viaje y que se encuentre bien...
¿Podríamos reunirnos?
Liesel se echa una mano a la frente, con los ojos abiertos y fijos en el suelo...
- ¿Qué...? ¿Cómo que está en su coche...? Es decir... ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me salvó, Herman...? Móvil apagado...
Traga saliva, algo preocupada y desconfiada en éste punto.
No, no es posible: Parece un buen hombre, lo parece, no puede ser malo...
- Herman, yo... En éste momento estoy en una casa que desconozco... No me han tratado mal, pero... No sé... - se mordió las uñas por primera vez en mucho tiempo, inquieta. Veía en Heller una figura de orden, alguien que sabía de situaciones extrañas...
La pregunta me pilla totalmente de sorpresa... Cuan... ¿cuantos días?... Señorita Van Troy, seguro que se encuentra bien... yo he estado en el hospital unos tres días, calcule que cuatro entre el viaje y demás... Miro el reloj comprobando en efecto que el tiempo transcurrido es el expresado hace un momento...
¿A que se refiere con que no se? pregunto preocupado... ¿es segura la casa?, ¿es de algún conocido o familiar?
- ¿Cuatro d...? - repitió, completamente helada de pronto - ¿Llevo durmiendo cuatro días...? - el miedo la embargó, se llevó una mano a los labios y tragó saliva, acercándose a la ventana con cuidado de no ser vista - Me... Me han drogado, Herman... Creo que necesito ayuda... - eso explicaba los sueños vívidos, sin duda, pero no la sacaba de su malísima situación - Estoy en una casa en... - procede a darle la descripción de cómo llegó hasta ahí y qué puede ver a través de la ventana, detalladamente - Necesito ayuda... Llame a la policía, por favor... - repitió al final, reprimiendo el llanto a duras penas - ¿Sabe si mis hijos están bien...?