Las tierras hostiles que aguardan bajo las raices del mundo están llenas de peligros innombrables...
El avance es lento y pesado, pero el equipo de escavación nunca se rinde. Hace apenas dos años que el pueblo enano al que pertenecen los exploradores empezó a crecer, pero vosotros sois la prueba de que su vigor es tan grande como en los viejos tiempos, aquellos que recordaban vuestros abuelos. Los tiempos en los que la magia aún existía.
Vusestra misión es sencilla: reabrir los túneles enterrados, bajo el océano, en busca de otras comunidades enanas.
Hace tres semanas que salisteis, pero entonces erais ocho, y ahora sólo cinco, y uno es aún casi un niño.
Turgol Sondavaris, el más veterano, encabeza la expedición. Es un reconocido forjador de pocas palabras. Tras él caminan ruidosamente, por éste orden: Frey Völund, el artilero, que ya ha demostrado en incontables ocasiones en la travesía su destreza con la dinamita, Ryuk, el berséker aprendiz de Turgol, y Jakos, hijo de Tugnus, el explorador, quien corre a varias yardas al frente con su mirada penetrante.
Tras adelantarme un buen paso y luego de no descubrir nada bueno vuelvo sobre mis pasos
Hey! El camino que está adelante no es muy seguro, hay paredes que se caen de la nada, plataformas que no creo que soporten el peso de nuestros cuerpos y un hermoso abismo que nos matara de vejes antes de que toquemos el piso…
Me tomo un instante para respirar ya que la corrida fue larga
Pero creo haber visto un pequeño pasaje algo escondido un poco antes del abismo, capas que Frey pueda abrirlo con uno de sus juguetes
Dicho esto me doy media vuelta y vuelvo a adelantarme, pero antes de eso miro a Jakos y le guiño el ojo y luego si desaparezco en las penumbras nuevamente
Ya habéis oído -La firme voz del viejo forjador retumba como un trueno en las cámaras de roca virgen, y creéis oir un crujido de la piedra ante vosotros. Agita enérgicamente la antorcha y senala al artillero.
Völund, haz honor a tu apellido una vez más y sigue al cazador.
Jakos sonríe ante el guiño de su padre. Su madre jamás le habría dejado ir a la expedición...
Ryuk -Comenta a su amigo, doce años mayor que él, pero aun así el siguiente en edad- ¿No tenías por ahí algo de granito tratado? -Tugnus dice siempre que el granito hace fuertes a los enanos jóvenes...
Turgol os mira con satisfaccion, puede verse en su mirada que aunque es una persona ruda que no expone sus sentimientos se siente orgulloso de sus compañeros.
No sabemos lo que puede haber aqui abajo, asi que no nos separaremos. Cada uno ya sabe perfectamente como hacer su trabajo, manos a la obra.
Despues se adelanta un par de pasos y eleva ligeramente la antorcha para ver mejor.
Ryuk sonrió a Jakos mientras daba unas palmaditas en su zurrón.- El granito más crujiente que tus muelas hayan acariciado jamás, Jakos.- Introdujo la mano dentro y sacó un pequeño pedazo de roca que partió mordiéndola con fuerza para darle la mitad a su compañero.
Le encantaba que su amigo hubiera podido acompañarlo esta vez. Habían sido tantas las veces que había deseado poder disfrutar de su compañía en alguna de las expediciones a las que había acompañado a su maestro. Hablando de él, del noble Turgol...
Cita :
Ryuk, deseoso de demostrar su valía a su tutor, se sitúa a cercano a él, con elevando la antorcha igualmente y aferrando con fuerza el mango de su hacha "Mascasesos", preparado por lo que pudiera haber más adelante.
Por cierto, saludos a todos. Me acabo de incorporar a la partida en sustitución del anterior jugador que llevaba a Ryuk. Espero poder dar la "talla" como enano berserker (chiste enano, y de los malos malos pardiez!)
El artillero se apresura a colocar el cartucho. Se aleja a una prudente distancia, se tapa los oídos y espera.
La explosión no se hace esperar, y retumba en toda la caverna, y una roca enorme se derrumba sobre el pobre Frey. Sin embargo, no tenéis tiempo para presentarle los honores a su cadáver, pues otra roca se desprende, y le sigue una auténtica avalancha.
Bueno, enterrado, lo que es enterrado... está. -Pensáis. Ahora lo que urge es encontrar una salida, y una pared escalable, culminada en un agujero superior, os presenta alguna oportunidad.
Vaya, mala suerte. Por faltar.
Al ver lo sucedido reacciono rápido y de inmediato me doy cuenta de que no tenemos mucho tiempo para salir de allí porque todo esta por colapsar
Maldición! Maldito loco! Nos matará a todos digo repudiando la acción de Frey
En ese momento me giro y busco una salida y encuentro una pared fácilmente escalable
Me doy vuelta y busco a Jakos con la mirada
“menos mal que se encuentra bien… si le hubiese pasado algo me suicidaría solo para ir al mismísimo infierno a darle la tremenda paliza que se merece a Frey”
Vamos apúrense… suban por aquí!! Digo mirando a Jakos pero para que escuchen todos, me quedo esperando a que empiece a subir Jakos y luego yo subo tras de el, cosa de poder tratar de atajarlo si se cae
El viejo enano ruge como jamas lo habiais visto, su gesto denota enfado y preocupacion.
¡Maldita sea!, ¡Vamos, tenemos que salir de aqui!
Despues se gira para ver la pared que ha encontrado Tugnus.
Buen trabajo Tugnus, salgamos de aqui antes de que todo se derrumbe.
Despues espera a que todos hayais subido, el se queda el ultimo, si alguien tiene que perecer, sera el. Cuando todos estais ya a salvo el comienza a subir por la pared.
El joven bersérker apretó los dientes con fuerza. Esa no era una forma decente de morir para un enano.
Se volvió ante el aviso de Tugnus para contemplar la pared, su única ruta de escape. No le cabía duda alguna que su amigo Jakos debía ser el primero en ascender, el primero en salvarse. Por eso le tomó del hombro, animándolo a subir.- Vamos Jakos, estaremos detrás tuyo...
Supo por la mirada de Tugnus que el ascendería después, protegiendo a su hijo, y conocía lo suficientemente bien a su tutor para saber que él sería el último, cuando todos estuvieran a salvo. Por eso permaneció a su lado hasta ver ascender a padre e hijo, orientando a Jakos en la ruta que veía más segura desde su perspectiva más amplia, abajo. Sólo tras ellos comenzaría su ascenso.
El ascenso es duro y precipitado, pero lográis alcanzar una zona que no se ha visto alcanzada por el derrumbamiento. Ascendéis, ya más tranquilos, y notáis como el aire se vuelve más puro.
Finalmente, sorprendidos, alcanzáis lo que parece ser la boca de una cueva en una montaña. Según todos los mapas aquí no había ninguna isla...
Nueva escena: El monte gris