Mayo 12 de 1995, Habitación 304 del Old Dad Hotel, 8:07 am, New York
Estaba tan oscuro como no imaginabas... y de repente, allí estaba el viejo, con esa barbilla aguda y su mirada calculadora, y tu a su lado, como si nada hubiese sucedido, su rostro estaba pálido, tal y como cada anochecer, te miró por un instante y de repente un grito agudo desgarró la noche y la tranquilidad, de repente por la puerta, entró aquel joven en su overol rojo como la sangre y el miedo te impedía moverte, sus ojos alumbraban con la ferocidad de una bestia, fuiste incapaz de detenerte y ante tus ojos, el viejo era descuartizado y desgarrado, en un frenesí de sangre, por aquella víctima, que cuando te miraba... eras tu mismo, y Jeremías, no era otro que Johann con aquella horrible herida que hacía brotar sangre de su cuello y había empantado el cuarto de un rojo profundo... y oscuro...
-Porque? Porque me mataste William??... era el cadaver de Johann, con la inconfundible voz de Jeremías retumbando como un trueno en tus oídos, Que se acercaba a tí de manera amenazante...
Y despiertas. El lugar está tal y como lo recuerdas, estás tirado en el suelo, el frio llega a tu cerebro con algo de lentitud, mientras el olor a pobredumbre y a humedad te despierta con una sensación de asco lejana, pero vívida en tus sentidos, La primera imagen al levantarse es tu reflejo en el espejo, tus ojos reflejan un vacío profundo y las manchas de sangre parecen hacer parte de tu indumentaria, en tu chaqueta, y la palidez complementaba aquel rostro. Eras tu William Danton, en New York, persiguiendo aquella pista de la desaparición de tu Sire, en medio de las pesadillas y un cargo de conciencia complicado que la bestia parecía aborrecer...
En aquel agujero, en ese hotel, según dictó tu memoria, era donde habías pasado la día, refugiado, era un alivio haber sobrevivido con tus improvisaciones, solo restaba el viaje hasta Filadelfia, esta noche era la dichosa recepción en donde podrías aclarar todo lo que quedaba en el aire... Esa noche, era la noche decisiva.
Sobreviviste! :D
No pierdes sangre extra por la pesadilla, ha sido horrible y traumática, pero más psicológica que física...
Otra vez la Luna, otra vez la pesadilla de la noche, otra vez el llamado a deambular como imbécil trás una sombra, o un montón de cenizas quizá.
-Cuando atraviese las puertas de este mísero antro empezaré a jugarme mis últimas cartas- Pensaba mientras limpiaba las manchas de sangre de su ropa y de su cuerpo.
Se entretuvo luego unos minutos revisando su equipo, en especial su imponente Colt, su mejor método para solucionar problemas en el pasado. Esa noche confiaba que no fuera la excepción.
-Pronto acabará todo este jodido asunto. Así es, en horas todo será más claro- Se dijo mientras dejaba la habitación y bajaba pesadamente las escaleras hasta la recepción del decadente refugio al que su suerte le había conducido la noche anterior, en medio de muerte, horror y deseperación...
El hotelucho permanecía como perdido en el tiempo, el aviso desde la ventana seguía apagado, y las paredes se mantenían con aquel tufo a humedad y polvo, desmoronándose lentamente... en la recepción, la visión de tu motocicleta fue relajante, al menos había sobrevivido, y en su puesto, en el puesto de madera, estaba el sujeto dormitando, su hedor era esta vez a alguna clase de alimento rancio, y algo de alcohol, ese olor se hacía más insoportable... pero habían peores.
El hombre se despertó por tus pasos, y sonrió rápidamente, con un bostezo, sus movimientos eran torpes pero parecía seguirte con la mirada, con algo menos de miedo que la noche anterior, pero con cierto temor reverente. Musitó algo que alcanzó a llegar a tus oídos -E-Espero que haya d-disfrutado la estancia... la p-propina es v-voluntaria- y el silencio retornó, afuera, por en medio de las ventanas se veía un poco más de vida en aquel barrio, pero sombras a través del cristal opaco y polvoso de la puerta.
Ni siquiera prestó atención a la presencia y las palabras de aquél miserable hotelero. Estaba muy enfocado en su objetivo, no deseaba más demoras.
Suspiró aliviado al ver a su máquina donde la había dejado. Quedar a pie a medio camino le hubiera fastidiado de gran manera esa noche.
Tomó su Harley y sin decir palabra ni mirar atrás la llevó afuera, de regreso a la calle.
Esperaba abandonar la ciudad rápido y sin dejar huella.
Supuso que llegaría tarde a la "reunión" y que las cosas se complicarían probablemente, pero iba a intentarlo de todos modos. No tenía otra alternativa...
La noche en aquel barrio olía a pobreza, a lo lejos, las luces de los rascacielos de New York iluminaban las tinieblas con facilidad, y en el cielo, solo el reflejo de las nubes y un firmamento oscuro y apagado, te decía que estabas bajo el cobijo de tu anhelada oscuridad. Dos sujetos te vieron salir con tu moto desde la esquina, con aspecto rapero, no muy lejos, un vagabundo empujaba un carrito de mercado con basura, o "víveres", si lo preferías, y un auto pasó a gran velocidad por la calle. Al menos no se oían sirenas o disparos, pero aquel sitio, con sus casas cerradas al público y sus muros llenos de grafitis, con los callejones oscuros y la sensación de estar en el fondo de una humanidad pudriéndose.
El motor de tu vehículo, tu añorada motocicleta rugió cuando le encendiste, de acuerdo a la última señal, Filadelfia estaría a hora y media de allí, si ibas a buena velocidad y el tráfico no resultaba ser un dolor de cabeza. Allí estabas, el destino te aguardaba y era incierto... un enorme interrogante cubría tus movimientos y la verdad, aguardaba en aquella recepción.
Mejor darse prisa...
Supongo que de aquí, directo al Filadelfia, al Museo no?
Si, por mi parte no tengo otros asuntos en NY.
Mayo 12 de 1995, Las afueras de Filadelfia, 9:25 pm
El camino y el tránsito estuvo tranquilo, aunque salir de New York tuvo algunas complicaciones, el resto del tránsito, aunque pesado, fue salvable por tu motocicleta, la noche no cambió demasiado, y con cada minuto que pasaba, te acercabas más y más a descubrir el fondo de todo esto... los enigmas se olían, y algo de tensión e impaciencia empezaba a contagiarte, y tu bestia, ese demonio interior parecía querer aprovecharse de ello.
La motocicleta rugió mientras te acercabas más y más...
Y finalmente, Filadelfia, su aire era claramente diferente al de New York, Los edificios menos abundantes, pero aún así, claros... y un enorme aviso en colores patrióticos, con algunos reflectores espantando las sombras.
Filadelfia
Bienvenido a la Ciudad del Amor Fraterno
Solo surgía un problema, aunque el museo de Arte era bien conocido, no sabías como llegar, era quedarse dando vueltas o buscar alguna solución fácil, y para tu fortuna, la noche es joven...
-Filadelfia, ¡al fin!- Dijo en voz baja mientras conducía su Harley por las calles de la ciudad. Estaba realmente a minutos quizá de desentrañar el misterio de Jeremías y eso le emocionaba y hacía crecer su impaciencia. Lamentablemente la carta de Mika omitía la dirección del Museo de Arte, lo que le obligaba a averiguarlo sin demora.
- Ahora solo resta encontrar ese museo, los lugareños sabrán orientarme- Se dijo a sí mismo mientras se perdía en la noche en busca de alguíen que pudiera señalarle la ubicación del lugar al cuál debía concurrir esa noche a toda costa.
no muy lejos, en los suburbios, alcanzas a ver varias personas paseando por los barrios y llama tu atención una enorme cancha de basketball, en cemento, iluminada por enormes postes, y protegida por una reja, donde un grupo de muchachos, en su mayoría afroamericanos, con ropa deportiva, enfrascados en un encuentro, el esférico naranja rebotaba con gran habilidad de lado a lado, los ecos de gritos y ánimos, alcanzaban a llegar a tus oídos, en medio de los rugidos inquietos del motor de tu fiel motocicleta.
Cerca de allí, una pareja de avanzada edad caminaba rápidamente y al otro lado de la calle, una chica camina con dos muchachos a ambos lados, la muchacha es rubia por lo que se puede ver, con una falda de jean y una chaqueta que cubre un escote, los otros dos dos parecen reir y hablar, uno es alto y calvo, su voz gruesa es audible, el otro es menos alto, y más arreglado, cabello oscuro (no distingues su color) y lentes, parece ser más paciente y tranquilo. A esa hora había bastante actividad...
Al ver al trío de jóvenes decidió indagarles sobre la ubicación del museo. Los alcanzó con su mototicleta, poniendose a la par y reduciendo la velocidad a paso de hombre.
Los observó durante unos segundos, parecían simples ímbeciles de paseo. Seguramente sus idas y vueltas les habrían llevado en alguna ocasión al museo o cerca.
- ¡Oigan! Busco el Museo de Arte. ¿Donde le encuentro?- Exclamó en voz alta y decidida desde el asiento de su poderosa Harley...
La chica es la primera en notarte, se muerde el labio inferior en respuesta, el muchacho calvo da un arriesgado paso al frente y discretamente trata de hacer que de un paso hacia atrás, esbozando como única arma una sonrisa nerviosa, el chico de los lentes se voltea, parpadea unos segundos y medita o hace una pausa antes de responder.
-S-Siga por la principal... - dijo señalando más al fondo una via donde había más autos -cuando llegué allí, conduzca hasta el desvío a la utopista Lincoln, y apenas pueda tome la calle Spring Garden, si la sigue derecho, llegará a la plaza y al museo... hay bastante señales por si se pierde amigo...- dijo el chico y como su compañero, el calvo, respondió con una sonrisa...
Lanza Inteligencia + Callejeo a dif 8, eso dirá cuanto te demorarás en llegar...
- Muy bien....- Alcanzó a decir mientras aceleraba su máquina cubriendo de humo a los pobres infelices. Solo había que seguir las concretas indicaciones y estaría en el museo en cuestión de minutos. Esto siempre y cuando lograra retenerlas en su mente el tiempo necesario ...
Tirada: Duración del Viaje
Resultados: 3,2
Resultado final: 0
3,2 No esperaba más que eso. No soy un tipo muy despierto xD
Fin de la Escena II
xD que buen intento, sigues en la otra escena.