Partida Rol por web

La última colilla cae al suelo. El sudor baja por la frente de los cuatro hombres. La tentación de encender otro cigarro es fuerte pero finalmente uno de vosotros ¿a quién le importa cuál?, pone el caballo en marcha.

El grupo pasa cerca del caballo despedazado. Fue una carnicería, pero desde ayer ya habéis visto mucha sangre y esa campana interior que algunos llaman “humanidad” esta vez no suena. ¿Para quién tañen las campanas? Ayer lo hacían para la inocente Alina Hundle. Quizás mañana lo hagan para anunciar el ahorcamiento de Burton Duvall. O el entierro de Edward “Ted” Fox. O el vuestro propio.

En cualquier caso es fácil seguir el rastro a partir del caballo. Encontráis una carrera de pisadas sangrientas, pesadas y erráticas. Van de aquí para allá y de allá para aquí. Aquí se cayó al suelo, allá se puso de rodillas. Las manos también las tenía llenas de sangre.

El rastro os conduce hacia lo que ya os imaginabais: un agujero en la pared.

Hay una buena cantidad de matojos a lado y lado, lo que hace pensar que su propósito era el de tapar la gruta, pero esta vez no se han molestado en ponerlos a sitio. ¿Será un exceso de confianza o una huida hacia la locura?

El agujero es pequeño y hay que arrodillarse para ver lo que hay adentro. La blanca claridad del mediodía va muriendo poco a poco a medida que entra en el agujero, pero  os revela que al cabo de unos metros la gruta baja de repente. De hecho hay puesta una escalera de madera para bajar.

Al pasar al lado del desafortunado caballo, Bruce no puede evitar taparse la boca y la nariz con el pañuelo. La visión es dantesca, le trae recuerdos de la guerra cuando en el campo de batalla se encontraban con cadáveres de ambos bandos completamente destrozados por el fuego de cañón, al igual que muchas de sus monturas.

Observo el terreno para intentar encontrar un rastro pero no hace falta mucho esfuerzo, el rastro es bien visible, y algo le llama la atención.

-Parece que lo que acabó con el caballo era bípedo, o al menos tenía algo parecido a unas manos....

Al llegar a su destino observan un agujero en la pared. Bruce desciende del caballo, rifle en mano y se acerca al agujero

-Hay una escalera que desciende, seguramente se tratará de la mina de Duvall

Se incorpora y mira a sus compañeros

-Bajar por la escalera nos dejará desprotegidos, pero hay que hacerlo, ¿quien se anima a ir el primero?

También el predicador observa el terreno para intentar encontrar un rastro pero no hace falta mucho esfuerzo, el rastro es bien visible, y algo le llama la atención, escucha lo dicho por Bruce y se persina antes de contestar con acalorada fé:

" Parece que nos encontraremos con algún engendro demoniaco así que dios tenga misericodia de nuestras almas y nos ilumine para enfrentar al .... enemigo "

Cuando llegaron a su destino observa un agujero en la pared. El predicador desciende del caballo después de señor Coulon, con un par de pistolas en las manos y se acercó al agujero, tras escuchar a Duvall mientras que mira una escalera que desciende, posiblemente a la mina de Duvall, después e rezar un momento dice, mientras que guarda las pistolas y toma la tea para iluminar el camino antes de bajar por la escalera

" Bajaré primero por la escalera, ojala puedan cubrirme mientras que voy bajando señores "

Ben no es muy amigo de por sí de los túneles estrechos y oscuros. Y menos cuando no lleva un candil. Y mucho menos cuando sabe que dentro del túnel le aguarda una muerte probable.

No obstante ya es demasiado tarde para echarse atrás y ha aceptado su destino. Cuando Clanton se anima a ir primero, se sorprende a sí mismo aliviado, en parte por no tener que hacerlo él, y en parte (y de forma bastante oscura) pensando en que quizás reciba el castigo por su vida de esa forma... Pero rápidamente deshecha esa idea, horrorizado ante su propia oscuridad ¿No acaba de compartir tabaco con ese hombre, junto al que también ha luchado? Además, ese tren salió de la estación hace tiempo, ahora están todos en el mismo barco.

"¿Por qué lo haces, Ben? ¿Qué quieres demostrar a quién? Sólo eres un saco de huesos apaleado..."

—Yo le sigo —Dice, asintiendo con la cabeza y desenfundando su revólver— Usted sólo agáchese si nota algún peligro. Yo me ocuparé del resto.

Luego, volviéndose a los otros dos, muestra sus dientes amarillentos en una sonrisa socarrona, la primera sincera que ha esbozado en mucho tiempo.

—Confío en que no estéis esperando una invitación formal. Toca echarle el lazo a un criminal.

Bruce escupe al suelo, coge su candil, recoge también algo de aceite para el candil, así como munición para su pistola y su rifle. Lo asegura todo para que no se le caiga al descender, así como su pistola y su rifle y se dispone a seguir a Ben

-Vamos hijo, cuanto antes entremos, antes saldremos

Espero

Vamos adentro. A pesar de mi estado, no quiero que nadie más tenga que ver o enfrentarse con las cosas como las que hemos vivido.

El jover saca su arma y la apoya sobre su brazo herido.

Después de dejar los caballos atados entráis en el agujero. Los primeros metros los hacéis a gachas, pero cuando llegáis hasta la escalera ya casi os podéis poner nuevamente de pie.

La gruta baja bruscamente hacia abajo y no se ve el fondo. Por suerte la escalera es bastante firme y está sujeta a la pared con cuerdas y clavos de hierro. Otro elemento que destaca es una polea clavada en la pared con su inseparable cuerda.

Clanton baja lentamente la escalera, mientras escucha con atención. No se oye nada. Poco a poco va bajando, contorsionándose para poder ver sin ser visto. Después de unos minutos de tensión consigue tocar suelo y finalmente hace señas al resto del grupo para que baje a contemplar el espectáculo.

Lo que se abre delante de vosotros es una caverna gigantesca, larga como la calle principal de Tombstone y alta como el faro de San Francisco. La cueva brilla en un caleidoscopio de colores multiplicados por pequeños puntos de luz de origen indeterminado. Como transportados a otro mundo, observáis como estalactitas y estalagmitas se encuentran formando enormes columnas blancas dispuestas en fila. Según como se miren parecen enormes fauces. Un pequeño lago engaña a la vista, camuflando simetrías y doblegando el horizonte.

Las formas son bizarras y los ángulos hipnóticos. Las sombras danzan al menor movimiento de vuestra luz y el eco transporta hasta vosotros el sonido de las pequeñas gotas al caer.