Partida Rol por web

Tras vuestra partida de Villa Falls, navegaron durante varios días en el mar hacia la isla más cercana: Yotsuba, sobre la cual se encontraba Shells Town.

Isla cuya base marine se podía apreciar desde las lejanías. La pequeña isla paso por distintos momentos donde los marines tenían el control sobre los ciudadanos a base de temor y tiranía, pero desde el alzamiento de los piratas ha pasado a ser una isla más, donde los marines juegan a tener aún el control.

Tras parar vuestro bote en la costa, caminaron un poco por el pequeño pueblo. Nadie parecía reconocerlos de nada, y ustedes tampoco a ellos. Eran simples desconocidos en esa isla, y sus habitantes eran lo mismo para ustedes.

La base marine estaba rodeada de unos grandes muros, cuidados desde lo alto por varios reclutas uniformados, armados con sables y rifles de chispa.

Era una isla sencilla y tranquila, en la cual de vez en cuando se podían escuchar rumores sobre lo que podían estar haciendo los marines al otro lado de los muros, los cuales parecían más custodiados que el propio pueblo.

Otro día en Yotsuba, una isla muy pequeña para alguien como tu...

La isla había pasado por distintos momentos donde los habitantes vivían bajo el miedo y la intimidación de los marines, pero desde el alzamiento de los piratas, no es más que otra isla donde los marines juegan a seguir teniendo el control. Se había vuelto un lugar tranquilo, donde los marines no hacían más que proteger los muros y el interior de la base, ocultando todo lo que sucediese dentro de ella: en tu caso, te ocultaban lo que sucedía afuera...

-¡Uvorg, a comer! -dijo un soldado antes de pasar una bandeja con comida por debajo de la puerta de tu celda.

Un lugar tan tranquilo y pacifico terminó resultando un lugar muy aburrido, donde la curiosidad y el deseo por encontrar a alguien fuerte te termino llevando tras las rejas, siendo custodiado por aquellos débiles marines...

-¿Que se siente estar otro día en una celda?

Otra voz, la cual ya era conocida para ti, te habló a través de la puerta. A los pocos segundos, el Capitán Rizo abrió la pequeña ventana que tenía la puerta para poder verte.

-¿Cuando piensas escapar de nuevo? Seria bueno un poco de acción por aquí de vez en cuando, ¿sabes? -comentó antes de reír levemente. -. Aunque, obviamente, no serias capaz de atravesar esos muros.

Su cuerpo necesitaba comida, aunque más bien este hotel en el cual se encontraba no era algo demasiado lujoso, sin embargo, le daban tres comidas al día y el lugar no era el más asqueroso en el cual había estado, generalmente se había pasado los últimos días durmiendo. Se levanto para sostener la bandeja la cual a pura fuerza bruta termino doblando la bandeja mientras comía con la otra mano el alimento que le habían traido. -¿Eh? -Levanto la mirada mientras estaba sentado dando bocados a grandes trozos. -¿Celda? Pense que era un hotel. -Lanzó la bandeja doblada con las marcas de los dedos hasta los pies del sujeto que le estaba encarando, se levanto con lentitud demostrando su gran altura de más de dos metros mientras se quitaba la suciedad de las orejas y se acercaba hasta los barrotes de metal y mirarle desde el otro lado. -Tengo una idea. -Sonrió ampliamente con labios y ojos. -¿Si en vez de escaparme tú te metes aquí y nos enfrentamos como dos hombres? -Pronuncio invitandole a pasar.

Tras un largo viaje en el mar, en el cual jamás acepté que me había perdido por que el mapa estaba al revés, una tormenta casi nos hunde el barco mientras intentábamos achicar el agua con las manos y una extraña sombra nos estuvo siguiendo durante un día entero, llegamos a una isla de aspecto bastante humilde. Necesitábamos algo de comida y bebida, una parada para abastecernos y seguir, era el lugar ideal. Y yo tenía que aprender a guiarme mejor en alta mar.

- ¡Ves, te dije que llegaríamos sanos y salvos! - Le dije a Nanashi mientras la barca se acercaba a la orilla. Antes de que tocase tierra me bajé saltando al agua salpicando la barca y mojándome zapatos y medias. - ¡Bienvenido a la Isla Yotsuba...! _Creo. -

Era muy diferente a lo que estaba acostumbrada. Gente caminando de un lado a otro tranquilamente, pequeñas casas decorando los caminos. Un lugar apacible y calmado. Casi no parecía que tuviesen una base militar que parecía un castillo. - ¿Y bien, ahora qué hacemos? - Le pregunté a Nanashi tras llevar un rato caminando.

Tras aquel insufrible viaje en mar donde... si bien era cierto que habiamos llegado sanos y salvos a la isla gracias a Lux, de la misma manera lo había sufrido de muchas maneras diferentes por su culpa, salí de aquel bote de una vez arrastrandome por el muelle. Lux iba primero y se notaba muy feliz y despreocupada, todo lo contrario a mi que casi deseaba no volver a tocar un barco con ella... sin embargo, no iba a fastidiar sus sueños - La proxima vez, tenme en cuenta cuando te diga que puedes rodear la zona de tormentas... por favor - La proxima fijo que vomito

Miré bien a mi alrededor cuando Lux decía donde estabamos hasta que ví aquel cuartel - Shell town... - dije por lo bajo para mi mientras subía el cuello de mi capa - Lux, quedate cerca mia. Espero que no haya nadie que me reconozca, más que nada con todo lo que he cambiado, pero por si acaso, no te alejes. - entonces di unos pasos para ponerme a la misma altura que ella - Conseguiremos provisiones y trataremos de irnos de aquí cuanto antes

Si había algo que no me gustara más que pudieran reconocerme, es que le salpicara a Lux

-Vaya bestia resultaste ser... -suspiró el capitán mientras apoyaba una mano en la celda. -. Aprende tu lugar, bandido...

Antes de que pudieses llegar a intentar alcanzar al marine y hacer algo, como tirar de él contra los barrotes, desde sus pies empezaron a subir rayos que recorrieron todo su cuerpo hasta llegar a su mano, pasando luego por los barrotes para finalmente caer en el suelo de tu celda y darte una descarga eléctrica.

-1 Million Volt Vari... -pronunció mientras la energía eléctrica recorría todo su cuerpo aún, volviéndose un tipo de imagen viva de un rayo. -. Esa fruta que quitamos a un pirata resultará verdaderamente útil para poner orden...

Entonces, cuando la electricidad en su cuerpo parecía que iba a aumentar para darte una mayor descarga, un grupo de marines de menor rango llegaron corriendo.

-¡Capitán Rizo! ¡Capitán Rizo! ¡El prisionero de la celda T-3 ha escapado de la base! -le informaron con un notable nerviosismo.

-Hm... Supongo que alguien se te ha adelantado, Uvorg -poco a poco fue retirando la electricidad de la celda, terminando por dar una última descarga potenciada a los barrotes antes de que la electricidad dejase de fluir por su cuerpo. -. Vamos a por él -le dijo a sus hombres antes de retirarse, viéndote por última vez de reojo antes de desaparecer al fondo del pasillo en un cruce.

Había sido una fuerte descarga, capaz de matar a quienes no tuviesen un buen corazón... pero no era un gran problema para ti. Al ver de vuelta los barrotes que te mantenían encerrado, observaste que las bases habían sido debilitadas por la última descarga liberada por el capitán: seguramente podrías tirarlos de un golpe y salir a hacer algo más entretenido por un descuido de Rizo, o tal vez lo haya hecho a propósito...

Al recorrer el pueblo, encontraron una tienda donde vendían buenas provisiones que les servirían de maravilla para el viaje. Tras comprar algunas cosas, se detuvieron un momento para decidir que hacer luego: podrían seguir dando algunas vueltas y ver si compraban algunas cosas más, o podían irse y esperar que las provisiones compradas fuesen suficientes. Igualmente, no tuvieron tiempo a decidir cuando alguien se les acerco, muy repentinamente.

-¡Por favor, ayúdenme! -suplicaba un hombre golpeado, sucio y notablemente desnutrido, quien una vez cerca de ustedes se colocó detrás de Nanashi para ocultarse, aferrándose con sus débiles manos a la capa del pistolero antes de que pudiera hacer nada. -. ¡Los marines! ¡Vienen a por mi!

El hombre no mentía. Luego de que el desconocido se ocultase tras Nanashi, un par de marines armados con espadas se acercaron a ustedes de manera amenazante, aunque eran de rango bajo.

-¡Ustedes dos, a un lado! -les ordenó uno de ellos. -. ¡Ese hombre de allí es un criminal que escapo de su celda!

La gente de la calle solo se quedaba mirando, apartados de la situación en la que se encontraban ustedes dos.

Tan entusiasmada estaba con salir a navegar y ser libre al fin que se me había olvidado un poco nuestra situación. No venía bien que reconociesen a Nanashi debido a su pasado, y tampoco yo podía ir llamando la atención. Si descubrían quién era me llevarían de nuevo con mi familia. Había que pasar desapercibidos, sobre todo teniendo una base tan grande justo al lado.

Tras comprar algunas cosas, aunque por desgracia no había chuches, salimos de nuevo a la calle. Quería dar un paseo y estirar las piernas un tiempo antes de volver a navegar. Cuando pensaba decírselo a Nanashi, un hombre bastante demacrado apareció pidiendo auxilio. Incluso los marines aparecieron tras él, y aunque no podíamos dejarnos ver demasiado, no iba a dejar que le hicieran nada malo.

- ¿Por qué le perseguís? ¿Qué es lo que ha hecho? - Pregunté sin moverme del sitio. No podía dejarle sin más, necesitaba una explicación.

Al fin teniamos todos, y después de luchar contra la mirada de Lux para evadirla de las chuches por falta de dinero, salimos de aquella tienda. Teniamos que organizarnos, ver a donde ir, que hacer con el bote, ya de paso como salir de la isla mejor... Y por supuesto discutir las horas de mareo y los movimientos arriesgados de la pelirroja. Por suerte, era mejor que viajar con marines, y más después de todo aquel accidente.

Tras salir iba a hablar con Lux acerca del bote, pero una persona irrumpió pidiendo ayuda. Le miré con mirada clinica... al menos de mi único ojo. - Golpes, suciedad... parece haber salido de una pelea recientemente. Tiene suerte de haberse librado de la siguiente parte de la paliza - Pensaba mientras los marines venian y hablaban al igual que Lux. Yo sonreí subiendome el cuello de la capa y bajando la cabeza para cubrirme

-No creo que este hombre se haya escapado de los marines. ¿Un hombre con semejante paliza? ¿escapando de los marines con su fama? Si es cierto, eso quiere decir que los guardias a su cargo no hicieron bien su trabajo, así que valorando las posibilidades... Este hombre no es un criminal, ni se ha escapado. Eso o se empezará a difundir el rumor de lo mala que es la guardia marine. Vosotros decidis - Por si acaso, ya andaba preparando mi mano sobre uno de los revolveres.

Los marines se aferraron a sus armas ante la declaración de Nanashi. No parecía que tuviesen manera de que le conversación estuviese a su favor, y por la manera en la que dieron un paso al frente parecía que se preparaban para arremeter contra ustedes.

-No sera necesario -afirmó una persona más, llegando desde atrás de los marines. Al ser escuchado, las gaviotas abrieron paso y se colocaron firmes ante la presencia de su capitán.

-¡Capitán Rizo, Señor! ¡Estos individuos desconocidos interfieren con la captura del prisionero de la celda T-3! -informó uno de los marines.

-Supongo que es lo que haría cualquier persona al ver a unos oficiales perseguir a un hombre indefenso y en mal estado -respondió el Capitán marine con una leve sonrisa antes de dirigirse a ustedes. -. Nunca los he visto por aquí: son visitantes, ¿verdad?

El Capitán no iba armado, pero su uniforme identificaba su puesto. Ante su llegada, las personas que observaban se apartaron aún más de la escena, ocultándose en las casas o establecimientos que hubiesen a los alrededores, asomándose un poco solo para observar. Entonces, Rizo removió su haori para mostrar una bolsa de cuero colgando de su cinturón; la descolgó y se las ofreció.

-1500 Berries por apartarse y continuar con vuestra visita a la isla sin causar problemas a la ley. Seria una molestia que se metiesen en líos por un criminal como él, ¿No es así? No se preocupen: ese sucio pirata recibirá su merecido en cuanto lo llevemos de vuelta a su celda.

El hombre lastimado se mantenía detrás. No parecía que pudiese mantenerse en pie por mucho tiempo, y mucho menos seguir corriendo: estaba en sus manos ahora.

La electricidad en su cuerpo fue una especie de dolor placentero, realmente odiaba y amaba ese tipo de sensaciones, se mantuvo firme con los pies sobre la tierra mientras esbozaba una sonrisa, realmente era impresionante como algunas personas tenía habilidades completamente fuera de su imaginación y que no pudiera ni siquiera tocarles al momento de pelear, aún así eso le hacía desear una necesidad mayor de pelea. 

-Supongo entonces que no eres tan buen guardia. -Enarco una ceja para picarle el orgullo mientras se mantenía en la celda, expectante. Cuando notó que al parecer la jaula había quedado endeble no dudo en darle una patada en cuanto todos se habían ido, esbozo una enorme sonrisa mientras salía del lugar como si aquello fuera lo más normal del mundo, tenía que aprovechar ahora que era libre y no había nadie en el lugar.

Nanashi me apoyó al defender a ese pobre hombre, y eso me dio más confianza. Tenía razón, en ese estado no parecía un fugitivo peligroso, más bien alguien que acababa de escapar de una tortura. Si volvían a cogerle, a saber qué le podría pasar. Pero los marines no eran de los que solucionaban las cosas hablando e intentaron atacarnos antes de que otra persona apareciese para detenerles.

- Así que su capitán, eh... - Por su ropa ostentosa y la reacción de la gente, imaginé que sería alguien importante... ¡Pero a mi no me hacía frente nadie! Sobre todo por que tenía a Nanashi detrás para defenderme. De hecho, solo por eso. Intentó comprarnos con dinero. Graso error.

- Sí, somos visitantes. Y solo estamos de paso. Lo que puedo decirte es que no sé cómo son las cosas aquí, pero donde yo vengo, la vida de una persona no vale 1500 berries. - Provenía de una familia rica, quizás lo suficiente para comprar esa isla, y me había criado en contra de esos ideales. El dinero no me iba a ganar y mucho menos para vender a una persona así.

- Lo lamento mucho, pero no puedo dejar que se lo lleven. Por muy capitán o muy lo que sea usted. ¡Aunque sea un pirata, no merece que le torturen! - Dije mis palabras con decisión, quizás sin pensar demasiado en las consecuencias. Pero mis valores eran claros y encima estaba un poco crecidita por el apoyo de Nanashi.

- Así que llévese su dinero y deje a este hombre en paz. - Me crucé de brazos y alcé el pecho, como si pudiese parecer más intimidante así.

Que hablara Lux primero, quizás no fue la mejor idea, pero en parte fue culpa mia por pensar que decir acerca del dinero. No obstante pensaba como Lux, pero las formas no fueron exactamente las correctas, por mucho que viniera de donde viniera, esto era un mundo sin ley y lleno de corrupción.

No tardé en agarrar a Lux y tirar de ella un poco en señal de que se pusiera detrás mia. - Lo que mi compañera quería decir, es que sin cartel de busqueda y captura, esa recompensa es insulsa para alguien que parece inocente, y además maltratado por la justicia. Si los altos cargos de la marina se enteraran de ese abuso de poder ¿Qué pasaría con vosotros? ¿Y con usted capitan? Además, de seguro nadie le gustaría ver a un conocido siendo maltratado y perseguido por la marina.

-Para ser claros -me encogí de hombros y dejé de mirar al capitan para mirar al hombre no sin dejar de tener mi mano en mi arma para poder apuntar rápido en caso de hostilidad - ¿Qué has hecho para que te den tremenda paliza?

Durante el camino por la base te encontraste uno que otro marine que no fue rival para ti; sus débiles cuerpos no eran rivales de tu gran fuerza. No conocías muy bien el camino hacia la salida, por lo que diste varias vueltas y terminaste por llamar la atención de los marines, los cuales te terminaron rodeando en un pasillo.

Ambos caminos estaban llenos de marines armados, cuyas manos temblaban un poco al saber que tendrían que enfrentarse a ti. De entre todos ellos, un marine más grande salió tronando sus puños mientras avanzaba hacia ti: era más pequeño que tu, pero más grande que el resto de marines.

-¡Te daré tu merecido! -afirmo antes de correr hacia ti con su puño listo para propinarte un puñetazo al rostro, sin miedo a tu apariencia intimidatoria.

Ante vuestra declaración, el capitán mostro cierta muestra de disgusto mientras guardaba la bolsa de berries. Por otro lado, en el momento en el que Nanashi llevo su atención hacia el hombre golpeado, este trago algo de saliva antes de responder.

-T-Tengo información q-que no debe caer en manos de los m-marines... -afirmo, sin dar muchos detalles.

-Ese hombre guarda información del paradero de unos piratas buscados en el East Blue. Le hemos pedido amablemente que nos dijese lo que supiese, pero su falta de respeto y su agresividad ante la autoridad nos han llevado a tomar medidas más duras -se excuso el capitán marine. -. Lamento decir que si continúan interrumpiendo nuestro proceso de captura del criminal los tacharemos de criminales también...

El ambiente se quedo en silencio durante varios segundos. Ambos bandos se habían quedado viendo fijamente a la espera del movimiento del otro, y fueron los marines los primeros en actuar...

Los dos marines de rango menor que habían llegado primero empuñaron firmemente sus espadas y se lanzaron a por ambos; uno pensaba causar un corte en el pecho de Nanashi, mientras el otro simplemente se disponía a dar un golpe con la empuñadura a la cabeza de Lux. En ese momento, el hombre que se ocultaba detrás de Nanashi se dio la vuelta rápidamente para intentar correr con todas sus fuerzas, las cuales no eran muchas.

Nanashi pronto se puso delante de mi, supuse que para evitar que me tocasen o algo, pero no pensaba que fuesen a lanzarse hacia nosotros... Sin embargo, después de que el capitán explicase la razón del estado de aquel hombre, los dos marines se abalanzaron sobre nosotros.

- ¡Oh, eso sí que no! - Saqué la llave inglesa que solía usar para hacer reparaciones a las partes de Nanashi y golpeé en la cara al marine que intentó atacarme. Aunque más bien fue él quien saltó hacia mi y acabó comiéndose la llave inglesa. Ahora sí que tenían razones para apresarnos.

El marine cayó de espaldas al suelo inconsciente y con un chichón mientras yo miraba mi llave inglesa y luego a él. - Esto... lo siento, Nanashi. - Puede que fuese un poquito culpa mía que en la primera isla ya nos hubiésemos topado con problemas.

Escuché al hombre y luego al capitan detenidamente. Iba a girarme para tratar de hacer que el pobre hombre mintiera sobre la información guiñandole el ojo... pero no me dió tiempo. Para entonces los marines venían hacia nosotros y yo saqué uno de mis revolveres disparando a bocajarro al que venía a por mi y sacando el otro para disparar al que venía por Lux, pero por suerte, ella se deshizo de el, así que apunté con la que no había disparado al capitan.

Negué con la cabeza ante la disculpa de Lux - Me gustan los viajes moviditos, pero ahora debería de correr tras el hombre. No son los únicos marines aquí. - Obviamente, había escuchado sus pisadas y sabía que estaba huyendo. - Capitan, me temo que esto es un punto de inflexión. Siento que sus planes hayan acabado tan mal, sobre todo topandose conmigo de primeras, aunque... igual debería incluir a mi poderosa mecánica. Pero decirle que el tiempo que tardan en torturar a un pobre hombre que probablemente esté defendiendo a alguien querido, es tiempo que gasta la marina en encontrar a esa tripulación pirata.

Me encogí de hombros sin apartar mis revolveres de el - Por desgracia, no me hareis caso, nunca lo habeis hecho, y para ello no me deja otra opción - Apunté a su piernta pulsando el gatillo pero sin llegar a oprimirlo - Rindase y saldrá ileso, un solo movimiento en falso y mi revolver se disparará dejandolo... en dificultades para caminar. - Esperaba que con todo aquel discurso Lux ya hubiera corrido bastante tramo para ayudar al hombre.

-¿Es todo lo que tienes? -Pronuncio con una enorme sonrisa mientras ponía la mejilla para bloquear el golpe, realmente no le había causado ningún tipo de daño, aquello fue como si un niño intentara darle un golpe a un adulto. La enorme sonrisa del mastodonte era fulminante, entretenido como si todo aquello no fuera nada más que un juego. -Apenas he sentido ese golpe. -Lentamente su boca se abrió ampliamente para llevar sus dientes hasta el puño del sujeto y mordiendo de manera voraz, como si fuese una especie de animal arrancando musculo, tendones y huesos de los dedos de la mano del sujeto para luego escupirlos como si fueran pedazos de algún aperitivo, la boca brotaba sangre ajena para luego lanzar un enorme "zape" a la cabeza del sujeto. -Esto es un golpe.

En cuanto Nanashi aconsejo a Lux ir a por el hombre que escapaba, esta asintió y fue detrás de él; ya que el peliblanco apuntaba con su revolver al capitán marine, este no pudo hacer nada para detener a la chica...

El marine no pudo hacer más que ver sobre tu hombro como la chica que te acompañaba se perdía en algún callejón para seguir los pasos del criminal. Ante tu declaración final, el capitán simplemente mostró una sonrisa de calma.

-¿Sabes? Tienes razón: los marines nunca hacen caso, y tampoco son buenos haciendo su trabajo... -su rostro empezó a mostrar molestia y disgusto, y de pronto un tipo de electricidad recorrió todo su cuerpo; no tardaste en jalar el gatillo y disparar a su pie, pero la bala atraveso su pierna como si nada. -. Verás: desde que estoy aquí, muchos piratan han llegado a intentar hacer escándalo, y siempre soy yo quien los detiene... ¿Como me los agradecen mis superiores? Dejándome fijo en este lugar, en vez de enviarme a una parte donde necesiten más mi ayuda...

Por simple confirmación, disparaste otra vez al capitán, esta vez en el pecho con la intención de herirle gravemente, pero el resultado fue el mismo: su cuerpo electrificado fue atravesado por la bala para después regenerarse casi al instante.

-Aquella chica debe ser importante para ti, ¿verdad? -dijo refiriéndose a Lux. -. Supongo que ya te habrás dado cuenta de que atacarme es inútil, así que hagamos un trato: consigue la información que tiene ese hombre, y yo haré como que nunca estuvieron aquí; eso podría ahorrarles muchos problemas en las siguientes islas, ¿no crees? Digo, nada más por haber herido a mis marines ya podría ponerles una recompensa, pero pienso que podemos llegar a un acuerdo... -entonces, tras haberte propuesto el trato, el capitán concluyo con una amable sonrisa. -. ¿Y bien?