Partida Rol por web

Finalmente, tras apenas un par de días de viaje, ya se encontraban en el baratie.

Un barco flotante con forma de pez era lo que conformaba el restaurante. Tenía varios pisos para poder funcionar a la perfección, y además también se encontraban muy cerca el Sister Anko, el submarino de los postres, y el Nasugasira, un barco de Teppanyak. Habían algunos barcos atracados alrededor de la base de madera desplegada por el baratie; era un lugar conocido por su buena comida, por lo que era indudable que tenía clientes.

Ustedes ya se encontraban en una mesa con vuestro acompañante. El interior del restaurant era bastante agradable: los clientes esperaban en sus mesas a ser atendidos, la decoración era agradable, y había un olor exquisito viniendo de cada plato que era servido.

En el primer piso también se encontraba un pequeño altar con una foto de un viejo chef de largo sombrero y bigote, con varias flores colocadas delante. Abajo de la imagen había una placa con la frase "No uséis mi muerte como excusa. ¡Volved al trabajo!.

-Este lugar ha cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí -les comento Inzory. -. Es una lastima que el chef haya caido ante la edad...

Entonces, el que atendía vuestra mesa finalmente llego. Se sacó las manos de los bolsillos y retiró su cigarro para soltar una bocanada de aire...

-¿Que desean que les prepare? -era un hombre de cabello rubio cubriéndole el ojo derecho, con unas cejas enrolladas y un traje negro con camisa amarilla en vez de uniforme de chef.

Luego de apenas un par de días de viajes, finalmente llegaron al baratie.

Un barco flotante con forma de pez era lo que conformaba el restaurante. Tenía varios pisos para poder funcionar a la perfección, y además también se encontraban muy cerca el Sister Anko, el submarino de los postres, y el Nasugasira, un barco de Teppanyak. Habían algunos barcos atracados alrededor de la base de madera desplegada por el baratie; era un lugar conocido por su buena comida, por lo que era indudable que tenía clientes.

La boca se les hacía agua cada vez que se acercaban más, y es que si había algo que habían aprendido durante el viaje, es que Holmes era un terrible, terrible, terrible cocinero.

-Ya hemos llegado... -les anunció el capitán mientras atracaba el barco junto al baratie, esperando que atasen las cuerdas para poder bajar. -. Vamos, yo pagaré la comida de hoy.

Al final el lugar de amarre iba a ser la "isla cocina" que tantas veces había visitado algún capitan al que acompañaba. Era agotador tener que volver a pensar en poner los pies en ese sitio, más si además pudiera haber marines por allí. Sin embargo el cansancio me pudo y simplemente dejé de pensar, descansando mecido por las olas en esa barquita que teniamos como barco - Hay poco hueco para dormir... Necesitamos un barco de verdad - Pensaba para mis adentros mientras le echaba "un ojo" a Lux.

Al llegar, se me veia durante todo el trayecto por el baratie, incluso dentro ya sentados en la mesa, molesto - Oid... Me parece genial que querais comer y pasar un día o así aquí comiendo y viendo lo que se cuece... Pero me parece que no lo habeis pensado bien... ¿COMO VAMOS A PAGAR? - Alcé la voz manteniendo el tono bajo para solo hablar a Lux y a Inzory. Sin embargo poco tiempo pasó antes de que, el camarero o... el maitre, llegara. - Oh, eh... - Miré a los demás y me encogí de hombros - Yo no pago... Ando vacio - Tras pedir un simple plato que llenara lo suficiente y vaciara poco los bolsillos, me crucé de brazos esperando ver la respuesta de los demás.

Desde que vi de lejos el baratie hasta que nos sentamos en una mesa dentro estuve boqueabierta. ¡Todo allí era muy divertido! El bar restaurante tenía forma de un pez muy gracioso, y había diferentes barcos dedicados cada uno a una cosa diferente. Era como un pequeño pueblo en el mar. - ¡Me alegro mucho de haber venido. Si no hubiese salido de mi isla jamás hubiese visto cosas así! - Sin embargo, lo mejor estaba por llegar.

Mientras esperábamos a ser atendidos, pude ver multitud de platos deliciosos siendo transportados por camareros de aquí para allá. Tenía un hambre atroz, y todo lo que pasaba por delante de mi era demasiado apetecible como para pasarlo por algo. - ¿Podemos pedirlo TODO? - Pregunté a mis acompañantes, pero Nanashi estaba dispuesto a ser el aguafiestas. - Creo que tengo algo de dinero de mis ahorros cuando salimos... no sé si será suficiente. - La verdad es que no me preocupaba eso, los problemas del futuro corresponden a la Luxanna del futuro.

Un apuesto camarero se acercó a nuestra mesa con un cigarro. - ¡Qué formal parece! - Incluso su vestimenta era divertida, parecía un mayordomo como los que había en mi casa. - ¡¿Cuál es su mejor plato?! Me encantaría probarlo, ¡Y algo dulce de postre! - Si me iba de allí sin tomar una chuche estaría refunfuñada todo el viaje.

Fueron un par de días... que se me hicieron un poco largos. No tenía nada que ver con el ambiente, puesto que tanto Holmes como Kidd me caían bien... aunque es cierto que el "chico" se escabullía del trabajo cuando tocaba y todavía se hacía el niño, pero sinceramente a mi me hacía más gracia que otra cosa ya que le tenía bastante calado, pero para nada me importaba hacer sus trabajos, así me habituaba a las labores de un barco pirata. Tampoco tenía que ver con el viaje en barco, ya que parecía haberme acostumbrado rápido a los vaivenes de la embarcación. Y tampoco era la herida de mi costado, pues aunque me molestaba un poco no había nada que un  analgésico al día y cambiar regularmente los vendajes solucionase. Y el lugar de trabajo tampoco me suponía problema, de hecho pude hacer unas pocas jeringuillas.

No, la razón por la que los días se me hicieron eternos... fue por las comidas y las cenas. Holmes será un buen capitán... pero es pésimo entre fogones. Básicamente llevo todo el viaje comiéndome ensaladas improvisadas de mis plantas... que vale que eran cuatro hojas mal puestas con chorros de aceite y vinagre; pero al menos te quitaba el sabor de boca de las comidas.

Llegamos a nuestro destino: El Baratie. Había oído hablar de él incluso estando en el South Blue, aunque jamás pensé vendría de tan lejos a comer aquí. Y desde luego, después de estos dos días estaba que me podía comer un Rey del Mar yo sola. Al llegar, preparé las cuerdas para atarlas y amarrar el barco... cuanto antes lo hagamos, mejor porque antes podremos comer -¿Nos invitas a comer? ¡Genial! Por fin podremos comer comida de ver...- estaba contenta, pero pronto me callé de golpe al darme cuenta de lo que estaba diciendo pese a que no lo decía con mala intención sino con amabilidad -Ehh... perdón Capitán. Gracias por invitar...- terminé rectificando y disculpándome mientras me rascaba la nuca.

Aquellos días fueron un tanto extraños en realidad, no por el viaje…si no por la compañía, la comida…y lo rara que era aquella situación. El capitán manco era un tanto extraño…y con razón, parecía saber más de lo que aparentaba, ¿vendría del nuevo mundo?, ¿Qué negocios tendría ahí?, nada bueno seguro. No era buen cocinero, aquello se demostró con la primera comida, el canijo intentó arreglar algo para cocinar, pero…fue en vano, el tampoco era buen cocinero, pero se le daba bien…bueno, mirar y decir lo cansado que estaba.

Al menos llegaron al Baratie, un lugar donde comerían a gusto, y el jefe pagaba, eso era un 2x1, por lo que el enano no se quejó ni rechistó, en cambio parecía que la tripulación ya sabía cómo era en realidad. Sus planes de intentar hacerse con el control de la tripulación fueron en vano, ni siquiera la chica de las gafas parecía tomarle demasiado en serio, aunque le ayudaba con las tareas si el canijo lo pedía.

El problema es que…Kidd era un vago, un cansino, un pesado, un manipulador, un egocéntrico y…un poco infantil, fueron muchas las veces que ante una tarea decidía sacar a relucir la carta de “Soy un niño, no puedo hacer eso…” o le pedía ayuda a la rubia de metro noventa, el problema es que tuvo que curar a la chica de manera un tanto…”adulta y seria”, aquello hizo que se le viera el plumero a la legua, no era un chaval, era un tipo canijo y bajito, su plan se iba al garete por segundos.

Así que cuando su plan de actuar como un mocoso no funcionaba, se limitaba a chasquear la lengua y hacer las cosas a regañadientes, como su papel como doctor, se tomaba bastante en serio el haber tenido que curar a la chica y no tardaba en recordarle que tenía que aplicarse un ungüento y no hacer esfuerzos físicos, al menos tenía buen fondo…pero al rato volvía a las andadas.

Al menos estaban en su destino y todo parecía ir viento en popa, comerían, posiblemente se llevarían algo para el viaje…¡y luego seguirían con su aventura!...y Kidd no tendría que pagar nada de nada.

Ayudó como pudo a amarrar el barco y observó la reacción de Ikame con atención para luego carraspear.-T…tengo mucha hambre…s…soy…soy pequeño y estoy en edad de crecer…¿s…significa que puedo pedir el tamaño grande en todo ca…capi?...-Preguntó con voz temblorosa e infantil mientras se llevaba las manos al estómago y miraba con pena y lástima a Holmes.

El capitán estaba ayudando también a terminar los preparativos para poder bajar del barco. Entonces, Kidd se le acerco con esas intenciones de hacerse el niño inocente.

-No te vi muy preocupado por comer mucho cuando yo preparaba la comida... -le respondió de un modo un tanto... amenazante, mientras lo miraba. -. Pero adelante, pide lo que quieras... -terminó soltando antes de suspirar.

Finalmente bajaron del barco para llegar al baratie, y fueron directo a la entrada, abriendo las puertas del restaurante para entrar.

El interior del restaurant era bastante agradable: los clientes esperaban en sus mesas a ser atendidos, la decoración era agradable, y había un olor exquisito viniendo de cada plato que era servido.

En el primer piso también se encontraba un pequeño altar con una foto de un viejo chef de largo sombrero y bigote, con varias flores colocadas delante. Abajo de la imagen había una placa con la frase "No uséis mi muerte como excusa. ¡Volved al trabajo!.

-Tal vez podamos llegar a un acuerdo con los cocineros -comento el musculoso hombre a Nanashi intentando que no se deprimirese tanto respecto al dinero. -. A mi traigame algo sencillo, para alimentarse y llenar un poco más, ya sabe.

-Entiendo... -el maitre asintió y soltó otra bocanada de humo hacia arriba antes de dirigir su mirada hacia Nanashi. -. Te traere algo... Luego decides si me lo pagarás.

Finalmente el rubio fue a las escaleras que llevaban a la cocina, y se dirigió a entregar la orden, aunque no bajo más...

En ese momento, otros clientes entraron al restaurante: un hombre de cabello liso cubriéndole el ojo derecho, con un arma blanca colgando tras su cintura y el brazo izquierdo amarrado(demostrando así la falta de este). También había una chica rubia de gafas verdes, y un niño.

Luego de haber entrado al restaurante, el hombre de un brazo fue con sus dos acompañantes a tomar asiento en una mesa, a la espera de que alguien los atendiese. Justo en la mesa de al lado se encontraba un tipo de cabello blanco y vestimenta negra, una chica de cabello pelirrojo brillante, y un gran sujeto de enormes musculos.

-Recuerdo este lugar diferente... -comentó Holmes mientras miraba el interior del restaurante. -. Una lastima lo del chef...

-¡¿Verdad que sí?! -le respondio el musculoso hombre desde su mesa antes de soltar una carcajada.

El espadachín simplemente miro de reojo al desconocido que le habló así sin más desde otra mesa, para después volver su atención a sus compañeros.

-Pidan... Lo que quieran...

Mientras esperaban ser atendidos, Inzory, el hombre de los grandes musculos que podrían abrazar un oso, decidió conversar con los de su mesa, a un volumen de voz adecuado para no molestar a los que estuviesen muy apartados.

-Normalmente cuando no teniamos para pagar, mi tripulación solía negociar con los dueños de los locales para llegar a un acuerdo. Muchos solían aceptar algunos tesoros o trabajos como paga -les menciono. -. Podríamos quedarnos un tiempo aquí mientras esperamos un buen barco que se diriga a Loguetown, o ir hasta allá en la barca y luego esperar que algún grupo de piratas se diriga al Nuevo Mundo para partir. La verdad, es que les recomiendo expandir su número si piensan ir al Grand Line; se necesita más de dos personas para manejar un buen barco...

Disimuladamente, Holmes había estado escuchando hablar a Inzory, cada una de sus palabras. Finalmente, un hombre con uniforme de cocinero se acercó a la mesa con lapiz y libreta. El hombre de un brazo dirigió su mirada a Kidd e Ikame.

-¿Ya saben lo que pedirán? -les preguntó su capitán.

Miré negando a Lux cuando mencionó lo de probarlo todo, por suerte no le dije nada ante el postre... Habría que comprar más en LongueTown si queriamos tener un viaje medianamente tranquilo

Me sorprendí ante la respuesta de aquel camarero - ¿Como sabrá lo del dinero? He procurado estar atento de que no estaba ningún empleado cerca para decirlo... En fin dará igual. Solo hay que buscar la manera de salvarse de esta... Me pregunto si Lux habrá traido parte de su dinero. - Empecé a pensar cuando algunos clientes más entraron y se sentaron cerca de nosotros. Miré de reojo, como pude con un solo ojo ya que el otro estaba cubierto con un parche, para asegurarme de que no eran un peligro y luego suspiré

De nuevo me sorprendí cuando nuestro invitado en el barco no tan deseado hablaba con los vecinos sintiendome un poco molesto por lo que hacía - ¿Se cree que esto es un juego de niños? Si no fuera por sus musculos y que este no es lugar... - Me aguanté las ganas de sacar mis armas y simplemente esperé hasta que volvió hablar, golpeando finalmente la mesa - ¿Como que un tiempo? ¿Ese era tu plan? ¿Comer como quien no quiere la cosa, hacer un trato y esperar? - había tenido mucha paciencia, pero por suerte, no iba a estallar. No allí. Me acomodé de nuevo en mi silla antes de seguir hablando - Mira... No sé tu. Pero yo tengo prisa por ir a Grand Line. Debo encontrarme con alguien que se de buena tinta estará ya allí. Por eso no puedo pasarme unos días fregando platos y cubiertas. Que sí. Es buen sitio para encontrar barcos grandes con tripulaciones que puedan ir hacia LongueTown, pero si eso lleva gastar tiempo prefiero ir en la barcucha que ni cabemos los tres a LongueTown y una vez allí ro... - me corté hablando y tosí un par de veces a modo de tranquilizarme un poco mirando a los vecinos aun con aquella molestia en mi cara.

Me relajé y suspiré antes de terminar la frase - Tomar un barco hacia Grand Line. Y estoy seguro de que Lux opinará lo mismo en cuanto al tiempo. No podemos quedarnos quietos en el mismo sitio eternamente - sabía que estaba mal lo que hacia involucrandola, pero era la mejor manera de tener un voto positivo... Hasta que me di cuenta de que era Lux de quien hablaba... Probablemente mostrara indiferencia al tiempo... ¿Acaso yo era el único que se preocupaba?

Escuché el comentario de mi compañero, con aquella actitud infantil y acompañada con una actuación de niño necesitado suplicando pedir el menú grande... y lo único que pude hacer fue ocultar una leve risa tras el puño que me puse frente a mi boca -Pffff...- se me escapó algo de aire por la risa que me estaba conteniendo. Me hacía haciendo bastante gracia que continuase intentando hacerse el pequeño inocente cuando tanto el capitán como yo ya le echábamos dieciocho años como mínimo. No se porque, tengo debilidad por los críos que intentan las cosas pero nunca salen del todo bien, y siempre me hacen gracia.

La respuesta del capitán me hizo la misma gracia, pero conseguí aguantarme la risa. Pero más o menos parecido que en mi caso, al final el capitán le concedió aquel deseo de poder comer más -A ver si con una buena comida creces de verdad...- no pude evitar soltar con tono simpático y sin querer ofender a nadie mientras recuperaba la compostura y me calmaba después de contener tantas risotadas. Y acompañando a mi grupo entramos a la embarcación-restaurante.

Sin duda el interior no decepcionó nada comparándolo con el exterior. La decoración era bastante bonita, el lugar parecía estar bien servido de clientes, y el aroma que flotaba en el aire sin duda invitaba a comer tanto que hizo rugir levemente mis tripas pues sin duda venía con hambre -El lugar es impresionante, sin duda merece la fama que tiene. Que ganas de sentarnos a una mesa a ver la carta- comenté a mis compañeros mientras observaba el lugar ajustándome un poco las gafas para ver mejor. Hasta que me topé con aquel altar con mi mirada hacia lo que parecía haber sido el anterior cocinero jefe -Vaya... ojalá haya vivido una vida plena aquí- pensé en mi cabeza con solemnidad, incluso hice una leve reverencia al altar antes de dirigirnos a nuestra mesa.

Ahh, así que ya has estado aquí antes capitán...- le fui diciendo a Holmes, antes de que aquel hombre musculado de la otra mesa nos interrumpiera preguntando muy fuerte, pero que muy fuerte. Me quedé callada viendo si el capitán le respondía o no; pero al final simplemente nos dijo que pidiéramos lo que quisiéramos... Holmes no era demasiado vivaz o y un poco serio, pero al menos era buen capitán -De acuerdo, gracias otra vez por invitar- le volví a agradecer mientras ojeaba la carta del restaurante.

Mientras leía la gran variedad de platos de la carta cuyos nombres sin duda invitaban a probarlos todos, escuchaba la conversación de fondo de aquel hombre que antes nos había interrumpido. Sin duda, era una conversación curiosa... ¿los acompañantes de aquel musculitos buscaban barco y tripulación? Estaba bien saberlo ciertamente, además porque el capitán también estaba escuchando la conversación aunque lo hiciera con cierto disimulo... pero de momento no pensaría en eso, puesto que dudo que sea yo quien deba decidir esas cosas. Además el peliblanco parecía un poco borde e impulsivo... ¿de verdad robar un barco? ¿Que clase de persona haría...? Hmmm... mejor no pensar así, me he dado cuenta que esa clase de personas estamos sentados a la mesa.

Al final un camarero se nos acercó dispuesto a tomar notas, mientras que el capitán preguntaba si ya sabíamos que pedir -Si, yo lo se- le respondí pasando a mirar al camarero mientras que cerraba la carta. Ya le había echado el ojo a unos cuantos platos, algunos de mi tierra -De primero quisiera una ensalada marina sazonada. De segundo, el lomo de atún elefante de aleta azul a la plancha con guarnición. Y de beber no lo he visto, ¿pero tenéis savia carbonatada de Fizz Island?- hice mi pedido, y pregunté si por algún casual tenían algo autóctono de mi tierra para beber.

El capitán no se tragó aquella escenita, es más, asustó a Kidd, el cual un tanto cohibido tragó con fuerza y tembló de pies a cabeza, fijándose en como Ikame se metía con el.-Muy graciosa…-Bufó…el no quería enfrentarse al manco, solo dios sabía que clase de castigo recibiría por enfrentarse a su capitán. Por lo demás intentó entrar con relativa tranquilidad y unirse a la doctora y al manco.

El lugar no estaba nada mal, sabía que el Baratie tenía buena fama, pero le sorprendió saber que Holmes había ido anteriormente, fuera como fuera se limitó a guardar silencio hasta que se sentaron. Una vez ahí, ya sabía muy bien lo que iba a querer comer, solo tenía que esperar que se les acercara el camarero de turno y explicarle la situación.

Como buen caballero permitió que Ikame fuera la primera, desde luego iba a comer bastante, una ensalada, pescado con guarnición y una buena bebida, por su parte, el jovencito carraspeó y cruzó las manos sobre la mesa, mirando con cierta superioridad al camarero.

-Metre…yo voy a pedir, un cuenco de arroz frito, otro cuenco de fideos fritos, una docena de panecillos tostados con mantequilla, un filetón a la brasa con limón y guarnición, bolitas de pollo fritas, calamares rebozados, chipirones en su tinta, patitas de pulpo refritas y…¡un cuenco de helado así de grande!.-Exclamó alzando los brazos enormemente, casi parecía un niño pequeño, incluso tenía estrellitas saliéndole de los ojos.-Y…¿usted capitán?

Me fijé en el grupo que entró en el baratie trayendo a un niño con ellos, principalmente por que Inzory le había dicho algo a uno de ellos. A mi me preocupaba más la comida y el tiempo que iban a tardar. - ¿Les conoces? - Le pregunté al hombre, fijándome en que pasaban de largo sin ni si quiera acercarse a saludar. Si se conocían eran muy mal educados.

- Si te crees que yo voy a ponerme a trabajar, vas listo. Como que he venido aquí para fregar platos. - Él nos había traído, él apechugaba, y si no que pidiese ayuda a sus amigos. Eso me dio que pensar. - Oye, ¿Por qué no le pides a tus amigos que nos lleven? - Le pregunté, señalando con el dedo a los chicos sin pudor alguno. - Puedes pedirles que nos lleven o algo. ¡Los amigos están para hacerse favores! - Y yo de paso me iba a aprovechar para que me llevasen con ellos, y si de paso pagaban la cuenta, mucho mejor.

Si tenía que esperar a que Nanashi e Inzory pagasen la comida trabajando, luego conseguir un barco y tripulación me iba a morir de vieja en aquel sitio, aunque al menos tenía comida rica para pasar el tiempo. Nanashi, por su parte, no tenía tanta paciencia como yo. - Eh.. sí, claro. Tenemos que ir al Grand Line y eso... _{después de ir a ver los dragones.} - Murmuré en voz baja, intentando que no se me escuchase. Si luego no se habían enterado y llegábamos a aquella isla, no era mi culpa, yo había avisado.

- Cómo tarda la comida, ¿No? - Pregunté con una sonrisa "inocente", intentando cambiar de tema.

-¡No les conozco de nada! -respondió con una gran sonrisa el musculoso hombre, enseñando su pulgar en alto a Lux.

La opinión de la pelirroja puso pensativo a Inzory, mientras Holmes intentaba no hacer muy obvio el tic en una de sus cejas al escuchar lo que pedían sus acompañantes.

-Yo pediré un pescado frito... -respondió sin dirigir su mirada al mesero, quién terminaba de anotar; el mismo había asentido a la pregunta de Ikame, afirmando tener la bebida que le interesaba. Luego de haber anotado el pedido de todos, se dirigió a entregarlo a la cocina.

Mientras esperaban, Inzory se vio regañado por la poca paciencia de Nanashi, cosa que hizo que el hombre se pusiese a pensar más.

-Vale, vale... Buscare la manera de salir de aquí lo más pronto posible -dijo haciendo unos movimientos de manos para intentar calmarlo, manteniendo una sonrisa nerviosa. Después, observó de reojo a los que estaban en la mesa de al lado, empezando a considerar mejor la idea de Lux.

No paso mucho tiempo antes de que finalmente les trajesen su comida: A la mesa de Lux, Nanashi e Inzory, el maitre les trajo en una bandeja un gran y delicioso pescado bien limpiado, con dos largos cuernos que atravesaban distintos trozos de carne y vegetales, reposaba en una base de verduras, y sobre todo habían distintas salsas echadas de tal forma que añadían gran presentación al platillo. También había algo más, un penetrante aroma que era imposible de descifrar, un elemento que hacía a ese pescado único. En la otra mano traía un plato con bolas de helado... ¡frito! Y lo siropes de chocolate y caramelo solo lo hacían más llamativo.

-Aquí esta lo que pidieron... -dijo el rubio antes de dejar todo sobre la mesa. Tras lo cual, se saco el cigarro de la boca para soltar una bocanada de humo al aire. Finalmente, dirigió su mirada a Inzory. -. El pescado que les traje es el mejor del lugar, no solo por el sabor, si no porque también es sano. Espero que no te moleste que no te haya traído nada especialmente para ti...

-¡Para nada! -enseguida, el musculoso se dispuso a quitar uno de los cuernos para arrancar de un mordisco varios de los trozos de carne.

Por otro lado, otro mesero trajo a la otra mesa lo que habían pedido: tuvo que hacer varios viajes para traer todo, pero al final la mesa se encontraba repleta de distintos platillos, y Holmes tenía su pescado frito.

Nadie tardó en empezar a disfrutar de la deliciosa comida. Los dichos de que El Baratie servía excelentes platos no eran mentira, pues rápidamente pudieron olvidarse de sus problemas y preocupaciones por un momento y concentrarse en solo comer.

Mientras tanto, en una mesa apartada...

-¡Esta aquí, esta aquí! -susurraba un marine de menor rango a su den den mushi, cubriéndose con un periódico en un intento de no ser visto.

-¿Estas seguro? ¿Es él? -preguntaba alguien a través del den den mushi.

-¡Sí!!!! ¡Por favor, envíen a alguien rápido!

-Bien, bien. Asegúrate de que no se vaya. Me dirijo hacia allá en este instante.

Suspiré profundamente, ante la respuesta de Inzory. Poco había que hacer si no había dinero. Lux parecía estar interesada en nuestros vecinos pero yo simplemente pasaba de ellos. No es que nos fueran hacer el favor de pagar nuestra comida y llevarnos con ellos.

Cuando el maitre trajo lo que pidieron aparté la vista sintiendo un poco de culpa por saber que no podiamos pagar esto... Igual si Lux trajera consigo el dinero que tenía por si misma... Pero era imposible. Dejó atrás todo aquello. - En fin da igual... Supongo que haremos lo que sea con salir rápidos de aquí pagando la comida. - Por supuesto no pasé por alto que habían traido dulces para Lux y justo puse la mano delante para que no se adelantara - Primero come normal, luego puedes comerte incluso mi parte del dulce si quieres. - La miré con severidad, aunque una severidad cariñosa pues me preocupaba por ella, más que por mi mismo... Me importaba, estaba claro.

No fue que tardé mucho en ver movimientos en una mesa alejada, movimientos para nada comunes - ¿Qué hace ese tio? Es un... ¿MARINE? Y está hablando por el Den den mushi... ¿Me abrá reconocido - Mi expresión se llenó de sorpresa al verlo y miré a Lux - Come rápido - y luego miré a Inzory - O solo puede que vayan detrás de este... - Escuchame, no te voltees pero hay un marine detrás que está alterado y hablando por un den den mushi. No me extrañaría que eso nos metiera en problemas, y precisamente no estamos en una isla muy grande. Esconderse no es una opción tratandose de ellos. Hay que largarse antes de que venga cualquier caballería extra.

Apoyé el codo sobre la mesa y mi cara sobre la mano, mirando algo decepcionada a Inzory. - Jo, yo que pensaba que iban a ayudarnos. A ver qué hacemos ahora. - Mi preocupación duró el tiempo que tardé en acabar esa frase, por que vi como el camarero traía la comida hacia nosotros. Mi mirada se encendió cuando pusieron los platos en la mesa y una sonrisa se dibujó en mi rostro. - ¡Qué buena pinta! - Ya con los cubiertos en manos me dispuse a atacar, empezando por el postre, pero Nanashi me detuvo causando que hiciese una mueca.

- Vale, primero la comida... y luego el postre. - Respondí volviendo a sonreír como si fuese una niña. Tomé una parte de aquel pescado tan llamativo y extrañamente preparado, pero de tan buen olor, y con sumo cuidado y delicadeza fui comiéndolo poco a poco, degustando el plato. Los leves sonidos de placer que emitía cuando llevaba la comida a mi boca dejaban ver que estaba gozando del momento. En mi forma de comer también se podía apreciar que tenía algo de etiqueta, no era una gran gourmet y por lo tanto no sabía mucho de cocina, pero se notaba que sabía manejarme en la mesa. Con los dulces solía ser diferente.

La voz de uno de los clientes resaltó sobre las demás y me asusté un poco al escucharle. - ¿Está aquí? - Me repetí paralizándome al instante. Pero luego siguió hablando e ignoré la conversación. No pensaba que tuviese nada que ver con ello, se refería a un chico. Seguí comiendo como si nada, aunque algo más rápido por las palabras de Nanashi y la expresión que tenía.

- Jo, pero el dulce. - Algo me decía que no iba a poder comermelo tranquilamente, y que tampoco iba a ver dragones. Acabé con el pescado y luego fui a por el helado, intentando ser rápida por lo que mi compañero había dicho. Por desgracia me podía mi instinto goloso y a cada bocado hacía una pequeña pausa, disfrutando del dulce. No era mi culpa que estuviera tan rico.

Dios... desde luego Kidd no mentía cuando dijo que se pediría el "tamaño grande"... no se si eso era una comanda de restaurante o un recetario entero -Pero serás bruto...- le dije suspirando resignada ante tal pedido -¿De verdad crees que te va a caber todo eso dentro?- le pregunté -Porque... creo que esa comida pesa lo mismo que tu- pensé; pero al final preferí no decirlo no vaya a ser que se lo tomase mal.

Pufff... desde luego menuda pandilla era la de la mesa de al lado... lo que le escuché decir a la niña me dejó vamos -Joder, si los amigos están para eso... tu no tendrás demasiados- pensé en mi cabeza. Para mi esa forma de pensar tan egoísta no me había gustado para nada. Y Dios... como gritaba el musculitos de la otra mesa... No hacía falta gritar a los cuatro vientos que no nos conocíamos, creo que le habían escuchado hasta los peces del mar. Y si ya contamos al peliblanco borde... Miré a Holmes por si el reaccionaba a algo de lo que había oído... pero mucho pedía si quería ver al capitán con una expresión diferente en el rostro, él simplemente estaba pidiendo lo suyo -Por favor, espero que no esté pensando en ofrecerles entrar...- terminé pensando. Que a lo mejor era gente maravillosa y todo eso... pero es que menuda primera impresión que me he llevado de ellos.

Al final, la comida nos llegó... en varios plazos, ya que lo que había pedido Kidd seguía siendo inmenso. Mientras que entre Holmes y yo solo teníamos tres platos y mi savia carbonatada... en fin... -Que os aproveche a todos- terminé diciendo, empezando a darle el primer bocado a mi ensalada, el primer plato -Hmm... delicioso...- dije mientras pinchaba otro bocado, y esta vez lo observaba -Undaria pinnatifida... y hojas de Lactuca sativa... sin duda combinadas con el marisco y el sazón tiene un sabor muy bueno...- fui diciendo... aunque esta vez más para mi misma. Y al darme cuenta de que lo estaba diciendo en voz alta, enmudecí sonrojándome -Perdón...- me disculpé como si decir los nombres científicos de las plantas fuera algo malo... pero es que es ver una planta interesante y divago. Todo para decir que el wakane y la lechuga estaban buenos.

Continué comiendo, mientras que de cuando en cuando miraba la mesa de al lado -Nos podría haber venido también un camarero que nos hablara de la comida y ofreciera dulces gratis... creo que son gratis- pensé por un lado -Aunque eso de fumar sobre la comida no lo veo muy higiénico- también pensé por el otro. Entonces, vi que en la mesa parecían meterse prisa por algún motivo... ¿que les habrá pasado? -Ehh... Holmes, parece que algo va mal...- le dije al capitán, un poco preocupada... sobretodo porque miraba a mi alrededor y salvo esa mesa no pasaba nada. Quizás si me quitaba las gafas vería mejor... pero no. Jamás. ¡Nunca!.

Kidd asintió repetidas veces al escuchar a Ikame.-¡Puedo con todo!...tal vez soy pequeño, pero mi estomago puede albergar esa comida y más…ya que bueno estoy en la ed…-Pero se calló rápidamente sin terminar esa frase, ¿estaba en la edad de crecer?...posiblemente.

Cuando llegó la comida, el pedido del joven era enorme y el chico no tardó en empezar a hundir el tenedor y la cuchara en aquellas montañas de comida, llenándose la boca una y otra vez, tragando sin siquiera masticar…incluso hubo un momento en el que casi se ahoga comiendo, pero rápidamente se arregló dando un largo trago a un vaso de agua cercano.

Desde luego parecía estar disfrutando y era de pocas palabras con la comida, aún así no le molestó escuchar a Ikame y su gusto por aquella ensalada. No sabía que era tan especial sobre aquello, pero desde luego la comida estaba de rechupete y se podía notar que a Kidd le gustaba, a fin de cuentas la susodicha comenzaba a menguar poco a poco.

Fuera como fuera, no tardó en escuchar que algo iba mal.-¿Hmmm?...¿mal?, ¿Qué va mal?, ¿la comida?-No prestaba atención a lo que le rodeaba excepto aquella mesa.-La comida está buena, aunque también puede ser cosa mía…-Dicho eso se quedó pensativo.-O puede que no…tengo un paladar muy refinado, he comido cosas muy buenas y bebido de los mejores vinos, desde luego esto está rico.

Lo sabía con seguridad, la comida estaba buena, ¿pero que diría Holmes al respecto?

Ver a Nanashi más relajado por el tema de pagar hizo fácil al musculoso hombre volver a sonreír mientras comía. Fue cuando le susurró aquella información qué Inzory se puso un tanto pensativo mientras lo disimulaba con la comida.

-Terminemos de comer. -se limito a decir con una gran sonrisa de tranquilidad.

Por otro lado, Holmes no tuvo verguenza al girarse en su silla para mirar directamente al marine con el periódico. A los pocos segundos, volvió a acomodarse en su asiento y continuó comiendo, no sin antes decir:

-No se preocupen por eso. Disfruten la comida...

Los minutos iban pasando. Los meseros iban y traían comida a todas las mesas, los platillos se iban vaciando, y los estomagos llenando. Fue cuando por fin ambos grupos habían terminado su deliciosa comida que alguien abrió las puertas del restaurante de manera dramática.

-... -el peliblanco mantenía una sonrisa de confianza mientras caminaba por el restaurante hacia la mesa donde estaba el oficial con el periódico. -. Supongo que tu me has llamado... -le dijo mientras tomaba el vaso de cerveza que tenía en la mesa y empezaba a beberlo, luciendo su uniforme de marine con la insignia de Sargento Mayor.

-¿¡T-Tú!? ¡Pero si solo eres un Sargento! ¡Esta amenaza requiere al menos un capitán, un vicealmirante, O UN ALMIRANTE! -respondió nervioso el marine de menor rango.

Esas cortas palabras fueron suficiente para que el Sargento quebrase el vaso mientras tiraba una mirada asesina de reojo al marine, una expresión muy diferente comparada con la que había entrado.

-¿Que pasa? ¿Quieres un capitán? ¿Quieres que llame al mio y preguntarle su opinión?

-¡N-N-No! ¡Lo lamento, Sargento Mayor Kinishi!

Luego de haber terminado la cerveza que quedaba en el vaso, el tal Kinishi rompió el mismo contra la mesa para después darse la vuelta y mirar a todos los presentes en el restaurante: su escena había llamado la atención de básicamente todos.

-Ya no tienes escape. Anda, sal... -dijo a nadie en específico.

Tras algunos segundos de silencio, finalmente dos personas dieron la cara: Holmes, e Inzory.

-¿Hm? -ambos se vieron con cierta confusión, la misma por la que pasaba el Sargento ante tal confusión.

-A ver, no me interesa que hayan hecho ustedes; no debe ser la gran cosa... Vengo por el Rubio Cejas de Piruleta. -La única persona que encajaba en esa descripción era el mesero de antes, pero en este momento estaba en la cocina. -. Este lugar esta bajo la mira de un barco marine. Si nadie coopera al decir donde se encuentra el criminal, me veré obligado a abrir agujeros piso por piso hasta dar con él.