Partida Rol por web

Luego de correr de vuelta al pueblo, recorrieron las calles en las cuales estuvieron antes en busca de aquella tienda de ropa. Volvieron a la zona del festival, el cual parecía seguir con normalidad, y fueron hasta la tienda. Para vuestra mala suerte, la tienda ya se encontraba cerrada. En la puerta se veía un cartel: "Fui a disfrutar del festival. Vuelvo en cinco horas -Atte: Encargado"

Cuando terminaron de leer el cartel, la voz de una pequeña niña sonó detrás de ustedes de nuevo.

-¡Hola de nuevo! ¿Buscan al encargado de la tienda? -dedujo al verlas frente a la tienda cerrada. -. Tal vez puedan encontrarlo en la plaza; Ya se están haciendo los preparativos del concurso de combate, y seguramente él lo querrá ver, además de que ya están repartiendo sake para los adultos.

Tras hablarles sobre la posible ubicación del encargado, la niña mostró una sonrisa inocente.

Mucho mar... Mucho movimiento... Mucho sol...

Perdiste la consciencia. No sabías cuantas horas pasaron hasta que pudiste abrir brevemente los ojos, encontrandote ahora en un bosque junto a una costa, acostada en los pies de un hombre uniformado de marine que echaba lentamente agua sobre tu boca y parte de la cara.

-¿Estas bien? ¿Puedes escucharme? -te pregunto al ver que abriste los ojos, dejando de echarte agua para que pudieras hablar más tranquila, luego te ayudo a sentarte. - Llevas inconsciente un buen rato en la costa; Te traje aquí a la sombra para que no te asolaras más. ¿Recuerdas que sucedió?

Al verte mejor, podías ver tu uniforme roto y sucio, además de algunas heridas causadas durante el escape.

La conversación no pudo durar mucho antes de que el hombre llevase la vista hacia la costa. Con voltear pudiste ver a dos barcos de marines atracando en el muelle, seguido de todos los tripulantes bajando: Habían dos capitanes.

-¿Marines? Esto es malo...

De pronto, desde otra parte del bosque, una gran cantidad de marines empezaron a salir para apuntar con sus armas a los que iban llegando. Los otros respondieron de igual forma. Entre el grupo de marines que salieron del bosque también había un chico de cabello blanco y capa roja acompañado por un hombre con tatuajes en el cuerpo y un arco en mano.

-¿Estas con ellos? -te preguntó el hombre que se ocultaba contigo entre unos arbutos, señalando a los marines que habían llegado en barco, detrás de los cuales se encontraban dos capitanes tan idénticos como dos gotas de agua.

-¡Este es territorio libre de la autoridad de marines! ¡Bajen sus armas y regresen por donde vinieron! -ordeno el hombre con arco a los marines mientras les apuntaba con su arco.

Cada uno de los capitanes llevaba la espada del lado contrarió al otro, pero por el resto eran totalmente iguales.

-¡Ningún criminal esta por encima de los marines! -respondió uno de los capitanes con firmeza.

-¡Es su última oportunidad para entregarse para que se les tome en cuenta en un juicio! ¡Si continuamos, no nos echaremos hacía atrás a la hora de ejecutarlos en esta misma costa! -añadió el otro.

Tenían la misma voz, la misma forma de hablar... Daba hasta un poco de miedo.

Tras atravesar un pequeño bosque llegaste a la costa junto al Líder Shimada. Para cuando llegaste a la escena, te encontraste a los rebeldes apuntando con sus armas a los marines que habían bajado de los barcos, quienes habían respondido de la misma manera.

-¡Este es territorio libre de la autoridad de marines! ¡Bajen sus armas y regresen por donde vinieron! -ordeno el líder a los marines enemigos mientras les apuntaba con su arco.

Parados detrás de sus hombres se encontraban los capitanes, los cuales eran tan iguales como dos gotas de agua. Cada uno llevaba la espada del lado contrarió al otro, pero por el resto eran totalmente iguales.

-¡Ningún criminal esta por encima de los marines! -respondió uno de los capitanes con firmeza.

-¡Es su última oportunidad para entregarse para que se les tome en cuenta en un juicio! ¡Si continuamos, no nos echaremos hacía atrás a la hora de ejecutarlos en esta misma costa! -añadió el otro.

Tenían la misma voz, la misma forma de hablar... Daba hasta un poco de miedo.

Empezó a toser a causa de atragantarse un poco por el agua y abrió los ojos sin poder evitar gritar levemente un nombre.

-¡DREIM NO! Su respiración era acelerada mientras se intentaba ubicar, posando su mirada sobre aquel marine al que al principio apartó con miedo hasta que le escuchó decir aquello sobre los marines. ¿Que estaba ocurriendo, donde se encontraba? Miró fijamente a aquellos dos capitanes de la marina que acababan de desembarcar y su instinto la hizo retroceder arrastrándose pues aún le dolía el disparo que tenía en el muslo mientras que sus ojos ahora mostraban no solo miedo si no ira, al parecer no le hacía gracia ver a los marines. -Jamás... jamás volveré a estar con alguien que usa la palabra justicia para hacer el mal... Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo cuando miró al que la había salvado. -Si estás con ellos... no quiero juicio justo... mátame, será más rápido. Su respiración ya era más calmada a pesar de que seguía estando nerviosa y miró a su alrededor, buscando su mochila. -Si no estás con ellos... tengo que salir de aquí... no pueden encontrarme... ¿Donde estoy? ¿y... por que hay marines enfrentándose?  Se notaba que tenía un cos en la cabeza bastante grande y que necesitaba respuestas, además de que no parecía fiarse realmente de nada le dijeran lo que le dijeran. Sin pensárselo tomó la botella de agua con la que la había despertado y se la bebió entera sin siquiera pedir permiso, el esfuerzo de hablar con la garganta seca era horrible, al menos estaba viva y... con un hambre voraz pues sus tripas en el instante en que el agua cayó en su estómago empezaron a rugir con fuerza. -Guh...

Llegamos allí justo a tiempo... para encontrarnos la tienda cerrada - Mierda - Mascullé, aunque sonó lo suficiente. - No me quedará otras que forzar la cerradura - Pero entonces me sobresaltó la voz de una niña - Waaaah - ¿Esta niña aparece donde quiere o que? - La niña nos dijo el motivo por el que estaba cerrado y donde se encontraba el dueño. Respiré profundamente un par de veces y me serené para seguirle la conversación - Vaya... Es que nos hemos dejado una cosa importante dentro de su tienda. ¿Podrias ir a decirle por favor que acuda rapido aquí? Tu... conoces mejor la isla que nosotras y tenemos mucha prisa. Seguro que irás mucho más rápida que nosotras.

Esperaba que Denna supiera lo que intentaba hacer con dichas palabras y que, o bien consiguiera quitarnosla de encima, o bien la distrajera el tiempo suficiente. De hecho la miré con los ojos y con los mismos señalé un par de veces a aquella niña para que tratara de hacer lo que pensaba - POR FAVOR, leeme el pensamiento y haz que nos deje en paz. Tenemos que entrar cambiarnos e irnos

Maldita niña entrometida, ¿qué hace justo aquí en estos momentos? Ni que nos estuviese siguiendo, que a ver gracias a ella sabíamos que aún tardaría en llegar el de la tienda, pero por la mirada de Hitomi con la chiquilla allí delante no íbamos a poder solucionar nada.

Asi que sonrío calidamente a la niña mientras le hago un gesto a mi compañera de que yo me encargo.

- Asi que en el Festival, claro, claro,hemos visto que es muy divertido gracias a que tú nos hablaste de él -mientras hablo me acerco a ella y empiezo a moverme empujandola con delicadeza intentando quedarnos a espaldas de mi compañera y alejándonos unos pasos poco a poco, hacia donde creo que está la plaza - , asi que si pudieses volver a ayudarnos y como ha dicho mi amiga avisases al tendero de que cuando acabe lo que esté haciendo le estan esperando en su tienda, nos harías un gran favor...

Con prontitud Kaito decidió seguir a Shimada, no sabía muy bien como podría actuar o que decir a la hora de ver a los marines, realmente le gustaria que todo ello se solucionara de una manera mucho más simple, quizás con una conversación o un poco de sake entre grupos, pero sabía bien que el arquero deseaba proteger a los suyos y los gaviotas querian hacer cumplir la ley. 

A pesar de no estar a favor ni en contra de ninguno de los dos bandos saco sus espadas gemelas y se preparo para cualquier tipo de ataque que pudiera realizarse por ambos bandos, no podía darse el lujo de salir herido, debía permanecer en la mejor condición para poder proteger a sus compañeras, además que no podía dejar de lado la opción de que los marines estuvieran trabajando con el cazarrecompensas que les estaba buscando hace un rato atrás. 

Se adelantó levemente con una actitud tranquila, demostrando que no iba a realizar un movimiento estupido que pudiese empezar una batalla sin sentido. -¿Acaso los marines no estan a favor de proteger a los inocentes? Estos tipos de aqui solo intentan mantener una vida tranquila lejos de las atrocidades que algunos de sus soldados les han causado, no hace falta iniciar una guerra innecesaria. -Sabía que eso no bastaría para nada, pero si podía hacer un poco de tiempo para que sus compañeras pudiesen crear algún tipo de plan aquello funcionaria.

Ante la petición de ambas, la niña se quedo pensandolo mientras era apartada disimuladamente por Denna. Al final, le asintió con una sonrisa a la pirata.

-¡Muy bien! ¡Iré lo más rápido que pueda! -y poco después, salió corriendo en una dirección diferente a la que la llevaba Denna, sin haber prestado atención a lo que hacia Hitomi.

Una vez sin espectadores, Hitomi se dispuso a forzar la cerradura, la cual abrió MUY fácil; Seguramente se tratase de una cerradura vieja. Abrieron la puerta, encendieron las luces, y vieron la tienda tal como cuando había entrado; No había un vigilante, pues posiblemente no se necesitase en un pequeño pueblo como ese donde hombres vestidos de marines iban y venían. Para vuestra mala suerte, al ir a los vestidores donde habían dejado su ropa... ¡Ya no estaban! Por más que mirasen a los alrededores o tras el mostrador, no encontraban su ropa por ninguna parte.

Para terminar de empeorar las cosas, el sonido de la puerta abriendose les hizo llevar la mirada hacia la entrada... ¡Y allí estaba de nuevo ella!

-No lo he conseguido en la plaza; Tal vez deba estar en otra parte del pueblo -respondió algo apenada por haber fracasado, aunque había ido y venido verdaderamente rápido, pero luego levantó la vista para verlas y empezar a entender un poco la situación. Era una niña pequeña, inocente, pero no era tonta... -Oh, ¿el dueño ha llegado mientras lo fui a buscar? ¡Bien por ustedes! ¿Ya consiguieron lo que estaban buscando? -volviendo a sonreír alegremente, se les quedo viendo a ambas a la espera de su respuesta.

Ya se esperaba esa reacción cuando despertaste, por lo cual el marine se apartó un poco para darte espacio. Al oír tus palabras, mostró una leve sonrisa. Tu mochila no estaba alrededor, pero pudiste alcanzar fácilmente aquella botella de agua hasta terminarla. Tu salvador respondió mientras bebías.

-No soy un marine, y los que salieron del bosque tampoco: Somos una rebelión contra los marines, formados por ex-piratas y ex-marines que están en contra de los actos de los oficiales. La isla lleva siendo un punto de mira desde hace tiempo, y este es uno de los frecuentes encuentros: Los marines contra los rebeldes -hizo una breve pausa para señalar al hombre del arco. -. Aquel que ves allí es el líder de la rebelión y el líder del clan Shimada; Te encuentras en Dragon Town, una isla que desde sus origenes tiene conexión con los dragones por la fundadora de la ciudad, y él es el uno de sus descendientes.

Ya empezabas a entender mejor la situación. Resultaba que las personas se habían cansado del mandato de los marines y empezaron a luchar por lo verdaderamente justo: Esa rebelión era muestra clara de ello.

-Estas herida -dijo viendo tu pierna. -. ¿Me permites?

Aquel que te había salvado se acerco a ti de nuevo, mostrandote las palmas de sus manos las cuales empezaron a liberar una suave luz verde.

-Comí una Akuma que me permite sanar las heridas fácilmente. Soy el mejor doctor de la isla -dijo con algo de orgullo mientras acercaba la mano a tu pierna, por la cual empezó a recorrerte un cosquilleo: En pocos segundos pudiste observar como la bala salía de la herida, la cual termino por cerrarse. Luego el médico aparto sus manos. -. Bien. Puedes correr en aquella dirección hasta salir del bosque, allí encontrarás una torre donde te terminarán de atender, solo tienes que decir lo que me dijiste a mi. Yo tengo que unirme al combate, la rebelión necesita un médico.

Tras señalarte la dirección por donde te había indicado que escapases, el hombre se levantó y se dio la vuelta, dispuesto a salir del escondite para unirse al combate que estaba por comenzar.

Al final gracias a Denna y que la cria se fue, conseguí abrir la puerta y colarnos dentro, pero por mucho que buscara y buscara una y otra vez y en todos lados, no encontraba ni mi ropa ni la de Denna - ¡Mierda! No puede fallar vamos, cuando tienes prisa todo va lento. Joder. - Pegué un pisotón al suelo un tanto enfadada cuando sin darme cuenta mientras estabamos buscando nuestra ropa, llegó la chica.

Miré a Denna, sin preocuparme - Nos ha pillado... ¿Y que? No estamos haciendo nada malo que ella sepa - luego volví a mirar a la chica y suspiré - Mira, no te mentiré, llevamos prisa. El jefe Shimada nos ha pedido ayuda para luchar contra los marines que vienen por el puerto ya que nosotros somos también antimarines, y antes cuando compramos estas ropas nos dejamos las nuestras sin querer aquí. Yo con estas ropas no puedo pelear, y ella menos - La miré de arriba a abajo a Denna pero la verdad es que la diferencia entre la anterior y la actual es que se le veian menos las tetas. - Sí, hemos entrado a la fuerza, pero porque nos necesitan para protegeros. Ahora piensa que es lo mejor, culparnos y decirlo por ahí para que nos arresten y haya menos posibilidades de salvaros de los marines o ayudarnos a encontrar nuestras ropas y ser una pequeña ayuda ante la protección de Dragon Town.

-Necesitamos toda la ayuda posible, y aunque sea algo tan pequeño como tener una ropa adecuada para luchar, es una ayuda increible. - finalmente aclaré para hacerle ver a la chica que podría ayudarnos practicamente sin hacer nada. Solo ayudarnos a buscar nuestrar ropas.

Ante vuestras palabras, los capitanes no hicieron más que volver a hablar a la vez; Sus voces se mezclaban como una sola.

-¡La verdadera justicia solo es una, y es la de la Marine! ¡Estos rebeldes no son más que piratas y traidores que merecen ser ejecutados! -tras lo cual ambos capitanes desenvainaron al mismo tiempo y apuntaron hacia adelante: La charla había terminado -¡Al ataque!

Tras la orden de los marines, el líder shimada señalo hacia el enemigo con el brazo de la misma manera que lo hacían ellos con sus espadas.

-¡Al ataque!

Ambos bandos soltaron un grito de guerra antes de correr contra el otro, apuntando sus armas contra ellos para luchar a muerte en esa costa. Como era de esperarse, varios de cada bando se quedaron atrás con armas de larga distancia, las cuales empezaron a disparar poco después de que los que se enfrentarían cuerpo a cuerpo se encontrasen. Los marines que no eran ni capitanes tenían algo en común: Su experiencia en combate, era la básica, la cual era suficiente como para luchar contra fuertes enemigos sin salir mal parados, esto te facilito mucho el derribar varios marines sin mucha dificultad, aunque igualmente, siempre había uno que otro que llegaba a sobresalir y daba algo de combate; Ese era el caso del marine que se abrió paso entre todos para correr hacia ti con su espada levantada, preparado para hacerte un corte de hombro a cintura que atravesase tu pecho.

Mierda. Fue el primer pensamiento que cruzó por su mente cuando todo el caos inicio, realmente quería evitar aquello o simplemente generar un poco más de tiempo para que Hitomi y Denna llegarán, necesitaba que ambas estuvieran en buen estado y pudieran salir de allí una vez todo esto hubiera sido solucionado. 

Cuando todo el problema sucedió rapidamente se cubrió de la trayectoria de los proyectiles ayudandose de los cuerpos de los marines quienes intentaban ir contra él con todo lo que tenían, no iba a dejarse atacar con una facilidad estatica ni tampoco iba a apoyar a la resistencia con palabras de aliento, simplemente se defendería e intentaria terminar con esto lo más rapido posible. Avanzó con fuerza mientras sacaba sus espadas y goleaba con el dorso de la mano a los marines más debiles hasta encontrarse con uno que podía hacerle algo de competencia. -Quitate. -Pronuncio mientras lanzaba un contraataque rápido al moverse a un costado y lanzar un corte al brazo que tenía la espada, luego lanzó una patada al pecho para lanzarlo lejos y poder avanzar hasta un capitán, si lograba vencer u obtener ventajas sobre uno de ellos quizás podría obligar a que la batalla terminara rapidamente.

Aún seguía sorprendiéndome de la rápida respuesta de Hitomi cuando la dichosa niña volvió a aparecer por la puerta, ¿era un fantasma y podía atravesar las paredes o algo así? porque a menuda velocidad había ido y vuelto desde la plaza del pueblo hasta la tienda.

Escuché sin intervenir las palabras de mi compañera, la verdad es que tenía razón, y solo era una cría, ¿que nos podía pasar por qué una niña descubriera que queríamos forzar una tienda?

Me agacho poniéndome a su altura para añadir algo más.

- Ahora que ya sabes todo lo que está ocurriendo, ¿no nos delatarás verdad?, ya eres una chica mayor y puedes distinguir lo que es correcto de lo que no, asi que... ¿nos ayudarás guardando este pequeño secreto ¿si?

Se relajó bastante con aquella respuesta y asintió con seriedad, escuchando atentamente a aquel hombre y observando también a los que se estaban por enfrentar. -Gracias por la explicación y... gracias por salvarm... ¿Eh? Claro aunque sin mat... Se quedó callada abriendo de par en par los ojos, sorprendida de aquellos poderes, aunque intentó mantener la compostura se la notaba tensa por la situación. -Esto... esto es increíble... jamás había visto de cerca a un usuario... Y es un poder increíble... Gracias.... otra vez, por todo. Le sonrió cuando logró calmarse algo más y asintió algo preocupada mirando a los Mellizos. - Mucha suerte con todo esto... Y con esas palabras y un gesto con la gorra que llevaba marchó corriendo en dirección opuesta al combate, le dolía menos pero aún estaba herida por otras zonas, debía curarse y enterarse bien de todo lo que ocurría en este nuevo mundo para ella.

La pequeña las miraba mientras intentaban explicarle la razón de estar robando. Era cierto, ya era una chica mayor y podía distinguir lo que es correcto de lo que no, por lo que no tardo en tomar su decisión con una gran e inocente sonrisa.

-¡Esta bien! -dijo alegre mientras alzaba las manos. -. Entonces las ayudaré a conseguir sus ropas también.

Tras aquellas palabras, una luz salió sobre ustedes. Un tipo de portal celeste giraba en el techo, liberando una suave ventisca alrededor que removía levemente las ropas de la tienda y la de ustedes. Antes de que pudieran decir algo, del portal cayeron unas prendas de ropa que identificaron enseguida: Eran vuestras ropas, las cuales cayeron suavemente sobre ustedes. Poco después, el portal se cerro, y la niña bajo sus brazos con esa sonrisa alegre.

-El encargado me dijo que alguien se había dejado sus ropas aquí, así que se las guarde para cuando las viniesen a buscar; Tenía mis dudas, pero ya recuerdo que estás son sus ropas, ¿cierto? -parecía ser que la pequeña niña tenía sus secretos, unos muy sorprendentes, pero no había tiempo para preguntar. -. Coloquense la ropa y vayan a defender la isla, confió en ustedes y el líder Shimada.

Tras guiñarles el ojo de manera infantil, acompañada con esa sonrisa alegre, la niña se dio la vuelta y se fue del local, disimulando que no había visto a unas ladronas dentro.

Me quedé asombrada cuando la niña hizo aquel portal. Mi cara de sorpresa lo decía todo y mira que había visto cosas. Usuarios de fruta, animales humanoides, seres mecanicos... ¿Y ahora esto? - ¿Que clase de poder tiene esta niña? - Pensé mientras mi ropa caia entre mis manos - Gra... cias - Dije mientras trataba de aclararme. Sin duda aquella chica era un gran misterio peor no iba a irse así como así - Espera. Tras lo que has hecho creo que es justo que sepamos tu nombre. Yo soy Hitomi - Un nombre valía mucho más que a veces la palabra hasta la proxima con un recien conocido.

Tras saberlo y ver como la niña se iba me cambié rápido en el sitio, sin pudor alguno y a lo rápido y cuando al fin sentí mis anteriores ropas sobre mi me estiré ayudandome del bo - Ay que agusto. Ahora puedo moverme más libremente. Yo ya estoy lista. ¿Vamos a por ese barco Denna? - Pregunté para así ir corriendo juntas a cargarnos marines y poder cumplir el trato con el lider Shimada

El marine no tuvo como defenderse ante el corte a su mano, causando que soltase el arma y retrocediese un poco. Por suerte, pudo cubrirse de la patada y solamente retroceder un poco más, pero sabiendo en la situación en la que estaba decidió huir de ti para evitar morir.

Entre el combate, los capitanes pudieron notar tu iniciativa de ir a por ellos. Solo de dieron una mirada antes de asentir y empezar a caminar en caminos diferentes. Uno de ellos se detuvo al estar frente a ti, mientras el otro seguía rodeando el combate. Cuando ya estuviste a varios pasos de él, el capitán paso entre los tiradores y corrió hacia ti con espada en mano: Apenas estuvo cerca de ti, choco su espada con la tuya, manteniendo la presión para que no te separes.

-No tienes pinta de Rebelde... ¿Una nueva inclusión? -te preguntó mientras te miraba fijamente. Por un breve momento desvió su mirada hacia su gemelo, quien seguía buscando un buen momento para entrar. Enseguida devolvió la vista hacia ti y dio un salto hacia atrás para apartarse sin arriesgarse a recibir un corte. - No me interesa quien seas: Si estas de parte de ellos, eres un criminal -sentenció antes de volver a correr hacia ti, esta vez con intenciones de atacarte y no de charlar. Su espada iba directo a un corte en el pecho.

Miro asombrada como la niña nos devuelve nuestras ropas a través de... ¿un portal?, esa niña si que era un misterio, ¿sería una usuaria de frutas?

- Muchas gracias, mi nombre es Denna y pienso convertirme en la mejor historiadora del mundo. - digo con confianza antes de que se vaya.

Me visto rápidamente allí mismo, por fin estábamos preparadas para poder luchar y demostrar que podíamos ayudar a la ciudad tal y como habíamos dicho.

-¡Sí, vamos allá, los marines no saben la que les espera!

Sonrío a mi compañera y salgo de la tienda corriendo con ella en dirección al barco.

Mantuvo una leve sonrisa cuando el sujeto se escapo del lugar, no era alguien quien debiera prestarle atención y siempre iba a ser mejor que se alejaran de la zona de pelea antes de caer muertos por una batalla sin sentido. Su cuerpo se mantuvo erguido frente a los capitanes, dejando en claro que no se iba a dejar intimidar por ningún marine ni tampoco por algún rebelde que tuviera el pensamiento de hacerle frente. 

Enarco una ceja mientras escuchaba sus palabras, sin duda alguna aquel sujeto era uno de los importantes y si lograba imponerse ante él demostrando que los intentos de vencer a los rebeldes eran furtivos, no podrían pasar de aquel lugar a menos que fuese en una bolsa para cadaveres. -Exacto, no soy un rebelde. -Respondió con una extraña amabilidad. -Soy... -Justo en eso el sujeto dice aquello de que no importa quien era y le corto todo el buen rollo que estaba formando, darse a conocer como el carpintero luchador o algo por el estilo. Incluso su personalidad se bajoneo un poco y dio un par de pasos hacia atrás al notar que el tipo se le venía encima. Sus espadas gemelas movieron con una facilidad gracil la espada de su rival, ni siquiera se movió de su lugar y su mirada altiva sobre el capitán era casi humillante para quien le enfrentaba. -Bueno, no importa, simplemente soy mejor que tú. -Esbozo una sonrisa para lanzar un corte descendente desde su posición con su espada de la mano derecha.

-¿Mi nombre? Pues... Pueden llamarme Fanny -respondió la niña con una sonrisa luego de librarse de dudas, pasando luego a retirarse para que se pudiesen cambiar.

Tras salir del pueblo y dirigirse hacia el mulle, pasaron frente a la torre de los rebeldes. Antes de adentrarse en el bosque, vieron salir de este a una marine: Estaba algo sucia, unas heridas menores, algo quemada y totalmente desarmada. Parecía que huía de combate.

En ese momento recordaron que no habían muchas chicas rebeldes en la torre, y no la reconocían a ella de las pocas que vieron durante el "tour familiar".