Partida Rol por web

- ¿Querías verme, hermano? Antes de que me digas nada, por favor, déjame hablar. He estado pensando toda la noche en lo que me dijiste. Soy consciente de que estamos en un momento complicado, esta misión es delicada y todo eso, y quiero que sepas que estoy contigo, y que estoy dispuesto a hacer lo que haga falta, y que puedes contar conmigo. Ya soy un hombre, un Reginloc, y eso es todo para mí. Eso está por encima de todo lo demás.

- No me cabe la menor duda de que eres un digno portador del apellido Reginloc, hermano- digo mostrándome orgulloso.- Me ha sido informado de que las Elegidas de Beory se han alojado esta noche en el campamento de Anodiräs. Querría que te acercaras al campamento de Anelûk antes de que partan con este mensaje- digo mientras le hago entrega de un rollo con el siguiente escrito:

"Estimados representantes del muy noble pueblo de Anelûk. Les escribe Alantar Reginloc, Altísimo consejero y representante de Abatis.

Independientemente del destino del artefacto que nos trae a este cónclave, cuyo destino será bien guiado por nuestros dioses, el pueblo de Abatis desea que este sea un punto de conocimiento y acercamiento entre nuestros pueblos.
Hemos conocido la noticia de que las Elegidas de Beory, portadoras del artefacto, se han alojado esta noche en el campamento de Anodiräs, por lo que imaginamos que en las próximas noches se alojarán en los otros campamentos, ya que suponemos que su intención es conocer a nuestros representantes para poder juzgar su voto de forma justa e imparcial.

No habíamos sido informados este hecho, por lo cual no nos ha dado tiempo a preparar un alojamiento adecuado para las Elegidas y su séquito. Imaginamos que nos sería comunicado más adelante, por lo que suponemos que el siguiente lugar donde las portadoras del artefacto se alojarán será en su campamento. Si desean que pasen con ustedes más de una noche, por nosotros no habría problema, así nos daría tiempo a preparar un alojamiento digno de tan importantes huéspedes mientras tanto. 

Que la gloria os sea propicia."

-Puedes leerlo, Alesir. Un mensajero debe conocer el mensaje que porta por si tiene que responder alguna pregunta. ¿ Tienes tú alguna pregunta?

Tras leer detenidamente el mensaje.

- ¿Crees que los enanos de las montañas están abiertos al diálogo? Hermana y tú siempre habláis de ellos como bárbaros violentos. Además odian a los elfos, ¿no crees que este mensaje les hará enfurecer?

- Creo que los enanos habrán enviado a una misión diplomática a aquellos más civilizados de entre los suyos. Para un cónclave de este tipo, DEBEN estar abiertos al diálogo, hermano. Por otra parte, no estamos acusando a los elfos de nada. Posiblemente estas suposiciones sean correctas, sólo estamos pidiendo que nos los confirmen. No te preocupes por su reacción. En estas palabras...- digo señalando el rollo- no hay maldad alguna, sólo mostramos nuestra intención de servir lo mejor posible a los intereses del cónclave- - digo acercándome a él y bajando el tono en señal de confianza- Hermano, aprende que somos responsables de lo que decimos, no de lo que otros quieran interpretar en nuestras palabras. ¿ Crees que sería mejor que nos calláramos esta información? ¿ Y si realmente hubiera algo turbio en el hecho de que esas Elegidas se alojen con los elfos? ¿ Cómo crees que sentaría en Anelûk el saber que éramos conocedores de esa información y no la compartimos con ellos? Creo que mostrar nuestra buena fe, transparencia y disposición a colaborar es la mejor política que podemos llevar a cabo en estos momentos para ganar aliados. ¿ No crees, hermano?

Prefiero que mi inexperto hermano vaya convencido de la buena intención del mensaje, para que si es cuestionado al respecto, su reacción resulte veraz.

- Tienes razón hermano. Tengo mucho que aprender de ti.

Cuando Alesir abandona mi tienda, me dispongo a prepararme para partir hacia el cónclave. Elijo mis prendas cuidadosamente, ajusto mi sello en el dedo y tomo mi bastón. 

Hago llamar a Vaulo , Saitos y Satior para que me acompañen en la comitiva.

Bien emperifollado te diriges al Cónclave. Abandonas el campamento escoltado por el Capitán y los dos Guardias. Desde aquí podéis ver la monumentalidad de las tres espadas de piedra, que señalan en el paisaje la ubicación exacta del Túmulo. A medio camino dos pequeñas figuras, una gnoma y un mediado, se presentan ante vosotros. Traen algo para ti.

Hablan a la vez, cortándose y terminando las frases el uno del otro:

- ¡Saludos y paz!

- Paz, vecinos de Abatis.

- Somos Garlyn Farlyn y Wolon...

- ¡Wolon Belinnin!

- Nos envía Rupert Aedo.

- ¡El Vitûr Rupert!

- Nuestro Vitûr.

- ¡De Anelûk!

- Sí, de Anelûk.

- Nos envía a tratar con vosotros.

- Como vecinos.

- Vecinos preocupados por el futuro del artefacto.

- El artefacto nos preocupa.

- ¡Nos han espiado!

- Sí, una elfa.

- ¡La vimos nosotros!

- Una desgracia...

- Y el Vitûr nos envía a avisaros.

- ¿Os han espiado?

- Si era elfa, era de Anodiräs.

- Esos elfos oscuros...

- Buenos no son.

- No. Buenos no...

- Rupert nos envía para preveniros.

- ¡Para avisaros!

- Y para entregaros esto.

- Un presente.

- ¡Como símbolo de paz entre nuestros pueblos.

- Una espada.

- Entregar una espada a tu enemigo es símbolo de paz.

- Y ya no seríamos enemigos.

- No, ya no. ¡Vecinos!

- ¡Aliados!

- El Vitûr Rupert os entrega esta espada.

- Forjada por enanos.

- Y hecha de oro.

- Como obsequio al Altísimo Consejero.

- Y al dios Pelor.

Ambos hacen una reverencia y te tienden el regalo. Una magnífica espada de oro fabricada por maestros enanos:

Dos emisarios de Anelûk nos interceptan camino del Túmulo.

- Agradezco enormemente el gesto del Vitûr y del pueblo de Anelûk por extensión- digo tomando la espada con solemnidad-, aunque quiero que conste que nunca consideré a vuestro pueblo enemigo de Abatis- inclino la cabeza en una leve reverencia.- En estos momentos no llevo nada encima que poder dar en ofrenda, pero os prometo que después de la jornada, una vez volvamos al campamento, daré orden de que el gesto sea correspondido en nombre de la tierra de Abatis y como señal de fraternidad de nuestros pueblos. No he tenido conocimiento de ninguna espía elfa en mi campamento- digo con una mirada interrogante  a Vaulo- pero os agradezco mucho la información. Desde luego, no podemos permitir que un artefacto de poder como este caiga en malas manos. 

Debemos continuar nuestro camino. Dad las gracias a vuestro Vitûr en nombre de Abatis y en el mío propio.