Partida Rol por web

- Lo siento Fer... - Respondió Sara. - Es que han sido unos meses difíciles para mí. Estoy aquí sola y bueno... - Miró a los ojos de su novio. - ... bueno te tengo a ti, pero no tengo nada más en esta isla. Es un poco... agobiante. - Resopló melancólica. - Me iré acostumbrando, supongo...

Álvaro se acercó a la regidora por detrás, lentamente, cogiéndole el culo pero acercándose de forma cariñosa. - ¿Cuchicheando chicas? Animaos, que esto es una fiesta y de aquí no va a salir nada- Álvaro les sonrió y las salpicó de agua mientras se alejaba.

- Esa chica es una bomba... - Le dijo de forma expontanea. - Está muy loca, pero no parece mala chica. Yo desde luego nunca podría ser su pareja. No podría seguirle el ritmo... ¿Sabes?

Se acercó a la máquina que Aina estaba utilizando y añadió el peso que su amiga le había pedido. La conocía bien y sabía que no aceptaría una negativa. La había visto otras veces así y bueno... Le convenía no hacerle enfadar.

- Ella hablará contigo seguro. - Trató de tranquilizarla. - Creo que sabe que se ha equivocado. No creo que sea lesbiana si eso te preocupa. Creo que se quiere tirar a Álex... - Soltó una risotada. - Pero no piensa mucho lo que hace. Seguro que hay un motivo que explica el beso... - Se agachó frente a Aina. - ¿Volvemos o no pararás hasta romperte unas cuantas fibras? ¡Qué no ha estirado!

Daniel siempre le ayudaba  a enfocar las cosas con más claridad. 

-Quizás haya sido por la bebida...- la verdad es que el hecho de que a Dani no le pareciese que MaMi era lesbiana le quitó un gran peso de encima. Esperaba y deseaba poder dejar todo aquello como una anécdota que pronto pudiesen olvidar y que nunca volviese a repetirse. 

Le gustó sentir el incremento del peso, siempre le había gustado superar sus límites, y aunque, consciente de que no se había preparado para las pesas no se había puesto demasiado peso, Daniel tenía razón, no había estirado y podía lesionarse. 

Joder, ni siquiera he calentado.

Su orgullo le impidió pararse acto seguido, todavía hizo tres o cuatro sentadillas más, aunque por más que quisiese disimularlo y hacer ver que paraba porque ella quería, su amigo la conocía demasiado bien, y de no haber ido tras ella a saber hasta dónde hubiese llegado.

-Bueno, mejor vamos al jardín.- Dijo mientras fijaba la barra - Gracias Dani - Y le sonrió un poco temerosa todavía de lo que pudiesen encontrar a fuera. No abrazaría a su amigo de infancia ni nada de eso, esas cosas no eran propias de Aina. -Espero que no nos encontremos con una orgía en la piscina. No sabes cuánto costaría vaciarla por completo y volverla a llenar - bromeó dispuesta a salir juntos del gimnasio para volver con el resto de la gente. 

Ya en el agua el comentario de Maria Antonia me habia relajado un poco. Si hablaria con Aina pero esperaria un mejor momento. Solo esperaba que no estuviese molesta conmigo. Alex parecia tener sobre controla la parrilla y ya se sentia el olor de carne, aquello sin duda era una tortura pero tambien habia mas esperanzas de comer.

- Gracias Antonia...  si a veces soy....

Pero Alvaro nos interrumpio abrazando a la Señora por detras. Parecia ser la norma y entonces les salpique a ambos con agua a modo de juego.

- Oye! no la agarres que vas a hacer que me ponga celosa, vale??? reclame haciendo referencia al abrazo de Alvaro pero sin importancia realmente, solo queria mojarlos.

 - No te preocupes. Es normal, estamos en una isla... ya conseguiré plaza en algún sitio en la península, pero, mientras tanto, mi trabajo está aquí. Son mis compañeros, me gustaría que te llevaras bien con ellos. Además, que son buena gente: si no lo fueran, me limitaría a tratar con ellos en el trabajo y ya está.

Fernando quiso dejar zanjado el tema con Sara, pero algo le decía que volvería a salir en un futuro no muy lejano...

  - ¿Vamos a darnos un baño? - ofreció con una sonrisa.

- Por mi perfecto... - Dijo entonces Sara. 

Parecía que la chica se sentía algo descuadrada todavía y quizás algo avergonzada por lo que había sucedido. Lo cierto era que ella también había recibido una educación religiosa y moral muy estricta y chapada a la antigua. Aquella fiesta, sin ser una orgía o una rave, podía resultarle un tanto fuera de lugar, aunque para que negarlo, lo principal eran los celos. María y Aina eran chicas atractivas e incluso la regidora, aunque algo más madurita, también lo era.

- Y perdona... - Repitió antes de acercarse a la escalera de la piscina y empezar a bajar escalón por escalón.

- ¿En serio que podemos encontrarnos eso? - Preguntó Daniel muy seriamente.

Enseguida sonrió y Aina entendió que se trataba de una broma. Lo conocía desde siempre, pero aún tenía esa capacidad de confundirla de esa forma. Era complicado en ocasiones para Aina, discernir si lo que Daniel decía iba en serio o por contra bromeaba. Menos mal que normalmente se lo hacía saber con su sonrisa socarrona, pues en ocasiones, no era hasta más tarde o incluso días después de algún comentario, cuando el mismo Daniel tenía que explicarle, que lo había dicho en tono de broma.

- ¡Venga, vamos fuera! - Dijo abrazando por encima del hombro a su amiga.

El buen ambiente volvía a reinar en el jardín. Alex lo había logrado. La carne estaba ya hecha y en su punto. La había dispuesto en algunas bandejas y había empezado a colocarlas sobre la mesa. Una prueba más de aquel chico era el hombre perfecto y que si no tenía novia todavía era o bien porque no quería, porque escondía un carácter muy difícil bajo su cara de ángel o bien porque directamente era gay.

El resto de invitados, se encontraba ahora en la piscina. Álvaro y María Antonia se encontraban en un rincón de la piscina parloteando de sus cosas. Junto a ellos estaba también María, quien alegremente compartía su conversación. No muy lejos de ellos estaban Sara y Fernando, quienes parecían mucho más felices que un instante atrás. Incluso Sara le dio un beso en los labios a su novio, algo que recatada como era ella, no había hecho todavía desde que llegó a la fiesta. Por suerte parecía mucho más integrada en el grupo ahora, que momentos atrás.

Cuando Aina y Daniel pasaron por al lado de Alex, este les saludó de forma militar, para acto seguido mostrar la mejor de sus sonrisas, como casi siempre hacía. Fue entonces, cuando Aina, a punto de recoger las bandejas de carne para llevarlas a la mesa, escuchó la melodía de un teléfono móvil, que sonaba en el interior de una de las mochilas. Concretamente creyó reconocer que se trataba de la de Álvaro. Justo cuando fue a advertir de ello a su compañero, el teléfono dejó de sonar y solo unos segundos después sonó el de María, el cual se encontraba en una hamaca junto a la mesa.

Cuando Aina se percató de ellos fue a agarrarlo para acercáselo a su amiga, podía ser importante. Entonces vio quien era el que estaba llamado, que no era otro que el subinspector jefe. No solía llamar nunca en persona por nada del trabajo, bastante tenía ya con todas sus funciones de jefe de policía. Aina dio dos zancadas y se agachó junto a María. 

- Te llaman... - Dijo. - Es el jefe... 

María miró extrañada a Aina y Aina le devolvió aquella mirada de desconcierto. De pronto se hizo el silencio en la piscina y Alex se encargó inmediatamente de bajar el volumen tras petición de Aina. María salió de un salto de la piscina se secó rápidamente las manos y contestó.

- ¿Sí...? - Dijo al contestar al teléfono.

- Bueno días, María... - Dijo Luis desde el otro lado del teléfono. - Estoy llamando a todo, porque ha pasado algo... - Le comunicó. - Os pido por favor que os presentéis cuanto antes en dependencias. No se si puedes contactar con Aina, supongo que sí... - Dijo con tono serio. - Y con los chicos... - Suspiró y en ese momento María puso el altavoz para que el resto de sus compañeros pudieran escuchar lo que le estaban diciendo. -

María contestó al teléfono y la expectación del resto fue muy grande durante algunos segundos. María casi no hablaba, solo asentía y el subinspector, aunque no entendían lo que estaba diciendo, sonaba serio y preocupado. Entonces María se aparto el teléfono móvil dela oreja y accionó el botón de altavoz para que todos lo oyeran.

- Es Bernat... ha dicho algo muy raro al iniciar el turno a las 14:00. - Luis Mate hizo una pausa. - Su compañero no le ha dado importancia, pero se ha marchado y no ha vuelto. No responde al teléfono ni a la emisora... - Suspiró. - ¿Puedes venir para iniciar una búsqueda cuanto antes? Os necesitamos a todos. Bernat tiene antecedentes de depresión y... - No dijo más, sólo esperaba una respuesta.

A Fernando no le gustó nada el tono de la llamada.

Si hubiera sido Capllons el desaparecido, Fernando habría pensado que estaría de bares, o en un puticlub, o se habría quedado encerrado en su propia taquilla, o se habría engrilletado él solo a una farola...  Pero Bernat, por muy acaimanado que estuviese, parecía una persona sensata. Y, ¿qué era aquello de que había dicho algo raro al empezar el turno? ¿Antecedentes por depresión...?

 - ¿Qué es eso que ha dicho que es tan raro? - interrogó Fernando - Vamos a base; ¿alguno sabe dónde vive Bernat? ¿O algún bar en el que pare, o algo?

Se despidió de Sara:

 - Lo siento, tendrás que esperarme en casa; esto es importante, podría ser grave.

Por un momento me quede embelesada viendo como Alex nos salvaba a todos y despues de todo era un amor de persona.

Pero Aina regreso con Daniel y simplemente la observaba esperando tener una oportunidad de hablar con ella.

No la hubo.

Apenas comence a acercarme ocurrio aquella extraña llamada y inmediatamente puse en altavoz para que todos escucharan.

- Vamos para alla, Señor! dije al finalizar la llamada despues de indicar que Aina, Fernando y Alvaro habian escuchado.

Salir del agua, secarme, disculparme con la regidora, dar una sonrisa a Sara, un beso a Alex y ponerme una franela y un short fueron 27 segundos y medio.

Aina tenia el auto listo para salir, el auto soñado, pero esta vez no podia conducirlo. Si bien la llamada me habia traido a la realidad poniendome practicamente sobria, no seria responsable conducir. Mi moto seria otra cosa (pense de manera sarcastica)

Tenia mi uniforme en la comisaria asi que podia partir de una vez. Si los chicos venian con nosotros era mejor para no perder tiempo.

Volvió al jardín acompañada de Daniel. Se la veía más relajada y no tocó el tema. Simplemente al primer contacto visual con María esbozó una ligera sonrisa, como queriendo transmitir a su amiga que no pasaba nada.
Al fin estaba la comida lista, Alex lo había hecho posible en el poco tiempo que estuvo en el gimnasio, o al menos a Aina le había parecido poco.
Entonces sonaron los móviles, y María fue la que logró contestar. Cuando puso el manos libres empezó a preocuparse. ¿Se había marchado y no volvió? ¿Antecedentes de depresión? ¿Por eso se había ausentado tanto tiempo? ¿Hasta donde habría llegado cuando ella no había ingresado todavía en la academia? Miró a sus compañeros con preocupación y decisión de entrar en acción.
-Lo siento, la fiesta ha terminado- comunicó al resto. Otro anfitrión más simpático igual hubiese dicho a los cuatro civiles que se quedasen disfrutando tranquilos. Podría haber dejado a Daniel encargado de cerrar la casa. Pero era Aina, y a Aina no le gustaba tener la casa llena si ella no estaba. Eso tan solo había ocurrido con María, ella había sido la única con ese privilegio y los primeros días Aina se preguntaba qué cojones se le había pasado por la cabeza para hacer eso. La cosa era que había salido bien, pero no tenía por que ocurrir lo mismo con el resto.

-Cada mochuelo puede llevarse un táper a su olivo, si quiere.- dijo señalando la barbacoa -Alex o Dani, o los dos. Hacernos un bocata para el camino para nosotros cuatro, por favor-
No podían perder tiempo, debían secarse, vestirse, mear y cagar si hacía falta. Había que prepararse lo más rápido posible.
Dejo varios tuppers sobre el mármol de la cocina y habló a María Antonia:
-Aquí dejo los tuppers, que no haya que tirar comida- y así la dejaba de algún modo como responsable de aquella tarea.
Después se fue a su cuarto para preparase, no pensaba presentarse ante el resto de compañeros y superiores en bikini. No tardó mucho en volver a bajar.

-¿Todo el mundo listo?

A Álvaro no le gustó nada tener que salir corriendo de allí, tenía a la regidora en bañador, y no quería desaprovechar esa situación. Se acercó a ella, le dio un beso suave en el cuello, un pequeño azote en el culo y le dijo:

-Al trabajo. Te escribo luego.-

Salió, cogió sus cosas y se fue con Aina, que parecía que era la que estaba más preparada para salir.

-No llevamos el arma, ni defensa ni nada, pero supongo que para ir a buscar a Bernat, no necesitamos nada más. ¿Vamos?-