- ...así es mi cabo. - Decía el otro agente de la guardia civil con acento andaluz. Estaba hablando por teléfono, seguramente con el cabo primero que habían visto antes de salir en busca de Bernat. - Si, correcto. - Hizo una pausa para escuchar a su interlocutor. - ¿Están ya de camino? - Asintió con la cabeza. - Pero ya le digo yo que vamos a necesitar a la funeraria... - Meneó la cabeza hacia un lado. - También tiene razón, pero no van a firmar la defunción. Esto es una muerte judicial... - Y la conversación entre veterano y mando se prolongó pero los agentes de la policía local tenían otras cosas de las que preocuparse en esos momentos.
Una vez en la escena no pude detenerme hasta lograr ver el cuerpo, cosa que lamentaria despues. Para mi era la primera vez que veia un muerto y con tanta sangre salpicada y el craneo en....
Tuve que ponerme la mano en la boca solo por instinto pero era imposible desviar la mirada. Una escena que me tomaria dias borrar de mi mente en mis horas de descanso.
- Alvaro aseguremos el area... Dije al final tan nerviosa como el Guadia Civil.
Nos presentamos a los de la Guardia y luego comence a marcar un perimetro con la cinta y asegurarme de que ningun civil se le ocurriese tomar fotos o videos. Habria que esperar a los forenses para levantar el cuerpo y aquello podia tomar su tiempo.
Oops! Soy muy ansiosa??? XD
- Vamos a alejarnos del coche - dijo Fernando a Aína - Aquí ya no pintamos nada: mejor aseguramos el perímetro con MaMi, para que no se acerque nadie.
A Fernando, la idea de que alguien pudiera sacar fotos del hecho, y que esas fotos se llegaran a hacer públicas, le repugnaba; pero sabía que, con un teléfono con cámara en el bolsillo de cada ciudadano, era una posibilidad muy real.
- Creo que hay cinta de balizar en el furgón; vamos a dejar una zona para que pueda pasar y estacionar la ambulancia, el forense, y demás. Y el resto lo balizamos para que no pase nadie. ¿Te parece?
No pasaron demasiados minutos hasta que un nuevo coche patrulla llegó a la finca. Los agentes de policía local todavía no habían acabado de acordonar la zona con cinta policial. En el interior del vehículo se encontraban el subinspector y el cabo de la guardia civil. Luis bajó su ventanilla y se dirigió a Fernando.
- ¿Está en lo alto? - Preguntó.
- Bajo el porche... - Respondió él.
- Buen trabajo chicos... - Les felicitó antes de proseguir su marcha hacia el lugar de los hechos.
El cabo de la guardia civil y el subinspector estacionaron cerca del furgón de policía local y del Jeep de la guardia civil. Descendieron del mismo y saludaron a los dos guardias que todavía estaban allí.
Ambos se aproximaron al coche donde reposaba el cuerpo sin vida de Bernat. Durante unos instantes examinaron la situación. Era evidente por las lesiones aparentes que nada podían hacer por él.
- Los pejotas están de camino... - Dijo el guardia Civil. - Que nadie se acerque... Aunque la verdad es que difícilmente nadie que no seamos nosotros, el 061, el forense o la funeraria pasaría por aquí... - Se encogió de hombros.
Poco a poco fueron llegando todos los servicios solicitados. El siguiente en llegar a la escena fue el 061. Portaban una ambulancia medicalizada que llegó escoltada por un coche patrulla de la Policía Local.
Los servicios sanitarios descendieron rápido de la ambulancia y se apuraron en tomar las constantes de Bernat, todavía en el interior del coche. No respiraba y tampoco tenía pulso, no obstante lo sacaron del vehículo y lo tumbaron en el coche colocándolo el instrumental médico e iniciando maniobras de resucitación cardiopulmonar.
Minutos después llegó la policía judicial de la guardia Civil de Inca, haciéndose cargo de la situación. Tras unas cuantas preguntas sobre los hechos a los cuatro testigos del suicidio, los pejotas solicitaron un informe de lo sucedido y tanto Aina y Fernando, como los dos agentes de guardia civil se marcharon a sus respectivas jefaturas para redactar el informe.
- María, Álvaro... - Luis se dirigió a ellos.
Se le notaba bastante afectado. Había sido otro incidente grave con armas de fuego entre sus hombres en muy poco tiempo. Aunque no era el culpable, sin duda de sentía responsable y siempre le quedaría la duda acerca de si podría haber hecho algo para evitar aquel desenlace.
- Habéis hecho un gran trabajo. - Les puso una mano encima de uno de sus hombros. - Ésto ya está controlado. Si queréis ir a base y preguntarle a vuestros compañeros si necesitan algo con el informe... - Suspiró. - Y sino... Id a casa a descansar. Creo que está noche entráis de turno... ¿No?
Pues nada, este a sido el capítulo 10. Postear mañana o pasado un resumen de lo que pasó después de este momento, pero si queréis estaría bien que vuestros ojos, ya en dependencias hablarán entre ellos de lo sucedido.
Aina asintió a Fernando y fue tras él. Cuando llegaron Mate y los servicios médicos sintió que un gran peso se le iba de encima. Quizás por eso, por saber que todo estaba ya encauzado, toda aquella tensión y el momento de ver a Bernat con la cabeza abierta por un disparo encontró un momento de liberación. Aina hizo un quiebro a la izquierda, pero no logró alejarse demasiado de su compañero, Fernando, se inclinó hacia adelante y vomitó. Por suerte no estaban ya junto a su superior, los otros agentes y los médicos.
Se puso las manos en las rodillas un instante, tratando de serenarse, y después se incorporó haciendo un gesto con la mano a Tur.
-Estoy bien, estoy bien- y se dispuso a continuar con la tarea.
Mierda Aina, más vale que te vayas curtiendo porque lo que te espera puede que sea peor.
Ya en la comisaría redactaría el acta, tratando de no dejarse ningún detalle que pudiese ser relevante.
- Estás hecha una mierda, como todos - dijo Fernando - Es normal, no te preocupes. Me alegro de que estuvieras aquí.
Sin darle mayor importancia, siguió acordonando la zona. Cada uno reaccionaba de una manera; ella había vomitado, y él no estaba seguro de si al llegar a casa se echaría a llorar, o de si podría dormir aquella noche...
Agradeció mudamente las palabras de Fernando, pero su mirada más tranquila dejaba claro que su reacción ante la de ella había causado el efecto esperado.
-¿Habías visto algún muerto antes?- Le preguntó sinceramente - Es decir, como este. No es como cuando se murieron mis abuelos, no a la vez, claro, pero ellos parecían estar en paz. Después en el velatorio y el entierro iban bien vestidos, bien peinados, limpios... no olían mal, como si se fuesen a la misa del domingo ¿entiendes?-
Lo pongo solo para Fernando porque no se si debo incluir a todos. Si el máster considera que sí que lo modifique, pero me parecía más sencillo añadirlos que quitarlos.
Nada mas habia por hacer despues que estuvo el lugar asegurado.
Pense que el viaje de regreso podria alegrarme un poco pero el recuerdo de Bernard seguia grabado en mi memoria junto con aquella de sensacion de culpa ajena que no podia evadir. Incluso estuve a punto de llorar en la soledad de mi casco mientras conducia de regreso sin saber realmente porque. Muchas cosas pasaron por mi cabeza pero al llegar a las Dependencias sabia una cosa.
Cualquier cosa que pudiese afectarme tanto en el trabajo tendria que dejarla en el trabajo, no podia cargar con ello el resto de mis dias. Era mas facil decirlo que pensarlo pero aun asi haria el esfuerzo.
El resto del dia me di cuenta que todos estabamos afectados de alguna u otra. Eramos humanos.
- No... Así, no - respondió - Mi tío me contó muchas historias de estas, de los años que estuvo en Barcelona; siempre me ha dicho que el primero te impresona mucho, pero que luego te vas acostumbrando.
A Fernando no le parecía que se fuera a acostumbrar a aquello, pero eso no lo dijo. Tampoco dijo que, si Bernat no parecía estar en paz como los abuelos de Aína, era porque lo que había hecho era un pecado. Para las convicciones religiosas de Fernando, el suicidio era una demostración terrible de orgullo. ¿Qué habría llevado a Bernat a hacer algo así? De pronto, él también tenía nauseas.
- No lo sé. Mejor si no lo pensamos mucho.
Si quieres postear algo más, adelante. Pero si no quieres tampoco es necesario.
Creo que tal como esta todo, poco puedo añadir. Álvaro es algo insensible y a saber la burrada que suelta....
jajajaja vale, acabo el post del 11 y lo pongo.
Había sido una noche dura para todos, sin duda. Una noche llena de novedades y sorpresas, se había suicidado una persona. No era la primera y, por suerte, tampoco sería la última.
A Álvaro no le gustaban los suicidas, bueno, realmente si le gustaban. Es decir, le parecía muy bien que la gente se suicidara, normalmente implicaba la muerte de una persona débil, mejorando por tanto la sociedad. Evitando, incluso, esquilmar los recursos del sistema en tratamientos y terapias que, finalmente, iban a dar el mismo resultado, la muerte de esa persona.
Evidentemente no le deseaba la muerte a nada, al menos a casi nadie, pero si alguien decidía quitarse la vida, ¿Quién era él para negárselo?
Álvaro era muy propenso a perderse en sus propios pensamientos, algo que sus compañeros ya habían notado alguna que otra vez. Aunque normalmente solía darse cuenta...
-Buenos chicos, al final, la vida sigue...¿no?-
- La de Bernat no... - Dijo alguien y soltó una carcajada.
Álvaro no pudo más que aplaudir ese comentario, aunque no sabía quien lo había dicho, no le hacía falta...
Aina miró seria a los compañeros. Vale, Bernat no era un ejemplo a seguir en ningún campo en los que ella lo había conocido. Tal vez era una persona incluso despreciable, sobretodo con las habladurías que habían y la denuncia de violencia doméstica. Eran cosas aborrecibles, pero de ahí a alegrarse de que alguien se pegase un tiro... Sí, Aina no iba a llorar por él, pero tampoco es que fuese a celebrarlo.
En su opinión más valía ser prudente, nunca sabías quien iba a ser el siguiente en seguir los pasos de Bernat, tal vez un amigo, un familiar, un hermano...
Siguió redactando el acta muy seria, aunque nadie podría asegurar por que.