Partida Rol por web

- Pues salgamos a "cenar". Propuso bastante animado. Le cuesta un mundo ponerse en pie y dar el primer paso, pero cuando lo consigue, una ola de euforia le inunda y empieza a andar. Parece que incluso rejuvenece, pero sabes que eso durará poco.

Abro la puerta de piedra y compruebo si hay luz o es de noche, una vez comprobado que no hay peligro de insolación salgo y le digo, sígueme.
Si me veo con fuerzas de invocar algún esqueleto lo hago, sino nos encaminamos a las afueras del pueblo y observamos antes de actuar.

Por el camino al pueblo le pregunto:- Que querias decir con que tenemos solo 3 dias?, va a venir un ejercito?, de quien? y a buscar que o a quien?

Su energía parece ir agotándose poco a poco. Te mira, Mira el ocaso y la oscuridad, que empieza a reinar en toda la zona y contesta: - Dos unidades de caballería vienen hacia aquí. Una son los fanáticos lobos y otra son monjes guerreros montados, todo al mando de un Guerrero Sagrado del Templo de Sigmar. No te notas capaz de invocar a nada, ni levantar muerto alguno. Te ves, si lo haces cayendo en el sopor, la locura o cualquier cosa similar. Te das cuenta que estas en una situación parecida a la de tu compañero. Muy parecida. Y eso te cabrea.

Enseguida viene a tu mente las huellas de pies que detectaste las noches anteriores.

Mierda, contra ellos no podremos hacer nada salvo que estemos en plenas facultades. El otro dia encontre unas huellas de personas, pero no pude localizarlas, no tendras algun hechizo para seguir rastros, o localizar seres vivos?
Digo mientras le dirijo hacia el lugar donde encontre las pisadas el otro dia.

No te contestó. No sabías por qué, pero tenías varias teorías.

Te diste cuenta que las seguía (Las huellas a las que le habías acercado) con detenimiento y empezó a dar vueltas por el pueblo. Parecía seguir una pauta y de pronto paró. Miró al cielo y dijo. - Vamos allí. Parecía un sitio de esos donde los alcaldes se dirigían al pueblo para dar sus discursos, noticias y donde se ejecutaban las condenas. No un cadalso, sino donde se hacían los juicios a los ojos de todos.

Subió con ayuda, ya que te diste cuenta pronto que no lo conseguiría por si solo. También notaste como desfallecían tus piernas. No sabías si aguantarías otra noche más así. Dos seguro que no.

Al llegar arriba se puso a rezar, y no tardaste en descubrir que su cuerpo refulgía con un brillo tenue y extraño. También, como mago novatillo aficionado a la nigromacia que eras, que los vientos de la magia corrían por su cuerpo como si fuera un tunen aerodinámico. En los collado no corría el aire como allí. Te sentaste en el suelo, junto a el, y te aburrías. Parecía un clérigo en una misa y estaba dándose algún tipo de milagro. Uno que no eran más que una luces y colores.

Ya desesperado te pusiste en pie y viste que seres se agolpaban con ojos brillantes, mirando a tu "compañero", a los pies de aquella tarima elevada. Unos eran animales, otros alimañas, pero había unos hombre, de rasgos deformes, pieles pálidas y pies enormes (que podrían coincidir con las pisadas que habías visto). Tus ojos se clavaron en ellos. El hambre hacía presa en ti y miraste al invocador.

Bajo de la tarima mientras mi compañero sigue atrayendolos y dando un rodeo voy hasta el final de la muchedumbre de seres y allí agarro un animal mediano y chupo parte de su sangre, con delicadeza para coger algo de fuerzas. después una segunda y una tercera y por ultimo clavo mis dientes en un humano deforme, siempre actuó por detrás. si no se resiste chupo parte sin agotarle, ni a el ni a los animales, ya que no puedo acabar con un posible rebaño asi como asi.
Una vez recobradas las energías, cojo uno o dos animales de tamaño medio, si me dan algun problema de tamaño pequeño y volviendo a dar el rodeo voy donde mi compañero al que mordiendo al primer animal dejo que salga la sangre un poquito y se lo pongo delante a mi compañero para que huela la sangre y ver su reacción. no le dejare que lo mate, le ire dando indicaciones de como hacer para que no sufran y sientan placer y así no resistirse y que la sangre fluya mejor.
si todo va bien después del primero le ofrezco el segundo. luego ire a por mas, hasta que se pueda mover, o pueda traer un humano para que se reponga. siempre si matar a nadie, chupando un 30% de sangre mas o menos.

Los animales no inteligentes, al escuchar los chillidos del primero, de la presa que tomas inicialmente, todos escapan, pero hay unos hombre deformes, que parecen adorar e idolatrar al mago. Este es "pan" con el que te cebas y lo dejas medio inconsciente. Se desmaya en el suelo. Sabes que no morirá, pero que va a estar uno días algo ... "pocho". Al segundo lo tratas con más "amabilidad" y se deja "tomar" como si fuera un sacrificio que hace por su fe y religión. Es a este al que acercas al buhonero, que parece estar demostrando que no es un simple vendedor de puerta en puerta y de pueblo en pueblo. El nuevo vampiro se comporta con disciplina, pero ya no tiene esta "res" mucho que sacarle sin que empiece a sufrir.

Aún repartes unos pocos "mordisquitos" más por aquí y allá y muestras a tu discípulo como hacer. Parece que no se defiende mal, escucha y atiende.

Una vez en perfecto estado, me acerco a mi nuevo amigo y le digo:- me tienes que enseñar a hacer estas cosas, podemos ser una buena pareja, como te llamas?.
Por el momento intentemos comunicarnos con estos medio salvajes. y acercándome a uno le digo:- Hola me llamo Wolfram von Bray y este es mi compañero, Quisiera saber donde estamos, y que hay por los alrededores, se que estais en una mala situación, pero si nos servís con vehemencia obtendréis grandes recompensas y este cuchitril llegara a ser importante.

Independientemente de la respuesta, (si la hay), luego le digo a mi amigo:- Vayamos al cementerio, ahora podre enseñarte a levantar muertos, esqueletos, zombis y demás, ya que nos tenemos que preparar para cuando vengan esos cabrones, y si acabamos con ellos, podremos levantar aun un mayor ejercito.

- No tengo nombre. Soy un enviado del poder y este es el que me mueve. Parece que lo dice con pena. Que me arrastra, para una misión. Enseguida recobra la compostura, y te mira con unos ojos brillantes y alegres a la cara. Y parece que esta misión eres tú.

- Pues habrá que ponerte un nombre, por el favor que nos has echo a los dos debes tener un nombre, escoge uno que te guste y asi te llamare. Por ahora tenemos un rebaño que nos suministrara sangre suficiente sin abusar y nos mantendrá en buenas condiciones.
Miro hacia el cementerio y digo, vayamos hacia allí, levantemos a los muertos, y después busquemos algún campo de batalla para levantar a mas. Y por cierto, vete enseñándome esa magia que la necesitaremos cuando los inútiles del emperador venga aquí.

Se quedó pensativo con lo del nombre, y no tenía demasiado interés en algo que no le había hecho jamás falta, así que te hizo feliz dando una respuesta corta: - Emi, Emi puede valer. Te dedicó una sonrisa condesciente y te miró de arriba a bajo con un aire de desaprobación. - No creo que en dos o tres días te pueda enseñar gran cosa, y no creo que tarden mucho más en llegar, así que... se retiró la capucha y pudiste ver su rostro. Era como lo "siervos" que habíais captado. ... igual podría ponerte como foco.

Se sentó, con la piernas colgando del lugar de donde habíais subido, y dio unas palmaditas en el suelo, junto a él, para que te acercaras y tomaras asiento. - Puedes ser el núcleo de varios entes mayores. Se rascó, y miró hacia una dirección en la que el cementerio se encontraba y te extrañó, porque no habías estado con Emi allí, ni tenías conocimiento de que hubiera pisado el sitio. Creo que tres o cuatro podemos crear. Y añadió. El resto los podemos vincular a su esencia y otros a la mia. Se giró un poco para mirarte y encararte. Te repulsionava mirarle a la cara desde tan cerca. Se dio cuenta y enseguida se puso la capucha, pero esos ojos penetrantes y poderosos seguían allí. Te incomodaba ciertamente. Así no agotarás tu "energía" tan rápidamente y podrás dirigir a esos líderes especiales y ellos a la chusma.

- bien lo que tu decidas sobre eso estara bien, no entiendo muy bien lo que pretendes pero si nos da ventaja adelante, ya lo ire pillando segun vayas mostrandomelo. digo rapidamente mientras miro el resto del pueblucho.
Vayamos alli ha hacer lo que tengamos que hacer termino diciendo señalando el cementerio donde parece que llevara acabo unos acontecimientos importantes.

Con Emi, encotraís un par de tumbas que a ti sólo te dicen que eran de alguien rico. Busca entre las piedras y al final, ofateando toca una. Esta deja, tras un ruido espantoso, un hueco. La piedra simplemente ha desaparecido. Un arrastrar de pies os sigue y todos los gohuls se han añadido a una marea que avanza, sin inteligencia ninguna, tras vosotros.

Emi hace unos gestos y entre varios, que te adelantan sorteándote, sacan un sarcófago de granito. Este contiene alguien momificado. Viste unas prendas como si fuera un viejo sacerdote, y tras un rato, un luz que te hace sentir quemazón, como si te hubiera tocado el sol, el remuerto, resucita.

Emi te señala, y el no-muerto se dirige a ti con el cetro en alto. Estás estupefacto. Es la primera vez que ves que un "levantado" ataca a su dueño, y cuando piensas que te va a sacudir te preparas para contrarestar el golpe. Justo allí se postra a tus pies. Notas que parte de tu esencia te abandona y pasa a ese ser. Incluso piensas que has visto sangre salir de tu cuerpo, pulverizada, y se introduce por la correosa piel del "sacerdote Wolframita". Igual era el viento de la magia, pero a ti te pareció sangre que perdías.

El "sacerdote wolframita", en esa extraña postura comenta, con una voz retumbante y que suena lejana: - Mi señor, ¿Qué ordena?

Sorio a Emi y cuando el Sacerdote Aquilofante se me acerca y me dice que quiere que haga sonrio aun mas y respondo:- Que puedes hacer?, puedes levantar un ejercito para mi y controlarlo?, si es asi hazlo, pues la sangre y las almas de los vivos nos esperan. Ademas Estos Aquilofantes Guerreros tienen que tener tropas que comandar.

Emi hace que cada aquilofante tenga 7 soldados, incluido el nigro. otros tantos pasan a ser tu guardia personal, y estos en lugar de ir armados con palos y garrotes, tienen algún cuchillo o pieza de armadra que los hace mejores combatientes. Otros dos son guardados por Emi, para que le hagan de ayudantes.

Sonrió y le digo a Emi:- Gracias!, esto si que es empezar bien, Son Anquilofantes, solo había leído de uno hasta ahora, el lugarteniente de Nagash. Ahora les haremos pagar a esos humanos mas de lo que esperan, pero poco a poco. busquemos un buen sitio para hacer una emboscada, quizás el pueblo sea una buena localización, sus caballos no podrán cargar y las calles son estrechas salvo en la plaza, estaban acorralados, podemos escondernos en las diferentes casas y graneros.
Hago una pausa y continuo diciendo:-Emi, No sabras donde estamos? sigo en Silvania? o estamos en otra region?, no quisiera perder mi castillo, es una buena fortaleza con pueblos de rebaños de humanos a sus pies.
Por cierto, hay mas muertos en ese cementerio?, podríamos levantar algunas tropas mas ya sean de esqueletos, necrofagos de cripta, guardianes de los tumulos, zombis, momias, tumularios, murciélagos, etc...

Pues estás en la frontera, aunque ya algo metido en el Imperio. Luego aclaró: - De tu castillo n ose nada, pero si has tenido revueltas, o lo han ocupado o incluso igual lo han destruido.

- En la frontera de Silvania.. pero en que frontera, en la de Ostermark, en la de Talabecland, en la de Stirlan, en la de la Asamblea, o en la de Averland?, la situación geográfica era importante para saber hacia donde me tenia que dirigir, de todas maneras mi castillo si no ha sido destruido por los que intentaron matarme se había apoderado alguno de mis primos, o competidores de el, por lo que por ahora no podre ni acercarme a ese sitio, centrémonos en donde estamos y veamos que provechos podemos sacar.
Sin mas me acerco a los lugareños y les digo:- Traer esqueletos del cementerio, no molesteis los panteones o nichos, solo las tumbas comunes. y meterlos en aquel almacen de hay. digo señalando un almacén. Así podremos levantarlos cuando vengan esos cabrones del Imperio.

El pobre emisario queda sorprendo por tu arrebato que queda pensativo Entre Ostermark y Talabecland, un poco más al norte de la convergencia con Stirland. Ves que no está demasiado convencido, y no se termina de creer del todo lo que ha dicho.