Eliana dirigió una mirada severa a David.
—Eh, calma, ¿vale? Guarda la energía para los rabiosos —le espetó.
Después de guardar su equipo, se puso en marcha.
—El crío no está aquí, así que hemos terminado. Nos movemos. Quien quiera venir, que venga. Pero ya os lo digo desde ya: si no encontramos al chaval, de aquí no salimos ninguno. Así que, ¿venís u os quedáis? —dijo señalando a la salida que seguramente iba a abrirse en la esquina en los siguientes cinco segundos por lo que dijo Boris.
La incursión en la catedral no había tenido el éxito obtenido, ya que el chico no estaba allí. La cosa estaba tensa entre los rescatados y como no, David. -No es el momento de discutir. Me dirigí tanto a David como a los demás. -El resto de nuestro equipo nos está esperando fuera, así que vamos hacía ellos y cuando estemos más tranquilos, podremos hablar.
Sin dejar tiempo a que contestasen, me di media vuelta y me dirigí hacia donde habían hecho el boquete.
Poco después de que la ametralladora del todoterreno destroce las puertas el vehículo irrumpe en la iglesia derribando los restos de la barricada que había detrás. Desde fuera llegan gritos de Rabiosos y ecos lejanos de disparos de ametralladora pesada.
Alex, Cristina y K9 pueden ver al resto de su equipo. Se encuentran todos bien a excepción de David, que está cubierto de babas y fluidos de Rabioso. Junto a ellos hay cuatro hombres, tres mujeres y un niño mucho más pequeño que Teo. Además, también hay media docena de Rabiosos muertos por el suelo, uno de los cuales es monstruosamente grande.
No cabemos todos en ese trasto - dice el hombre más grande, un barbudo de musculosos brazos - Venga, volvamos a Ciudad Humana antes de que vuelva ese chupapollas de Isidro...
DE-NA-DA - recalca David.
Anda y que te follen, niñato...
Salvo que alguien haga algo para evitarlo los supervivientes se irán sin añadir nada más.
Con la ametralladora haciendo añicos la puerta y el todoterreno terminando el trabajo, se acabaron todos los problemas para reunirnos con el resto del equipo. Nuestros nuevos "amigos" tenían sus propios problemas, por lo que parecía que disponíamos de una ventana para recoger a todos y marcharnos.
Al verlos, respiré aliviada, pero David estaba hecho un asco. No creía que le hubiesen mordido pero no era esa la sensación que daba.
-David, ¿estás bien? -le grité.
Entonces, uno de los hombres que iban con ellos, protestó por el vehículo, lo que terminó en una solución que me pareció una absoluta insensatez.
-No sean estúpidos. ¡Estarán más seguros con nosotros!
Pero parecía que ya era demasiado tarde. Su actitud no era precisamente de agradecimiento y nosotros tampoco disponíamos de tanto tiempo.
-Está bien, que se larguen. Tenemos nuestros propios problemas. Venga, subid al vehículo y vayámonos. Eliana, ¿hacia dónde?
Mientras tanto, eché un vistazo a las calles, en un intento por ver si nuestros perseguidores se acercaban o si teníamos todavía la opción de escapar por donde habíamos venido.
—¡Esperad! —dijo Eliana antes de que se fueran—. ¿Dónde está la ciudad donde resistís? ¿Seguro que ninguno queréis venir? Tenemos un transporte aéreo. Pero como dije, no estará disponible hasta que tengamos al crío.
Sólo necesitaba el nombre de la ciudad. Podrían llevarse a todos los que entrasen. Aunque tuviera que pilotar el avión ella misma con tutoriales de youtube.
Después, se volvió a Cristina.
—Lo sincronizaré en el GPS, sólo tengo el nombre del pueblo. Vandellós, es lo que han dicho. Pero no sé a qué distancia está. Ah, y habrá un ejército de rabiosos. Hay que moverse...
Al ver a sus compañeros no puedo evitar mover la colita de un lado a otro barriendo el asiento del todoterreno, era una reacción inevitable cuando estaba contento. Junto a ellos había otros humanos, sin embargo echó en falta al niño que buscaban, no era capaz ni de verlo entre los presentas ni de detectar su rastro. Por suerte Mariluz se encontraba junto a él dentro del vehículo.
- ¡Woof! - Ladró a modo saludo mientras asomaba medio cuerpo por la ventana.
Esperó a que el grupo se juntara de nuevo en el todoterreno y fueran a su próximo destino.
Aquel grupo era demasiado grande para su todoterreno, a lo mejor con el blindado de G-Nomer podrían, pero no parecían muy dispuestos a ayudar a nadie ni podrían quitarles el vehículo por la fuerza. A Alex no le gustaba tener que dejar gente en tierra y menos habiendo un niño con ellos, pero era cierto que no podían llevarlos con ellos, y con la actitud del soplapollas que estaba hablando se le quitaban las ganas de ayudar.
—La próxima vez traeremos el jet privado, no te jode—. Alex volvió a mirar al resto de supervivientes. —Si nos decís hacia donde vais al menos os podemos intentar despejar el camino, pero lo que se vaya a hacer tiene que ser ya.
Me alegré realmente al ver que el resto del equipo y la pequeña Mariluz estaban todos sanos y salvos. Aunque no había tiempo para alegrías. En realidad no teníamos tiempo para nada.
Insistí al grupo de personas que habíamos encontrado para que vinieran con nosotros. -Pensadlo bien, si venis con nosotros estaréis más seguros y podremos sacaros de aquí. Eso sí, como bien dice Eliana, tenemos que encontrar a Teo. Razón demás para que vengáis. Por lo que habéis dicho habéis estado con él, por tanto os debe de conocer. Será más fácil, que venga con nosotros si ve una cara conocida y no sólo un grupo de gente armada.
Deseaba de todo corazón que vinieran con nosotros, pero algunos miembros de nuestro grupo no parecían estar por la labor y los rescatados tampoco ponían de su parte.
El hombre grande niega con la cabeza - Gracias por la oferta, pero dado que no podéis llevarnos a todos el camino más despejado será cualquiera en el que no estéis vosotros. Esa ametralladora y el motor serán un imán para todos los putos tarados que no se la estén chupando ahora al hijo de puta de Isidro.
Habla ahora el otro hombre del grupo, un joven de aspecto desaliñado y delgaducho - Ciudad Humana está en Nou Barris. Allí hay sitio para todo el mundo, por si os interesa.
La proposición de Johan sólo consigue otra negativa del jefe del grupo - Mira, si isidro tiene a Teo ese niño está perdido. No podemos con todos los Rabiosos que tiene de su lado. Tendréis que apañároslas solitos. Nosotros tenemos que encontrar todavía una palanca para colarnos en los túneles de ventilación del metro. Vamos.
Mientras los supervivientes se preparan para marcharse llega una nueva comunicación de Mach-4
Equipo de tierra. Su situación está comprometida por un vehículo acorazado ligero hostil. Repito. Vehículo acorazado hostil aproximándose a su posición ¿Cómo desean proceder?
Desde fuera se escuchan los cada vez más cercanos ruidos de ráfagas de ametralladora. El jefe de los supervivientes lanza un bufido.
Vamos por la salida trasera, joder...
Aquellos tipos seguían empeñados en irse por su cuenta, a Alex no le gustaba, pero era cierto que si sabían moverse podían aprovechar el ruido de los vehículos para escabullirse.
—Pues arranquemos de una vez, tenemos más maniobrabilidad que el blindado y ya los hemos despistado una vez, pero como nos pillen estamos jodidos.
Yo no iba a ir detrás de nadie para salvarle la vida. Si pensaban que tendrían más oportunidades en otro lado, pues adelante. Bastante teníamos nosotros como para preocuparnos por los demás.
-No les insistáis y movámonos ya -dije, justo antes de que llegase la comunicación de Match-4. Tras oír aquello, miré a los demás.
Con todo lo que había a nuestro alrededor, había que aprovechar el momento de libertad que teníamos, por lo que no lo dudé dos veces.
-Alex, sácanos de aquí. Le indicaré a Match-4 que bombardée la zona y con un poco de suerte nos lo quitaremos de encima.
Y sin perder más tiempo, me comuniqué con la nave.
-Aquí Cristina. En cuanto salgamos de la Catedral, quiero que realices un bombardeo selectivo en la posición del otro blindado siguiendo nuestra estela hasta que abandonemos la zona. Repito. Vamos a salir. Bombardea todo lo que quede a nuestra espalda. Cambio.
Si todo salía bien, allí iba a desatarse un infierno en cuestión de segundos.
Empezó a ponerse nervioso, oía cada vez más cerca el motor del vehículo enemigo acercándose a su posición y el equipo aún no subía al todoterreno. Impaciente, volvió a asomar medio cuerpo por la ventanilla.
- ¡Woof, woof! - Ladró una y otra vez nervioso, como diciendo al resto ¡venga, subid de una vez!. Volvió al interior del todoterreno, se asomó a la otra ventanilla, miró por unos instantes y rápidamente volvió a asomarse a la ventanilla que daba el grupo. No sabía dónde meterse...
No podía creer que hubiera gente que rechazase nuestra ayuda. Estaba claro que por más que insisitiéramos no podíamos convencerles de que vinieran con nosotros. Me dolía enormemente dejarles marchar así, pero no quedaba otro remedio. Parecía que podían apañarselas por sí solos. -Que tengáis suerte. Fueron las últimas palabras que les dije.
Si parecía que podíamos estar tranquilos por un momento, Match-4 se encargó de recordarnos que no. Escuché su mensaje, y al momento Cristina dió las instrucciones precisas. Todo aquello iba a estallar en pedazos. Me monté en el vehículo junto a K9. Nada más subir le acaricie, me alegraba que siguiera de una pieza.
-Salgamos de aquí.
Recibido - responde Mach-4 - Inicio maniobras de ataque.
El todoterreno sale con un rugido de la Sagrada Familia y se dirige hacia la central nuclear de Vandellós. Al salir a una de las calles principales y más despejadas tienen una fugaz visión de un tanque ligero con el logo de la farmacéutica G-Nomer en los costados.
Su puta madre - maldice David - ¡Alex! ¿¡Cómo nos libramos de esa cosa!?
Sin embargo el combate no llega a producirse: Mach-4 sobrevuela el tanque sembrando la zona con cargas de gel paracaídas que empiezan a hincharse nada más tocar el suelo. El piloto del tanque no consigue evitar la andanada y al pisar una de las cargas de gel termina por volcar cuando ésta se hincha.
Será mejor que nos vayamos antes de que consigan ponerlo en pie - Sugiere Mach-4 - O de que lleguen sus refuerzos...