Partida Rol por web

Tras el feroz ataque realizado por Kuro, -corro rápidamente hacia donde está mi Pokémon para ver si sus heridas son de gravedad- Kuro! Te encuentras bien?

Al ver que este puede alzar el vuelo normalmente, le acaricio: Acabamos de ganar nuestro primer combate, no te parece genial!? -Con una gran sonrisa en mi rostro, por la primera victoria, giro para ver a Lillipup- Vaya que nos diste problemas, pequeño amigo. -Camino lentamente en dirección al Pokémon salvaje- Pero te estoy agradecido, ya que pudimos probar varias estrategias en combate, y aprendimos bastantes cosas...

-Intento acercarme lo que más pueda, sin parecer una amenaza, a Lillipup. Los últimos metros, camino con mucho cuidado, llevando mi mano por delante- Diste una muy buena pelea, Señor Lillipup... Ahora debe descansar. -Miro hacia todas direcciones- Esta clase de Pokémon no parece que sea del tipo hermitaño, sus amigos deben estar cerca, es mejor que lo deje en un lugar más seguro.

-Tomo al Pokémon debilitado, con extremo cuidado, y lo llevo cerca del tronco de un árbol- Lamento que esto sea todo lo que pueda hacer por ti... -Llevo mi mano a mi mochila y de una funda saco mi armónica- Al menos recibe esto como agradecimiento. -Comienzo a tocar mi armónica: 

-En seguida me paro, tomo mis cosas y dejo a Lillipup descansando.- Ya es hora de irnos Kuro, vamos qué están haciendo nuestros compañeros. -Vuelvo a la ruta caminando y comienzo a buscar a los demás, mientras le comento a mi Pokémon: Esa caída en picado estuvo extraordinaria.

Apretó los puños con fuerza, tanta que se clavaba las uñas en las palmas de las manos mientras apretaba los dientes con fuerza, estaba muy nervioso, ¿sería aquel su primer compañero?
La pokéball se resistió un poco, causando aquellos nervios que solo los entrenadores pokémon podían entender, hasta que finalmente acabó.

-¡¡Si!! ¡¡Tenemos un nuevo colega!!- Le gritó emocionado a su eevee.

El chico recogió la pokéball y sonrió contento, ya tenía dos pokémon, aquello empezaba genial.

-Bienvenido Pidgey, juntos seremos muy fuertes...

Fue en tonces cuando se percató de que se había alejado de sus compañeros. ¿Dónde se habrían metido? Se apresuró a colocar su nuevo pidgey al cinto mientras salía corriendo a buscar a sus compañeros.

-¿Chicos?, ¡Vamos Eevee!, ¿donde se habrán metido?

Tomas al Pokémon salvaje debilitado, Lillipup, y lo dejas cerca de un árbol. Tras regalarle una melodía tocada con tu armónica, decides que ya es suficiente y te alejas de él... justo a tiempo para ver por el rabillo del ojo que el Lillipup se recupera, se pone en pie y se sacude un poco antes de volver al interior de la vegetación. Parece que no tenía nada grave.

Klaus y Alabaster se reúnen en el camino principal de la Ruta 1. Alabaster puede ver que Klaus lleva una nueva Pokéball colocada en su cinturón, mientras que Alabaster está felicitando a Kuro, su Rowlet, y éste último parece muy contento de recibir los halagos. Ambos se encuentran en el sendero de tierra y observan a su alrededor, pero no parece que haya nadie más cerca... y entonces los dos lo ven.

Se trata de un mensaje escrito en el suelo, probablemente con algún palo del camino, en la tierra. ¡De hecho, casi lo pisan! El mensaje dice así:

Nos adelantamos hasta C. Arcoíris, ¡nos veremos allí chicos! =3

La sonrisa de Klaus se ensanchó ampliamente al encontrarse con el joven de cabellos rubios, por un momento creía haber perdido a todos sus compañeros de viaje.

-¡¡Heeey!! ¡Lo he conseguido!- Gritó contento, para despues añadir con una amplia sonrisa.- Tengo un pidgey.

Klaus estaba muy feliz por la captura que había realizado, y tremendamente orgulloso de si mismo y su colega.

-¿Qué tal te fue?- Preguntó emocionado.- ¿Y donde están las chicas?

Aunque la pregunta no necesitó respuesta, pues enseguida sus ojos se abrieron como platos al ver aquella nota escrita en el suelo. ¿Tanto se había retrasado? ¿O simplemente tenían mucha prisa?, tampoco tenía mucho sentido darle vueltas a aquello.

-Vaya... si que han corrido...- Se limitó a decir rascándose la nuca algo decaído. Había querido compartir su alegría por la captura con todos.- En fin, supongo que ya las veremos.- Dijo frunciendo el ceño y recuperando los ánimos.- ¿Seguimos?

Felicidades Klaus! Ese Pidgey ha encontrado un buen entrenador. Wow, debe ser grandioso poder atrapar a un Pokémon, que envidia. 

Yo simplemente tuve mi primer combate... -me tomo mi tiempo, e inhalo profundamente, para continuar: FUE INCREÍBLE! No sabía que los combates Pokémon serían tan divertidos. 

Tras leer la nota, quedo mirando a Klaus: Al parecer fuimos demasiado lentos para ellas. -Se me escapan algunas carcajadas.- Pero debemos ir a nuestro ritmo, disfrutar del camino es tan importante como llegar a la meta, así que sigamos por la ruta. 

Klaus no pudo menos que responder con una enorme y orgullosa sonrisa ante las palabras de su compañero, sin duda el chico le caía bien. Entonces relató su experiencia con pocas palabras, aunque llenas de entusiasmo que contagiaron aun más al chico. Verle a él, que parecía algo más recatado así de animado hacía que tuviera ganas de gritar de emoción.

-¡¡¿Verdad que si?!!- Preguntó emocionado en relación al combate.

Eso si, no le gustó un pelo que el muchacho admitiera su falta de velocidad, por mucho que pudiera ser real, por lo que Klaus lo miró de reojo y con los mismos entrecerrados, sería el mejor entrenador de la región, no podía perder contra las chicas.

-¡¡Vamos Eevee!!- Llamó a su compañero para que lo siguiera mientras empujaba con las dos manos a Alabaster.- De disfrutar del camino nada, llegaremos primero, ¡¡no vamos a perder contra ellas!!- Dijo con renovada energía, y una expresión que daba un poco de mal rollo.