Partida Rol por web

Ruta 2
- Un camino lleno de vida - 

Abandonas Ciudad Arcoíris por su lado este y, tras atravesar la caseta del guardia, te metes de lleno en la Ruta 2. No es una ruta demasiado diferente a la primera, pues el paisaje verde de hierba salpicado de árboles por aquí y por allá se extiende hasta donde llega tu vista. Un sendero de tierra marca el camino por el que tienes la seguridad que decenas de personas caminan cada día para ir de una Ciudad a otra, haciendo imposible perderte aunque lo intentes.

Los Pokémon de la ruta, por su parte, parecen habituados a los seres humanos, cosa que no es de extrañar. Aunque algún que otro Pokémon te echa un vistazo cuando te ve atravesar la caseta del guardia, inmediatamente siguen con sus quehaceres sin prestarte demasiada atención.

Tras dejar la ciudad a sus espaldas, Lena estiró los brazos admirando el paisaje a su alrededor. Una nueva ruta, ¡seguro que había más pokémon nuevos por allí! Y no se equivocaba, si prestaba la suficiente atención pudo ver varias especies que estaban a lo suyo, comiendo o paseando tan tranquilos. No parecían rehuir a los humanos, al menos mientras no fueran molestados. 

Lena aprovechó para hacer salir a su chikorita de la pokéball. Agachándose para acariciarle con cuidado el lomo y dedicarle una sonrisa afectuosa. - ¿Lista para entrenar un poco Hanako? - preguntó mientras tomaba la otra pokéball. - ¡Adelante Céfiro! - dijo accionando el botón de la ball. - Bienvenido al equipo, espero que estés recuperado. Yo soy Lena tu nueva entrenadora, y esta es Hanako tu compi de equipo. - le explicó mientras le miraba sonriente, en verdad era un pidgey muy bonito, el brillo de sus plumas era apreciable. Por acto reflejo le atusó una pluma que estaba algo torcida con el pulgar. - Así mejor. Hehe. - 

Luego levantó la vista y estudió los tipos de pokémon que alcanzaba a ver. Sacó su pokédex y analizó al leoncito y al pequeño bichín ya que no los había visto antes. Hmm, hay nidoran pero es algo arriesgado, no quiero que acaben envenenados. Ese parece de tipo fuego, supongo que el bichito es nuestra mejor opción. Al menos Céfiro tiene algo de ventaja..

- ¿Hacemos un poco de calentamiento o vamos a por aquel Grubbin* de allí? - les dijo señalando hacia el pokémon.

Hanako sale de su Pokéball y te dedica una sonrisa de felicidad plena cuando la acaricias. Parece dispuesta a todo mientras su entrenadora esté a su lado. Una actitud muy distinta a la de Céfiro, tu Pidgey recién capturado, quien revolotea unos instantes al salir de su Pokéball antes de posarse en tu hombro.

-Pid. - responde simplemente... colocándose correctamente las plumas que no entran en tu ángulo de visión y que, a su juicio, no están lo suficientemente bonitas. Después dedica una mirada a Hanako en el suelo, analizándola de arriba a abajo, y luego... ¿sonríe con condescendencia? "Todavía está a años luz de tener mi estilo"... es lo que el rostro de Céfiro parece decir.

¡Céfiro no se lo piensa! No sólo está claro que es el Pokémon más hermoso de tu equipo, ¡también está dispuesto a demostrar que es el más fuerte! Céfiro sale volando hacia uno de los Grubbin de la ruta, que da un salto hacia atrás por un sobresalto.

La sonrisa que Hanako le dedicó hizo que Lena casi se derritiese allí mismo. ¡Tenía la corazonada que su compañera sería capaz de arrasar en los concursos de Dulzura con facilidad! Era una natural como solía decirse. - Muy bien ent- ..¿eh? - antes de que pudiera ordenar sus ideas sobre como comenzar a entrenar al nuevo integrante del equipo, ¡este se había lanzado él solito de cabeza! 

- Ahá, así que con ganas de mostrar de que pasta estás hecho eh. ¡Muy bien adelante Céfiro! ¡Vamos allá! - exclamó riendo por el "entusiasmo" de su pokémon pájaro. Al tiempo que extendía su brazo de manera teatral, un movimiento bien estudiado desde que concursaba en Hoenn. - Tienes ventaja en el aire, así que procura mantenerte lejos de su alcance. Y ahora... ¡Comencemos con un buen placaje Céfiro! - dijo mientras asentía, esperando que Céfiro siguiese sus instrucciones. Si veía que necesitase apoyo tenía a Hanako lista. - Mantente atenta Hanako, por si te  necesitamos. - 

¡El ataque de Céfiro alcanza de lleno al Grubbin! Por supuesto, ¿qué otra cosa podías esperar? ¡Céfiro es el mejor, el más hermoso, y el más fuerte! El golpe alcanza al Pokémon Bicho de frente, haciendo que ruede en el suelo hacia atrás emitiendo un gritito de sorpresa y dolor. ¡Pobre Grubbin, tan pequeño e inocente!

Céfiro se posa en el suelo y te dirige una mirada que claramente identificas como de fanfarronería. "¿Has visto lo bueno que soy?", te pregunta con los ojos mientras se peina una de las plumas de su cabeza. ¡Pero su expresión cambia rápidamente! De pronto, un hilo de lo más pegajoso aparece tras él y empieza a darle vueltas, pegando sus alas a su cuerpo y haciendo que caiga de cara al suelo de la forma menos elegante que puedas imaginar. ¡Se trata del disparo demora del Grubbin que acabáis de golpear! Ahora Céfiro tiene las alas pegadas al cuerpo y un cabreo de tres pares de narices...

El ataque de Céfiro había dado de pleno, sorprendiendo a su entrenadora ante la actitud que gastaba su nuevo integrante. Desde luego le sobraba carácter, quizás demasiado pero eso también le hacía más interesante que el resto de pidgeys. Tendría que esforzarse en criarlo bien eso sí. 

Pero entonces vio el error claro, era descuidado y se había posado en el suelo, siendo blanco fácil. El grubbin no tardó en reaccionar y logró inmovilizar a su pidgey con un simple disparo demora, si Céfiro hubiera seguido volando quizás podría haberlo evitado más fácilmente... ¡Pero no podía lamentarse ahora que Céfiro estaba en apuros!

- ¡Céfiro estás bien?! Tranquilo... ¡Devuélvesela con Ataque arena e intenta mantenerte lejos de su alcance! - le dijo sin perder la calma, aunque ahora estaba más concentrada que antes, si las cosas se ponían feas cambiaría a Hanako, pero por ahora quería confiar en que Céfiro saldría airoso de aquella.

-¡Pid! - Céfiro se levanta como puede, haciendo uso de sus patas y de su dignidad dañada para impulsarse. Una vez en pie, aún con las alas atadas por el hilo pegajoso del Grubbin, y con una mirada llena de rabia, escucha las instrucciones de Lena. Por un momento Céfiro parece meditar si hacer caso a su entrenadora o no, y finalmente...

Céfiro patalea en el suelo, levantando la tierra y dirigiéndola a mala idea hacia los ojos del Grubbin salvaje, que emite un gritito y cierra los ojos para intentar evitar que le entre arena en los ojos. No le sirve de nada, ¡su precisión ha sido dañada! Pero eso no quita que intente responder al movimiento de Céfiro con su propio ataque.

El Grubbin salvaje da un valiente salto hacia adelante, en dirección a Céfiro, abriendo sus mandíbulas por el camino... pero fracasa en su intento por tan solo unos centímetros.

Lena observó con el corazón en un puño como el Grubbin se abalanzaba sobre Céfiro con aquellas pequeñas pero peligrosas mandíbulas. - ¡Céfiro! - gritó preocupada, por un golpe de suerte el pokémon bicho erró por los pelos, pero seguía peligrosamente cerca... - ¡Ahora Céfiro usa Placaje! ¡Quítatelo de encima! - le dijo con tono apremiante, en cuanto reaccionase y lo mandase lejos iría corriendo a su lado para intentar quitarle los hilos pegajosos que le mantenían las alas pegadas al cuerpo.

- Te tengo, espera no te muevas... - pidió mientras se arrodillaba en el suelo y empezaba a intentar romper los hilos de seda, procurando no hacer daño a su pokémon. 

Sabía que en un combate oficial no podía hacer algo como eso, pero este era el primer combate de su pidgey y era un pokémon salvaje, además por dentro estaba preocupada de que se hicieran daño de verdad. No era lo mismo que durante un concurso.

Céfiro duda durante unos instantes, viendo que su movilidad ha sido reducida por el Disparo Demora que envuelve su cuerpo, pero después parece que decide hacer caso a su entrenadora y se lanza con decisión hacia adelante, en dirección al Grubbin. El Pokémon Bicho, despistado tras haber fallado su propio ataque y a la vez confiado al tener a Pidgey enredado en su pegajoso hilo, es incapaz de esquivar el golpe del Pokémon Volador y sale volando hacia atrás, hacia la espesura que rodea la ruta, con un gritito de sorpresa mientras se debilita.

-¡Pid! - dice Céfiro con orgullo mientras extiende sus alas después de que su entrenadora lo desate. ¡Habéis ganado!