Partida Rol por web

A diferencia de sus compañeros, a Dugan no se le escapó un detalle que para él era evidente. El lado de la cama del rey estaba arrugada, pero el de la reina estaba perfectamente hecha y la almohada ahuecada, no aplastada después de una noche de sueño.

-¿Pero cual es el objetivo de todo esto? ¿Una venganza? ¿Un intento por recuperar las tierras? Y lo más importante, sabía que hoy estaríamos en el bosque de caza. Alguien de palacio debió filtrar la información. Interroguen e investiguen a todo palacio si es necesario, es una orden. -El rey se había serenado y dejó clara su encomienda.

- Como desee, mi señor. -

Hizo una reverencia. Parecía que el rey había dejado claras sus intenciones.

Reinhard asintió por toda respuesta. La sombra de la duda recorrió su rostro. Una cosa era proteger al rey y a sus hijos. Otra muy distinta era sonsacar información a los miembros de la corte, tarea para la cual no estaba en absoluto preparado. El guardaespaldas habría preferido, como su propio oficio indica, guardarle las espaldas al monarca. Si alguien buscaba la muerte de uno de los miembros de la familia real eso significaba que, aún dentro de palacio, el anciano corría peligro real. Pero las órdenes del rey se dictaban por un motivo y no era su deber negarse a cumplirlas.

Sin pronunciar palabra el recio guerrero abandó la estancia tras dirigir una reverencia hacia el rey Sigurður y un saludo a su consejero. El ánimo del anciano no quedaría apagado hasta dar respuesta a aquellas preguntas. El objetivo de aquellos ataques podía ser la respuesta a cualquiera de ellas. O incluso a asuntos más oscuros si cabe. La muerte de uno de los hijos del rey a manos de los orcos seguramente atraería la ira del reino. ¿Porqué se arriesgarían a una guerra abierta cuando éstos habían sido ya diezmados y obligados a ocultarse en la espesura?

Harlan hizo una reverencia junto al resto compañeros para luego salir de la estancia. 

Interrogar y investigar aquel suceso? Harlan era un simple cazador ermitaño que le gustaba leer historia... Dudaba seriamente tener las habilidades necesarias para sonsacar información a nadie. 

El cazador se volvió hacia Bert, que era de todos quien mas tenia don con las palabras. - Por donde empezamos? - Preguntó Harlan claramente perdido y sin tener ni idea de cual podria ser el siguiente paso. 

—Lo que usted ordene majestad.— Dijo Dugan con otra de sus reverencias. Era normal que el monarca quisiera saber quien había intentado matarle. Bueno a él o a uno de sus hijos. Lógico. Pero la misión de investigar lo sucedido les dejaba en una delicada posición. Interrogar a los hijos del rey y otros nobles era siempre un asunto que había que tocar con tacto.

Bueno, pues ya estaban fuera.

Ahora comenzaba lo realmente complicado. Investigar y entender qué estaba ocurriendo.

- Bien, chicos. Creo que tendríamos que empezar entendiendo qué necesitamos averiguar y de quién.

Recapitulemos. Tenemos un orco mágico asesino que busca a uno de los hijos del rey, y no al rey mismo, por lo que su interés no es el trono, o al menos no lo parece.

Hay dos opciones: 

1. Que uno de los hijos quiera librarse de la competencia por el trono, lo que haría sospechoso al menor
2. Que uno de los hijos se haya metido en tratos oscuros con seres mágicos, lo que nos permite sospechar de ambos.

Por tanto, por ahora tenemos más papeletas investigando al menor de los dos, si os parece bien.

A partir de ahí... habría que ver por dónde tirar. Yo empezaría intentando investigar a los guardias de los dos príncipes. Es más sencillo que investigar a los nobles y, al final, los guardias siempre saben cuándo los han perdido de vista... -

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Cruzado de brazos, con el ceño fruncido, Reinhard escuchó el plan del cortesano. No el agradaba a idea de actuar a espaldas de los príncipes, pero la sospecha de su implicación en todo aquello no era algo que pudiera descartarse a la ligera. Aún así, de no ser cierto, podrían meterse en serios problemas si se inmiscuían demasiado en la vida de los dos herederos.

- Los cuchicheos son cosa de la servidumbre - comentó al rato - Quizá ellos hayan visto u oído algo. Si es así, me encargaré de averiguarlo.

El hombre vestido de pieles oscuras no tenía una lengua de plata, pero no se le trababa si debía usarla. Ser parco en palabras tenía sus ventajas: si uno no hablaba era capaz de escuchar con más atención.

- Espero sinceramente que todo esto empiece y acabe con los pielesverdes - masculló -. No quisiera ver a ninguno de los príncipes envueltos en este asunto.

- Los guardias de las puertas tal vez tengan anotadas las idas y venidas de todo el mundo. - Aportó el cazador. - O puede que se acuerden de alguna ausencia inusualmente larga. Podriamos empezar por ellos. 

Harlan no estaba seguro de ello, claro. Él solia llevar un registro de las zonas donde cazaba, que piezas encontraba y en que cantidades. De modo que si le pedian alguna en particular podia saber mas o menos donde encontrarlas. Esperaba que esos guardias hicieran lo mismo.

—No sé si os habéis dado cuenta de un detalle—aclaró Dugan La cama del rey

—¿Os fijasteis en que el lado de la cama de la reina estaba sin tocar? Era como si no hubiera dormido junto al rey. ¿Creeis que pudiera tener algo que ver?—Musitó en un susurro apenas audible. Acusar a la reina o señalarla siquiera como sospechosa de algo turbio era algo muy delicado. Dugan conocía a hombres a los que por mucho menos, le habían cortado las manos

—Preguntaré discretamente a las doncellas de la reina. Quizás pueda aclarar algo—

Bert no se había fijado en el detalle de la cama...

- Me parece interesante, Dugan, muy interesante...

Si queréis yo me intentaré ocupar de los guardias de los príncipes. ¿Planteamos un punto y una hora de encuentro y nos separamos? Tal vez así cubramos más campo... -

- Me parece bien. Que tal dentro de un par de horas, en mi cabaña? Está alejada de todo y nadie podrá escuchar lo que hablemos sin que sepamos que está por ahi. - Si estaban de acuerdo, Harlan les indicaria como llegar, ya que tal vez alguno de ellos ni siquiera sabia donde vivia. 

—De acuerdo— asintió a la propuesta de Harlan. Esa cabaña alejada de miradas indiscretas parecía el lugar perfecto donde reunirse

—Andad con ojo y sed discretos. Todo esto parece algún tipo de oscura conspiración. No sería raro que nos estuviese espiando y siguiendo nuestros pasos.— Dugan estaba seguro de que alguien en la corte estaba maquinando un maquiavélico plan cuyos fines aun les eran desconocidos. Fuera quien fuese, sería alguien bien posicionado que contaba con espías y no iba a dejarse atrapar tan fácilmente.