Señaló hacía el cielo, con su dedo, sin dejar su pose molona de Príncipe sexy guay, el terror-de-las-nenas, y sonrió.
- ¡Yago! ¡Y viene con una carta! -
Se metió la mano en el bolsillo y sacó una galletita, que comenzó a mover en el aire, intentando atraer al mensajero.
- ¡Yago! ¡Ven aquí! ¡Tenemos galletas! -
Haz una tirada de Carisma y súmale 2 por la galleta :P
Motivo: CAR
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+7)=14
Le pegue un codazo a Merida, suavemente, mientras el chulo playa agitaba la galleta.
- Nena, dime que tienes el arco...Y dale a la carta, no al pajaro...
¡Galletas! exclamó el plumífero colorado mientras sobrevolaba el jardincillo en el que las princesas y sus apuestos príncipes (y Aladdín y Quasi también) estaban reunidos. Oh, qué delicia pero... no debo
En ese momento, Mulán mencionó algo sobre un arco, y aparentemente convenció al loro para descender.
¡Vale, vale, acepto, no insistais! revoloteó acercándose al grupo hasta posarse en el brazo de Azul, sin soltar, a pesar de todo, la misiva en ningún momento. ¡Venga, venga, galletas!
Bueno ir a su piso era un buen lugar donde encontrar pistas de que podía haber pasado porque la verdad es que no creía que ella estuviera allí, no al menos si no quería ser encontrada, pues seria el primer lugar donde vería cualquiera.
- Vamos Azul, abre eso a ver que pone - Inste al príncipe que tenia al loro con la carta sobre el.
Pues quizás ahi empezáramos a ver un rumbo mas claro que seguir. La verdad es que pensaba que alguien debería quedarse vigilando a Jafar, pero esa no seria yo.
Flynn cogió la carta...
La abrió delante de sus ojos...
Y la leyó mentalmente...
La misiva era clara y concisa, y Azul la leyó a toda velocidad antes de que Yago pudiera darse cuenta de que había sido engañado.
Mi no tan querido Jafar, siento decirte esto por carta, pero ya no te quiero.
Necesito pasar página, y encontrarme a mí misma, y eso no puedo hacerlo a tu lado.
Te pido por ello que no intentes buscarme.
Sin cariño, Jasmine
- Bueno, la carta dice más o menos así... - Dijo Flynn mientras carraspeaba y ponía voz grave y modulada. - Mi no tan querido Jafar, siento decirte esto por carta, pero ya no te quiero. Necesito pasar página y encontrarme a mi misma, y eso no puedo hacerlo a tu lado. Te pido que no intentes buscarme. Sin cariño, Jasmine. -
Miró a Yago, que aún estaba zampando una galleta y sonrió.
- Oye, Yago, ¿quién te ha dado esta carta? -
Yago se encogió de alas al responder ¡Brrrr, a Yago se la dio el jefe de Empresa de Mensajería, brrrr! Una carta anónima con pago por adelantado, brrr
Como nadie más parecía querer decirle nada, Yago se acabó las galletitas, recuperó la carta, y se alejó volando en dirección a la mansión de Jaffar...
Quieto yago! - grito el genio plantandose delante del loro - ¿no crees que cuando jaffar se entere de esto te quitará todas las plumas? posiblemente podamos ir a buscar a jasmine y enterarnos de porque ha decidido no casarse, mejor dicho, quien la ha convencido, ya que dudo que sea una decisión suya
Aunquie mie aliegrio die quie Jasmine no hayia quierido casiarse con Jaffiar, nio puedio evitiar piensar que muchios piensaréis que la he conviencido yio, y esio no es así. De hiecho ya me gustiaría, piero nio.
Aladdín tenía una sonrisa en la cara que delataba su estado pues en el fondo, eso era una victoria para él. Puede que Jassmine no quisiera casarse en general, o no con Aladdin, pero tampoco con Jaffar y de momento eso era más que suficiente.
Bien, ¿entionces nios poniemios en miovimientio?
A pesar de los gritos del Genio, Yago pasó de él completamente, ya tenía la panza llena, y era hora de ganarse el sueldo. Como último gesto hacia sus amigos, sin embargo, sí que gritó una últimas frase
¡Yago no trabaja para Mago Malo! ¡Yago trabaja para Transdibux!
El pajarraco se dirigió entonces hacia la chimenea de la mansión, introduciéndose en ella, para salir ileso poco después y alejarse volando hacia el horizonte, ya sin la carta entre sus garras.
Así pues, los asistentes a la boda frustrada podían ponerse manos a la obra, o quedarse para terminar la comida gratis. Costó bastante convencer a Aladdin, pero finalmente se pusieron en marcha...
Pasamos a la escena El Pisito