Partida Rol por web

Maravillosas construcciones florales , realizadas como por arte de magia, ocupaban cada centímetro cuadrado de la tienda. Debía haber al menos un centenar de plantas diferentes,  cada una crecida justo del modo necesario para crear las más originales figuras: animales, palacios, corazones y cualquier cosa imaginable.

De pronto una altiva figura surgió de un rincón oscuro, sus cuernos y marcados pómulos revelando su identidad: se trataba de Maléfica, la dueña de la floristería. Se rumoreaba que, cansada de ser la mala, colgó su corona y se dedicó a la horticultura, su pasión secreta.

Buenas tardes, caballeros se dirigió a los recién llegados Genio y Quasimodo ¿Puedo ayudarles en algo?

La verdad es que espero que si, alteza - el genio hace una reverencia ante ella - Estamos buscando algo, mejor dicho a alguien, y quizá podais ayudarnos a ello. Jasmine, la princesa que hoy iba a casarse con Jaffar, ha desaparecido. Pensamos que la ha podido ocurrir alguna desgracia y estamos buscandola. ¿no la habreis visto de casualidad en las últimas horas?

Quasimodo asintió enfaticamente a las palabras de Genio. -Estamos preocupados. Añadió a las palabras del gigante azul. Y como a veces le pasaba a Quasimodo, tuvo una ligera compulsión. -¿No venderá usted arboles bonsai? Se le iluminó la cara de pura ilusión. Uno de principiante a poder ser, para ir cogiendo tablas. La sonrisa del jorobado fué entre aterradora y repugnante.

Humm  resopló ante las palabras del genio la poderosa hechicera. Directo al grano, ya veo. Ni siquiera un par de cumplidos. En ese momento Quasimodo entró en la conversación, haciendo que Maléfica enarcara una ceja con cierto interés. ¿Un Bonsai dices? ¿Qué podría saber alguien como tú sobre cuidar semejantes maravillas de la naturaleza?

Nada, salvo que son criaturas pequeñas y retorcidas que con amor pueden alcanzar gran belleza. Dijo Quasimodo sin perder la sonrisa ante la ex-villana. Aunque me atrevería a decir que hay criaturas retorcidas infinitamente más bellas... confesó el jorobado sin apartar los ojos de la retorcida hechicera, convirtiendo la lectura entre lineas en una indirecta bastante directa. Por alguna razón Quasimodo no se sentía intimidado por la belleza de Maléfica ¿Sería quizá por un dolor similar y compartido por ambos, aunque fuera de maneras tan diametralmente opuestas?

Si, lo lamento, pero la preocupación es lo que me hace hablar con prisa, cualquier minuto que transcurra puede ser importante para la vida de la princesa. Espero que las circunstancias cambien y nuestro reencuentro pueda ser más placido para ambos, majestad, pero ahora mismo no podemos detenernos mucho

Los halagos vacuos no te servirán conmigo, remedo de hombre  respondió altívamente la bruja de las flores a las palabras de Quasimodo, desdeñando sus palabras con un gesto teatral de su mano. Sin embargo, parecía que la mención de que Jasmine estuviera en peligro sí que le preocupara.

Jasmine estuvo a quí esta mañana, sí.  respondió, chasqueando los dedos. El gesto provocó que, tras una nube de humo verde, apareciera una lista de pergamino que se sostenía sola en el aire, de la que se puso a seguir con la larguísima uña de su dedo índice. En torno a las 10:00 de la mañana, para ser exactos. Recogió un pedido, un unicornio vegetal que había encargado para su boda. ¿Algo más?

No sabía que Jasmine y Maléfica se llevara bien, pensó Quasimodo. Mis halagos jamás son vacuos, solamente inoportunos. Respondió el contrahecho hombrecillo haciendo una ligera reverencia sin atisbo de sorna o malicia.

¿Por casualidad mencionó Jasmine algo cuando estuvo aquí? Sobre lo que tenía que hacer a continuación, o quizá sobre la boda...

A Quasimodo le hubiera gustado preguntar a Maléfica sobre su otro campo de conocimientos, pero no era el lugar ni el momento adecuado para hacerlo. El mismo se había ido haciendo un pequeño experto en temas esotéricos, porque desgraciadamente la cirugía no hacía prodigios mágicos, pero estaba seguro que el saber de la hermosa s.i.l.f. (sorceress I like f...) era un vasto oceano.

Nada más, entonces. respondió Maléfica, dándose la vuelta y regresando a sus quehaceres vegetales Por favor, cerrad la puerta al salir...