Partida Rol por web

Ratoncitos

Acto 1: Las lindes del tiempo.

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26/03/2019, 10:36
Sílex

¿Pero qué es este lugar? Observó cada uno de los cuerpos a los que sin piedad se les había arrebatado la vida. Sílex comprendía ahora lo que había sentido cuando se habían visto rodeados y atacados por la extraña nube de polvo. Lo entendía todo y habría deseado, desde lo más profundo de su ser, no haberlo hecho nunca.

Tamaño descubrimiento hizo que la cordura de Sílex se tambalease como un barril tumbado en un barco que luchaba para evitar hundirse. Eso de ahí son... Bebés... ¿Verdad? Creía haber visto todos los horrores que el mundo podía ofrecer, pero nada era comparable a esto. Nada la había preparado para la atrocidad que aparecía ante sus ojos.

Miró a sus compañeros lentamente, en un silencioso intento de pedir ayuda. En un intento de dejar de ver lo que, a todas luces, era ya imposible de ignorar. Ese hijo de puta lo sabía y nos ha traído aquí... ¿Por qué? ¿Qué gana con esto? Sílex se deshizo en sollozos mientras sus fuerzas flaqueaban y se caía de rodillas sobre el manto de arena bajo sus pies. No derramaba lágrimas, pues el árido ambiente impedía que éstas saliesen de sus ojos.

En un vano intento por recuperar el control, alzó la vista de nuevo e intentó levantarse, pero sólo consiguió que se le revolviesen las tripas y, sin poder hacer nada para evitarlo, vomitó lo poco que había en su estómago. Mierda...

- Eres un cabrón, Nepos. Un auténtico hijo de puta... - Logró decir con un hilillo de voz cargado de bilis.

La poca cordura que le quedaba le hizo pensar qué les deparaba el destino ahora que estaban ahí. Sílex se preguntaba qué vendría después. Tenía miedo, mucho miedo.

 

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26/03/2019, 11:58
Olessia

Las presencias etéreas, danzando en la calima, sin cuerpo, sin alma, sólo voluntad árida, dolor hecho dureza, hecho determinación. Sabían de los vivos, los recordaban, se recordaban a sí mismos, y ahora ese puñado de moribundos y supervivientes, todo a la vez, aparecía para despertarles, les habían encontrado. Se habían encontrado, unos a otros, vivos y muertos, cuerpos y almas, memorias y memorias.

Olessia sintió las presencias, cómo se acercaban y se alejaban, sintió la tristeza y el dolor, la injusticia irreparable, el mensaje en las volutas deshilachadas de espíritus que afloraban en el polvo, les permitían el paso entre el sofoco, alzaban muros para que no se ahogaran del todo. Debían llegar, ver. Saber.

Nepos sabía, y había utilizado sus armas, les llevaba como marionetas, pero hacía lo que hacía porque aquello no debía quedar enterrado en medio de la nada, no podía desvanecerse en el olvido, como las almas arremolinadas a su alrededor, escapadas de tumbas o de túmulos, o de cuerpos sin más, de cuerpos amontonados tras la muerte repartida por la vida, vivos inmisericordes con armas y odio, con el ciego sello de la maldad del hombre, del monstruo humano perverso, injusto, más que el monstruo a secas.

Muerte.

Se detuvo abrumada, aplastada por la evidencia. La noche había dejado atrás las piedras negras, el ardor y el frío, entremezclados de forma innatural. Había dejado atrás los gemidos indescifrables, quizá viento, quizá espíritu. Apenas podía cerrar los ojos, sus músculos no respondían, la visión era demasiado terrorífica como para obedecer a su instinto, su cerebro estaba paralizado. 

Sílex murmuraba algo, lo que dijo llegó a su consciencia con mucho retraso, y aún más lentamente lo procesó. Nepos, cabrón hijo de puta...

...Finalmente la claridad volvió a sí misma, y encajó las piezas. Eran el puente. Eran ellos la Esperanza. No la buscaban, la representaban. Para todos esos infelices.

-No. Tiene razón, debíamos saber. Los que están aquí le han llamado, y nos han conducido también a nosotros para que supiéramos. Esta es la verdad, y no podía quedar aquí enterrada, silenciada. ¿No habéis sentido los espíritus allá fuera? No es casual, ni es su culpa. No podía ser de otro modo, esas gentes no podían descansar, partir. Ahora somos el relevo...

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26/03/2019, 16:19
Dasha Schulz

Avanzaron con relativa calma. Parecía que se les ofrecía un momento de tregua con el calor, el viento y la arena. De nuevo una casualidad muy conveniente según pensó Dasha.

¿Qué habrá allí delante?

Dasha seguía su camino ajena a las almas y espíritus. No fue consciente de la batalla librada ni de los sacrificios hechos.

Palpó aquellas rocas, estaban frías. ¿Cómo era posible tras horas de Sol abrasador? Pero pronto otros asuntos ocuparían su mente. Uno de sus temores se hizo realidad, el suelo estaba asfaltado de cadáveres. Un montículo le llamó especialmente la atención. Eran bebés, un montón de cuerpecillos tan pequeños que de lejos parecían muñecos.

Los compañeros de viaje empezaban a reaccionar a todo aquello. Podría esperarse que Dasha montase una escena, que le dijese de todo a Nepos o a alguien. Sin embargo no ocurrió nada de eso, lo que hizo la niña fue quedar en silencio y alejarse un poco de todo aquello, después se sentó en un rincón cabizbaja y pensativa.

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29/03/2019, 18:33
Emeth Snake

El camino hasta este punto había sido menos que infernal, su vida había estado en peligro real. Emeth viajaba con la certeza de su muerte desde hacía tanto tiempo que ya le parecía que sus pasos solo llevaban ese destino. La fuerzas para llegar hasta ahí posiblemente se la hubieran dado los espíritus, o el joven Hegan quien no dudaría en compartir la fuerza de su propia alma con el viejo, si fuera posible.

Lo cierto es que, por más acostumbrado a la muerte que estuviera, la desoladora visión de aquella aldea le hincó fuertemente el alma, recordándole a su propio pueblo. Perdió por un instante nuevamente las fuerzas y tembló, pero se recuperó enseguida. Aunque la grieta que le abrió en el alma demoraría un poco más en sanar. Buscó a Hegan con la mirada, sabía que por mucho que le afectara a él, le haría mucho más daño al muchacho que tenía un corazón tan sensible.

El joven estaba de espaldas, petrificado, con los ojos fijos en la pila de bebés muertos. Emeth se acercó y le puso la mano en la espalda para confortarlo, pero sabía que eso no era ni de lejos suficiente... podía sentir el propio espíritu del muchacho temblar y desesperar bajo su piel... Permaneció entonces un rato de pie, junto a él... Ambos rígidos como estacas con los ojos fijos en aquella atrocidad, y solo el ruido de las arenas movidas por el viento rompiendo el silencio.

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30/03/2019, 18:57
Sargento Miller

Seguía pensando en el mar cuando nos acercabamos al pueblo. Me sorprendía que la muchacha lo haya visto, pero estaba seguro que Emeth lo llegó a conocer. En ese tiempo no me gustaba el olor a sal y humedad de la costa, pero ahora daría un brazo para vivir en un lugar así, pescado abundante, y agua si encontrabamos el río que desembocaba ahí.

Me concentré en lo que veía cuando los primeros comenzaron a exclamar, sentí ganas de exclamar, mí boca se movió, pero no dije nada. No podía decir nada. No había nada que decir. Lo había visto, lo habíamos hecho, una ejecución. Giré a ver a Dasha, cuando se apartaba, luego al resto el grupo. Esto significa muchas cosas, había muchas cosas que hacer, y muchas cosas que considerar. Y sobre todo, había que sobreponerse.

- Olessia tiene razón - me elevé en un muro destruído a ver si podía observar un poco más. No tenía idea si lo habían hecho "los nuestros", o los caminantes aun, pero no iba a dejar que la moral decayera de esa forma.

- Esos malditos monstruos se burlan de nosotros. Profanan nuestros símbolos con sus masacres... - vi la pila de bebés, los cadáveres estaban secos ya. Pero no eran bebés humanos, no eran bebés, no eran cadáveres, eran parte del lugar. Adornos macabros que podían ser ignorados. Ese era el secreto cuando se lidiaba con este tipo de "ajustes". 

- Hay mucho que hacer, mucho que pensar - me bajo del muro destruido - busquemos cosas útiles que no se hayan llevado. Armas, artefactos útiles, lo que puedan cargar. Quizá haya comida, esto parece reciente.

- Dasha, comigo. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Notesé la referencia xD

PD: Master si puede pjtizar al amigo Pinga. Es una historia larga pero al contaré por aca. Donde vive no tiene internet, y posteaba desde un pueblo vecino en el que se queda de lunes a viernes. Con el ultimo apagón de esta semana un transformador explotó y el pueblo está sin conexión a internet, señal telefónica o luz. Antes las averías así se reparaban en un mes, pero por como está la situación, se han visto casos de años. Yo mismo pasé 2 meses sin internet por un cable roto hasta que los vecinos se pusieron de acuerdo, y mí papá (un hombre de 65 años) se tuvo que montar a reparar la guaya (los demas no sabíamos nada de eso xD ) asi que bueno. Si puede pnjtizarlo. 

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03/04/2019, 00:23
Hegan Ridley

-Pero que coj...-fue lo primero que pasó por su cabeza cuando se acercaba al pueblo, cuando todavía no podía distinguir mucho, pero comenzaba a ver una pesadilla que se repetía como un bucle de tiempo. Por momentos pensó en frenar la marcha y dar la vuelta, para de esa forma ignorarlo, y no hacer realidad aquello y no tener que revivir un trauma que le había afectado tanto hace unos años atrás.

Y allí quedó, frente al montículo de bebés, asesinados a sangre fría como si ya no hubiera suficiente muerte en este mundo condenado. Recordando aquella vez, cuando regresaba a su campamento y una escena no muy diferente se mostró ante sus amarillentos ojos, con cadáveres y sangre, como adornos del paisaje.

No podía ser de otro modo, esas gentes no podían descansar, partir. Ahora somos el relevo...

-...el relevo... -piensa para sí mismo Hegan mientras escucha apenas las últmas palabras de aquella que logró calmar la ira de Dasha -¿cómo se llamaba?- .

Todos enfrentaban la terrorífica escena como podían. Emeth se acerca a Hegan, en un fracasado intento de consolación, mientras el sargento da por fin órdenes para actuar, los pensamientos se van reordenando, y el poderoso rasgo de supervivencia del joven se activa, pero... hay algo que debía hacer antes -Emeth- se encara a su amigo- ¿te quedarán fuerzas para ayudarme con algo?- le pregunta, en sus ojos podía notarse claramente que buscaba algo, entre los cadáveres y escombros del lugar

 

Notas de juego

Pido disculpas de corazón por demorarme tanto...

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03/04/2019, 02:38
Nepos El Sagaz

-Muy amable.- masculló el muchacho antes de dirigirse al sargento: -Son marcas de bala, señor. No han sido "ellos".-

Que decir en aquella situación...
 

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03/04/2019, 02:39
Director

Las almas de los caídos saturaban el aire de tal forma que hasta los vivos mundanos eran capaces de sentir su presencia en forma de vectores de movimiento. Un viento antinatural recorría el lugar, revelando los cuerpos cubiertos durante decadas por el polvo. De haber podido, se habrían levantado y hubieran implorado a los vivos su salvación.

Por desgracia, algunas leyes no podían romperse sin la fuerza apropiada. Y aquella era una de esas veces. La frustración era tal que muchas de ellas debían contener al resto para evir que intentasen una posesión. Si espantaban a aquellos vivos, los espíritus de todo el pueblo estarían perdidos para siempre.

Y eso no podía permitirse.

Se reclamaba venganza, se reclamaba recuerdo y se reclamaba descanso. Pero el deseo de justicia era superior a todo lo demás. Justicia por la atrocidad cometida. Pero como explicarles? Como guiarles?

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03/04/2019, 02:48
Suzett manos torpes.

Muerte. Demasiada.

Todos estaban allí. Sin rango, sin diferencia, iguales en la tragedia.

Mujeres que protegían a sus hijos. Hombres que se giraron para encarar a sus ejecutores. Ancianos con los huesos rotos por empujones y caídas... para alguien que conociera el mapa del cuerpo, aquellos huesos eran testimonio del horror que habían soportado. Y todas las caras de la catástrofe estaban plasmadas en aquel lugar si uno sabía donde mirar.

Suzett sabía pero no quería. Y no lo hizo.

En su lugar, trató de mostrarse fría...

Pero fue incapaz de contener un sollozo al hablar: -Deberíamos registrar las casas y prepararnos para pasar la noche en este lugar.- Porque si nos quedamos mucho más tiempo en este lugar, pronto nos uniremos a ellos- pensó, aunque no dijo nada.

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03/04/2019, 03:07
Pinga Aandaleeb

No podía mirar. No quería verlo, mejor mirar al cielo. A las estrellas que lo observaban todo desde las estrellas. Un momento, eso no tenía sentido pero tampoco importaba mucho. Realmente, solo quería taparse ojos y oídos y ponerse a silbar pero se contuvo. Tenía que conjugarse bien! O no era conjugarse? Cual era la palabra? Dioses! Como le dolía la cabeza desde aquel golpe! Así no podía pensar!

 

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03/04/2019, 03:13
Director

Los exploradores se dispersaron unos minutos y regresaron con las manos vacías. El polvo lo había reclamado todo en aquel campo de huesos...

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03/04/2019, 03:19
Sargento Miller

Hijo de la gran...

Era evidente para cualquiera que haya visto algún armamento oficial que no era obra de ellos. Esperaba que nadie se diera cuenta, rebuscar e irnos, pero no siempre resultaban las cosas como uno quería. Las locas rafagas de viento me molestaban. Eran espesas e insistentes, llegando a entrelazar sus brazos etereos en mí pierna. No podía ser. La sacudí para deshacerme del calambre.

- ¿Que sugieres entonces, chico listo? ¿Qué busquemos a quién le hizo esto a todo un pueblo? ¿Que nos pongamos a cavar tumbas?

Una tumba cada 10 minutos, por ¿más de 100 habitantes? 

- ¿Alguno aquí es espiritista? ¿O fué aprendiz de caminante espiritual alguna vez? - miré a los presentes, especialmente a los que tenían la edad suficiente para realmente serlo. A los más mayores - Espero que piense bien su respuesta - detestaba a esos malditos asesinos. Eran unos salvajes, incluso aunque tuvieran buenas intensiones. Ya lo había vivido.

- ¿Ninguno? ¡A trabajar entonces!

Busqué en varias casas. El metal estaba herrumbroso, la madera podrida y negra. No había nada medianamente útil, todo lo que se podía conservar se lo habían llevado. 

Notas de juego

Vi sus post despues xD Cuando estaba haciendo el mío solo estaba publicado el de Nepos. Una buena tecnica es que cuando vaya a postear por varios pnj avise en las notas que comenzó una tanda y cuando la termine. 

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08/04/2019, 01:09
Dasha Schulz

Dasha tardó en hacer caso a su padre, parecía como si de pronto estuviese alicaída, como si hubiese caído en un vacío y ya nada importase.

Se levantó, se sacudió el polvo de la ropa y caminó en silencio, cabizbaja y arrastrando los pies hasta Miller. Buscó sin demasiado ímpetu y en un silencio sepulcral. Todos se habían dado cuenta, no había sido obra del aquelarre. No, aquello lo habían hecho hombres. ¿Qué significaba aquello? ¿Acaso merecía la raza humana seguir existiendo? Tal vez se lo tenían bien merecido, vivir huyendo para terminar igualmente en los brazos de la muerte, ya fuese por que alguien les matase o porque acabasen con ellos las inclemencias del entorno o el paso del tiempo.

Mientras todos parecían intentar encontrar cómo responder a aquello ella volvió a dejarse caer en la arena, sentada, mirando fijamente a un punto infinito que no existía realmente. Ella ya sabía lo que debían hacer, y lo que iban a  encontrar. No era tan difícil de imaginar.

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09/04/2019, 00:30
Sílex

Pasó un buen rato hasta que las palabras de Olessia penetraron entre capas y capas de funestos pensamientos que se arremolinaban en la cabeza de Sílex. Esas mismas palabras supusieron una brecha por la que logró volver a la realidad... Y dejó de hundirse. Sílex supo que tenía razón... No es culpa de Nepos... No lo es...

- Tienes razón, Olessia. Tienes mucha razón. - Se levantó con sumo cuidado. - Debemos hacer algo... Con ellos... Debemos darles el descanso que ellos solos son incapaces de conseguir. Hay muerte y agonía, sí. Pero nosotros podemos ayudarles. Tenemos que intentarlo.

Miró a unos y otros, buscando que alguien la secundara en su empeño de hacer caso a los reclamos de esas almas...

- Podemos todavía ayudarles. Podemos divindirnos... Dar descanso a estas almas cuyas vidas han sido segadas sin contemplaciones ni el más mínimo rastro de misericordia. - Tragó saliva. - No somos espiritistas, pero no necesitamos cavar una tumba por cada cuerpo, podemos cavar un par de ellas grandes y colocarlos con cuidado... ¿No?

Quizá, aunque no fuesen a encontrar gran cosa, el poder dar descanso a esas personas pudiese aportarles algo. ¿Quién sabe? ¿Marcará una gran diferencia el invertir tiempo con ellos? Sabía que tenían que intentarlo. No quería que sus compañeros de viaje y ella misma pudiesen ser objeto de los deseos de venganza de aquellos que les habían llevado hasta ese lugar.

- Debemos intentarlo. No nos han traído aquí sólo para observar. - Reclaman descanso y debemos darles descanso. - Necesitan descanso y quizá eso consiga que sus deseos de venganza se alivien.

Sílex confiaba en que eso consiguiese que alguien le hiciese caso.

 

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10/04/2019, 16:49
Nepos El Sagaz

El muchacho guardo silencio unos minutos dubitativo. Era arriesgado pero... merecía la pena? De no hacerlo, el Sargento seguramente le dispararía y la suya se uniría a las almas de los caídos como uno más. Ligeramente más fuerte, ligeramente más cuerdo...

Pero uno más. Y eso no entraba en sus planes. Por ahora, la cobardía era la mejor opción.

-Si quieres unirte a ellos, Sílex... adelante, cava.- se burló sin siquiera volverse para mirarla. -Estarás muerta antes de que termines la primera tumba. A mí estos huesos no me importan y a ti tampoco deberían...-

Sin dar más explicaciones, se alejó del campo de huesos en dirección al pueblo. Aunque lo deseara profundamente, no debía volverse. Notaba la mirada del Sargento sobre él como la de un halcón sobre una víbora del desierto.

Y por ahora, la víbora debía huir bajo tierra, aguardando su momento.

 

 

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10/04/2019, 17:15
Olessia

Asintió, lentamente. Comprendía la urgencia del Sargento, y la rabia. Y el rencor, y el deseo de venganza, y la prudencia por ellos, por su hija. Comprendía las dudas y las decisiones, forzadas y no queridas. Les rodeaba la muerte, y era el momento de sobrevivir. Nada podía ya hacerse por los que estaban suplicando justicia, no desde el lado de la vida. Y no iban a hacerlo desde el otro lado.

Pero Olessia sabía que había otra necesidad, la de la paz. No habría descanso, no habría perdón. Pero paz, eso era algo que sí podían dar a esa multitud de almas retorcidas en su espera, alteradas por su ansiada llegada.

Se encaró al viejo Miller.

-Sólo déjame decir una oración, anciano. Tú más que nadie sabes de esas cosas, habrás visto mucha tristeza en la muerte, antes de ésta, antes incluso del Aquelarre. No les daremos sepultura, no podemos. Pero podemos darles paz, y un camino. Será un segundo. ¿Me permites...?

No esperó respuesta, ya la sabía, el viejo era un desconocido días antes, pero ahora era ya como su padre. Cada uno de ellos, de los que estaban allí, había dejado de ser un extraño con el que compartir viaje, persecución. Y ella sabía que quizá no debía perderse el lazo, ni la esperanza. Y así sería con los que se pudrían al sol, gritando. 

Paz...

Se dirigió a la pila de niños, pero no les miró. Levantó los brazos al cielo, y cerró los ojos. Las lágrimas habrían surcado sus mejillas en otros tiempos, pero ya no le quedaban, ya no.

-Vosotros, almas de niños, de hombres y mujeres, de seres que claman por la justicia ante el crimen que segó vuestras vidas, que os arrebató la carne, pero que aún lucháis por la esencia de lo humano: Seguid vuestro camino, marchad en paz. Id a vuestro destino, la promesa que cada uno se hiciera en vida, que se cumpla ahora. Llamadle paraíso, eternidad o descanso, partid en paz. Somos testigos, y seremos emisarios. El mundo sabrá, id en paz...

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10/04/2019, 18:03
Director

Las ánimas observaron en su quietud la oración sincera de Olessia y las que todavía podían hacerlo, lloraron lágrimas invisibles de arena. Lloraron porque habrían aceptado la oración y el descanso que ofrecía con gusto pero no podían hacerlo. Los vivos necesitaban ver, necesitaban saber. Y el alivio solo llegaría con el conocimiento de la maldición que el pueblo había sufrido. Así, mientras los vivos ignoraran, los muertos llorarían y seguirían penando por aquel paraje hasta que los Sedientos los consumiesen por completo...

Por eso se detuvieron y dejaron de agitarse... pero permanecieron... aguardando el éxtasis de la liberación.

Bajo las últimas luces que iluminaron el desierto, los supervivientes se acercaron al pueblo y guiados por su líder, comenzaron la penosa búsqueda de algo aprovechable entre los restos. Las casas, carcomidas por el polvo y el peso de los recuerdos, aguardaban con las puertas arrancadas o firmemente cerradas. Las primeras, ya habían sido saqueadas hacía tiempo y ahora eran ofrecían refugio a los insectos y a la nostalgia enfermiza por tiempos más felices.

Recipientes de cerámica rotos, muebles de madera astillados y cubiertos de polvo, telas enterradas podridas por el paso del tiempo. Nada útil para los desesperados pero irónicamente el mayor tesoro de las ánimas que aguardaban respetuosamente ante el umbral.

A pesar de todo, había esperanza.

A la casa de metal carcomido de grandes ventanas se acercaron con cautela y al comprobar que la puerta estaba cerrada, buscaron en la oscuridad una entrada alternativa. Pero a aquel lugar, aún en vida, solo una de las ánimas podía acercarse para desvelar sus secretos. Y en vida, la superstición había sido desechada en pro de aquel templo de la Aetergenia.

Solo que no era un templo, ya no al menos. Había intentado ser muralla pero había fracasado y ahora, no era más que otra tumba. Una a la que, por culpa de su morador, las ánimas no podían acercarse a su propio hogar.  Ya que los muertos, contra todo lo conocido,  no son inmunes al miedo...

Si no sus presas más fáciles.

Finalmente, al no poder entrar, los supervivientes se reunieron y avanzaron hasta la última edificación del pueblo. La puerta, aunque cerrada, cayó con un buen empujón y el aire rancio y cerrado invadió las fosas nasales de los supervivientes...

En el interior de lo que parecía ser un establo, varios hatillos de madera seca se apilaban ordenadamente y los sacos de cebada y alfalfa podrida emanaban un intenso aroma acre. No obstante, el lugar había aguantado bien las inclemencias del tiempo y parecía libre de la atmósfera asfixiante que envolvía el resto de las edificaciones. En el fondo, una lona amarillenta por el paso del tiempo, parecía cubrir unos bordes afilados y con la escasa luz de una ramita prendida, descubrieron que la parte trasera daba a un enorme portón de madera barnizada ahora carcomida por el viento del desierto.

Con un buen tirón, apartaron la lona y un rudimentario sistema de poleas y la desnuda profundida de un pozo aparecieron ante ellos.

 

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10/04/2019, 18:03
Nepos El Sagaz

Las manos habían sido repartidas. Había llegado el momento de empezar a jugar.

El muchacho trató de lanzar un silbido de sorpresa pero solo consiguió emitir un horrible graznido.

-Vaya...- comentó visiblemente impresionado asomándose al interior de las paredes del pozo. -Esto no se ve todos los días, podemos arriesgarnos a tener la esperanza de que tenga agua?- comentó con tono jocoso.

A un tiempo, su cuerpo temblaba. Su ascendencia lo identificaba con la sombra, no con el agua pero las ánimas habían prometido solventar esa pequeña incompatibilidad si él cumplía su parte. Y era el momento.

Ocultando al máximo su influencia, sondeó las profundidades del pozo y empezó a abrirse paso entre la tierra con calma, cabeceando lentamente hasta dar con el punto límite del campo. Una vez sobrepasado,  se retiró con el preludio de una jaqueca martilleando sus sienes pero con una sonrisa sincera y calmada marcada en su rostro.

Su trabajo había concluido.

 

 

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10/04/2019, 18:15
Director

Por qué no avisaste a nadie cuando encontraste aquel pequeño ventanal que asomaba a la oscuridad más absoluta? Ni lo sabes ni es probable que lo sepas nunca. Fueron los espíritus de los muertos? O quizás un arrebato adolescente? Poco importa, la realidad es que aquel acto, te marcaría para siempre.

El aterrizaje en el sótano oscuro contra el suelo de piedra fue duro pero tampoco te hiciste demasiado daño. Tras masajearte ligeramente la pierna herida, te incorporaste y observaste el interior de la estructura cuando tus ojos se acostumbraron a la penumbra. Tú no lo sabías pero el demonio que habitaba aquel lugar ya te observaba entre las ordenadas y polvorientas estanterías llenas de componentes aetergénicos.

De un cajón cercano, emanaba una débil luz que atrajo tu atención y al abrirlo, observaste maravillada una piedra de color verde brillante responsable de esa extraña luz. Con el corazón encogido pero poseída por la curiosidad de los ladrones, comenzaste a explorar aquel sótano lleno de maravillas aetergénicas hasta alcanzar el centro de la estancia y descubrir una extraña maquinaria llena de tubos, bobinas y cables. Enfocando con tu "piedra linterna", descubriste que el mecanismo alcanzaba un piso superior e incluso parecía... eso eran estrellas? Si lo eran, la máquinaria ascendía hasta alcanzar el propio techo.

Sin embargo, tu exploración se truncó cuando el sonido de una de las cajas cayendo resonó como una detonación en el sótano.

 

Notas de juego

Postea en privado.

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12/04/2019, 04:35
Sargento Miller

Un pueblo en medio de la nada, tenia sentido que hubiera un pozo. Y si tenia agua. Eso lo cambiaba todo.

- Comprueba el pozo chico. Tenemos que saber si es potable. Incluso sino lo es, ya veremos. Esto lo cambia todo.

 No habían arboles, ni nada de comer alrededor, pero teníamos agua. Quizá podíamos traer a la invicta. No podíamos alojarnos por falta de sustento, pero era un buen comienzo tener un punto ancla. 

- Mañana exploraremos los alrededores de la zona, para ver si vale la pena este sitio, solo servirá de paso.