Partida Rol por web

Vuestra travesía comenzó con una calma aparente y sosegada. Salisteis de la ciudad cuasi desértica y emprendisteis la marcha por el pavimentado camino que os llevaría a la ciudad del calor, los esclavos…y las danzarinas.

Vuestra salida de la ciudad fue relativamente tranquila, podíais ver que la gente en realidad solo estaba escondida, observando vuestra carruaje desde dentro de barriles, casas y tenderetes. Todos preguntándose adonde ibais, si erais enemigos de las princesas y el rey…o si erais buenos, pero nadie tenía el coraje de hacer nada.

Desde luego no era nada agradable, y menos cuando comenzasteis a caminar por los caminos en dirección a Schwindra. El camino estaba desierto, aunque de vez en cuando llegabais a ver algún campesino trabajando en el campo, algún misterioso viajero cubierto de pies a cabeza en un largo abrigo negro…y en la distancia, cerca del Páramo de la Desolación, un anaranjado cielo rodeado de rayos rojos y negros que no parecían traer nada bueno.

Aunque cuanto más os acercabais a Schwindra, más empezabais a notar el calor en vuestras carnes. Incluso Ashura decidió parar un segundo para airearse y a las princesas también. Apenas llevabais un día y medio de viaje cuando salieron vestidas con ropas más que reveladoras…sobretodo Ashura, la cual era un autentico regalo a la vista…y las gemelas…bueno, parecían más calmadas desde que hicisteis un desvió para no ir hacia el Páramo de la Desolación.

-Ugh…que calor…-Exclamó Ashura mientras se estiraba levemente, dejando que pudierais ver su tonificado y esculpido cuerpo con alguna que otra cicatriz. Al contrario, las princesas tenían la tez pálida y cuerpos perfectos, pero claramente dos marcas, aunque decidieron vestirse con ropas más “típicas” de schwindra. Pañuelos de seda que les taparan los rostros y ropas típicas de la realeza, aunque dejaban al descubierto sus vientres claro.

-¿Estamos muy lejos de la ciudad?...me iría bien un baño…-Exclamó Gabri.

-No tonta…aun queda mucho para llegar, ¿verdad?.-Preguntaba su hermana mientras se llevaba ambas manos a la cintura y suspiraba.

Ashura parecía estar hasta las narices de viajar con ellas.-Ese carro será enorme por dentro…pero es un coñazo.-Gruñó entre dientes antes de patear una roca que fue a parar fuera del camino. No tardasteis en daros cuenta a que se refería…un carro mágico. Su interior era más grande que su exterior. El interior tenía cocina, aseo, camas suficientes para abastecer a una guarnición…e incluso habitaciones además de un ostentoso y enorme armario lleno de todo tipo de ropa, para el frio, el calor, el clima tropical...vamos, estaba preparado para cualquier cosa. Esos magos sabían hacer un buen trabajo. 

Era comprensible la actitud de las personas que permanecían escondidas, a medida que su grupo salía de la ciudad en dirección a Schwindra. Nadie hubiera esperado que el Rey Demonio atacara de esa manera y a muchos se les habría hecho difícil confiar en grupo de extraños, en especial uno que tenía un báculo hecho de huesos.

Bueno, mientras que no les atacaran, el nigromante no tendría problema con aquellas miradas. Además, a medida que continuaban su camino a su objetivo, cercanos más a la ciudad en el desierto, podían sentir el calor, en especial aquellos que estaban fuera del carro, teniendo que soportar la ira del sol.

Eres mi gran enemigo, sol. Declaró Ainzel a su némesis mientras se secaba el sudor que corría por su rostro. Por suerte, había decidido vestir su túnica roja en vez de la negra que su maestra le obligaba a vestir por lo general cuando escuchaba sus lecciones. No sabía lo que hubiera hecho si vestía todo negro.

Bebiendo un poco de su cantimplora, observó, cuando pararon a descansar, a las princesas y a Ashura salir del carro, vistiendo unas vestimentas bastante... reveladoras, haciendo que el nigromante tragara con fuerza. No podía evitarlo, la belleza, tanto en un baile, en el arte, o en una hermosa mujer, eran algo que el joven no podía resistir apreciar, capturando su atención como un insecto atraído por una fuerte luz.

En especial Ashura, cuyo cuerpo no sólo era bastante atractivo, sino también entrenado, siendo, frente a los ojos del joven, una hermosa obra de arte.

Si... que calor. Expresó un tanto desconcentrado mientras tiraba del cuello de su túnica, acalorado aunque no sólo por el sol en aquel momento.

Tras beber de aquella poción que supuestamente me ayudaría había caído en un profundo sopor, no entendí porque la había bebido en el primer momento si no había recibido ninguna herida, quizás confié en que aquel humano no representaba una amenaza, algo que no volvería a suceder.

El calor del viaje me hizo despertar, sentía el movimiento del carruaje y como mi piel se iba quemando despacio debajo de mis ropajes.

De repente me levanté como el muerto que sale de su tumba.

-VOY A MATAR A ESE FLACUCHO!- grité antes de darme cuenta del calor que sentía y volver a recostarme, esta vez más tranquilo.

Miré a mi alrededor y vi que estaba en la parte de atrás de un carruaje detenido.

Así que al final decidieron viajar por este medio...

Di un salto y rodee el carruaje a fin de ver quienes estaban, pude ver a Ashura salir con ropa de Schwindra y a dos chicas que asumí que eran las princesas pese a su rostro cubierto. Si, se ven mucho mejor así, pensé recorriendo sus cuerpos con la vista - necesito ropa acorde- le dije a Shura mientras me aflojaba el cuello de la camisa.

Bueno, el hecho de que hayamos salido de la ciudad con el pensamiento de algunos seguramente siendo "eh, esos tipos son los malos", "mataran a las princesas en sacrificio" o tonterias asi no me hizo gracia, pero no podemos darnos el lujo de proteger nuestra imagen, o mas bien, la imagen de los heroes con todo esto que ha sucedido ultimamente. Me habia puesto mi capucha para evitar tener el contacto directo con el sol, pues no deseo quitarme mi vestimenta de caballero ni lo hare, lo gracioso del caso es que no parezco sudar mucho, incluso, se me mira soportar el calor de una manera muy tranquila a diferencia de otros. 

De alli, que las princesas y Ashura llevan ropa reveladora, tipica de Schwindra, aunque para mi sorpresa se miran hermosas las tres, a lo que suspiro levemente y escucho el despertar de la bestia. — Buenos dias, bello durmiente. — Le dije mientras levantaba la mano como saludo, se le nota especialmente molesto por lo que ha pasado. — El viaje ha resultado ser mas pacifico de lo que esperaba, pero el sol esta mas fuerte de lo normal estos dias. — Comente tranquilamente.

Estabais un tanto desconcertados por ese…calor…si…llamémoslo “calor”. Desde luego no era nada agradable sentir el sudor, la ropa pegándose a la piel…y el ardiente sol “acariciándoos” con sus rayos.

Cuando Zehan se acercó a Ashura, la mujer no dudó en cruzarse de brazos y arquear una ceja.-Ah…ya estás despierto…entonces…¿prometerás portarte bien?.-Preguntó con voz autoritaria antes de soltar un suspiro.-Hay ropa para vosotros dentro del carruaje…al menos no os dará tanto calor como las túnicas o las armaduras…aunque…-Entonces se tapó la boca y rio divertida.-Parece que a Johann no le hace falta, ¿eh? 

-Odio el sol- respondí al caballero, aunque su saludo normal no me hizo sentir ninguna mala intención pese a nuestras naturalezas contrarias.

Noté que además de Ashura, estaba el nigromante y yo, claramente nos habíamos dividido y habían pensando bien en alejarme de aquellos dos que ahora estaban en mi lista de gente a la cuál darle una paliza.

Ante la pregunta de Ashura la observé de arriba abajo antes de responder.

-Prometes no decidir por todos si no consultar?- Y sin esperar respuesta entré al carruaje para cambiarme de ropa, saliendo al poco tiempo con una túnica negra y protecciones de cuero endurecido, usando capucha para protegerme del sol y una capa holgada, de colores oscuros a pesar del calor.

-Mucho mejor-

Ainzel se tapó los oídos al escuchar el grito de ira del semidemonio. ¿No había acaso una mejor manera para despertar? Bueno, si, no podía negar que le habían drogado para hacerle dormir y sin duda eso habría molestado a más de uno, excepto a él porque era perfecto y bondadoso, sin contar su problema con los goblins.

Vaya forma de despertar ¿eh? Expresó una vez que Zehan pareció tranquilizarse.

Por algún método que el nigromante desconocía, el caballero parecía no tener problema con el sol, algo que sorprendió al joven haciendo que se preguntara cómo era que podía soportarlo, hasta que recordó de donde provenía.

En este momento envidio al caballero de la luz. Yo también odio al sol. Asintió a las palabras del semidemonio que parecía compartir la misma mentalidad que él en ese aspecto.

El nigromante decidió aceptar el ofrecimiento de Ashura, ya que realmente necesitaba una vestimenta más fresca si pensaba continuar en aquella región hasta que encontraran a la princesa. Prefería la apariencia de su túnica pero en ese caso, no tenía mucha opción si no deseaba derretirse.

Ainzel observó sorprendido a Zehan salir con aquella vestimenta oscura, realmente no sabía como podría aquello ayudar a soportar el calor pero tal vez su compañero de aventura tenía un método especifico que él desconocía.

Por su parte, decidió vestir una vestimenta cuya tela fuera bastante ligera y no demasiado cerrada, y sin lugar a dudas, de colores claros, si bien manteniendo su preferencia por el rojo.

Con esto, podré soportar mejor el viaje. Ya comenzaba a extrañar el laboratorio que compartía con su maestra, oscuro y fresco, perfecto para experimentar con cadáveres.

Oh, vaya, al parecer a los seres de afinidad oscura tienen cierto odio hacia el sol, ¿Sera eso un acto reflejo de que odian en si todo lo que tenga que ser relacionado con la luz? Creo que en si, soy el unico asi, pues Ashura a pesar de su actitud y lo que he visto, siento que en el fondo esta mas ligada a la oscuridad, pero bueno... Eso es irrelevante ahora. — Todo es cuestion de voluntad. — Dije con una sonrisa tranquila. — Una vez logren acostumbrarse, ya no necesitaran esa ropa. Pero... No todo el mundo suele acostumbrarse... — Dije algo frustrado con la cabeza agachada, algo frustrado por esto ultimo. 

Ainzel y Zehan finalmente terminan de cambiarse, uno siguiendo los colores negros de su naturaleza, el otro unos mas avivados, pero seguramente relacionados con su "digno trabajo". — Acostumbrarme a el clima con armadura fue terrorifico... Era eso, o morir incinerado abajo de esto... — Y agacho la cabeza una vez mas, recordando aquellos tiempos. 

Ashura puso los ojos en blanco al volver a escuchar a Zehan.-Cuando prometas comportarte…-Suspiró mientras comenzaba a masajearse las sienes con calma. Parecía no querer volver a crear conflictos, prefería habla…al menos por ahora, ya más tarde habría tiempo para peleas y collejas.

Fuera como fuera, entrasteis a dentro del carromato y salisteis con ropa más frescas, aunque el caballero decidió quedarse con la armadura. Tal vez no era la prenda más cómoda, pero el estaba acostumbrado a llevarla…y sobrevivir con ella, incluso las princesas estaban sorprendidas, ni un caballero de su guardia podía durar mucho en este clima con esa armadura.  

Ashura por su parte observó un poco el paisaje que daba paso a Schwindra…los pastos daban paso a tierra y zonas infértiles y más allá ya podían atisbarse las rojas montañas que rodeaban aquel valle de la muerte, arena, piedras, falta de agua, escorpiones…y todo tipo de monstruos anidaban por esa zona, además de los correspondientes forajidos, asesinos a sueldo y esclavistas. -Lo más sencillo tal vez sería...bordear el camino principal, por ahí suelen pasar los esclavistas y los ladrones...pero por las arenas hace más calor...y hay más monstruos...¿que pensais?

La verdad es que el hecho de tener que soportar el calor, y la promesa de tener que sufrir más del mismo si llegaban a tomar la decisión de viajar por las arenas, además del hecho de más monstruos, resultaba de poco agrado para el nigromante.

Pues por mi parte, preferiría recorrer el camino principal, a pesar de los bandidos y esclavistas. Una vez que los atormente con mi poder, dudo mucho que continúen molestándonos. Era mejor para él tener que lidiar con un montón de idiotas que soportar más de aquel calor. Los monstruos podrían ser un problema también.

Según el caballero de la luz, tarde o temprano se acostumbraría al ambiente de aquella región pero él realmente lo dudaba, ignorando el hecho de que Johann no parecía muy seguro de su afirmación.

Lo que sea que decidan, lo mejor será continuar, así que decidan pronto.

Siempre se nota que cuando perteneces a la oscuridad, en tu forma de hablar o actuar se mostraria, tal como el nigromante. — Yo tambien voto por el camino principal, al final, quisiera evitar una pelea, pero si ellos la buscan, mala suerte. — Cuantas veces no me abre topado con esclavistas o bandidos y no han acabado bien, por suerte al menos con los que yo me he enfrentado les he dejado uno que otro recuerdo fisico.

— ¿Como van soportando el calor, princesas? — Les pregunte, ciertamente preocupado en caso de que alguna pueda sufrir una deshidratacion o algo peor. Con los bandidos y demas... Por las princesas, y con el grupo que vamos, dudo mucho que puedan hacer algo. 

Las ropas negras podían absorber el calor, sin embargo la tela de las que estaban hechas, el algodón procedente de Schwindra estaba especialmente hecho para palear esas temperaturas y la ropa holgada daba paso a que el cuerpo respire y aunque llevar ropa blanca sería lo mejor ahora necesitaba tener un aspecto más intimidante, justamente por lo que comentaban.

-El camino principal, Ainzel y yo iremos al frente, Johann cuidará a las princesas y Ashura será la mercancía...seremos esclavistas a la vista de todos, Ainzel será el amo y yo su guardaespaldas, de esa forma mantendremos lejos a los curiosos y podremos pasar en paz y sin llamar demasiado la atención-

Dije mientras subía a la parte delantera del carruaje notando que había hecho lo mismo que Ashura.

-Eso si les parece bien-

Ainzel quería ir por el camino principal, al igual que Johann y Zehan…todo parecía ir según lo previsto, así que Ashura asintió y guardó el mapa, suspirando y quedándose pensativa ante la idea de Zehan.-Si viene alguien….no estaría mal, pero por otra parte…¿has visto alguna vez en esclavista de Schwindra, pálido como la nieve?...normalmente tienen la piel morena, marcada por el sol…puede ser algo “raro”…-Exclamó pensativa.-Sea como sea…si se acerca alguien no será para darnos los buenos días…así que si ocurre algo, nos lanzamos al cuello de ese tipo y le reducimos entre todos.

Las princesas tragaron saliva nerviosamente, ¿Dónde se habían metido?, pero cuando Johann se acercó a preguntar, ambas chicas se mantuvieron un tanto calladas.

-B…bueno…ha…ha…hace algo de calor…

-Si…si…pre…prefiero el aire fresco de casa…

-¿Volveremos algún día, Ser?

Por su parte Ashura al final decidió por subirse al carro, preparándose para ponerse en marcha una vez estuvierais listos.-No se si hará mucha calor, pero desde luego…lo mejor será avanzar y luego descansar un poco durante la noche…¡si tenéis mucha sed o calor, hay agua fresquita dentro y…!...-De repente se quedó callada al ver una polvareda más adelante, como si algo se estuviera acercando.

-…¿enemigos?...-Preguntó mientras os miraba de reojo. 

La idea de actuar como si fuera un esclavista importante por parte del semidemonio, hizo que Ainzel sonriera divertido. Si bien el plan no sonaba bastante bueno, teniendo en cuenta la explicación de Ashura y el hecho de que probablemente a otros esclavistas no les importaría demasiado ese detalle, viéndolo como la oportunidad para robar productos a la competición, la idea parecía realmente divertida.

Al parecer, irían por el camino principal como el nigromante había sugerido, algo bueno porque realmente no deseaba soportar más calor de lo que realmente fuera necesaria, y prefería luchar contra un montón de idiotas antes que contra monstruos de toda clase.

Era bueno saber que tenían una buena reserva de agua fresca por si era necesario. Sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar a Ashura llamar la atención del grupo, sobre la posible presencia de enemigos.

El joven nigromante hizo un esfuerzo para observar con atención para poder identificar el origen de aquella polvareda.

Al escuchar la idea sobre actuar como esclavistas, me mostre algo fuera de lugar. Digo, la verdad es que lo tengo pensado desde que los he conocido, ¿Pero como es posible que ellos dos sean heroes? No comprendo la manera en la que Dios elige a sus campeones ni soy quien para juzgarla, pues ante sus ojos somos todos iguales pero... Bueno, que mas da, Ashura no tiene inconveniente con el plan. Sonrio ante la preocupacion de las princesas, pues pese al tiempo que ha pasado siguen con temor, me busco en el interior de mi armadura una pequeña reliquia, una clase de collar en forma de cruz y la baño de energia sagrada, como si estuviera creando un talisman protector. — No tienen de que preocuparse, princesas. — Y le entrego a la princesa Gabri el "talisman". — Mientras una de ustedes posea esto, como simbolo de mi promesa, juro que volveran sanas y salvas. — Y les sonrio de manera amable, de oreja a oreja. 

Y justo cuando les digo aquello, a lo lejos se acerca una polvareda acercandose a nosotros, sin quitarme mi capucha intento observar a lo lejos que podria ser, seguramente bandidos o esclavistas. — Princesas, vayan adentro y no salgan hasta que todo haya pasado, no sabemos si son gente buena o mala. — Y agarro el mango de mi Excalibur, de manera desafiante observando hacia la posicion de los "visitantes".

Las princesas no esperaron ni un segundo, cuando vieron aquella nube de polvo y la advertencia de Johann, dieron media vuelta y se escondieron dentro de la caravana, realmente asustadas por lo que podría pasar…eran abundantes las historias de esclavas en la enorme ciudad de Schwindra, y ninguna de ellas era agradable…pero como la esclavitud era “legal” en aquel lugar…cualquiera podía hacer lo que quisiera con su esclavo.

Aunque Gabri no dudó en agarrar el talismán susurrando un gracias antes de seguir a Emi al interior de carromato, posiblemente iban a esconderse bajo una de las literas y rezar para que nada malo ocurriera.

La polvareda seguía avanzando con más y más insistencia, pero vuestra vista estaba descansada y no tardasteis en ver de que se trataba. Un mercader rechoncho, corriendo a gran velocidad con un enorme saco a su espalda. Y tras de si…una enorme…mujer escorpión, la cual le perseguía a gran velocidad, moviendo sus patas y su aguijón el cual parecía buscar la cabeza del mercader...

-¡Socorrrooooo, ayudenme!.- Gritó a pleno pulmón el mercader mientras iba haciendo zig zag para esquivar aquellos mortales ataques. 

Ainzel permanecía atento ante aquella polvareda, buscando identificar a los causantes de la misma. Sin embargo, al final suspiró aliviado ya que no era un montón de esclavistas, sino más bien un hombre bastante rechoncho, que parecía un mercader, escapando de una mujer escorpión, una mujer, que a pesar de ser mitad insecto y obviamente un monstruo, era bastante bella.

Había dos posibilidades, el mercader le había robado algo a la criatura o la mujer monstruo sólo deseaba tenerlo para la cena. De cualquier manera, parecían que se dirigían hacia donde estaban ellos, algo malo para el grupo, sin lugar a dudas. El nigromante debía tomar una decisión sobre qué era lo que haría en aquel momento.

Tras pensarlo lo suficiente, y decidir que la belleza le ganaba a un mercader rechoncho, el joven apuntó con su báculo al mercader y sin pronunciar una palabra, una esfera de oscuridad se acumuló en la punta de su báculo.

Va a ser que no. Expresó con cierta indiferencia mientras la esfera salía disparada en dirección al hombre, con la intención de que este cayera al suelo y fuera capturado por la mujer escorpión. Era mejor ahorrarse los problemas, tenían unas princesas que proteger y un objetivo que alcanzar, no podían dedicarse a ayudar a un mercader, más cuando estos solían ser bastante calculadores. No se enriquecían siendo solidarios.

Tal vez la esfera de oscuridad haría algo más que simplemente hacerle caer al suelo, algo como robarle una parte de su vitalidad, si bien, de cualquier manera, cumpliría su trabajo.

Desenfundo mi Excalibur al poder observar completamente la escena, un mercader gordo al parecer viene huyendo de una demi-bestia que seguramente lo desea para su cena, o algo parecido. No, lo dudo mucho, para que el venga corriendo desde lejos, nadie es tan idiota de viajar sin equipaje por el desierto, ni mucho menos corriendo. — Parece que esta en problemas, va- — Y cuando iba a ayudarle corriendo, pude sentir una energia peculiar, era magia. Observe de reojo al nigromante, no le estaba apuntando a la bestia, y tampoco parecia que iba a convocar algo, eso era un ataque directo... Hacia el mercader. — ¡DETENTE! — Grite fuertemente, canalizando energia de luz, observando con molestia al nigromante al intentar lanzar un tajo de luz a su hechizo, purificarlo y destruirlo intentando evitar que le logre dar al mercader.

Corro inmediatamente hacia la posicion de este con mi Excalibur a mano derecha, para colocarme enfrente de la mujer-escorpion y defenderme en caso de que planee atacarme. — ¡Detente, no hay necesidad de dañar a nadie! — Dije, pues, aunque en este momento dudo mucho que vaya a querer haber paz, tengo que intentarlo. El problema es... Que el nigromante no estoy tan seguro de si planeara dejar vivo a el gordito, o lo ignorara... Tsk...

Al final parecía que todo iba a ir acorde a lo hablado.

Las princesas seguían con temor a pesar de todo, mejor así, serían más fáciles de controlar, sobretodo si había problemas...y al parecer no faltaba demasiado para ello.

Desde donde estaba vi la humareda y la reacción de mis compañeros, entre la belleza de la mujer escorpión y las mercancías del mercader yo me quedaría con ambas, pero mis compañeros decidieron elegir una cada uno.

Sonriendo me senté inclinado hacia delante y apoyé el mentón en el dorso de mis manos mientras me disponía a ver cómo se desenvolvia todo.

-Ashura por favor no intervengas-