Partida Rol por web

Ainzel ignoró las palabras del caballero de la luz, poco le importaba lo que pensara de él. El nigromante sólo deseaba hacer lo que era justo y estaba seguro que la mujer escorpión era inocente, por lo que actuó como alguien como él habría hecho en esa situación.

Al escuchar al semidemonio, el joven hechicero negó con la cabeza.

No pretendo enfrentarme al caballero, somos compañeros de una misión, no voy a atacarle a menos que él me ataque a mi primero. Podremos tener diferencias en nuestra forma de pensar pero eso no quiere decir que no pueda comprenderle en cierta manera. Expresó mientras miraba al mercader retorcerse en el suelo con cierta frialdad. Había actuado y Johann había fracasado en salvarle. La mujer escorpión podría tener lo que le había sido robado.

Luego de un momento, cuando el gordinflón finalizó su resistencia a la muerte, notó que éste ya no tenía la forma de un humano sino el de una bestia y una sonrisa se dibujó en el rostro del nigromante.

Si el mercader hubiera admitido su crimen, yo le habría mostrado piedad. Le di el tiempo suficiente para hacerlo y más de una oportunidad. ¿Por qué debía él sentirse mal por haber tomado aquella decisión? Usualmente, cuando pensaba que estaba en lo correcto, era así. Él siempre confiaba en sus instintos.

Al final resultó ser un monstruo sin vergüenza que le había robado a la mujer, por lo que no me siento culpable de nada. Incluso si fuera un humano, los mercaderes mienten todo el tiempo y no había dicho la verdad con las oportunidades que le di. La justicia ha triunfado y el mentiroso ha pagado caro su intento de engaño. Dicho eso, volvió a su caballo con la intención de continuar el viaje. Todo aquello había quedado en el pasado para él.

Al observar como el mercader empezaba a perder notablemente la piel, me quede viendole fijamente, pues aun cuando el nigromante tenia toda la razon, Ashura hablaba con cierta verdad, su actuar fue cruel y esa fue una apuesta a la suerte tanto para el, como para mi. Pero claro, eso nunca parecera ser un problema para el nigromante, ni mis acompañantes. La advertencia de Zehan no la pase por inadvertido mientras le miraba, con seriedad.

Es cierto, la justicia ha triunfado, pero, sigo molesto, sigo inconforme aun sabiendo de que era un Kobold. — Me he equivocado entonces. — Comente con los ojos cerrados, dando un fuerte suspiro calmando mi mente, mis emociones, mi inconformidad. Magia de transformacion, eh. Tenia tiempo de no volver a caer en un truco como ese, pues Gineviere siempre era el que los descubria, debido a cierta ingenuidad mia. Me vuelvo a subir a mi caballo, y seguir con nuestro viaje, pues, estoy seguro de que esto tendra consecuencias en el futuro.  

Cuándo el mercader finalmente murió reveló que se trataba de un kobold, un kobold que había usado su astucia y magia para hacerse pasar por un humano.

Bestia o no, para mi era lo mismo, no me importaba si era un elefante rosa parlante, las cosas se habían resuelto y había dejado en claro mi postura, así como Ashura dejó en claro la suya.

De un salto subí al carruaje.

-Partamos entonces, ya hemos perdido bastante tiempo-

La tensión era claramente palpable…pero por vuestra parte decidisteis montaros al caballo sin pensar más en el asunto…o más bien…no decir ni pio al respecto. Ashura no tardó en silbar y los caballos comenzaron a seguir su caminata en dirección a la enorme ciudad.

Estuvisteis viajando…¿horas?, ¿minutos?, ¿o tal vez eran días?...no lo teníais muy claro, el pesado sol abrasador os calentaba la sesera y no os dejaba apenas pensar…incluso dentro del carromato, las princesas estaban asándose de calor y discutiendo sobre cuando llegaríais de una vez a esa “ciudad”.

El camino era largo…interminable, no había nada entretenido donde mirar ni nada interesante que hacer…solo había arena, montañas, más arena…y…desolación. Ni siquiera veíais a mercaderes, monstruos o alguien con quien conversar más que vosotros tres. Pronto llegaríais a la ciudad…pero…

Ainzel practicamente había olvidado aquella discusión con el caballero de la luz. El nigromante rara vez guardaba rencor y menos por algo tan menor como aquel evento anterior. Sin embargo, eso no significaba que no podía notar cierta tensión en el ambiente, producto de lo que había hecho, aunque no podía comprender por qué hacían tanto problema al respecto.  Él había tenido razón, como siempre pensaba que la tenía y había llevado a cabo la justicia como era debido, ¿no era acaso eso algo por lo cual estar feliz?

De cualquier manera, el calor era insoportable, más aún si tenías en cuenta el sol que les torturaba todo el tiempo, sin dar un maldito descanso. Lo peor de todo era que, no sólo hacía calor, sino que también era un viaje aburrido, sin nada que ver en el camino que resultara de interés y sin nadie con quien conversar sobre estudios y proyectos nigrománticos. Ainzel comenzaba a aterrarse ante la idea de que parecía que extrañaba a su maestra. ¡Algo extremadamente ridiculo!

Seguia totalmente sereno sobre mi cabello completamente con los ojos en el horizonte, como si estuviera pensando profundamente algo. A pesar de mi naturaleza humana de siempre tener la razon y no aceptar la derrota, estoy pensando en el verdadero mensaje que me ha dejado esa discusion. Lo que es bueno, lo que es malo, incluso, como juzgar o no a las personas, pues, me habian engañado, pero lo que el hizo era simplemente indiferente a si era mentira o no. ¿Entonces, cual era el problema? Bueno, no importa. 

Lo extraño del caso, es que siento que el viaje se esta haciendo mas largo... Lo que me hace pensar, ¿Una vez mas, estaremos bajo efecto de alguna ilusion? Esos kobolds parecen muy versatiles con la magia, por lo cual, intento impregnar magia blanca purificadora en mis ojos, poder diferenciar claramente entre lo que es magia y lo que no, ver claramente sobre cualquier manto que nos bloquee, pues, siento que algo esta mal... Muy mal...

Era normal que la situación se estuviera desarrollando de esa forma, todos habíamos expuesto nuestra forma de pensar en la primera situación con la que nos cruzamos como grupo, cada uno pensaba distinto y sin dudas esta no sería la primera vez que discutiríamos, tal vez por eso los dioses o la fuerza que nos haya marcado como elegidos lo había hecho, reunir seres tan diferentes que sea un desafío en si mismo cada paso, si lográbamos superar eso entonces podríamos lograr nuestro objetivo.

Mientras avanzábamos limpiaba mi sudor y contemplaba el paisaje: nada, absolutamente nada más que arena por dónde mirásemos, era extraño pues en una ruta comercial debería haber más "vida" al menos algunos cactus o marcas de carruajes.

Sentado y apoyando la mano en el mentón observé todo analíticamente como siempre lo hacía, acaso estábamos dentro de un espejismo debido al calor? O había algo más?

Con un poco de esfuerzo y suerte…conseguisteis ver a lo lejos, entre las montañas…el pico de una enorme torre, era Schwindra sin lugar a dudas…aunque también os fijasteis en algo más…un poco más hacia la izquierda, veíais que de una enorme montaña salía humo, un humo espeso y negro, incluso os llegaba el sonido de “cánticos”.

Ashura ni siquiera se dio cuenta, siguió cabalgando con tranquilidad…pero vosotros tres lograsteis escuchar y ver aquellas señales de humo…¿habría algo interesante en la montaña?

Podíais decidir seguir vuestro camino y caminar hacia allá. 

El nigromante observó, en la distancia, lo que parecía ser una especie de torre, llamando su atención y haciéndole pensar que estaban cerca de su destino. Por fin podrían descansar en alguna posada y relajarse para poder continuar su misión de proteger a la siguiente princesa de la región.

Sin embargo, algo más llamó su atención, haciendo que Ainzel concentrara su mirada en una montaña de la cual salía humo y se podían escuchar algo como si alguien estuviera realizando alguna especie de ritual o fiesta.

Mm, parece que estamos por llegar... pero también hay algo en esa montaña. Parece interesante. ¿Qué quieren hacer? A mí me gustaría descansar pero tal vez encontremos algo de utilidad en la montaña.

¿Tal vez la princesa que buscaban se encontraba allí? Si fuera así, no podían dejar pasar esa oportunidad de entrar en contacto con ella, simplificando en gran medida su misión. Si bien, también podía haber algo peligroso.

Desde dónde estábamos se podía ver lo que sería la torre de la ciudad, pero también se veía humo procedente de una montaña y se escuchaban ruidos confusos.

-Yo te acompaño-le dije a Ainzel tras su comentario, también sentían curiosidad de que podía haber allí.

Seguiamos avanzando hacia la capital, cuando por una extraña situacion canticos se empezaron a escuchar desde las montañas, pero sus canticos no me dan confianza, como si fuera algo dedicado a malos objetivos. Veo que mis dos oscuros compañeros tienen interes en el lugar mientras Ashura no se percata de esto, a lo cual le llamo la atencion acercandome con mi caballo. — Oye, Ashura. — Esperaba que me observara a mi, para hablar. — Busca un lugar seguro con las posadas, pero tendremos que irnos los tres por unos momentos. Si puedes encontrar a la otra princesa, estaria bien. — Le dije, para seguir al grupo hacia las montañas oscuras, como polillas atraidas hacia el fuego, en busca de saber que sucede alli, esperando no sea una trampa. 

Los tres visteis aquel humo…en aquella montaña seguro que estaba pasando algo interesante…todos optasteis por ir a ver que ocurría, pidiéndole a Ashura que se quedara atrás. La mujer suspiró y ladeó la cabeza.-¿Seguro?...al menos prometed que no haréis nada estúpido…ni que derramaréis sangre sin sentido, ya se que sois mayorcitos y demás…pero vamos…-Ashura puso los ojos en blanco y hizo sonar las riendas mientras el carruaje seguía adelante.-Ir con cuidado...¡y nada raro!.

No se la veía muy segura…más después de lo que ocurrió con el kobold de incognito…pero…tal vez era mejor no darle más vueltas, acercarse a ver lo que ocurría…y así despejaros de dudas.

Habían dos caminos…uno directo y otro que parecía ir por un caminito que bordeaba la montaña, ese parecía subir…mientras que el otro parecía ir en línea recta. ¿Cuál usaríais? 

Mientras avanzábamos pude notar como había dos opciones de camino, por lo que miré a mis compañeros.

-Preferiría que tomásemos el camino que sube, de esa forma si hay peligro podremos analizarlo antes de hacer algo, de paso podremos observar que esta pasando con exactitud-

Ainzel no podía comprender por qué Ashura se preocupaba tanto, si anteriormente él había tenido razón al matar a aquel mercader. Todo había terminado bien y había detectado la trampa del kobold, no había nada por lo que quejarse de cómo se había resuelto la situación.

De cualquier manera, asintió a las palabras de la mujer, dando a entender que no haría ninguna tontería. Nunca lo hacía pero no se iba a poner a discutir con ella solo porque él supiera que tenía la razón.

Había dos caminos para seguir y el nigromante estaba de acuerdo con Zehan que el camino más apropiado era el que subía, principalmente porque no le interesaba rodear toda la montaña y porque consideraba que lo que buscaban probablemente se encontraba encima de la misma.

Si, pienso que lo mejor es seguir el camino que parece subir. Tal vez, si tenemos suerte, nos encontremos a la princesa que buscamos. Sería demasiada casualidad, pero no estaba demás averiguar qué era lo que sucedía allí.

— No te preocupes, Ashura. Solo iremos a corroborar una cosa... Mantente alerta, por las dudas, no tardaremos mucho o eso espero. — Y proseguimos todos hacia nuestro arduo camino, pues por alguna extraña razon no siento que nos vayamos a encontrar a las princesas, si no que estamos caminando directamente hacia un posible enemigo, o encuentro no agradable. Ya tuve una experiencia negativa en este viaje, no puedo permitirme mas fallos en honor a mi espada, a mi maestro, a mi ideal. 

— Si no es que nos encontramos otra vez a los esbirros del Rey Demonio, que no me extrañaria, ya atacaron Shanteen de todas maneras. — Dije optando tambien por ese camino, pues aunque diga lo que diga, la mayoria siempre gana.

Los tres concluisteis que el camino más seguro y controlado debía de ser el que subía…no tendríais problemas…o al menos eso parecía. Comenzasteis a avanzar por ese camino…una cuesta empinada que a cada paso que dabais sentíais como el cansancio comenzaba a hacer mella en vosotros…al igual que ese extraño calor.

La arena se comenzaba a quedar atrás y el camino comenzaba a volverse de rocas y piedras, rocas oscuras y afiladas…una caída desde arriba de la montaña debía de significar la muerte. Pero fuera como fuera, proseguisteis…Por suerte una vez llegasteis a la cima, os encontrasteis en una especie de saliente de unos metros y justo en la base de la montaña, una puerta de madera sellada con piedras y runas.  

El camino de ascenso fue algo duro, principalmente por el calor insoportable y porque a medida que íbamos aumentando la altura la presión del aire era distinta.

Finalmente llegamos a la cima y para mi sorpresa lo que había allí era una puerta, una puerta sellada con rocas y runas.

Al ver las runas me aparté dejando lugar a Ainzel.

-Creo que deberías analizar esto- dije

El ascenso fue sin duda alguna arduo, pues el ambiente cambio con cada paso que dabamos, aunque no comprendo si simplemente es un cambio negativo o positivo, aun cuando el ambiente parece muy hostil. Una caida de este lugar seria algo dificil de salvarse, quizas incluso para mi, ¿O estare subestimandome? No quiero averiguarlo, en todo caso. Se me miraba con una gota de sudor esta vez, pues, el aire ahora es mas escazo, y la escalada fue un ejercicio muy cansado.

— Esto no me inspira confianza, por lo cual es seguro que vayamos a entrar en combate otra vez. — Dije desenvainando mi espada, analizando las runas magicas intentando ver cual era su afinidad, y la manera de abrirla sin activar alguna trampa o algo, esperando que Ainzel me ayudara, pues, no es mi tarea trabajar con esto.

El nigromante comenzaba a arrepentirse de haber elegido ese camino. ¿Le habían poseído para decir esas palabras? Tuvo que resistir la tentación de golpearse en la cara por aquella idea estúpida de su parte.

Cuando por fin llegaron a la cima de la montaña, Ainzel suspiró aliviado, alegre de haber terminado con aquella odisea. Lo suyo no eran el esfuerzo físico. Era un intelectual, usaba su mente y no sus músculos.

De cualquier forma, su atención se vio atraída por el llamado de uno de sus compañeros de aventura. El semidemonio parecía haber encontrado algo, algo que el nigromante tal vez sería capaz de comprender.

El caballero de la luz, en cambio, parecía advertir que podrían encontrarse con alguna clase de peligro, algo que el joven hechicero no negaría, teniendo en cuenta que era una puerta, cerrada. Pocas cosas se cerraban tras una puerta con un complejo sistema de runas. Un tesoro, o algo que no deseaban que saliera jamás.

Mm, estoy de acuerdo con el caballero. Estén alertas. Advirtió mientras analizaba aquella puerta en busca de una manera que les permitiera abrirla.