Partida Rol por web

-¡Este calor es sofocante!.-Rugió Astrid mientras se quitaba otra pieza más de ropa. La princesa no llevaba bien el calor, todo lo contrario que tú, el cual ciertamente, el calor de los pantanos eran sofocantes, pero no hasta el punto de ir desnudo, a fin de cuentas tu eras de Schwindra, el calor ahí era más pesado y fuerte, en cambio…este era más pegajoso y húmedo, diferente, si…pero a la vez para ti era como un paseíto, al menos te habías librado del frío infernal.

Aquellos pantanos eran un laberinto interminable, poblado de serpientes, arañas, ciempiés, insectos…incluso habían extraños y peligrosos animales poblando las ramas y copas de los frondosos y altos árboles, los cuales se asomaban de vez en cuando ante el ruido de los caballos pasando entre maderos, aguas y un camino de tierra que anteriormente debió de estar asfaltado.

Por lo poco que sabías de los pantanos, no era un lugar muy agradable, brujas, magos, gente con negocios turbios…era un lugar de paso o el sitio idóneo para esconderse de los enemigos, a fin de cuentas los pantanos eran muy grandes y largos, casi tanto como los desiertos…pero también, eran un sendero de peregrinación para algunos.

Al otro lado de los susodichos, se encontraban las montañas de las manzanas, un lugar con poco población, pero lleno de gente buena y honrada, al menos esa zona era tranquila, serena y posiblemente el lugar más fácil para encontrar a una princesa…en cambio los pantanos…

La propia gente de esta zona era extraña, no les gustaban los extranjeros y menos que estuvieran haciendo preguntas, pero el principal problema era uno…¿Dónde estaba la gente?, escuchabas a ranas, incluso el zumbido de insectos, ¿pero y las personas?

Fuera como fuera, la princesa estaba agobiada. Salió de KharazKhar con su armadura y sus ropas…y ahora…bueno, poco le faltaba para ir como dios la trajo al mundo. Se encontraba con unos pantalones cortos, una camisa que dejaba al descubierto su estomago y brazos, unas grandes botas…y algún que otro anillo. Al menos tenía un buen físico y una delantera generosa, pero por suerte aquella camisa no reventaría bajo la presión de su torso…¿o si?

-¿Me estás escuchando?...¿no estarás pensando cosas pervertidas verdad?-Exclamó la princesa indignada y realmente roja-¡Soy una princesa!

El caballero agradecía el cambio de clima, eso era innegable, el frío de KharazKar era algo insoportable, aunque la excesiva humedad de los pantanos tampoco era agradable, pero no tenían nada que ver... aunque Astrid parecía llevarlo peor... mucho peor...

Para sorpresa de Farnad la princesa empezó a quitarse ropa según avanzaban por aquellos parajes... haciendo que el caballero se quedase sin habla en algún que otro momento... sus compañeros y mentores le habían enseñado bien... pero al fin y al cabo era un hombre, y había cosas que no podía ignorar... La belleza de la princesa era de una natura que al caballero le era imposible no sonrojarse al ver como avanzaba por los pantanos semidesnuda y sudando por el calor de los pantanos... mientras él cargaba con todos los pertrechos de la princesa...

Al escuchar a la princesa el caballero tragó algo de saliva y trató de responder con la mayor entereza que le era posible en aquellos momentos... - No mi señora Astrid... un caballero jamás haría tal cosa... - lo cual era una verdad a medias... desde luego no se había imaginado compartiendo lecho con ella, pero le era imposible ignorar semejante monumento a la naturaleza en aquellas circunstancias...

Fuese como fuese debía estar ya cerca de su destino... o eso deseaba Farnad... si la cosa seguía a este ritmo la princesa terminaría desnudándose del todo y el caballero tendría que contenerse mucho para no causar la ira de Astrid...

Desde luego era un tanto complicado controlar los ojos, sobretodo con semejante preciosidad norteña cerca de ti, pero o no se dio cuenta de que la mirabas y se quejaba por quejarse…o cayó en la cuenta de que si la mirabas.-¡M…más te vale o te arrancaré los ojos a codazos!.-Exclamó con fuerza a la vez que entrecerraba los ojos y se abrazaba a si misma, como si temiera que pudieras ver a través de esa camisa y lo que hubiera debajo de ella, aunque por las pintas…no llevaba nada debajo.

-Estúpido caballero…siempre mirando…-Gruñó por lo bajo a la vez que negaba y seguía por el caminito de tierra…pasó un buen rato, ¿pero cual era el destino?, los caminos parecían ser los mismos.-¡hemos pasado por esa rama tres veces ya!...o…o hay ramas muy parecidas.-Susurró un tanto molesta.-¿Te has perdido?

El caballero no pudo evitar ruborizarse algo más al ver que la actitud de la princesa no hacía más que remarcar sus encantos... aunque Astrid no parecía ser consciente de ello... - Mi señora, si lo prefiere, lideraré el camino, si así se siente más tranquila... - dijo esperando así calmar los ánimos de la princesa...

 Luego Farnad pareció dudar por unos instantes... desde luego en los Pantanos no tenían unas comunicaciones como en otros reinos, pero no parecía que se hubiesen desviado en ningún momento... - No lo creo mi señora... pero podemos asegurarnos de ello de una forma fácil... - Farnad sacó su espada y en cada cruce de caminos que se encontraban, dejaba una marca en un árbol con el fuego de su espada, facilitando así más la tarea de orientarse por aquel paraje...

Cuando te ofreciste a encabezar la marcha, la princesa no se quejó, parecía preferirlo de esa manera, pero el problema es que parecíais estar algo perdidos, pero rápidamente tu inteligencia actuó y no tardaste en comenzar a dejar marcas en los árboles para intentar orientarte.

-Muy astuto…-Murmuró la princesa pensativa mientras te seguía el paso. Estuvisteis andando unas cuantas horas más…hasta que finalmente volviste a dar con las marcas de los árboles, ahí había gato encerrado, el árbol era el mismo…¿pero había antes un puente frente a vosotros?, un pacifico riachuelo cristalino concurría bajo el puente.

-Necesito descansar un rato.-Se quejó la susodicha princesa mientras bajaba de su corcel.-Este bosque me da dolor de cabeza.

El caballero asintió a la princesa... llevaban varios días de marcha sin descanso, era normal que la princesa ya estuviese agotada... - Descansad mi señora, yo mientras estaré haciendo guardia... - dijo Farnad mientras observaba sus alrededores...

El caballero miraba fijamente a la marca que había dejado... pero el paraje que los rodeaba no se lo habían encontrado antes... ¿Acaso el bosque del pantano se movía? ¿O era un hechizo de ilusión? El caballero trató de averiguarlos con los conocimientos de magia de los que disponía...

Se pasó varios minutos concentrándose para la descubrir lo que sucedía, puesto que era consciente de que no tenía la habilidad de un hechicero para dicha tarea...

Permitiste que la princesa pudiera descansar un poco, la susodicha se acercó al arroyo y comenzó a mojarse las manos para pasárselas por el cuello, los brazos, incluso se mojó un poco el pelo…¿se le estaba pegando la ropa con aquel agua?...¿¡que hacías mirando!?, tenías que averiguar si el bosque estaba usando algún tipo de magia o ilusión.

Comenzaste por intentar lanzar un hechizo pero no lograste nada. Los árboles parecían ser los mismos que marcaste, ¿pero y si no lo eran?, ¿y si alguien estaba marcando los troncos para confundiros?, desde luego antes no había un puente.

El caballero no hacía más que sufrir con las situaciones que se les iban presentando... y por más que intentaba esforzarse por no mirar a la princesa... Astrid no hacía más que ponérselo más difícil... Aunque eso no era lo que debía preocuparle más en ese momento...

Farnad trató de mirar a sus alrededores para ver si alguien los seguía y trataba de confundirlos con las marcas... en cualquier caso debían seguir avanzando en cuanto la princesa terminase su pequeño descanso... aunque en esta ocasión, en vez de hacer una pequeña marca en cada árbol... empezó a cortar el tronco hasta casi la mitad... de esa forma podría sacarlos de ese laberinto... o sacar dos conclusiones... aquel que los seguía tenía tanta fuerza como él... o definitivamente era un hechizo...

- Princesa... o nos siguen y tratan de despistarnos o somos presa de un hechizo de ilusión... deberíamos avanzar en cuanto descanséis para no ser presa fácil... - dijo el caballero con seriedad olvidando por unos breves instantes el estado de la indumentaria de la princesa...

Mientras te esforzabas por no ver a la princesa, terminaste por llegar a una conclusión…si cortabas el tronco de otra manera, sabrías que ese eras tu y no otra persona la que pudo hacer la marca y así de paso sabrías si era un hechizo o una ilusión. Así que comenzaste a cortarlo mientras le hablabas a la princesa, intentando no fijarte demasiado en su ropa mojada y apretada contra su cuerpo.

-¿Un hechizo de ilusión?, ¿y porque nos iban a intentar hechizar?...a mi me parece…me parece una…un…un despropro…prosito…-La princesa se llevó una mano a la cabeza y comenzó a tambalearse levemente antes de precipitarse hacía delante, como si estuviera mareada u enferma.  

Farnad se encontraba realizando las nuevas marcas cuando se fijó en que la princesa iba a desmayarse... El caballero se apresuró a sostenerla con uno de sus brazos para impedir que cayera de bruces al suelo... en un principio pareció alarmarse al ser consciente de que algo o alguien los vigilaba... ¿habría sido un hechizo? ¿el calor y clima opresivo del lugar?...

- Mi señora ¿os encontráis bien?... - preguntó Farnad mientras observaba si la princesa presentaba otros síntomas, como mayor palidez o sudor frío... colocando su otra mano sobre la frente de la princesa para ver si tenía fiebre... En cualquier caso la posó sobre el suelo boca arriba con delicadeza para seguir investigando que la había ocurrido...

Sostuviste a la princesa entre tus brazos, preocupándote por si estaba enfermando o sufriendo un ataque de algún tipo, tenía fiebre, estaba pálida y sudaba, ¿Qué estaba ocurriendo?.-No…no me encuentro muy bien…-Murmuró con dificultad. ¿Sería por la zona?, ¿le habría picado un extraño insecto?

Dejaste a la chica en el suelo y comenzaste a investigar alrededor tuyo, no había rastro de nadie, no habían enemigos a la vista y tu parecías estar bien…¿no deberían haberte atacado a ti en todo caso?...pero entonces caíste en algo, la princesa estaba bien hasta que bebió del arroyo, y si…

Farnad se alarmó al ver el estado de la princesa... mientras hacía la señal en el árbol se había percatado de que se estuviera refrescando con el agua, pero en ningún momento advirtió que había bebido de aquella agua... siendo su primer pensamiento el como se la podría haber ocurrido... pero al recordar la tierra de la que provenía... Kharaz-Kar y sus bosques vírgenes, entendió que Astrid quizás hubiese pecado de ingenua pensando que todas las aguas eran puras...

Lo primero que hizo Farnad fue meter los dedos en la garganta de la princesa para provocar que vomitase al menos parte del agua... - Disculpadme princesa... pero debo hacerlo para evitar que vaya a más... - acto seguido la observa mientras prepara los caballos a toda prisa por si los síntomas no se atenúan tras provocar el vómito... El caballero no era docto en ciencias médicas por lo que lo único que podía hacer tratar de encontrar algún lugar civilizado para que la tratasen o encontrar un antídoto...

No tardaste en percatarte de que tal vez el agua que bebió Astrid podía haberle provocado algún tipo de reacción, yendo rápidamente a meterle los dedos en la garganta para que pudiera vomitar. Aquello provocó que la princesa te mirara ciertamente agotada, a pesar de meterle los dedos en la garganta, la muchacha no vomitaba…y en menos de lo que canta un gallo, terminó en una especie de sueño, donde cerró los ojos y comenzó a respirar tranquila y apaciblemente…¿y si no era una indigestión?, ¿Qué ibas a hacer?...

Te mantuviste junto a ella un rato, hasta que algo comenzó a sonar en tu cabeza.-No está enferma idiota, las aguas del arrollo están hechizadas.-Exclamó una voz infantil.-¿Cómo se te ocurre meterle los dedos en la boca a una pobre chica?...lo hay que ver…

Rápidamente te giraste, pero no había nadie a la vista, ¿Cómo te estaban hablando?, ¿con algún tipo de magia?

Farnad no entendía nada, hasta que empezó a ver como Astrid mejoraba algo, aunque presa de un sueño, posiblemente inducido por magia, y entonces empezó a escuchar aquella voz en su cabeza...

- Desconocía que las aguas hechizadas provocasen fiebre y sudores... - respondió con sarcasmo el caballero al ver que todo se trataba del hechizo de alguna criatura caprichosa... - ¿Y tú quien eres? ¡Da la cara! - bramó Farnad con cierto enfado, no le hacía nada de gracia saber que todas las vueltas que habían dado y el estado de Astrid fuesen consecuencia de la broma de vete a saber qué...

El caballero no tardó en desenvainar su espada y aplicarla las llamas con bastante fuerza... - ¡Responde! Según lo que respondas puede que pruebes el acero y fuego de mi espada... - el caballero estaba MUY enfadado...

Aquella voz te sobresaltó, pero no tardaste en ponerte en guardia, estabas muy enfadado sobretodo si aquello era un hechizo causado por aquella voz. La vida de la princesa podía estar en peligro y tu misión era protegerla, ¿Qué pensarían todos si se enteraran de que ha muerto?

La susodicha voz río en tu cabeza.-Los adultos sois muy raros, primero bebéis de donde no tenéis que beber, luego amenazáis sin saber a que os enfrentáis y para colmo le ibas a meter los dedos hasta la campanilla, ¿Qué pensarían tus padres, eh?.-Río juguetonamente aquella voz.

-Venga…si tantas ganas de verme tienes…tendrás que encontrarme.-Dicho eso sentiste como alguien te tiraba algo a la cabeza, ¿una piedra? era pequeñita y no fue lanzada con la intención de dañarte.

Farnad tomó aire para poder concentrarse... tenía que usar sus todos sus sentidos... si su rival era invisible debía de adivinar de donde provenía el sonido... solo escuchaba con atención, sin responder a la criatura que trataba de burlarse de él...

Entonces fue cuando llegó la ocasión... aquella infantil voz fue lo suficientemente tonta como para lanzar una piedra al caballero... facilitando su localización... Así que sin pensárselo dos veces, se abalanzó sobre el lugar donde sospechaba que podía encontrarse la criatura y creó un anillo de llamas a su alrededor, esperando que sus sentidos no le hubiesen fallado y hubiese atrapado a aquel burlón ser...

Aquella discusión te estaba sacando de tus casillas, no comprendías de dónde venían los sonidos ni cual era la finalidad de aquella criatura. Pero no tardaste en descubrir de donde venía aquella voz…tu circulo de llamas asustó a la criatura…no estaba cerca del susodicho, pero saltó de una rama al suelo, intentando escapar aterrado.

Habías oído hablar de esos seres en historias y en cuentos, pero era la primera vez que lo veías como tal. Era un kodama, un espíritu del bosque, el cual aterrado intentaba huir de ti y de tu fuego abrasador. Verde, luminoso, con un cuenco en la cabeza y una ramita. Sabías que los kodamas eran como espiritus infantiles, pero si este era el causante del mal de la princesa…lo pagaría caro.

Farnad aceleró el paso para alcanzar al kodama, que por suerte para el caballero, no eran muy rápidos huyendo... Desconocía el porque del comportamiento de la pequeña criatura... pero no tardaría en averiguarlo... Tras correr un poco tras la criatura consiguió atraparla, tratando de no agarrar con excesiva fuerza para no hacerle daño...

- Muy bien pequeño, ahora vas a decirme un par de cosas... primero... ¿cómo despertamos a la joven? y segundo... ¿por qué intentabas que permaneciésemos perdidos en este paraje?... - Farnad fue calmándose poco a poco... no sabía mucho de aquellas criaturas... pero por lo poco que había escuchado, eran poco más que gamberros que gastaban bromas a los transeúntes...

Alcanzaste al kodama, a fin de cuentas era pequeñito y sus piernas eran más pequeñas aún, le agarraste sin excesiva fuerza y comenzaste a interrogarle sobre como despertar a la princesa además de preguntar respecto a lo de perderos en los pantanos.

El bichillo luminoso intentó librarse de tu agarre, pero con esas manitas le resultaba imposible.-¡Déjame ir!, ¿no has escuchado que está mal abusar de un espíritu?.-Berreó pataleando y dándote golpecitos en las manos, aunque no hacía ni daño, era más bien una pequeña molestia.-¡Yo no te he hechizado, es el camino, el camino está hechizado!...y…y lo de la princesa no es culpa mía, no debería beber agua del río somnoliento, ¡es agua embrujada!-Desde luego parecía saber bastante de ese bosque…

Con un poco de suerte, labia y puede que algo de mano dura, podrías usar a aquel espíritu para que te guiara hacia donde querías.

Farnad escuchó los quejidos de la criaturilla mientras pataleaba sin remedio... - Bueno, quizás podamos llegar a un trato... tú me dices que forma hay de despertar a la princesa... y luego nos guías fuera del pantano... y quizás después yo te haga alguna ofrenda... ¿eso no te gustaría? - el caballero tenía entendido que a este tipo de duendecillos les gustaban las ofrendas, ya fuese dinero o comida, por lo que quizás de esta forma conseguiría lo que quería...

- ¿Qué te parece? ¿O prefieres que sigamos así todo el día? Como puedes ver... sabiendo que estamos perdidos no tengo mucha prisa por soltarte... - dijo con una fingiendo una sonrisa medio malvada tratando así de intimidar algo más al pequeño espíritu... Al fin y al cabo lo de Astrid no era grave, si solo dormía habría alguna forma de romper el hechizo...